TOROS DE PALHA PARA LUIS MIGUEL ENCABO, DOMINGO LÓPEZ CHAVES E IVÁN GARCÍA
Ahora que Lorenzo ha subido la audiencia con sus crónicas madrileñas, apuramos la última crónica de los días previos a los triunfos de abril, las tardes que permanecerán indelebles en la memoria de las temporadas sevillanas.
Érase una vez una corrida torista… dicen que si no hay toro nada importa, pero yo creo que importa menos si no hay toreros y, hasta la fecha, no he visto salir de toriles en ninguna plaza nada que no pueda matar y a mí, personalmente, no me gusta ver a la gente morir.
Cuando uno es joven utiliza a la ligera expresiones como “jugarse la vida”, “la vida ¿de quién?” Esta fue la respuesta o la pregunta del inefable Curro una vez que alguien pidió su cabeza servida en una almohadilla.
La vida es algo que cada vez carece de menos valor en general y de mayor precio en particular, pero, la realidad es, por más que se vocifere pidiendo la vida desde los tendidos, que si un toro te coge, te quedas hecho un pelele, UN MUERTO.
Advertía Belmonte que los toros cogen menos de lo que la gente cree (y es verdad), pero no es menos cierto que es mucha la técnica que impide la cogida (y la muerte).
Si no hay tributo de sangre la afición no reacciona (¡Ay Manolete si no sabes torear pa’que te metes!)
Todo esto viene a cuento del valor de Domingo López Chaves porque se JUGÓ LA VIDA en esta corrida, y como decimos, no se trata de un circunloquio, podría haber vuelto en ataúd a casa: eso de la montera boca arriba…
Su primer toro fue muy largo al caballo (érase una corrida torista), Iván García le hizo un ajustadísimo quite por chicuelinas y a partir de ahí Chaves (Domingo) lo aguantó muchísimo, sobre todo en unos ayudados por bajo de gran exposición . Habíamos visto a este torero por las ondas hercianas en Zaragoza y nos impresionó su valor. En el segundo el valor fue sobrehumano porque el toro, muy mirón, quería asesinar al torero. El toro se paraba y miraba y López Chaves se cruzaba al pitón contrario con una exposición tremebunda, porque el toro embestía con la cabeza alta y daba tornillazos y cuchillazos irregulares, se peleó con el animal hasta someterlo en una faena de angustia y tras un perfecto volapié del que salió prendido se ganó una vuelta al ruedo de oro. La cruz del toro llegaba a la cabeza del torero: un metro setenta de psicópata cornúpeta, como quien dice.
Un compañero abonado me dice que los que se caen del andamio son los albañiles y los que el toro coge son los toreros, vamos que lo de la sangre son gajes del oficio, no le falta razón, pero MUERTO no se ganan contratos. ¿Es necesario tanto miedo?
Tengo en mis notas que la corrida, en general, no fue mala, pero los animales, toreables, requerían valor, creo que tanto Encabo como Iván García, más desde luego el primero que el segundo, se acomodan con estas ganaderías: con estar es bastante y así una feria y otra, pero el escalafón se está apretando…
No, si el toro es toreable hay que torearlo, a lo Fernando Cruz del día anterior, a lo López Chaves de hoy.
El primero de Encabo fue aplaudido en el arrastre y en él dejó su carta de presentación López Chaves en un quite por chicuelinas. Luego Encabo e Iván García banderillearon al alimón con más eficiencia que gracia, sobre la plaza pesaba el recuerdo de los pares portentosos de Ferrera del sábado y, además, el juego con el toro, los recortes, no salieron ni naturales ni armónicos (lo mismo sucedió en el segundo). A este toro, encastado, le dio unos pases por la derecha y otros por la izquierda, no podemos decir más. A su segundo, ya solo, lo banderilleó mejor, sobre todo en un por los adentros, a éste le dio, a diferencia de su primero, unos pases por la izquierda y otros por la derecha. Silencio en ambos.
El silencio tiene otro significado en esta plaza, como la música.
Iván García hizo un precioso galleo por chicuelinas a su primero y lo dejó muy bien dispuesto al caballo, en las bnderillas “alimonadas” el toro lo apretó mucho y se le vio escaso de repertorio y a Encabo lento en el quite. Para ser torero nuevo se le vio sólo voluntarioso: el primer toro tenía buen tranco y no se acopló con él, en cuanto a su segundo, ya enfriada la tarde, marró en un par de banderillas y sólo consiguió estar voluntarioso y sin resultados artísticos.
El Sevilla acaba de marcar un gol en la prórroga al Español, lo sé por los gritos en el barrio, ¿cómo puede una pelota mover tanto? Todavía si fuese el Betis…
Y los toreros jugándose la vida por dos “leuros”
El Betis, digo el Español, ha empatado.
Ahora que Lorenzo ha subido la audiencia con sus crónicas madrileñas, apuramos la última crónica de los días previos a los triunfos de abril, las tardes que permanecerán indelebles en la memoria de las temporadas sevillanas.
Érase una vez una corrida torista… dicen que si no hay toro nada importa, pero yo creo que importa menos si no hay toreros y, hasta la fecha, no he visto salir de toriles en ninguna plaza nada que no pueda matar y a mí, personalmente, no me gusta ver a la gente morir.
Cuando uno es joven utiliza a la ligera expresiones como “jugarse la vida”, “la vida ¿de quién?” Esta fue la respuesta o la pregunta del inefable Curro una vez que alguien pidió su cabeza servida en una almohadilla.
La vida es algo que cada vez carece de menos valor en general y de mayor precio en particular, pero, la realidad es, por más que se vocifere pidiendo la vida desde los tendidos, que si un toro te coge, te quedas hecho un pelele, UN MUERTO.
Advertía Belmonte que los toros cogen menos de lo que la gente cree (y es verdad), pero no es menos cierto que es mucha la técnica que impide la cogida (y la muerte).
Si no hay tributo de sangre la afición no reacciona (¡Ay Manolete si no sabes torear pa’que te metes!)
Todo esto viene a cuento del valor de Domingo López Chaves porque se JUGÓ LA VIDA en esta corrida, y como decimos, no se trata de un circunloquio, podría haber vuelto en ataúd a casa: eso de la montera boca arriba…
Su primer toro fue muy largo al caballo (érase una corrida torista), Iván García le hizo un ajustadísimo quite por chicuelinas y a partir de ahí Chaves (Domingo) lo aguantó muchísimo, sobre todo en unos ayudados por bajo de gran exposición . Habíamos visto a este torero por las ondas hercianas en Zaragoza y nos impresionó su valor. En el segundo el valor fue sobrehumano porque el toro, muy mirón, quería asesinar al torero. El toro se paraba y miraba y López Chaves se cruzaba al pitón contrario con una exposición tremebunda, porque el toro embestía con la cabeza alta y daba tornillazos y cuchillazos irregulares, se peleó con el animal hasta someterlo en una faena de angustia y tras un perfecto volapié del que salió prendido se ganó una vuelta al ruedo de oro. La cruz del toro llegaba a la cabeza del torero: un metro setenta de psicópata cornúpeta, como quien dice.
Un compañero abonado me dice que los que se caen del andamio son los albañiles y los que el toro coge son los toreros, vamos que lo de la sangre son gajes del oficio, no le falta razón, pero MUERTO no se ganan contratos. ¿Es necesario tanto miedo?
Tengo en mis notas que la corrida, en general, no fue mala, pero los animales, toreables, requerían valor, creo que tanto Encabo como Iván García, más desde luego el primero que el segundo, se acomodan con estas ganaderías: con estar es bastante y así una feria y otra, pero el escalafón se está apretando…
No, si el toro es toreable hay que torearlo, a lo Fernando Cruz del día anterior, a lo López Chaves de hoy.
El primero de Encabo fue aplaudido en el arrastre y en él dejó su carta de presentación López Chaves en un quite por chicuelinas. Luego Encabo e Iván García banderillearon al alimón con más eficiencia que gracia, sobre la plaza pesaba el recuerdo de los pares portentosos de Ferrera del sábado y, además, el juego con el toro, los recortes, no salieron ni naturales ni armónicos (lo mismo sucedió en el segundo). A este toro, encastado, le dio unos pases por la derecha y otros por la izquierda, no podemos decir más. A su segundo, ya solo, lo banderilleó mejor, sobre todo en un por los adentros, a éste le dio, a diferencia de su primero, unos pases por la izquierda y otros por la derecha. Silencio en ambos.
El silencio tiene otro significado en esta plaza, como la música.
Iván García hizo un precioso galleo por chicuelinas a su primero y lo dejó muy bien dispuesto al caballo, en las bnderillas “alimonadas” el toro lo apretó mucho y se le vio escaso de repertorio y a Encabo lento en el quite. Para ser torero nuevo se le vio sólo voluntarioso: el primer toro tenía buen tranco y no se acopló con él, en cuanto a su segundo, ya enfriada la tarde, marró en un par de banderillas y sólo consiguió estar voluntarioso y sin resultados artísticos.
El Sevilla acaba de marcar un gol en la prórroga al Español, lo sé por los gritos en el barrio, ¿cómo puede una pelota mover tanto? Todavía si fuese el Betis…
Y los toreros jugándose la vida por dos “leuros”
El Betis, digo el Español, ha empatado.
2 comentarios:
que puto asco que dais...ya me gustaria ver a vuestra madre con banderillas en el culo, desangrandose hasta la muerte
Desjando aparte su perversión sexual, queda claro que no sabe distinguir la racionalidad de la irracionalidad, porque vive anclado en la última, como los animales.
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