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miércoles, 16 de mayo de 2007

Madrid (16 de mayo de 2007) - Éxito por votación

Al comienzo de la tarde, como es preceptivo, se ha guardado un minuto de silencio por la muerte de Joselito El Gallo, hace ya no sé cuántas temporadas, en Talavera. Es impresionante ver cómo se pasa en un segundo del bullicio al silencio; y cómo veinticuatro mil almas se ponen en pie para homenajear la historia del toreo.

José María lo ha explicado mejor que nadie:

http://www.jmjurado.org/?q=node/172

Después, la tarde parecía que iba a discurrir en medio del sopor habitual. Pero Matías Tejela ha conseguido levantar los ánimos con una faena artística al tercero y otra de valor al sexto. Por cada una le han concedido una oreja y ello le ha permitido, conforme al Reglamento y a los usos vigentes, salir a hombro por la Puerta Grande. Ha sido así el primer torero que lo ha conseguido en este San Isidro. Aunque también hay que decir que el triunfo no ha sido redondo y que parte del público ha manifestado sonoramente su oposición a la oreja del sexto.

La faena del tercero ha sido un ejemplo de temple, mano baja y quietud. Ha conseguido que el toro embistiera a base de llevarle siempre tapado, con la muleta en la cara. Y lo ha hecho, además, con despaciosidad y gusto. Especialmente en dos naturales que ha ligado con una trincherilla prodigiosa. Aunque también con la mano derecha ha dado series de mucho empaque. La estocada ha caido algo baja, pero la petición ha sido muy numerosa y el presidente ha concedido la oreja sin dilaciones.

En el sexto el asunto ha sido distinto. El toro (remiendo de Pereda) ha sido más complicado, tenía una embestida más brusca y no era posible hacerle una faena de muleta similar a la del tercero. Pero Tejela se ha ido a los terrenos del cinco (donde menos soplaba el viento y donde la afición es algo más bulliciosa) y ha realizado una faena de poder y exposición al toro. Ha logrado algunos muletazos de mérito, aunque la faena ha sido menos vistosa que en el anterior. Debe advertirse que mediada la faena, en la que ha habido bastante silencio, un sector del siete ha empezado con sus tradicionales palmas de tango (hay quien va a los toros a protestar, ¡qué se le va a hacer!), encontrando rápida oposición en el resto de la plaza que, con criterio, ha pedido un poco de respeto al torero. Al final, Tejela ha matado de una estocada entera pero bastante baja, pese a lo cual ha habido petición mayoritaria que el presidente ha atendido, siendo respondido de forma airada por los mismos de siempre (pocos, pero muy ruidosos) que no han dejado de protestar hasta que Tejela ha llegado a la furgoneta que le esperaba en la calle de Alcalá.

Particularmente creo que Matías Tejela ha completado una tarde importante en Madrid. En el primero por su toreo y en su segundo por su disposición. Aunque tengo mis dudas de si eso debe ser suficiente para una salida a hombros por la Puerta Grande.

En todo caso, lo que es evidente es que la petición de oreja en ambos toros ha sido holgadamente mayoritaria. Que el presidente ha cumplido lo que dice el Reglamento (y hacer otra cosa hubiera sido injusto y arbitrario). Y que el Reglamento y la costumbre dictan que en Madrid cortando dos orejas se sale por la Puerta Grande. Por todo lo cual, la salida a hombros ha cumplido todos los requisitos necesarios.

Y lo que no es de recibo es que unos cuantos (claramente minoritarios) traten de imponer su criterio a lo que es una mayoría libre e informada. O que esa minoría, creyéndose los únicos poseedores de la verdad y la justicia, traten de que el presidente (árbitro del espectáculo) les dé a ellos la razón en vez de cumplir la ley. E incluso que traten de cambiar el árbitro cuando no les gusta e insultar a la mayoría cuando no consiguen su propósito.

No afirma uno que el arte pueda ser valorado por votación, pero tampoco creo que las minorías puedan chantajear impunemente a los que tratan de vivir de forma ordenada y disfrutar de sus fiestas y tradiciones. Y lo que vale para los toros, tal vez sirva también para la política...

César Jiménez ha dejado algunas pinceladas de mucho sabor, pero ninguna de sus faenas ha tenido continuidad. En la primera, ha habido muchos tiempos muertos y tal vez errores de colocación y una cierta falta de decisión para dejar la muleta en la cara del toro y tirar de él (o al menos intentarlo). En el cuarto, la falta de fuerzas del toro hacía que hubiera que torearle a media altura; aún así ha logrado alguna serie con gusto, pero ha sabido a poco y la gente esperaba mucha más garra por su parte.

Serafín Marín ha dejado una sensación extraña esta tarde. Los toros, sin ser extraordinarios, daban la sensación de haber permitido un mayor lucimiento con más decisión y menos errores técnicos. Es cierto que en el quinto ha dado muchos pases, pero les ha faltado profundidad y una faena coherente: primero le ha dado distancia, luego se ha acercado mucho,... y todo ello sin que pudiera verse cambios en el comportamiento del toro que justificaran las dudas y los cambios de criterio. Por su bien y el de la fiesta en la Cataluña esperamos que sea sólo un mal momento. Mañana viene otra vez y puede desquitarse.

Mis preguntas de hoy,

1.- ¿Cuántos de los que estaban hoy en la plaza sabrían decir dónde murió Joselito el Gallo?

2.- Los que no lo sabían, ¿serían de los que pedían la oreja o de los que no?

3.- ¿Debería eso influir en la decisión del presidente?

4.- ¿Podría trasladarse todo esto a la política?

5.- ¿Estarían entonces de acuerdo los que hoy han protestado por la concesión de la oreja?

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