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lunes, 28 de mayo de 2007

Madrid (27 de mayo de 2007) - De domingo

El público de la Feria los domingos es algo distinto del habitual. Viene más gente de localidades cercanas, no habituales de esta plaza, a quienes les gusta ver de vez en cuando toros en Madrid. Pero en general se encuentran con corridas duras y toreros poco experimentados. De hecho, los carteles de los domingos en la Feria no difieren mucho de los que uno encuentra a lo largo de la temporada, con la diferencia de que un domingo de julio, pongamos por caso, no se llena más de un veinticinco por ciento del aforo y si el mismo cartel se pone en la Feria se consigue el no hay billetes.

Hace no muchos años, uno podía encontrar también algún cartel de toreros artistas (Luguillano, Cepeda, Pepín Jiménez,...) que siempre dejaban pinceladas de su gracia y a veces cuajaban toros con una rotundidad que sólo alcanzaban aquí. Pero parece que ahora los Conde, Aparicio,... no quieren arriesgarse, o la empresa no les da lo que piden. ¡Vaya usted a saber!

La corrida de este domingo ha sido tediosa, salvo por la faena de muleta al segundo toro y las banderillas al tercero.

Los toros del Conde de la Corte han demostrado falta de raza y mansedumbre y han impedido el lucimiento de unos toreros necesitados de un triunfo para poder buscarse un hueco en un escalafón que cada vez se pone más difícil. Para colmo de las desgracias el viento ha soplado muy fuerte por momento lo cual impedía colocarse en el lugar preciso, hacía prácticamente imposible el toreo al natural y creaba una sensación de angustia cada vez que el torero buscaba el sitio desde el que citar, tratando de que la muleta no cobrara vida propia y sirviera de señuelo al toro en momentos no deseados.

Antonio Barrera no ha podido hacer absolutamente nada en su primero. En el segundo ha comenzado con pases cambiado y, muy quieto, ha instrumentado algunas series buenas con la derecha, destacando un redondo lento y sentido. Pero el toro le buscaba constantemente o se desentendía de los engaños, según le diera. Por esto y por el viento, no ha habido más que hacer y lo ha matado de una media, después de dos intentos frustrados.

Iván Vicente ha conseguido en su primero la faena de muleta más templada, con series buenas con ambas manos a base de cercanía, exposición y buen toreo. El viento ha condicionado la faena, como también lo ha hecho la condición del toro, que obligaba a series muy cortas. Pero la voluntad del madrileño, sus buenas maneras y una estocada hasta la bola a la primera le han permitido obtener el merecido reconocimiento del público y dar una vuelta al ruedo. El quinto ha sido un toro muy peligroso y aunque lo ha intentado, cualquier atisbo de arte resultaba imposible.

Con el tercero de la tarde, Iván Vicente ha puesto tres pares de banderillas muy vistosos, que han llegado mucho al público (aunque alguno lo ha colocado "a toro pasao"). Con la muleta lo intentó, pero la condición del toro no permitía estar bien. El sexto era aún de peor condición y lo demostró desde el principio, lo que hizo complicada la ejecución de todos los tercios. En banderillas, en concreto, le esperaba y le hizo tener que arriesgar mucho, con mucha menos repercusión que en su anterior toro. Con la muleta, esperaba, topaba, se defendía,... Un regalito con el que abrevió cuando el público estaba ya más pendiente de quién iba a ser el nuevo Alcalde de su pueblo.

Y la pregunta de rigor: ¿hemos tenido en cuenta los aficionados a la hora de votar las propuestas en materia taurina de los partidos -o más aún, si incluían o no algo sobre el particular-? (Recuerdo que las competencias en materia de espectáculos taurinos están transferidas a las Comunidades Autónomas y que la mayoría de las Plazas de toros son de Ayuntamientos o Comunidades, que son los que harán los concursos que determinarán quién las gestione).

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