1.-
La actual situación social y política exige que la Tauromaquia cuente con una
estructura de promoción y defensa de la Fiesta. Esta estructura debe ser
promovida por los sectores profesionales taurinos, pero debe estar dotada de
independencia económica y funcional, y regida por un profesional que venga de
fuera de estos sectores profesionales.
2.-
Las tres principales labores de esta estructura deben ser: elaborar e
implementar los mecanismos de promoción de la tauromaquia, defender
jurídicamente a cualquier profesional o aficionado taurino que sea atacado y
ser el principal interlocutor de la tauromaquia con todas las administraciones.
Además, debería organizar unos premios anuales taurinos, con su correspondiente
gala que fuera televisada, y debería promover, alentar y sistematizar la
investigación universitaria relativa a la tauromaquia.
3.- Es
absolutamente prioritario que la tauromaquia tenga un espacio en los
informativos generales proporcional a la importancia social y económica que
tiene, en comparación con otras manifestaciones culturales (cine español,
teatro,…) o deportivas. Sin la normalización en los medios y, por tanto, el
conocimiento de los más jóvenes, el futuro se encuentra amenazado.
4.-
Hay que instrumentar los medios para agilizar el espectáculo y hacerlo
interesante y atractivo para todos (no sólo los aficionados) en todos los
tercios.
5.-
Es imprescindible mejorar la comodidad de los recintos taurinos.
6.-
Hay que replantearse la dependencia para la celebración de espectáculos
taurinos de las Administraciones Públicas en cuanto propietarias de los cosos.
Hay que avanzar en recintos multiusos de titularidad privada y con una
explotación durante todo el año que garantice su rentabilidad. Hay que estudiar
la instalación de recintos provisionales cómodos y modernos, como los que
existen para otros espectáculos.
7.- Los
toreros más relevantes deben facilitar la apertura de los carteles de los que
forman parte en cuanto a compañeros y ganaderías. Es responsabilidad suya que
los jóvenes matadores con atractivo que pueden plantarles cara puedan hacerlo y
que las ganaderías que se lidien sean las que están en mejor momento, no las de
mayor comodidad.
8.-
Todos los toreros tienen que tener un mayor compromiso personal en la defensa
de la Fiesta. Ya sea aprovechando su tirón mediático, ya sea con una
personalidad arrolladora dentro y fuera del ruedo que convoque a nuevos
aficionados.
9.-
Los ganaderos tienen que esforzarse por criar toros con mayor emoción, con el
tipo y comportamiento que se corresponda con su encaste, aunque no sea el más
demandado en la actualidad. Tienen que insistir en reivindicar la diversidad de
tipos, pesos y morfologías, y hay que apoyarles en esto, desterrando un único
concepto de trapío y la sobrevaloración de la presencia sobre el
comportamiento.
10.-
Deben abrirse los cosos y las ganaderías a la sociedad. Las plazas de toros
deben ser parte de la vida ciudadana. Y las ganaderías, espacios donde conocer
la selección y cría de un animal único.
11.-
Todos los estamentos taurinos deben aumentar su trasparencia.
12.-
Debe acabarse con empresarios que son a la vez apoderados e, incluso,
ganaderos. Si es necesario, estableciendo la incompatibilidad en los Pliegos de
Condiciones de las plazas de toros.
13.- Debe
facilitarse el acceso de público nuevo a las plazas (debe tratarse, por
ejemplo, de reducir el coste de las entradas). Pero debe cuidarse de forma
especial al aficionado. Se le deben dar facilidades y ventajas para comprar
entradas. No puede ser igual el trato (incluso económico) a un espectador
puntual, que a otro que visita ocho o diez plazas de toros o ve cincuenta o
sesenta festejos a lo largo de un año.
14.-
Debe aprovecharse, en fin, el interés y el esfuerzo desinteresado de todos los
aficionados que han dedican mucho de su tiempo a estudiar, divulgar y promover
la Tauromaquia.
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