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sábado, 18 de septiembre de 2010

Tauroética - Fernando Savater

Ayer viernes se presentó en la Plaza de Toros de Las Ventas el libro "Tauroética" de Fernando Savater, un libro que, como se indica en su contraportada, "no es un alegato a favor de las corridas de toros, sino contra las argumentaciones moralistas de quienes quieren suprimirlas".

El libro, aunque formalmente está dividido en dos partes, tiene realmente cinco partes bien diferenciadas.

- La primera es un prólogo cabal, claro y ameno en el que el autor enmarca la problemática a la que quiere dedicar su atención: el debate ético que plantean las propuestas abolicionistas sobre lo que debe ser nuestra relación con los animales.

- La segunda (la principal novedad del libro y su objeto más preciado) es un ensayo denominado "Nuestra actitud moral ante los animales" en el que glosa de modo didáctico y riguroso la evolución del pensamiento filosófico sobre las condiciones morales en las que los humanos debemos relacionarnos con los animales y su aplicación a la tauromaquia. En realidad, el libro es este ensayo aunque, probablemente por su brevedad, se haya querido acompañar de otros escritos del autor sobre esta materia. En todo caso, las algo menos de cuarenta páginas que ocupan esta reflexiones son de una brillantez realmente apabullantes. El argumento central no es una novedad: nuestra relación ética con los animales no es una relación de igualdad, sino una relación en la que es moralmente aceptable privilegiar los intereses de nuestra especie sobre los "intereses" o instintos del resto de los animales. Y, en consecuencia, los animales no son titulares de "derechos", sino que las leyes y valoraciones morales que debemos realizar sobre nuestro comportamiento con las demás especies se tendrán que efectuar en atención a lo que ello implica para nosotros, no para ellos. No es, por tanto, la novedad del planteamiento central lo que resulta llamativo, sino la explicación de la tradición en la que los "animalistas" hacen converger moralmente el comportamiento de (entre) todas las especies, colocando al ser humano en una situación en la que debe aceptar cualquier comportamiento instintivo de las demás especies (ya que no le puede exigir otro) y, sin embargo, debe resignarse a no actuar él de igual modo. La racionalidad, para estos sujetos, supone una limitación a nuestro comportamiento, no un elemento que nos coloca en un nivel superior al del resto de las especies. O sea, la locura.

- La tercera parte es el texto del pregón de la temporada taurina sevillana que el autor pronunció en 2004, un pregón que no se encuentra, a mi juicio, entre los más brillantes, pero que sí tiene hallazgos y reflexiones de mucho interés. Este texto estaba publicado por la Maestranza en una edición sencilla pero de calidad. En todo caso, como tantos otros escritos en el ámbito taurino, no era fácil de encontrar. Incluirlo en el libro es un modo de darle una difusión que de otro modo probablement jamás hubiera alcanzado.

- Una cuarta parte lo componen cuatro artículos periodísticos de temática taurina escritos por el autor en 2005, 2008 y 2010 (2). De entre los cuatro me quedo con "Malos pasos" un artículo que no tiene nada que ver con el debate sobre la prohibición de los toros, ni sobre la ética, sino que relata una anécdota sucedida una tarde en Madrid en la que acudió a ver a Curro Romero junto a otros amigos (entre ellos Rafael Sánchez Ferlosio) y ante la invalidez del toro y los gritos de "¡cojo, cojo!", "Ferlosio, sublime como sólo él sabe serlo, bastón en mano cual pastor tratando de reunir a su disporso rebaño, gritó: '¡Dejadle en paz! ¡No está cojo! ¡Es su forma de andar!'" Algo que Savater decidió aplicar a tanta bronca mediática como tenemos que vivir en este país. Del artículo, además, destaco la interesante apreciación del público de Madrid, del que dice que era "bronquista y alguacilesco", ya que "Muchos iban más a censurar que a disfrutar... o sólo disfrutaban censurando: a voz en cuello, claro". ¡Qué poco hemos cambiado", aunque lo cierto es que probablemente de quienes así actúan también habría que decir aquello de que "No están cojos: es su forma de andar".

- La quinta parte, la "Despedida" es una cita genial de Ignacio Sánchez Mejías: "El mundo entero es una enorme plaza de toros donde el que no torea embiste. Esto es todo. Dos inmensos bando: manadas de toros y muchedumbres de toreros, y, en consecuencia, es la lucha por nuestra propia vida la que nos obliga a torear".

Un gran libro, como digo, aunque realmente inédito sólo sean cuarenta o cincuenta páginas (prólogo y ensayo). Pero de una calidad suprema, que se unen a la de otros textos que le dan una importante coherencia e interés a la obra. Más aún en estos tiempos azarosos donde, frente a los dogmatismos y la violencia de los antitaurinos, cualquier reflexión serena y ponderada (y la de Savater lo es) es bienvenida.

(Sólo una crítica realmente honda a la argumentación del autor. Por dos veces propone los debates sobre el aborto como ejemplo de debates dogmáticos donde algunos tratan de imponer su moral como única aceptable. A mi juicio el debate sobre el aborto tiene una entidad de mucha mayor complejidad porque dependiendo de qué momento consideremos que es el que determina el nacimiento de una vida humana podrá plantearse cuál es el nivel de protección -civil, administrativo o penal- que deba establecerse para cualquier ataque frente a la misma. Con independencia de cuáles sean los argumentos que uno pueda tener a favor o en contra de la despenalización del aborto, equiparar su discusión a la mantenida respecto a la tauromaquia es incurrir en la misma sinrazón que Savater denuncia de los antitaurinos al confundir la sangre animal con la humana: "la barbarie no consiste en tratar con inhumanidad a los animales, sino en no distinguir el trato que se debe a los humanos y el que puede darse a los animales").

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Plaza de toros, obra gráfica, ya a la venta

Ahora que se va terminando la temporada y se acercan las Navidades, el tiempo de los regalos y la felicidad, ¿qué mejor presente que una de estas preciosas láminas?

PLAZA DE TOROS, OBRA GRÁFICA

(La tauromaquia de Pablo Pámpano)

He tenido la oportunidad de verlas impresas en papel Turner y pareciera que los toros embisten y los toreros, torean. Auténtico 3D, acabado japonés.

Si ya has leído el libro
no te pierdas la película.


ANTONIO ORDÓÑEZ, por Pablo Pámpano

martes, 14 de septiembre de 2010

Albacete (13 de septiembre de 2010) - ¡Vaya panda!

Acudía por primera vez a los toros a Albacete en una jornada que añadía relaciones profesionales a la camaradería de los miembros de la expedición. Cuando clientes que tienen intereses empresariales en aquellas tierras, sabedores de mi afición taurina, me pidieron hace ya tiempo que les indicara una buena corrida, sin ni siquiera ver los carteles les dije que a quien había que ir a ver era a Morante (o se lo había dicho incluso antes, todo es posible...). No me había percatado de que los toros anunciados eran de Juan Pedro.

Cuando llegamos a la plaza y vimos la nota que anunciaba que Morante se había caído del cartel la decepción fue completa. Decepción que se tornó en cabreo cuando repasamos las noticias de los portales taurinos y hablamos con los buenos aficionados que encontramos por allí que nos comentaron que se habían tenido que reconocer esa mañana diecinueve toros y que D. José Antonio había alegado gastroenteritis.

Por ser claros: yo no sé si Morante tenía o no gastroenteritis. Lo que decían muchos es que se negó a torear cuando se montó el lío de corrales y no se aprobaron los toros reseñados en el campo. Y parece que también porque su apoderado, Curro Vázquez, tenía enfrentamientos anteriores con el Presidente. Si es así (que no tengo ni idea, pero puede ser) lo de la gastroenteritis es una excusa perfecta para evitar una sanción. Pero lo razonable sería que el torero pudieran decir libremente que no toreaba porque él se había comprometido a torear unos toros concretos y no otros. Con transparencia.

Y desde luego, como hemos comentado ya otras veces (tardes del Puerto de Santa María, de Málaga,...) lo que no es de recibo es que los reconocimientos se hagan el mismo día de la corrida por la mañana. ¿Qué pasa con la gente que viaja para ver una tarde de esta? ¿Por qué les tienen que estropear manifiestamente el plan? ¿No es más razonable que se viaje al campo y los veterinarios aprueben o rechacen desde allí los toros?

El modo de "proteger" los derechos de los aficionados es decimonónico e ineficaz. Lo único que hace es perpetuar el poder de señores que a base de velar por la supuesta seriedad lo único que hacen es joder la Fiesta. Léase Presidentes y Veterinarios. Quienes me acompañaban, por ejemplo, tienen claro que un espectáculo así no es lo que quieren ver, no es nada que les emocione. Que no es de recibo ir a ver un cartel y que por decisiones de una sola persona la misma mañana se pueda organizar el desaguisado este. ¿Es así como piensan atraer a nuevos espectadores a las plazas? Ni de broma.

De todo lo que vimos por allí el único que estuvo en su sitio fue un policía nacional de los que andaba cerca de las taquillas. Como sucede cuando hay cambio de cartel existía la posibilidad de devolver las entradas, derecho que algunos ciudadanos estaban ejerciendo. Quince minutos antes de la hora de inicio de la corrida el taquillero cerró la ventanilla habilitada al efecto con el consiguiente cabreo del personal. Las empresas leen el Reglamento sólo a medias, porque lo que este dice es que en caso de modificación del cartel los espectadores tienen derecho a devolver su entrada hasta quince minutos antes, salvo que en ese momento siga habiendo gente que quiera hacerlo en cuyo caso sólo cuando esta demanda finalice (ininterrumpidamente), acaba la devolución. El policía nacional dijo que el personal no se preocupara, que él tomaba nota de lo estaba pasando para dar el parte correspondiente. Alguien dio aviso a la empresa, que en breve abrió nuevamente la taquilla.

En el ruedo, Cid, Talavante y Pinar estrellaron su voluntad con una corrida descastada y sin fuerza y ante un público enfandado hasta el extremo con el Presidente. Los tres primeros fueron absolutamente infames de presentación y juego (el segundo, completamente anovillado). La segunda parte mejoró ligerísimamente el sopor. El Cid en el cuarto toreó bien con el capote de recibo y en un breve quite; luego de dos pares muy buenos de Boni dio dos series buenas con la derecha y sacó naturales de uno en uno; pero sin emoción es muy difícil. A Talavante le faltó apostar y jugársela a sacar desde el principio los pases buenos que tuviera el animal. Y Pinar en el sexto toreó bien al menos malo de la corrida por el pitón derecho, aunque con poco ajuste, y le costó acoplarse por la izquierda; nos quedamos con la sensación de que algo más podría haberse sacado. Pero la gente estaba harta y desanimada.

No, señores. Lo que pasó en Albacete no es de recibo y no es propio de una plaza del prestigio de esta. Cada vez más, cada corrida tiene que ser un acontecimiento. Algo por lo que merezca la pena viajar e ilusionarse. Y que tenga una previsibilidad mucho mayor. Si no, será difícil incorporar a más gente a la afición, a la gente mejor, la más cabal.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Pozuelo de Alarcón (10 de septiembre de 2010) - Así no hacemos afición

No había ido nunca a la plaza de Pozuelo de Alarcón. Pozuelo, para los lectores que no conozcan bien los alrededores de Madrid, es un pueblo que no dista más de diez o doce kilómetros de la capital, con un nivel de vida bastante alto y que alberga en su término municipal y aledaños lujosas urbanizaciones. Un lugar, en fin, que tiene a menos de media hora en coche a varias decenas de miles de aficionados, como poco. Aún así el viernes se anunciaba una corrida con El Cid, César Jiménez y Daniel Luque y la plaza (portátil y con no demasiada capacidad) no tenía más de la mitad de sus localidades ocupadas. Y del público, buena parte eran peñistas locales (para quienes, supongo, las entradas tendrán un precio especial) y otro buen puñado (estoy casi seguro) "compromisos" del Ayuntamiento con quienes tampoco pasan por taquilla. Al final, no sé si habría más de quinientas o seiscientas personas que hubieran pagado su entrada.

Esto, obviamente, tiene bastante poco sentido. Y menos aún cuando la tarde transcurre como el viernes: con seis toros de Rivera de Campocerrado manifiestamente descastados e inválidos que impidieron absolutamente el triunfo a pesar de las ganas de los tres espadas. Sólo destacar algunos lances de Luque al tercero y Cid al cuarto, la variedad de Jiménez con el segundo y alguna serie de Luque al tercero. Además de buenas estocadas de Jiménez (segundo) y Luque (tercero). Poquísimo para un festejo de este tipo.

Para colmo, la presidenta quiso tener su minuto de gloria y obligó a que picaran por dos veces al segundo toro de El Cid, que se enfadó con razón. No es que el toro fuera a durar mucho más, pero tampoco había razón alguna que justificara un segundo encuentro con el caballo más que el empecinamiento de la concejala de turno que supongo que querría dar algo de seriedad a la plaza. De chiste.

Estos festejos no tienen sentido. No tiene sentido que un Ayuntamiento dilapide su dinero en cosas así (como no tiene sentido que lo gaste en otras muchas cosas). Organizar un festejo taurino tiene razón de ser cuando el festejo garantiza una mínima seriedad y rigor. Y eso atraerá público a las plazas. Subvencionar cosas como esta no ayudan para nada a la fiesta. Es más, dan una imagen exactamente contraria de lo que tiene ser la Fiesta, de lo que permite mantenerla y defenderla. ¿O es que hay alguien que, con seriedad, puede pretender reivindicar eso como evento cultural? Un poco de seriedad, señores.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Pinceladas de amargura

¡Cómo está el patio! A uno le gustaría recrearse en las faenas grandiosas de Morante, en el buen momento de El Juli, en el empaque de Manzanares, en las 2.000 corridas toreadas por el maestro Ponce,... Me gustaría glosar la figura del inigualable Rafael de Paula de quien mañana se cumplen 50 años de su alternativa en Ronda, en una goyesca con Julio Aparicio y Ordóñez. Recordar a Yiyo en el XXV aniversario de su mortal cornada en Colmenar. Repasar iniciativas interesantes como el Curso de Introducción a la Tauromaquia que organiza la Escuela de Madrid, la presentación del libro "Tauroética" de Savater que se anuncia para unos días en una de las Aulas de La Plaza de Las Ventas, el extraordinario Congreso de Fundamentos y Renovación de la Fiesta que se celebra a finales de mes en Sevilla, en las interesantes actividades que se están desarrollando en Valladolid coincidiendo con su Feria Taurina,...

Pero no, los taurinos oficiales y los blogueros se dedican a darse mandobles entre sí y con los antitaurinos por gilipolleces varias y preeminencias estúpidas. La desorganización de la Fiesta y la manifiesta mediocridad intelectual de los que están al frente del cotarro impiden organizar de forma eficaz y silenciosa la solución a los problemas cotidianos para poder centrarse en la grandeza de lo que ocurre en los ruedos y de lo mucho bueno que está surgiendo en torno a lo taurino.

Algunos ejemplos, para que ustedes me entiendan:

1.- Lo de Perera. Como para ser un aficionado de pro hay que dudar de la honestidad y la verdad de los toreros, un Presidente y algunos otros han dicho que fue poco organizado al anunciar con menos de tres horas de antelación que se caía del cartel en su segunda comparencia en Bilbao. Hay que ser ruines, cuando la explicación se dio bastante clarita desde el principio: Perera sentía molestias importantes desde el revolcón de una semana antes de San Sebastián y estaba toreando infiltrado; al llegar a Bilbao le hicieron una revisión más completa y le dijeron que tenía un grave problema en una vértebra y que si no paraba y tenía algún percance el resultado podría ser gravísimo. Ante lo cual, y muy a su pesar, pone fin a la temporada. Uno puede pensar que Perera este año ha estado mejor o peor en sus comparencias en las distintas plazas (y ahí están las crónicas en este blog de las tardes en las que le hemos visto este año, en la que podrán ver cómo hemos resaltado que nos ha gustado menos que hace un par de temporadas). Pero de ahí a poner en duda su honradez o suponer que alegaba una lesión de esa envergadura para no estar en Bilbao una tarde más va la distancia entre la crítica artística y una mezquindad inaudita. ¿No tienen otra cosa que hacer los taurinos? Después, Cepeda ha respondido con contundencia y tal vez se haya excedido en lo del "don nadie", los temas personales y cosas por el estilo (se ha excedido menos, en todo caso, que aquellos a los que respondía). Pero es que lo que no puede ser es que siempre se esté dudando de los toreros y que eso sea señal de ser buen aficionado.

2.- Lo de Calahorra. Un "empresario" (con perdón) taurino que suspende una corrida porque ha vendido pocas entradas y va a perder mucho dinero. ¿Nadie va a exigirle que cumpla su contrato? ¿Nadie va a exigir responsabilidad al Ayuntamiento que le adjudicó la Plaza para su gestión? ¿Nadie va a pensar en serio cómo tienen que enfocar los Ayuntamientos la gestión de sus plazas, como actividad cultural, y establecer su presupuesto y su actividad igual que plantean el resto de las actividades culturales -es decir, no pensando en su rendimiento económico sino en la difusión y formación cultural de los vecinos durante todo el año-?

3.- Lo del Defensor del Pueblo. La Unión de Abonados y Aficionados de España ha presentado un escrito ante el Defensor del Pueblo solicitándole que presente un recurso de inconstitucionalidad contra la prohibición de los toros en Cataluña. Primero, la mayoría de los medios (taurinos y no taurinos) han dicho que ha presentado un recurso de inconstitucionalidad, lo cual es manifiestamente incorrecto porque esos recursos se interponen ante el Tribunal Constitucional y sólo ciertas instituciones pueden hacerlo. Lo que ha hecho la Unión es instar al Defensor del Pueblo (que sí puede interponerlo) a que lo haga. Pero es que, además, han sido los únicos. ¿Dónde está La Mesa del Toro? ¿Y la Asociación Taurina Parlamentaria -50 diputados o senadores pueden presentar el recurso-, están recabando firmas para hacerlo? ¿Y las asociaciones de profesionales taurinos, de empresarios, de ganaderos,...? ¿Han hecho algo? ¿Piensan hacerlo? ¿O es que les han vuelto a convencer los políticos, como hicieron en Cataluña con el resultado que se vio, que es mejor tener un "perfil bajo"? ¡Va a ser impresionante cuando se agote el plazo y no se haya interpuesto el recurso en plazo y frente a quien puede pronunciarse!

4.- Lo de las manifestaciones antitaurinas frente a las plazas de toros. Como ha recordado el Blog Los Toros en el Siglo XXI, o los periodistas Paco Aguado o Santi Ortiz, un día se va a liar. En cualquier otra actividad (deportiva, cultural, empresarial, sindical, política, religiosa,...) nunca se daría autorización para una manifestación en un lugar en el que puediera ocasionarse un problema de orden público. Pero como los taurinos somos gentes civilizadas (en general), con prejuicios (la mayoría) y tremendamente desorganizada, se ha convertido en una costumbre ir a provocar y tenerse que aguantar si te llaman asesino o te pegan un empujón antes de acceder a la Plaza. ¿Tampoco hay nadie que ahorre a cada aficionado o asociación que tenga que defenderse individualmente? (El domingo en La Cope daré cuenta de cómo hay sentencias que ya prohibieron ciertos recorridos de manifestaciones antitaurinas por su coincidencia con las taurinas).

5.- Lo de la Feria del Pilar. ¡Vaya Feria que han hecho!...

6.- Lo de las "huelgas" convocadas por la Comisión de Seguimiento del Convenio Colectivo Taurino, o por asociaciones o sindicatos de banderilleros y picadores, que además sancionan a quienes no se suman a sus protestas. ¿Alguien había dicho que la tauromaquia era una actividad cultural? ¿Se imaginan ustedes a un escritor o a un pintor en huelga, a un escultor renunciando a su inspiración porque una galería no le vende bien sus creaciones, a un músico negándose a cantar porque no-sé-quién no pagó a alguien que una vez actuó en el mismo escenario -aunque el empresario que ahora lo gestione sea otro-?

Pues mientras dediquemos a esto nuestro tiempo, ¡vamos listos! Mientras aficionados, periodistas, toreros,... tengan que dedicar su tiempo a estas simplezas, en vez de que las resuelva y lidere todas una organización única, representativa, de gente capaz, inteligente y eficaz (vamos, casi lo mismito de lo que hay), no tendrán su mente y su tiempo en lo que importa. Así, vamos a llegar a más gente por los cojones, vamos a reivindicar el valor cultural la tauromaquia cuando las ranas bailen flamenco y vamos a conseguir enseguida que los mejores (cultural y socialmente) defiendan y promuevan el toreo, se pongan a la cabeza de nuestra manifestación.

(Quería hablarles también de Morante, de cómo tengo la sensación de que su genialidad cada vez se entiende menos. Pero creo que por hoy ya es bastante.)

miércoles, 1 de septiembre de 2010

San Sebastián de los Reyes (29 de agosto de 2010) - Muy interesante

Gran tarde de toros la que vivimos el domingo en San Sebastián de los Reyes. Juli, Castella y Manzanares dieron lo mejor de su toreo en un festejo triunfal, de gran toreo por parte de los tres espadas y con una corrida terciada de Victoriano del Río, pero más que aceptable para una plaza de tercera.

Juli recibió muy bien a su primero con el capote y quitó vistoso y profundo. El toro derribó al picador, pero más por la impericia de caballo y caballero que por una fortaleza desmesurada. En la muleta, las series con la derecha fueron de hondura y limpieza. El toro iba muy bien por ese pitón y algo pero por el izquierdo, por donde protestaba algo más, a pesar de lo cual Julián lo intentó y sacó pases más que estimables. La faena concluyó con circulares invertidos ligados en cadena, faroles, cambios de mano,... Toreo vistoso en un trasteo con gran contenido y coherencia. Pinchó primero y luego recetó una gran estocada.

Con el cuarto se dio un auténtico festín. Con el capote quitó primosoramente por chicuelinas abrochadas con una gran media. Luego, en la muleta, el toro embistió cpn clase aunque no perimitía series largas. El Juli toreó muy bien con ambas manos. Toreo ligado y gustándose, con cadencia, con aguante, con hondura. Gran estocada y dos orejas de ley.

Castella fue golpeado en el recibo de capote a su primero. Quitó bien por chicuelinas templadas y ceñidas. Con la muleta intentó alargar los muletazos, dando al todo más sitio y toreándole mucho más puro de lo que en general le hemos visto esta temporada. No abusó de la cercanía a los pitones, salvo en el final de la faena. Castella en su mejor versión. Estocada algo caida y oreja con fuerte petición de la segunda.

Al quinto lo recibió con templadas verónicas rodilla en tierra y le instrumentó un quite por gaoneras y otros lances ceñidos con el capote a la espalda. En la faena de muleta recibió una tremda voltereta. Antes había toreado lento y con gusto; después del susto aún más. Gran toreo por ambas manos. El toro humilla mucho y él le lleva largo y templado aprovechando la embestida. Estocada algo caida y dos orejas.

Manzanares tuvo probablemente el lote menos aprovechable, pero demostró una vez más su inmensa estética y hondura toreando. Al tercero lo recibió bien con el capote y con la muleta le corrigió los defectos llevándole siempre muy tapado, con temple, gusto y empaque. Por la izquierda el toro se deja menos, pero Manzanares insistir y consigue sacarle series de interés. Un natural y uno de pecho fueron auténticamente de cartel. Mató de una estocada perfecta recibiendo (no le habíamos visto nunca hacerlo así) y recibió dos merecidas orejas de premio a su labor.

En el último, un toro complicado, hizo una faena de muchísimo mérito con algunos pasajes de gran intensidad estética, pero donde, sobre todo, vimos a un Manzanares poderoso sin que ello quitara un ápice de profundidad a su toreo. Gran estocada y una oreja.

Una tarde, en fin, de buen toreo. Con toros apropiado para una plaza de tercera y con tres toreros que dieron lo mejor de su tauromaquia, que no escatimaron en entrega y en variedad con capote y muleta y que mataron muy bien. Toreo de lujo. Que no necesita para serlo que se haga ni en Madrid ni en Bilbao. Que basta con este otro toro, que cuando embiste y transmite, y los toreros se entregan, también pueden brindar grandes momentos.