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sábado, 25 de mayo de 2013

José Tomás en Nimes - La presentación

Ayer, las palabras fluyeron sin necesidad de papeles. Pero dejo aquí lo que tenía preparado por si los nervios hubieran tratado de ganarme la partida...

Buenos días.

Quisiera agradecer, en primer lugar, su presencia, su compañía en este acto. Y agradecer también, de forma muy especial, a la editorial “La Esfera de los Libros” su interés en la publicación de esta obra y la gran calidad y compromiso con el que han acometido todo el proceso. Gracias a Ymelda Navajo, que tan pronto acogió el proyecto, a Mónica Liberman que ha hecho un trabajo tremendamente eficaz y que entendió perfectamente lo que pretendíamos Andrés y yo. Gracias a Alberto Fernández que ha hecho una magnífica labor de producción y ha conseguido que el libro tenga una presencia y una calidad muy importante. Y a Mercedes que está desarrollando de un modo ejemplar las labores de difusión que tanta falta hacen en tiempos como estos.

Por supuesto, gracias también a Carlos Abella, primero por acogernos en esta sala Antonio Bienvenida y por su infatigable esfuerzo en que la Plaza de Las Ventas sea un lugar de encuentro permanente de la cultura taurina en sus más variadas vertientes. Carlos es, además, a mi juicio, el mejor biógrafo de José Tomás (su libro “Un torero de Leyenda” es una referencia imprescindible) y tenerle aquí es una gran alegría.
Y gracias, cómo no, a Simón Casas, que consiguió confeccionar el año pasado en la Vendimia una feria extraordinaria, en la que se produjo el milagro de esos seis toros de José Tomás que recordamos en el libro, que ha hecho de Nimes una pieza clave en la temporada taurina y que tantos carteles atractivos para los aficionados ha confeccionado en las plazas que gestiona.

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“Has abierto las puertas de la Muerte toreando en el vértice del miedo. Y detrás de las puertas había luz, la deslumbrante luz de la pureza. Entrabas y salías de la muerte como el buzo entra y sale del abismo, sumergido en campanas de silencio, en solares silencios espectrales donde el aire vacío se completa con el lance y el trance tan reunidos que suspenden la razón y la despeñan al borde mismo del espanto. (…)”

Para hablar del libro, de la hazaña de José Tomás en Nimes, quería empezar con el comienzo de este poema de mi amigo y compañero de blog José María Jurado, un poema incluido en el libro “Plaza de Toros”, con textos de José María e ilustraciones de Pablo Pámpano (ganador hace unos años del concurso de carteles de Las Ventas y que ayer mismo presentaba exposición taurina y flamenca en la taurina localidad cacereña de Coria). Un poema que ha sido incluido, junto con otro del mismo libro, en la antología que ha hecho Carlos Marzal de poesía taurina desde los años 50 del siglo pasado hasta nuestros días, junto con obras de autores como Claudio Rodríguez, Paco Umbral, Ángel González, Luis Alberto de Cuenca o Jacobo Cortines.
Y quería hacerlo no sólo porque es un poema que me encanta y porque siempre es una alegría recordar a los amigos, sino porque creo que refleja a la perfección, casi de forma premonitoria, lo que supuso para José Tomás Aguascalientes (“Has abierto las puertas de la Muerte toreando en el vértice del miedo”) y lo que significó Nimes como superación de aquello (“Y detrás de las puertas había luz, la deslumbrante luz de la pureza”).

Aguascalientes y Nimes. Como dijo recientemente el propio torero en la entrega del premio Paquiro: sin Aguascalientes no habría sido posible Nimes.
Pero afortunadamente, Nimes fue posible. Y Andrés y yo estábamos allí para contarlo. Bueno, a decir verdad estábamos allí para disfrutarlo. Y lo de contarlo vino después.

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Andrés y yo nos conocemos años, a través de un buen amigo común. Y el proyecto de hacer el libro surgió de un modo un tanto peculiar.
Andrés no era aficionado a los toros. Llega a los toros muy recientemente a través de la fotografía. Aunque es abogado de profesión tiene algunas aficiones de las que es un verdadero maestro. Una es la música (es un auténtico experto en música clásica) y la otra la fotografía (cualquiera que haya echado una ojeada al libro puede ver también su magisterio).

Andrés se acerca, por tanto, a los toros, sin prejuicios. Con libertad. Y ve que lo que sucede en el ruedo es algo impresionante. Algo que tiene una expresión única. Y le atrapa. Y va cada vez a más festejos, en Madrid y en otras plazas. Sin embargo, comienza a indagar en el mundillo taurino y le sorprende la escasa difusión que tienen muchos de sus acontecimientos. Lo poco que se “vende” lo que sucede en el ruedo. Eso es algo que a los aficionados más veteranos no nos llama la atención. Pero a él, recién llegado, le sorprende. Y, sobre todo, no entiende por qué no intentamos abrir la Fiesta a todo el mundo. Por eso, monta una página web con sus fotografías a la que llama “Bullfigphoto”, una página en inglés dirigida al público internacional.
En medio de este acercamiento cada vez mayor al mundo taurino, coincidimos cada vez en más festejos. Y empieza a surgir la posibilidad de hacer algo para explicar y difundir la tauromaquia a los no iniciados. Pero en medio de ese proceso, surge la corrida de Nimes. Y es algo que realmente nos bloquea. Poco después, Andrés me llama y me dice: ¿y por qué no hacemos un libro de lo de Nimes? Obviamente, a poco que uno vea sus fotos es fácil animarse. Y, sobre todo, es muy sensato pensar que cualquier texto estará bien arropado y que, aunque uno no se luzca mucho escribiendo, la belleza y el impacto de las imágenes taparán cualquier error.

He de reconocer, además, que hay una cosa que, desde el principio, me animó especialmente. Andrés estaba empeñado en que el libro tenía que “contar una historia”. Y eso, por parte de un artista plástico, es de una generosidad apabullante. Normalmente, cualquier artística plástico (ya sea pintor, ilustrador, escultor, fotógrafo,…) considera que la imagen lo dice todo. Que no hacen falta palabras. Por eso, plantear que además de las imágenes tiene que haber unos textos que guíen al espectador es algo que le agradezco infinito. Sobre todo, porque sólo con sus fotos el libro hubiera sido igualmente una maravillosa obra de arte. Poder participar con unos textos es algo que uno considera un lujo.
Siendo así, la cuestión que se planteaba es qué es lo que podía decirse que acompañara a las fotos o que no se hubiera dicho ya. Y para eso, me guié por las palabras de Andrés: “hay que contar una historia”.

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Por eso, después del prólogo con una mezcla entre lo japonés y lo taurino que escribe Andrés, intento plantear en un primer capítulo que se llama “El milagro de Nimes” qué sensaciones me causó la corrida. Lo primero es la impresión, lo que uno siente por la piel. Y eso, aquella mañana, fue mucho.
Un segundo capítulo aborda de forma breve una “Semblanza de José Tomás” para aquellos que no han seguido su trayectoria. En esta labor, el libro de Carlos (“Un torero de leyenda”) ha sido de gran ayuda.

Luego, trato de contar brevemente cómo fue la temporada de José Tomás en 2012 y por qué intuyo que eligió Nimes para realizar ese gesto (por qué intuyo, saber, desde luego no lo sé –no he tratado personalmente al maestro- y ni siquiera tengo claro si él podría explicarlo de forma lógica, más allá de lo que siente. En todo caso, a mí se me ocurren razones o sentimientos. Y creo que ayudan a contar la historia.
Un cuarto capítulo se titula “Antes del rito: la expectación y el negocio” porque creo que es bueno abordar con naturalidad que el torero, con ciertos planteamientos, es muy atractivo, genera una gran expectación y mueve mucho dinero. No todas las artes (muchas de ellas subsidiadas, a diferencia del toreo) pueden decir lo mismo. En eso, creo que quien ha abierto un camino extraordinario es Juan Medina, profesor de Economía de la Universidad de Extremadura, que está presentando ahora mismo en la Sala Cossío junto con Nacho Lloret y otros jóvenes profesionales un interesantísimo proyecto de Academia de la tauromaquia. Una pena no poder estar en ambos sitios a la vez.

El grueso del libro lo ocupan las fotos del festejo, toro a toro. El capítulo se titula “El desarrollo del festejo: las claves” y aquí las palabras son mínimas. Todo lo ocupan las imágenes. Aquí no hay casi nada que añadir. Sólo me extiendo algo más en lo que significó la lidia y el indulto del cuarto toro. Porque tengo la sensación de que para un gran festejo se convierta en algo único tiene que haber, además de mucho buen toreo, algo absolutamente excepcional. Y lo que sucedió en ese toro lo fue. Me detengo algo más en esa lidia, como digo, con un guiño a otro festejo que para mí fue único: la goyesca del 2 de mayo de 1996 de Joselito en esta Plaza de Las Ventas, donde también la lidia del cuarto toro, con el quite por crinolinas y el toreo al natural con la mano derecha, creó una magia muy especial en una plaza tan dura como esta.
Después de los seis toros hago un repaso con cierto detalle del reflejo que tuvo la corrida en los medios. Los taurinos se quejan del ninguneo de los medios generalistas al toreo. La repercusión que tuvo la corrida en los medios (reportaje completo de Informe Semanal incluido) creo que refleja que, cuando una corrida de toros es un acontecimiento, ilusiona. Y ni siquiera los prejuicios impiden que tenga la relevancia pública que se merece.

El libro finaliza con un epílogo que titulo “La mañana del 16 de septiembre de 2012 como propuesta de futuro en la tauromaquia” porque creo que el planteamiento del festejo por parte de José Tomás y su desarrollo da algunas de las claves de por dónde puede evolucionar probablemente la tauromaquia. O, al menos, de por donde debería evolucionar, a mi juicio, la élite de la tauromaquia.
Esto es el esquema de la historia que trata de contar el libro, de las palabras que acompañan a las imágenes.

No obstante, antes de acabar quisiera apuntar algunas cosas que a mí me impresionaron especialmente de aquel festejo, y algunas curiosidades del libro:

-              El libro comienza con algunas fotos de templos de Japón, fotografías también de Andrés, que no sólo demuestran su genio con la cámara, sino que le dan un toque original al libro, lo hacen algo distinto de libros clásicos de fotografía taurina.

-              Les aconsejo que se fijen también en la verticalidad que tiene José Tomás en las fotografías de la corrida, en la posición perfecta en cada lance y en cada muletazo. Eso implica un nivel de autoexigencia brutal. Como me decía un buen amigo, este libro tendría que estar en todas las escuelas de tauromaquia para que los chavales que quieren ser toreros vean cómo hay que colocar el cuerpo, qué es cargar la suerte, cómo se hacen las cosas.

-              Un elemento fundamental de la mañana de Nimes fue que, en cada toro, José Tomás hizo faenas de muleta con pocas series, pero muy intensas y de muchos muletazos. Eso es algo casi imposible de ver hoy en día, pero es esencial. Reconozco que cada vez aguanto menos las faenas largas en las que, aunque hay algún muletazo bueno, se pierden en medio de la nada. Faenas sin estructura, en las que el torero tarda una enormidad en “atacar” al toro. Reconozco que cada toro tiene su lidia, pero en la medida de lo posible creo que hay que empezar con gran intensidad desde el principio. Y lo que dure el toro es lo que ha durad. Y hay que tratar de que las tandas sean lo más largas posibles. No esos “dos y el de pecho” hoy tan frecuentes.

-              Por último, me gustaría recordar que el toreo de José Tomás en Nimes fue de emoción, pero una emoción basada en la belleza y en la serenidad. Salvo en el sexto, las faenas fueron de “olé”, no de “ay”. Los que atacan a José Tomás por su supuesto tremendismo se quedaron sin argumentos.

En definitiva, la mañana de JT en Nimes fue especial. Y lo fue, no sólo porque es un torero grandioso y porque todo salió bien. Lo fue porque la asumió desde un compromiso ético absoluto que, en el toreo, exige no sólo poner en riesgo la vida (algo que siempre sucede cuando un torero se enfrenta a un animal), sino hacerlo para que la obra que se ejecuta en el ruedo trascienda y emocione desde la belleza, la pureza y la verdad.
Eso fue lo que sucedió en Nimes el 16 de septiembre de 2012 a partir de las once y media de la mañana y durante poco más de dos horas. Por eso, desde su independencia y su misterio, José Tomás marcó el camino. Para quien quiera entenderlo. Para quien pueda seguirlo.
 

jueves, 23 de mayo de 2013

José Tomás en Nimes - Presentación en Las Ventas

Mañana día 24 de mayo a las 12'30h., presentación en la sala Antonio Bienvenida de la Plaza de Toros de Las Ventas.

domingo, 19 de mayo de 2013

Cuando el toreo era ayer


Pepe Luis Vázquez (In memoriam)

Ilustración: Pablo Pámpano


Rubio cristal de Sevilla
del barrio de San Bernardo
y del libro de Gerardo
-dondiego con gitanillas-
la rima de maravilla
y luego monte de cardos:
que una muleta tan plana
se vuelve a la noche oscura
si brilla por la mañana
plena de gracia y dulzura.

Débil del aire caricia,
hipérbaton, contradanza
de seise por la Maestranza
y de majestad patricia,
mientras trota la milicia
del toro, ser o no ser,
-¿la cogida en Santander?-
contra las flores de lis:
cartucho de Pepe Luis,
cuando el toreo era ayer.

José María Jurado
Plaza de Toros, (Isla de Siltola, 2010)

Ilustración: Pablo Pámpano

miércoles, 15 de mayo de 2013

Disensiones - Las Ventas, 14 de mayo de 2013

Íbamos ayer contando lo que nos parecía lo que sucedía en el ruedo hasta que, llegado el quinto, hubo que refugiarse debajo de un chubasquero que apenas quedaba libre los ojos e impedía cualquier otra comunicación con el mundo exterior. Falta de comunicación que, probablemente, si no fuera causada por el frío y la lluvia, no sería mal modo de ver los toros.

Y es que cuando luego uno ha leído las crónicas oficiales y los comentarios de los aficionados ve una notable diferencia en las apreciaciones de los toros y, sobre todo, de los toreros. Lo cual, que o bien unos están condicionados por sus particulares filias, fobias e intereses, o que de esto no sabe casi nadie. Pensaremos que es esto último...

A mí la corrida del Puerto no me gustó en general. Los toros tuvieron bastante guasa, muy poca claridad, iban al cuerpo con mucha frecuencia y mansearon lo suyo.

Sin embargo, eso quizá no justifique del todo que ninguno de los toreros triunfara. Con corridas de este tipo uno siempre tiene la duda de si con otra lidia, con otra actitud y con otro tipo de toreo se le hubiera podido sacar más.

Confirmaba López Simón al que su primero se llevó literalmente por delante en el primer cite con la muleta. Golpe y voltereta brutales de las que salió sin otras consecuencias de milagro. Mucho miedo pasamos por momentos. El torero estuvo decidido con ese toro y por momento tuvo algún detalle de calidad, igual que con la muleta, aunque estuvo muy mal con la espada. En el último, en medio de un chaparrón bíblico, hubo también algún momento de interés. El torero evidenció su interés en hacer las cosas bien, pero también acusó ciertas carencias técnicas. Manseaba mucho el toro, se iba de los muletazos, y nos hubiera gustado ver si dejándole el engaño en la cara hubiera podido haber una continuidad que no hubo nunca.

Lo del Cid se cuenta rápido. Su primero fue un toro soso que blandeó mucho; se pidió la devolución y el presidente no la concedió; con la muleta era imposible hacer nada. Con el cuarto lo intentó y dejo un par de naturales, quizás tres, recordando al Cid de otras temporadas (¡hace tanto ya!). Pero fue sólo eso. "En aquellos tiempos..." intuimos que Manuel Jesús le habría sacado más a este toro. Dejó su impronta, pero en una dosis diminuta. Muy importante la lidia de Boni a este toro.

La lidia del primero de Luque también me gustó, tuvo detalles el matador con el capote aunque sin llegar a romper y Algabeño estuvo bien con los palos (los puyazos se pusieron en su sitio, aunque la ejecución fue tal vez mejorable) . Luque empezó bien en una serie al natural, pero la faena se fue diluyendo: algún pasaje de más calidad con otros más vulgares. Muchos altibajos en un trasteo que remató mal con la espada (pinchazo y estocada trasera). El quinto fue el primero del diluvio, y esto condicionó la lidia y la actitud de la plaza. Hubo también algún momento bueno, sobre todo al natural, pero la faena fue irregular y no llegó a conectar de verdad. No estuvo mal, pero tampoco dijo mucho.

Al final, algunas reflexiones. La primera, obvia: en tardes así es mejor que Las Ventas esté techada. Digan lo que digan algunos (sobre todo si lo dicen desde su localidad de grada o andanada).

López Simón tuvo actitud y le falta oficio. A ver si tiene más oportunidades y por dónde rompe. Es difícil adivinarlo.

El Cid sigue sin encontrarse del todo. Recuerda en momentos cómo nos emocionó otras temporadas, pero eso no es suficiente.

Y Luque tiene que asentarse más y torear de otro modo, con faenas de más estructura y más encaje, sobre todo en plazas como Sevilla o Madrid. Es un torero que ha toreado muchísimo, pero que no deja las buenas sensaciones que debería alguien que tiene tan buena colocación en todas las plazas.

lunes, 13 de mayo de 2013

Dos paradigmas y una sola ausencia de triunfo verdadero - Las Ventas, 12 y 13 de mayo de 2013

Ayer eran los de Escolar y hoy los de La Palmosilla. Ayer, Rafaelillo, Robleño y Aguilar; hoy, Curro Díaz, Fandi y Galván. Dos estilos distintos, dos paradigmas diferentes a la hora de entender la fiesta en cuanto a toros y toreros. Pero, al fin, por unas cosas o por otras, apenas unos detallitos en cada una de las tardes.

Ayer, la corrida de Escolar no acabó de gustarme. No tuvo la grandeza y la emoción de los toros encastados en bravo. A cambio, permitieron estar enfrente con menos dificultades que otras veces. En estas circunstancias, hay que estar muy decidido y tener muchos recursos para llegar de verdad a los tendidos. Rafaelillo puso voluntad, y permitió una lidia interesante en los primeros tercios del cuarto de la tarde, con el que después hizo una faena de más a menos. Robleño instrumentó algunos lances con sabor al segundo, al que inició de forma muy torera la faena de muleta; fuera de esto, pareció que faltaba claridad delante del toro. Justo lo contrario que sucedió con Aguilar, que demostró cómo va ganando en madurez: faena de menos a más en el tercero, con esfuerzo por parte del torero y llegando al tendido y mucha voluntad y decisión frente al sexto.

Hoy, la de La Palmosilla ha sido descastada, muy sosa y parándose pronto. Confirmaba Galván, que ha tratado de hacerlo todo bien y despacio. A veces, en la cara del toro, con la muleta, demasiado despacio, con muchos tiempos muertos que, sobre todo en el sexto, se hicieron muy cuesta arriba. Se le notan muchas carencias, pero también ha dejado momentos de toreo hondo. Habrá que verle más veces. Curro Díaz ha empezado de forma sublime su faena de muleta al segundo de la tarde; una serie magistral y torerísima. Pero eso ha sido todo lo que le hemos visto en el día de hoy. Además de clase, hace falta más decisión y sitio (y toros que permitan faenas más redondas). El Fandi tiene mucho mérito aguantando impertérrito cómo los impresentables del 7 le boicotean cualquier cosa que haga. He de decir que a mí su toreo con la muleta no me gusta, pero eso es algo que está en el sentido estético que cada uno tenga de la fiesta. Y me parece inadmisible cómo le tratan. Me ha gustado lo atento que ha estado en la lidia de sus toros (sobre todo en el primero) y en el quinto de la tarde ha puesto cuatro pares de banderillas en un tercio emocionante. Mucho más de lo que hacen otros muchos toreros que tendrían muchas más razones (y necesidades) para tratar de agradar.

Detalles hemos visto las dos tardes. Pero sólo apuntes. Todavía estamos esperando una faena que nos haga ponernos en pie. Sólo falta que sea en los días nublados y con lluvia que parece que se avecinan...

viernes, 10 de mayo de 2013

La segunda también en la frente - Las Ventas 10 de mayo de 2013

Los duendes tecnológicos me han dejado sin cobertura casi toda la corrida, con lo que no ha habido modo de comunicarse por twitter con la afición, ni de saber lo que opinaban otros comentaristas habituales, ni de conocer (lo cual era más grave) qué estaba pasando en Jerez.

Al final, ni había nada reseñable que contar y en Jerez, todo lo más (parece) una faena bonita de Manzanares.

En Las Ventas, una corrida mala de Los Bayones, un torero tan falto de ilusión como de costumbre (Tejela), otro que no acaba de convencerse ni convencer (Mora) y otro al que se le nota que tiene ilusión, que ha dejado momentos interesantes, pero le ha faltado enemigo y, a veces, un puntito de rotundidad (Antonio Nazaré).

Mientras tanto, los del 7, ayer silenciosos, han dado hoy una tarde infernal. A saber por qué. Ver a ciudadanos iletrados como esos tratar de dar lecciones de cualquier cosa da risa o vergüenza ajena (dependiendo del estado de ánimo). Pero tenerles que escuchar sin parar es algo que no es de recibo. Una cosa es una voz de vez en cuando y otra pasarse una faena entera dando voces. El resto del público, la mayoría, que vamos a tratar de disfrutar y entretenernos, no tenemos por qué vernos invadidos por su constante interés en llamar la atención. Especialmente cuando alguien hace algo bien (léase Nazaré) y se pretende reconocer el esfuerzo y los logros (hasta donde lleguen).

Una pena que vengan corridas de tan mal juego como estas (en lo que toca a la presencia, si luego embisten, y dentro de unos límites, uno puede ser más flexible).

El domingo, la de Escolar. A ver qué pasa...

jueves, 9 de mayo de 2013

Mansos (los toros) y sin decisión (los toreros) - Madrid, 9 de mayo de 2013

Decíamos esta mañana en twitter (@grantemporadalc) que los tres toreros de hoy saben torear. Y bien. Pero que tienen que creérselo. Asumir que, como dijo ayer JT, en el ruedo sólo hay presente.

Pues no ha sido así. Los toros han sido mansos, sosos y descastados. Pero a salvo de algún detalle pinturero de Leandro y algún detalle de Morenito de Aranda, no ha habido una disposición absoluta, una entrega completa, que es lo único que tiene sentido cuando uno se anuncia en San Isidro.

Lo hemos contado así.

Mal la lidia del primero. Nada con el capote, mal el picador y las banderillas. Así no. Toro soso. Urdiales indeciso y algo espeso. El viento molesta. Estocada hábil y descabello.

En el segundo, bien banderillas Martín. Nada más en los primeros tercios. El toro hace extraños con los cuartos traseros. Algún natural con sabor de Leandro a un toro manso que se desentiende de los engaños. Falta lidia. Varios pinchazos.

Detalles de Morenito con el tercero, pero falta estructura, intensidad,... Creérselo. Pinchazo hondo y bajonazo.

Lidia, digamos que poco lucida en el cuarto. Toro manso y soso. Urdiales no está especialmente lúcido.

Poca historia en los primeros tercios del quinto. Brinda al público? Manso, soso y parándose el quinto. Leandro tampoco está muy brillante. Estocada baja y varios descabellos.

Bien el tercio de varas en el sexto y muy bien el segundo par de Luis Carlos Aranda. Morenito lo intenta, con escasa convicción y nulo éxito. Mal con la espada.

La corrida, en fin, no ha sido buena. Una vez que han sido criados y que salen al ruedo, lo de los toros no tiene arreglo. Pero lo de los toreros es otro cantar. Sin duda, pueden dormir tranquilos: no se les ha ido ningún toro de triunfo grande. Pero, a mi juicio, la decisión tiene que ser mucho mayor que la que hoy hemos visto. En cualquier plaza. Pero en algunas como Las Ventas, mucho más.