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lunes, 13 de mayo de 2013

Dos paradigmas y una sola ausencia de triunfo verdadero - Las Ventas, 12 y 13 de mayo de 2013

Ayer eran los de Escolar y hoy los de La Palmosilla. Ayer, Rafaelillo, Robleño y Aguilar; hoy, Curro Díaz, Fandi y Galván. Dos estilos distintos, dos paradigmas diferentes a la hora de entender la fiesta en cuanto a toros y toreros. Pero, al fin, por unas cosas o por otras, apenas unos detallitos en cada una de las tardes.

Ayer, la corrida de Escolar no acabó de gustarme. No tuvo la grandeza y la emoción de los toros encastados en bravo. A cambio, permitieron estar enfrente con menos dificultades que otras veces. En estas circunstancias, hay que estar muy decidido y tener muchos recursos para llegar de verdad a los tendidos. Rafaelillo puso voluntad, y permitió una lidia interesante en los primeros tercios del cuarto de la tarde, con el que después hizo una faena de más a menos. Robleño instrumentó algunos lances con sabor al segundo, al que inició de forma muy torera la faena de muleta; fuera de esto, pareció que faltaba claridad delante del toro. Justo lo contrario que sucedió con Aguilar, que demostró cómo va ganando en madurez: faena de menos a más en el tercero, con esfuerzo por parte del torero y llegando al tendido y mucha voluntad y decisión frente al sexto.

Hoy, la de La Palmosilla ha sido descastada, muy sosa y parándose pronto. Confirmaba Galván, que ha tratado de hacerlo todo bien y despacio. A veces, en la cara del toro, con la muleta, demasiado despacio, con muchos tiempos muertos que, sobre todo en el sexto, se hicieron muy cuesta arriba. Se le notan muchas carencias, pero también ha dejado momentos de toreo hondo. Habrá que verle más veces. Curro Díaz ha empezado de forma sublime su faena de muleta al segundo de la tarde; una serie magistral y torerísima. Pero eso ha sido todo lo que le hemos visto en el día de hoy. Además de clase, hace falta más decisión y sitio (y toros que permitan faenas más redondas). El Fandi tiene mucho mérito aguantando impertérrito cómo los impresentables del 7 le boicotean cualquier cosa que haga. He de decir que a mí su toreo con la muleta no me gusta, pero eso es algo que está en el sentido estético que cada uno tenga de la fiesta. Y me parece inadmisible cómo le tratan. Me ha gustado lo atento que ha estado en la lidia de sus toros (sobre todo en el primero) y en el quinto de la tarde ha puesto cuatro pares de banderillas en un tercio emocionante. Mucho más de lo que hacen otros muchos toreros que tendrían muchas más razones (y necesidades) para tratar de agradar.

Detalles hemos visto las dos tardes. Pero sólo apuntes. Todavía estamos esperando una faena que nos haga ponernos en pie. Sólo falta que sea en los días nublados y con lluvia que parece que se avecinan...

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