Counters

lunes, 28 de diciembre de 2009

La tauromaquia a través de sus conflictos

La admisión a trámite parlamentario de la iniciativa para prohibir las corridas de toros en Cataluña constituye un fracaso que pone en evidencia tanto las debilidades de nuestro pluriforme sistema democrático, empecinado en legislar sobre el vacío y al margen de competencias irrenunciables, como las debilidades del taurinismo profesional, ese circuito cerrado de oscuros mecanismos y prácticas ignotas por donde trashuman la mediocridad y la vulgaridad.

El toreo es consecuencia de la belleza, de la inteligencia y de la verdad, ningún argumento más incontestable a favor de la fiesta de los toros que una faena de José Tomás en la Monumental de Barcelona o una verónica y media de Morante de la Puebla en la Maestranza.

Aún así, y toda vez que se han desterrado los toros de la vida pública por su nula o tergiversada presencia en la televisión, se hace cada vez más necesaria una exaltación de la tauromaquia cuya estrategia no puede ser otra que la del arte y la ciencia, y cuya única táctica posible es la de la excelencia.

Afortunadamente algunos, muy pocos, han llegado a este hora con los deberes hechos. Es el caso de Lorenzo Clemente Naranjo (Cáceres, 1970) autor del libro “La Tauromaquia a través de sus conflictos (Jurisprudencia Taurina)”, a mi juicio uno de los libros más trascendentes para la tauromaquia que se han escrito en los últimos años.

Lorenzo Clemente es socio abogado de Garrigues, abonado de la Plaza de las Ventas, abonado de honor de la Maestranza, crítico taurino, aficionado conspicuo e incansable (desde lo alto de las gradas de la pasada temporada más de sesenta tardes lo contemplan), además de un gran escritor y un buen amigo.

Yo he aprendido a ver los toros con Lorenzo, en los años de estudiante durante muchas tardes en Madrid y luego en las plazas de Sevilla, El Puerto y, claro está, Barcelona, donde asistimos a la reencarnación del monstruo de Galapagar.

Siempre he admirado en Lorenzo Clemente, así en los toros como en la vida, el don innato para analizar los problemas, reducirlos a los puntos esenciales y ofrecer soluciones ponderadas y razonables. Y, todavía más, la capacidad de hacerlo por escrito dejando que el argumento fluya como un río transparente lo cual es una cosa dificilísima.

Confieso que cuando me apremia la necesidad de tener una opinión sobre algo -porque hoy en día, según se sabe, hay que tener opinión de todo-, llamo a Lorenzo Clemente y al rato se despeja mi incertidumbre. Es bueno tener consejeros así que lo alivien a uno de la agotadora tarea de pensar.

De la intersección de la afición de Lorenzo por los toros, de su prestigioso talento como abogado y su natural capacidad para el análisis tenía que nacer esta obra, “La tauromaquia a través de su conflictos”, donde el autor hace un recorrido por la Jurisprudencia taurina de los últimos veinte años de una forma amena y elegante, extrayendo del farragoso y complicado mundo judicial un conjunto ilustrativo de sentencias que constituyen una vindicación en sí misma de la Fiesta y una clara exposición de motivos sobre el hecho evidente de que los toros están ahí y han sido, son y serán, objeto de Derecho. Lo cual, siendo el Derecho una cosa tan seria, es una afirmación más seria de lo que parece.

Aunque se trata de un libro para especialistas, y por eso ha sido editado por Aranzadi (Thomson Reuters), la habilidad de Lorenzo Clemente ha consistido en intercalar entre cada sentencia jugosos comentarios que no son anotaciones o escolios a pie de página sin más, sino prosa de clara calidad que permiten al no especialista e incluso al no aficionado regocijarse según se avanza en la lectura.

El libro consta de ocho capítulos, el primero de ellos se centra en la normativa y los reglamentos, el segundo analiza la concesión y explotación de las plazas, en el tercero se trata el conflictivo tema del apoderamiento, el cuarto es una surte de guía fiscal taurina, el quinto versa sobre las relaciones laborales y en el sexto se estudian algunos conflictos derivados de la competencia entre los variados gremios que intervienen en una corrida de toros.

Pero sin duda lo más interesante para el aficionado figura en los capítulos séptimo y octavo, en el primero, titulado “De lo taurino como excusa” asistimos a una suerte de conflictos delirantes o surrealistas como la compatibilidad de los menesteres de alguacilcillo con la baja por depresión, las consecuencias de la caída de un ascensor por la avalancha de los fans o la servidumbre de paso en el balcón de una plaza de pueblo.

Esta miscelánea es digna por si misma de figurar en un apéndice del Cossío, como el anecdotario taurino que consta en el tomo primero.

Hace gala Lorenzo Clemente en este capítulo de un fino humorismo que se torna más grave al analizar en el epígrafe octavo –“Tres procedimientos nada ejemplares y una apología del currismo”- el juicio por la propiedad de la cabeza del toro que segó la vida del Yiyo, el derecho de retransmisión de las imágenes de la agonía de Paquirri o la sentencia del Tribunal de Justicia de Cataluña –ahí es nada la actualidad del asunto- que dio la razón a Távora y a su Carmen, contrariando las disposiciones de la Generalidad que impidieron la lidia de un toro durante el espectáculo, entendiendo el Tribunal que la prohibición constituía “una conculcación del derecho fundamental invocado, libertad de creación artística.”

Si las competencias de este tribunal se extendieran, que deberían, a la iniciativa prohibicionista, estaríamos de suerte.

Termina el libro con una deliciosa apología del currismo en la que se revisa la sentencia que obligó a al declarar improcedente el despido de un reconocido “currista”, cuya afición le provocó un altercado con clientes y proveedores sobre la base de que el currismo es un sentimiento “indudable y notoriamente altruista a favor del diestro, arraigado y profundo como el que más, creador de una esperanza incondicional y de una forma de entender la vida por la que se exige el máximo respeto de quienes no –o sí- lo tienen y, cuando se falta a él, es previsible la reacción ardorosamente defensiva de quien lógica y naturalmente se siente ofendido”

Como nos sentimos ofendidos los aficionados con la admisión a trámite de la iniciativa para prohibir las corridas de toros en Cataluña de la que la única consecuencia positiva que puedo inferir es que Lorenzo Clemente nos debe regalar necesariamente una edición ampliada de esta magna obra que ya ha agotado en apenas un trimestre su primera edición y que lleva en la portada un precioso dibujo del reconocido ilustrador cacereño Pablo Pámpano.

domingo, 27 de diciembre de 2009

Frágil memoria... de la temporada del 2009

Este año he visto probablemente más toros y en más plazas que ninguno otro de los anteriores. He añadido a mi lista de plazas las de Valdemorillo, Huelva, Badajoz, Almendralejo y Nimes, de las cuales destaco sin duda alguna esta última (interesantísimo ver toros allí) y la del Huelva. He vuelto después de algún tiempo a Toledo y he repetido en Vistalegre, Olivenza, Sevilla, Las Ventas, Barcelona, El Puerto de Santa María, San Sebastián de los Reyes y Zaragoza. He faltado a Algeciras por imposibilidad de cuadrarlo en el calendario lúdico-festivo, aunque espero que haya sido sólo por este año.

Al final, ha habido grandes tardes, momentos de tremenda emoción: el festival homenaje a Adrián Gómez, los capotazos de Morante en Madrid el 21 de mayo, la encerrona de José Tomás en Barcelona y su última tarde de la temporada en esa misma plaza, la cornada a Israel Lancho, el gran ambiente previo al mano a mano de Morante y el Cid con toros de Victorino en La Maestranza,... Ha habido un plantel de toreros extraordinarios, algunos de ellos en verdadera sazón. Pero la temporada no ha sido buena. Tengo para mí que los toros han embestido menos que otras temporadas y eso ha arruinado completamente ferias como la de Abril y, junto con unos carteles muy mal diseñados, han reducido notablemente la posibilidad de triunfos en Madrid.

Al final, la afición sigue intacta, incluso reforzada. Y ya estamos ansiosos por ver cuándo será la primera del 2010: ¿Valdemorillo, Vistalegre,...?

Los datos numéricos de 2009 son estos:
  • Valdemorillo - 2
  • Vistalegre - 1
  • Olivenza - 3
  • Sevilla - 5
  • Las Ventas - 32
  • Toledo - 1
  • Badajoz - 1
  • Barcelona - 2
  • Huelva - 2
  • El Puerto de Santa María - 4
  • Almendralejo - 1
  • San Sebastián de los Reyes - 2
  • Nimes - 4
  • Zaragoza - 1

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Cataluña y los toros: las trampas de algunos argumentos de defensa de la Fiesta

Finalmente, los parlamentarios catalanes decidieron seguir adelante con la ILP. Por una escasa mayoría. Aunque veremos qué pasa al final. Puede ser que haya parlamentarios que hayan considerado oportuno que se tramitara la Iniciativa, pero que finalmente no voten a favor de la prohibición, o puede ser (no es descartable) que la votación final no pueda tener lugar antes de que se disuelva el Parlament, que hace extinguirse todas las iniciativas que en ese momento se estén tramitando.

Días más tarde, el PSC ha anunciado que votará en contra y tratará de buscar fórmulas de consenso. Alguien ha aludido incluso a corridas a la portuguesa o situaciones intermedias. ¡Cuidado con quienes con defienden así! Esto no es transaccionable. En las corridas de toros el toro muere en la plaza. Y eso es más ajustado a su naturaleza y menos cruento que dejarlo varios días herido en los corrales hasta que se le lleva al matadero (como sucede a veces en Portugal).

También la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, indicó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del pasado viernes, según afirma el diario El Mundo, que la decisión del Parlament "se sitúa en el ámbito de las competencia de esa Cámara", por lo que "el Gobierno respeta, como no puede ser de otra manera, esa decisión" y que las corridas de toros cuentan "con un amplio respaldo en la sociedad" por lo que el Ejecutivo "no es partidario de prohibir, sino de decidir en libertad".

Vayamos por partes.

Primero: NO es verdad que la decisión del Parlament se sitúe en su ámbito competencial. No es éste el lugar de extendernos en este asunto, pero baste con decir que, conforme a la Constitución, el Estado tiene la competencia exclusiva en la "Defensa del patrimonio cultural, artístico y monumental español contra la exportación y la expolicación (...)" y que "Estado considerará el servicio de la cultura como deber y atribución esencial". Y de acuerdo con la doctrina del Tribunal Constitucional, al Estado le corresponde la preservación del patrimonio cultural común.

Por tanto, si convenimos (y no puede ser de otra forma) que la tauromaquia es un patrimonio cultural común en España, la prohibición de esta manifestación cultural en una Comunidad Autónoma excede cualquier competencia autonómica. Y el Estado tiene mecanismos para recurrir cualquier decisión que trate de adoptarse en este sentido.

Considerar que la actuación del Parlament se realiza en el ejercicio de sus competencias es renunciar "a priori" a esta facultad, que entiendo debería ejercer el Gobierno si finalmente llega a aprobarse una legislación que impida en Cataluña la celebración de espectáculos taurinos.

Como digo, se trata sólo de un apunte. Podría realizarse un análisis más detallado de esta cuestión y aportarse otros argumento de orden jurídico, pero no es éste el lugar adecuado. Para quienes estén interesados recomiendo fervientemente el artículo "La prohibición de los espectáculos taurinos: problemas constitucionales", de Gabriel Doménech Pascual, en el nº 40 de la Revista Jurídica de Castilla La Mancha (mayo 2006), en el que se realiza una explicación tremendamente clara y detallada de la cuestión.

Pero hay otra de las afirmaciones utilizadas por la vicepresidenta que me preocupa al menos tanto como la anterior, que es la mención al "amplio respaldo en la sociedad". ¿Qué sucede, que la libertad puede ejercitarse sólo en relación con las actividades que resultan mayoritarias? ¿Es lícito prohibir las manifestación culturales o las aficiones que sólo profesen unos cientos o miles de personas?

La necesidad de defender, potenciar y permitir la Fiesta no está vinculada con el número de adeptos con los que cuente. Eso puede ser un criterio importante para valorar el rédito electoral que puede suponer su prohibición o su defensa. Pero la defensa de la libertad y la cultura es algo vinculado con los valores, no con los votos. Aunque no sé si los políticos serán ya capaces de entender algo que esté relacionado con los principios y no con el poder.

Sí me ha resultado pertinente la invitación que ha anunciado el Presidente andaluz, José Antonio Griñán, a los diputados catalanes, para que conozcan el "proceso medioambientalmente significativo" que suponen las dehesas donde se cría el toro bravo. Y especialmente gratificantes las declaraciones que hizo el Presidente extremeño Guillermo Fernández Vara en la entrega de unos premios taurinos en la que afirmó que "en los tiempos que corren no podemos escondernos, hay que salir y dar la cara en la defensa de la fiesta de los toros porque es parte de nuestra historia y de nuestra tradición, pero además son un importante factor económico y por el valor ecológico que aporta la dehesa".

Los representantes del PP que se han manifestado sobre esta cuestión lo han hecho todos rechazando la posibilidad de que se prohiban los toros en Cataluña, pero he de reconocer que no ha habido ningún argumento que me resulte sugestivo, novedoso o provocador, para ser resaltado o comentado. Sí me resulta interesante que vaya a presentarse por el PP Andaluz una moción en el Parlamento Andaluz para defender la fiesta de los toros. Veremos con qué texto y sobre qué argumentos.

Y es que la defensa de la Fiesta resulta siempre fundamental. Y probablemente ahora más importante, o tanto, como en algunos periodos muy concretos de nuestra historia. Pero no vale cualquier argumento. Porque algunos son sólo cortoplacistas y coyunturales, y, en consecuencia, conducen a que exista una perpetua discusión sobre las razones de fondo. Son éstas las que deben ponerse sobre la mesa: las de la libertad y la cultura. Y el necesario compromiso del Estado en su defensa. Más allá de cuántos seamos, de lo que económicamente signifiquemos y de las competencias autonómicas que traten de arguirse para acabar con la libertad y la cultura.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Televisión Española

Sería inexplicable que todas las personalidades que se han manifestado en contra de la ILP no sumaran su energía para que se retransmitan corridas de toros en Televisión Española.

En caso de prosperar la prohibición, ¿cortarían la señal en Cataluña de Tendido Cero -nunca mejor puesto el número- y qué consecuencias (ninguna) se derivarían de ello?

Bueno, la SER, que se sepa, ya lo hacía con su señal principal en Barcelona los domingos o con su sección de toros en la edición catalana de EL PAÍS, diariamente.

¿Y por qué lo hacía? Ahora a hacerse cruces...

En fin, lo dicho, cartas a TVE, tipo ILP, para que se retransmitan corridas de toros.

Se puede hacer aquí.

Por cierto, que no consta la pregunta entre las habituales.

A ver qué nos responden (Vae victis!)

jueves, 17 de diciembre de 2009

Dos votaciones inicuas

Menos precisa, menos taurina, mi opinión sobre el laberinto taurino catalán.

Cataluña y los toros: ¡Es la libertad!

En estos días, casi todos los medios de comunicación se hacen eco de la votación que tendrá lugar mañana en el Parlamento de Cataluña sobre la Iniciativa Legislativa Popular que propugna una modificación legislativa que prohiba la celebración de corridas de toros en Cataluña.

Es una pena que lo taurino sólo llegue a las portadas de los periódicos o a los informativos cuando se trata de dar malas noticias (prohibiciones o cornadas), pero no cuando hay que celebrar la pujanza de una manifestación cultural de primer orden. No en el día a día de la temporada. Narrando los triunfos y los fracasos de toreros y ganaderos. Como ha sido siempre. Y como corresponde, si hubiera la más mínima ética periodística, a su importancia social y económica como segundo espectáculo de masas en España. Aunque de esto, además de una profesión periódistica bastante mediocre en general, también tienen la culpa los taurinos con su ostracismo, opacidad y nula capacidad para mirar más allá de su cuenta de resultados diaria.

En cualquier caso, es evidente que lo que se ha planteado como un debate animalista es, sin embargo, una discusión identitaria. Y, en el fondo, un debate sobre la libertad.

Si los que proponen la iniciativa y los que la apoyan fueran honestos (que es obvio que no lo son) dirían que quieren prohibir los toros para extirpar de Cataluña un espectáculo asociado con España. Pero el problema es que, planteado así, la discusión es relativamente simple. Por un lado porque, aunque les pese, en España hay una sola soberanía que reside en el conjunto del pueblo español. Y porque todo el pueblo español lo ha querido, nuestro país se ha organizado de un modo en que los distintos territorios que lo componen pueden legislar y organizar su convivencia dentro de determinados límites. Pero eso no convierte a cada "Parlamento" es una fuente nueva de legitimidad democrática, sino en un mero instrumento de organización funcional de la única fuente de poder soberano que es el conjunto de los españoles. Y, en consecuencia, no es lícito, ni legítimo, ni legalmente admisible, que una parte del todo legisle para diferenciarse de la fuente originaria del poder que ejerce. Y, por otro, porque el espectáculo taurino tiene una entidad que supera ampliamente los límites geográficos del Estado español. Y el sur de Francia es un ejemplo muy cercano geográficamente a Cataluña que evidencia como la afición taurina no requiere un pasaporte del sur de los Pirineos.

En lo que respecta a los animales, una primera consideración obvia: los animales no tienen "derechos", cualidad exclusivamente humana. Otra cosa es que, por respeto a nuestra condición humana, se nos exija tratar a los animales de un modo acorde con su naturaleza. Pero el debate será siempre entre seres humanos, y los derechos que resultan de la organización jurídica de la que sólo nosotros nos dotamos y sólo en atención a lo que corresponde a los valores e intereses de la raza humana. Esto ha sido siempre evidente para quienes compartían su vida con la naturaleza en el ámbito rural, para quienes amaban (aman) a los animales, pero son conscientes de que hay que tratarlos como animales, como corresponde a cada animal. Pero en una sociedad cada día más urbana mucho creen que los animales hablan, se casan, tienen hijos a los que llevan al colegio y con quienes se sientan a comer en una mesa viendo la televisión,... Y de este supino desconocimiento de los animales surgen propuestas descabelladas de ecologistas de salón que nunca han visto a un animal en su hábitat.

Precisamente porque la cuestión es tratar a los animales conforme a su naturaleza y en tanto sirvan a la especie humana, la Iniciativa Legislativa Popular adolece de dos tremendan incongruencias: una sustancial y otra anecdótica. Empezando por esta última, prohibir los toros y autorizar y "proteger" los corre-bous es de un cinismo cósmico. El trato que recibe el toro de lidia en una corrida de toros se compadece de forma bastante coherente con su naturaleza (de hecho, se le permite "luchar" y desarrollar su instinto, y lo hace), y eso no sucede (o sucede en mucho menor medida) en los corre-bous. Que haya que proteger los corre-bous por razones electorales y prohibir los toros porque no impacta en las urnas es sólo una muestra más de lo falaz de los términos en los que se ha planteado la discusión.

Pero decía que había una incongruencia sustancial. Si los toros se prohiben por la defensa del animal, habría que prohibir la cría y consumo de cualquier animal. O dicho de otro modo: salvo que uno considere que no cabe ninguna forma de consumo de carne y de cría y domesticación de los animales, la Fiesta es el ámbito en el que a un animal se le trata de forma más respetuosa con “su” identidad y “sus” caracteres propios, como ha demostrado de forma magistral el filósofo francés Francis Wolff en su genial libro “La filosofía de las corridas de toros”. Por tanto, si no se considera razonable, adecuado o posible prohibir la cría y consumo de animales, lo que no es coherente es prohibir las corridas de toros, que suponen un modo de relación con el animal mucho más acorde con su naturaleza que la que se mantiene, por ejemplo, con los pollos, desde su nacimiento hasta su pronta muerte, pasando por un engorde rápido de hormonas.

Otra cosa es que lo que se pretenda defender es que no puede haber un espectáculo en el que haya quien se "divierta" con el sufrimiento de un animal. Porque aquí, después de recordar que ningún aficionado va a la plaza a ver sufrir a un animal, y menos a divertirse a su costa, de lo que estamos hablando es de un ejercicio de libertad. Esto es, de si unos cuantos pueden imponer su visión del mundo y de la ocupación del tiempo libre al resto (aunque este resto sea una minoría). Y aquí, la respuesta es contundente: no es posible. Más aún, es un ejercicio totalitario.

Prohibir los toros es limitar la libertad: la libertad de creación del torero, la libertad de sentimiento y de celebración festiva del espectador, la libertad de empresa del ganadero y del organizador de espectáculos taurinos, la libertad de los Ayuntamientos para incorporar los toros como parte de su patrocinio cultural y festivo. Y es importante recordar que la libertad no es fraccionable. Que la historia nos enseña que cuando se empiezan recortando derechos y libertades a determinados colectivos, o en determinados espacios, lo habitual es que el poder público acabe considerando que sólo él puede determinar qué derechos y libertades son procedentes en cada momento y para cada individuo o grupo de individuos. Lo cual no suele traer buenas consecuencias.

Tengo para mí que la Iniciativa Legislativa Popular, por quien la impulsa y por quien la apoya, no es sino una manifestación más de quienes tratan de imponer legalmente su visión del mundo y la exigencia de que todos nos comportemos conforme a lo que ellos consideran correcto. O sea, una manifestación del más puro totalitarismo.

Por eso, más aún que por la defensa de la tauromaquia, hay que tratar de impedir que llegue a aprobarse. Porque lo que está en juego es mucho más que si vamos a poder ir o no a Barcelona a ver a José Tomás. Lo que se discute mañana en Cataluña es si cada individuo puede actuar conforme a sus creencias, valores y principios, siempre que esto permita a todos los demás actuar también conforme a sus creencias, valores y principios, o si hay quien puede determinar cuáles son las mejores creencias, valores y principios, a los que todos tenemos que ajustar nuestro comportamiento.

Ustedes me dirán.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Este extraño calor del otoño (II) - José Tomás, Bilbao y Sevilla

Ayer, la empresa Pagés difundió un comunicado informando que José Tomás no acudiría a Sevilla la próxima temporada y acusando al diestro de ser el único responsable de la ruptura de las negociaciones. Dice la empresa, según recoge el portal burladero.com, que "se había aceptado todas las peticiones del torero e incluso estaba dispuesta a asumir cuantiosas pérdidas con tal de contratarle para el Domingo de Resurrección, pero en el último momento José Tomás ha decidido no aceptar la importante oferta económica de los empresarios Eduardo Canorea y Ramón Valencia".

Es evidente que un planteamiento así es absolutamente maniqueo. Nosotros hemos hecho un esfuerzo tremendo y el torero es un intransigente.

Quienes profesionalmente nos dedicamos a negociar contratos sabemos que cuando se produce la ruptura de cualquier negociación, ambas partes tienen razones sobradas para acusar a la otra de intransigente. En un caso como este, el problema que tenemos los aficionados es que carecemos de datos.

Álvaro Núñez del Cuvillo, según recoge cope.es, ha indicado que a José Tomás le ofrecían menos de lo que cobraba en algunas plazas de segunda (Jerez, Huelva o El Puerto de Santa María) y poco más de la mitad de lo que cobra en plazas de primera como Córdoba o Madrid. Sin duda, esta es otra visión de la noticia.

Cuánto deba cobrar un torero es algo siempre sujeto a discusión. Y José Tomás, en esto, es absolutamente intransigente. Cobra lo que cree que debe cobrar. Y sabe que eso supone muchas veces que las empresas pierdan dinero. Y, en ocasiones, que pierdan mucho dinero. Pero es su forma de ver cómo deben distribuirse los ingresos que genera el negocio taurino. Lo cual es absolutamente respetable.

Por eso, lo que ha hecho la empresa de Sevilla, acusando al torero y no dando dato alguno, es poco elegante.

A mí, como aficionado, lo que me gustaría es que las cuentas del toreo fueran más claras. Saber, por ejemplo, lo que paga la empresa Pagés a La Maestranza, lo que paga a cada torero, a cada ganadero, lo que ingresa por entradas en cada corrida, lo que percibe por Digital +,... Sólo de este modo podríamos valorar cada uno si lo que pide el torero es mucho, o si lo que hace es intentar un equilibrio más acorde de los ingresos con los riesgos (o sea, que el empresario de Sevilla, que riesgo no va a tener mucho porque la asistencia a la Plaza varía escasamente haga los carteles que haga, tenga escasos beneficios, como corresponde a cualquier negocio sin riesgo; y que los toreros, que algo de riesgo sí que asumen, sean los que se lleven casi todo lo que genera el negocio taurino).

El hecho de que José Tomás cobre mucho dinero, en contra de lo que podría pensarse, no va en detrimento de los ingresos de los demás toreros, sino que supone un efecto positivo para los honorarios de todos ellos. Como en su momento supuso el alza que impuso Manolete, El Cordobés o cualquier otra figura de las que ham mandado en el escalafón.

Y, además, el de Galapagar ha dado muestras suficientes de que lo que le importa no es el dinero que cobre, sino dejar claro que sus honorarios los fija él. Y que la empresa tiene que tragar. El ejemplo más claro ha sido lo que ha sucedido en Bilbao. El año pasado no fue y la empresa argumentó lo mismo: que había pedido una cantidad imposible y que había sido intransigente al no aceptar una reducción de veinte o treinta mil euros. El torero calló. Este año, coincidiendo con el centenario del Club Cocherito, irá a Bilbao por el dinero que no quisieron pagarle el año pasado. Y justo cuando se cerró la negociación, el torero anunció que donaba íntegros los honorarios a obras de beneficencia en Bilbao. Entonces, ¿era un problema de dinero o de otra cosa?

A mi juicio, la explicación es siempre la misma: JT está reivindicando un nuevo modo de organizar la Fiesta. Y, por desgracia, es el único que lo hace. Supongamos que tuvieran actitudes similares Morante, Ponce, Juli, Manzanares, Castella, Cayetano, Perera, Luque y dos o tres más. A más de uno le dan convulsiones sólo de pensarlo.

Con la ausencia de JT en el cartel del Domingo de Resurrección, se caen también de Sevilla los toros de Núñez del Cuvillo, aunque la empresa quería que fueran aunque no fuera el de Galapagar y ha mostrado su extrañeza porque el ganadero se niegue. Pero esto da para otro debate.

Ahora habrá que ver dónde hace el paseíllo en esa fecha, si en Málaga, como otros años -aunque en éste la gestión la lleva Rivera, con el que es evidente no hay una química especial- o si tendrá algún gesto reivindicativo: Huelva, El Puerto, Jerez o Córdoba, por su cercanía, o Madrid. Ya veremos...

(Por cierto, José María, perdón por invadir tus dominios... Ya nos dirás cómo lo ve un abonado de La Maestranza)

viernes, 27 de noviembre de 2009

Seminario El Toro en Madrid. Temporada 2009. 14 de noviembre de 2009. Segunda mesa redonda

De la segunda mesa redonda, lo que más me impresionó fue el alto nivel de la oratoria de los intervinientes, sobre todo de los ganaderos (muy divertido José Luis Lozano, tremendamente didáctico Álvaro Núñez del Cuvillo, muy bien El Boni,…).

Comenzó José Luis Lozano (Alcurrucén) exponiendo cómo el toro de los años cuarenta era mucho más chico que el actual, probablemente menos bravo (había menos selección), pero transmitía mucha más emoción que el de hoy en día. Y cómo fue en las décadas de los sesenta y setenta cuando la selección se hace más rigurosa.

Recordó cómo en Madrid siempre ha habido baile de corrales y cómo ello daba lugar a situaciones que hoy generarían verdadero problemas de orden público. Por ejemplo, por no aprobarse los toros tuvo que suspenderse la confirmación de Aparicio y Litri (que incluso de novilleros eran auténticas figuras y arrastraban masas de gente a las plazas de toros). ¿Qué le sucedería al empresario –se preguntaba-, si hoy tuviera que suspenderse una tarde de José Tomás en Madrid que, salvando las épocas, puede ser el equivalente en expectación a la que generaban aquellos jóvenes espadas?

Fue en los setenta y los ochenta cuando el toro se sube de peso. Y cuando los caballos también suben el peso de estos. En Madrid, se optó por traer el toro grande (y barato). Pero aún así siguió el baile de corrales. Ni el ganadero ni los veedores tenían claro qué querían los veterinarios de Madrid, qué podía lidiarse en Las Ventas.

Recuerda que cuando ellos llegaron a la gestión de la Plaza de Las Ventas tratan de alcanzar un acuerdo con los distintos sectores implicados y, aunque les costó un tiempo, a partir de los años 94 ó 95 el asunto fue normalizándose y disminuyeron notablemente los problemas en los corrales.

El ganadero, explicó, es el auténtico “sufridor” de la Fiesta: si sale una corrida buena, los medios de comunicación llaman a todo el mundo… menos al ganadero; pero si en cualquier plaza (una plaza de tercera portátil) uno echa un petardo, hasta el portero de tu casa, cuando sales a las ocho de la mañana, te saluda diciendo “Ayer no hubo suerte, eh, don José Luis,…”.

Álvaro Núñez del Cuvillo explicó cómo el mercado tiene que ajustarse a los cambios de la demanda. Y eso va a llevar tiempo.

En lo relativo al toro, considera que en Madrid se ha alcanzado un equilibrio que permite conocer razonablemente el tipo de toro que debe lidiarse en esta plaza. Para él, trapío es “seriedad, edad y hechuras”.

El toro bravo, por su raza, es un animal mediano. Y recuerda cómo Pepe Luis decía que lo que da miedo de la bala no es su tamaño, sino la velocidad. El toro interesante es el bravo, el que mete la cara, embiste hasta el final. Y no el toro que se defiende. Hay que valorar la entrega del toro hasta el final.

Victorino Martín (hijo) analizó de forma muy inteligente cómo cuanto más rural es una sociedad, más ve la Fiesta desde el toro. Y cuanto más urbana, más la aprecia desde el torero.

Reconoce que la temporada 2009 no ha sido buena.

Aún así, defiende a los ganaderos “toristas”. Cree que han marcado ciertas pautas que más tarde han seguido los “comerciales”, de forma que alguno de estos últimos han avanzado mucho (en presencia, acometividad, bravura,…). Pero para este avance fue esencial lo que hicieron los propietarios de las ganaderías más duras.

Al toro se le pide más que nunca. Pero es cierto que probablemente le falte ahora algo de casta.

Concluyó recordando que hay que avanzar mucho en la comunicación de la Fiesta en la sociedad.

Diego Urdiales manifestó, sobre todo, lo que pesa la Plaza de Las Ventas. Pero también como es de las pocas donde los triunfos realmente sirven.

El Boni centró gran parte de su intervención en diversas explicaciones sobre la lidia en Madrid. Señaló, por ejemplo, que la disminución del abombamiento del ruedo en las últimas temporadas ha permitido mejoras en la lidia. Con la inclinación que había antes, el toro iba a la suerta de varas cuesta abajo, podía empujar con facilidad hasta las tablas, y sacar desde ahí al toro del caballo es más difícil hacerlo que desde el tercio.

Reconoce que en la actualidad se lidia, en general, muy mal. Pero él va más allá. Considera que se tienta poco por los banderilleros; y que también se hace muy mal. Para tratar de remediarlo considera que debería ser la Agrupación de Banderilleros la que diera el carnet de profesional.

Aún así, la lidia en Madrid es relativamente sencilla porque el ruedo es muy grande y eso permite desenvolverse con cierta holgura.

En cuanto al modo de fijar al toro mientras el caballo de picar trata de colocarse en el lugar donde va a realizarse la suerte explica cómo si no se sujeta al toro en el burladero el toro no se queda quieto. Pero también es consciente de que una vez en el burladero hay que tratar de no tocarlo más.

Finalizadas las intervenciones iniciales, el moderador planteó varias cuestiones a los participantes en la mesa.

La primera, sobre el lugar por el que debe salir y retirarse el caballo para realizar la suerte de varas. Boni cree que debe irse por el mismo lugar por donde se ha colocado (lo cual dejaría libre la zona por donde puede sujetarse al toro y deben empezar a colocarse los banderilleros).

Diego Urdiales es de la opinión de que cuanto más cerca salga el caballo de donde tiene que realizar la suerte, mucho mejor. Pero recuerda, además, que los Presidentes deben ser más pacientes a la hora de cambiar el primer tercio. Aun esa primera fase se extienda, hasta que no se pare al toro no debería cambiarse.

José Luis Lozano, sin embargo, considera que el caballo debe salir por la puerta de los caballos y volver por dentro (o sea, como se hace actualmente). Pero sí cree que se debe ser más flexible en la colocación del caballo, y llevarlo a la querencia del toro (hay que arrimar la silla al piano, no el piano a la silla). Las corridas no son corridas-concurso y no hay por qué irse al siete: antes se picaba en el diez o en el uno.

Victorino opina que el caballo debe salir y recogerse por la Puerta Grande y picarlo donde ahora.

En lo relativo a las fundas, Victorino comenta que se ponen porque resuelve el problema que tenían algunos ganaderos para lidiar, debido al desgaste que el toro se producía en los pitones por escarbar con ellos. Esto se debe, en general, a dietas faltas de fibra o cría en espacios reducidos. En todo caso, al toro se le maneja mucho, no hay buenos vaqueros para hacerlo, esto es un manejo más, y eso al toro no le sienta nada bien.

Álvaro Núñez, sin embargo, reconociendo que algunos ganaderos pueden utilizar las fundas para evitar el desgaste del toro, explica que, para ellos, la principal razón es reducir el número de bajas por las peleas entre animales, que disminuye enormemente con esta protección. Todo ello incrementa los manejos del toro, que ha pasado de ser semi-salvaje a semi-doméstico. Pero ellos no han notado una pérdida de acometividad, ya que, de hecho, durante la lidia hay más cornadas desde que se usan las fundas.

José Luis Lozano indica que ellos este es el primer año que las han utilizado y no han notado diferencia en el comportamiento.

Diego Urdiales, en cuanto a los manejos de los toros, cree que hace que los toros humillen menos y den más cabezazos. Tal vez no sea por las fundas, sino por las vacunas y todas las demás actuaciones que deben realizarse con los animales. Pero hay que tratar de reducirlas.

El Boni, en una simpática humorada, reconoció que está totalmente de acuerdo con las fundas… si salen con ellas a la plaza. Y, más en serio, explicó que él había hecho alguna tienta de animales con las fundas puestas y no había notado diferencia en el comportamiento. Le gustaría que se dejaran algunos animales totalmente salvajes, sin vacunas, fundas ni nada,… Y luego ver cómo resultan en la lidia. (Pienso que ya les gustaría a muchos ganaderos, pero la sanción que podrían recibir sería de órdago).

Explican los distintos intervinientes que algún toro que ha tenido que ser criado con biberón, luego no ha embestido nada.

Por último, en lo relativo a la movilidad del toro, el peso del peto, el caballo,… José Luis Lozano insiste en que se ha criado un toro más noble que nunca, pero que se le ha quitado la emoción. Álvaro Núñez no está de acuerdo con esta falta de emoción y Vicente Zabala apunta cómo el público ha perdido sensibilidad por las heridas a los toreros y la han aumentado por las lesiones de caballo y toro.

Álvaro Núñez explica que se tiende a un toro que se mueva más. Pero además de moverse el toro tiene que embestir. Y en eso se ha avanzado mucho respecto a los toros de hace diez o quince años.

José Luis Lozano, sin embargo, considera que si de verdad los toros se movieran serían muchos menos los toreros del escalafón.

Urdiales opina que el toro tiene más movilidad y fiereza que lo que él ha visto, teniendo en cuenta su edad. Y respecto a los vídeos de faenas más antiguas, el toro ha ganado en durabilidad y entrega.

En definitiva, una interesante mañana escuchando hablar de toros. Que para esta época en la que no hay toros es una de las mejores alternativas que uno puede imaginar.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Seminario El Toro en Madrid. Temporada 2009. 14 de noviembre de 2009. Primera mesa redonda

Gran idea la que ha tenido la empresa de la Plaza de Toros de Las Ventas de organizar un seminario sobre el toro en Madrid durante la temporada del 2009. Y muy interesante el plantel de profesionales que, divididos en dos mesas redondas, dieron sus opiniones sobre diferentes aspectos relacionados con el comportamiento del toro y la lidia en este coso de la calle de Alcalá.

En la primera mesa redonda, Isabel Carpio, de la Unión de Criadores de Toros de lidia, expuso la peculiar dificultad de esta camada, tanto por los numerosos tratamientos a los que habían tenido que ser sometidos los animales, con su consiguiente manejo y “aprendizaje” en el campo (lengua azul, tuberculosis, etc.), como por la escasa pluviometría del último año. Su presentación puede consultarse en la propia web de la Plaza de las Ventas, donde también se recoge un interesante resumen del conjunto de las jornadas.

Desde una perspectiva económica, expuso cómo el coste de producción de un toro de lidia se encuentra entre cuatro mil y cinco mil euros y en el matadero puede venderse, a lo sumo, entre trescientos y cuatrocientos veinte euros. Lo cual implica que un toro que no puede venderse para su lidia supone una pérdida económica enorme para el ganadero.

Analizando la diversidad de reglamentos autonómicos detalló cómo el paso de novillo a toro puede producirse administrativamente, dependiendo de la Comunidad Autónoma, en cinco momentos distintos, lo cual supone una dificultad añadida para que los ganaderos organicen y enloten las camadas.

Este año calcula que ha habido unos 3.000 animales menos lidiados que la temporada pasada. Afortunadamente el año próximo la cifra será inferior ya que con la sequía del año 2005 el nivel de fecundación en el 2006 fue menor y, por tanto, hay menos animales herrados con ese guarismo.

Manuel Martínez Erice realizó una presentación en la que aportó numerosas estadísticas de la temporada. Destacar, entre las cifras, cómo en tres años el peso medio de los novillos se ha incrementado en 15 kilos y cómo este año se ha triplicado respecto al anterior el número de novillos devueltos. Es interesante comprobar la distribución de reses por encastes, que evidencia que en Madrid sí hay una verdadera preocupación por mantener la variedad de procedencias. Expuso también que el resultado de las corridas toristas fue bastante pobre. Y concluyó señalando que, en el conjunto de la temporada, el comportamiento de los toros medido por la reacción del público en el arrastre de las reses, ha sido prácticamente igual que en el año anterior. Aunque la sensación es que el éxito artístico de los matadores ha sido inferior.

Manuel Múñoz Infante, decano de los Presidentes de las Ventas, hizo interesantes consideraciones sobre la labor presidencial. Con unas se estará más de acuerdo que con otras, pero todas invitan a la reflexión. Comenzó afirmando que su labor es la plaza es tratar de que se cumpla “con rigor” el reglamento, lo cual no deja de ser una visión bastante pobre (a mi juicio) de la Fiesta. Y que también están para velar que el “espectáculo” se desarrolle con “seriedad” (particularmente me parece poco afortunado hablar de la Fiesta en términos de espectacularidad y prefiero la diversión y el disfrute a la seriedad, pero hay gente con otra perspectiva vital y de la tauromaquia).

En relación con la concesión de orejas y las protestas que algunos manifiestan cuando se dan algunos trofeos pedidos mayoritariamente sin haber pasado la criba de la aprobación de esos otros iniciados, afirmó, con bastante tino, que lo que no puede hacer un Presidente es generar un problema de orden público y que, por tanto, aunque personalmente no se esté siempre de acuerdo con la petición, es de justicia concederla.

Otro acierto, a mi juicio, fue su explicación sobre las razones que a veces le hacen retrasar la devolución de un toro o, nuevamente, la concesión de un trofeo. Señaló que sus actuaciones como Presidente son actuaciones administrativas sujetas a las normas sobre procedimiento administrativo. Y estas normas prevén un mecanismo de recurso contra los actos dictados por la Administración que, en el transcurso de una corrida de toros, se hace absolutamente inviable. Devolver un toro cuando no procede hacerlo o dejar de conceder una oreja que reglamentariamente debería haber sido concedida puede causar un perjuicio irreparable que debe tratar de evitarse. Otra cosa es (en mi opinión) que tal vez no tenga sentido que todo esto esté tan constreñido por normas de policía de carácter administrativo, pero eso es otro debate en el que no se entró.

También planteó (en un debate que fue más prolongado en la segunda mesa redonda) que el hecho de que el caballo de picar salga por la puerta de caballos y no, por ejemplo, por la puerta grande, supone ralenzatizar enormemente la lidia, normalmente poco afortunada, y hace lastimarse a algunos toros.

Finalizó señalando que el público de Madrid es cada vez más generoso, lo que hace que a veces los Presidentes tengan que ser más cauto y prestar una particular atención a los distintos aspectos que deben concurrir para dar un trofeo en esta Plaza (colocación de la espada, etc.). Una visión también de su labor “protectora” de la Fiesta cuando menos discutible.

Y propuso que se revise la posibilidad de salir a hombros por la Puerta Grande de Las Ventas sin haber cortado dos orejas de un solo toro.

El veterinario Javier Fernández hizo una presentación especialmente ilustrativa sobre toros declarados no útiles para la lidia (los “rechazados” de siempre) y los toros devueltos. Comentó cómo al celebrarse el cincuenta aniversario de la Feria de San Isidro se realizó un estudio de la evolución del toro en esos años que dio como resultado que en cincuenta años el toro que se lidia había aumentado en cincuenta kilos de peso. Tendencia que se ha contenido en los últimos años y que puede estar en el origen de una enfermedad en el cartílago de la mano del toro que propicia las caidas. Apuntó la posibilidad de que el Reglamento fijara el peso máximo de los toros susceptible de ser lidiados, y no sólo el mínimo.

Planteó más tarde la paradoja de que el Reglamento exija un peso mínimo único para la lidia de toros y novillos dependiendo de la categoría de la Plaza cuando la propia Orden Ministerial que define el prototipo racial del toro de lidia establece los distintos encastes y cómo cada uno de ellos tiene una morfología y un peso distinto. ¿No sería más sensato adecuar el asunto de los pesos a los encastes, primero por justicia, pero también para evitar que alguna de las ganaderías con menos “caja” se extinga?

Se refirió también al hecho de que los toros pudieran estar varios días antes en La Venta del Batán, como se ha hecho tradicionalmente hasta que hubo que suspenderlo hace algunos años por razones epidemiológicas. De los toros que pasaban por El Batán se devolvía un 7/8%. De los que iban directamente desde la finca a los corrales de Las ventas el 22/23%. ¿No sería razonable tratar de recuperarlo?

Cree que este año ha habido más corridas completas que otros, de forma que en el premio que concede el Colegio de Veterinarios esta temporada hay más “finalistas” que en las anteriores.

Habló sobre la reciente costumbre de enfundar los pitones de los toros en el campo. Reconoce que evita problemas en el reconocimiento, pero va en "detrimento" de las ganaderías cornalonas (realmente lo que sucede es que pierden su ventaja competitiva porque las que lo son menos, con las fundas, pueden acercarse de forma considerable al tamaño de aquellas) y podría favorecer, aunque no está probado, la necrosis con pérdida de estructura ósea que hace muy frágiles los pitones. Además, obliga a un manejo adicional de los toros, lo cual podría llegar a influir en su lidia. Que esto sea o no una manipulación cree que es discutible. Por eso, van a pedir un dictamen al Ministerio para que se pronuncie sobre este asunto.

(Hasta aquí el resumen de la primera mesa redonda. En unos días la de los ganaderos y profesionales –Diego Urdiales, Victorino, etc.-)

viernes, 13 de noviembre de 2009

¡Va por ustedes! - La entrevista

Mariano Pascal es, además de jurista, buen aficionado y comunicador. Mantiene espacio en la interesante web no-oficial de la Feria del Toro (vulgo, San Fermín). Y presenta en Onda Cero Navarra el programa ¡Va por ustedes! donde el pasado martes tuvo la generosidad de hacerme una entrevista para hablar de "La tauromaquia a través de sus conflictos". Si alguien quiere escuchar la grabación puede hacerlo aquí. Y les recomiendo que se suscriban al podcast porque el programa realmente merece la pena. Muchas gracias a Mariano desde este blog que también tuvo su fugaz aparición en el programa.

Tres apuntes rápidos. Uno: el libro se está vendiendo bastante bien; de hecho, en menos de un mes se ha vendido más de la mitad de la tirada. Dos: me ha hecho bastante ilusión ver que se está vendiendo también en una librería portuguesa; y me consta que hay ejemplares, además de en Portugal, en Francia y en Ecuador. Tres: mañana hay un interesante encuentro en Las Ventas para analizar el comportamiento del toro en la plaza de Madrid durante este año donde participan empresarios, ganaderos, periodistas, toreros,...: me pasaré por allí y trataré de escribir algo el domingo o la próxima semana.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Este extraño calor del otoño (I) - Morante

El final de la temporada suele coincidir con noticias varias de cambios de apoderamiento, despedidas de toreros y movimientos en las cuadrillas. Pero este año, quizá porque el otoño se ha disfrazado de primavera, los acontecimientos han desbordado el apaciguamiento de los aficionados en estas fechas.

Morante se marcha con Curro Vázquez. La noticia ilusiona e inquieta a la vez. A nadie se le escapa que en los últimos meses Morante lo estaba pasando mal. Y parece que en eso tenían que ver no sólo las graves cornadas del Puerto de Santa María y San Sebastián de los Reyes, sino también un malestar físico derivado de la retención de líquidos que le ha ocasionado algún tratamiento. Y no debía ser ajeno el hecho de que el número de corridas superara con mucho las que puede degustar el paladar de un torero artista. Artista y valiente y técnico a la vez, como se ha demostrado esta temporada. Pero artista al fin y al cabo.

Morante ha debido considerar saldada la deuda de gratitud (o económica después de la extraña exclusiva del año pasado) con Sánchez Benito y se ha echado en brazos del de Linares. Extraños comportamientos los de estos toreros que a principio de temporada se enfrentan por no sé qué tonterías de una medalla y acaban compartiendo el mismo mentor. Los optimistas pensarán que Curro puede darle a Morante una prestancia que, sumada a su gracia y su valor, pueden hacer de él un torero aún más importante. Los escépticos pensarán que sólo busca un camino cómodo de plazas y de toros... ¿Como Cayetano?

A ver lo que dura. Y a ver si esto nos permite ver más tardes juntos a Morante y Cayetano. No será mala competencia para ellos, ni para los aficionados.

lunes, 2 de noviembre de 2009

La tauromaquia a través de sus conflictos

Hace algo menos de quince días ha visto la luz “La tauromaquia a través de sus conflictos (Jurisprudencia taurina)”, libro del que ya dimos noticia aquí brevemente hace unos meses. Como entonces indicamos, preferíamos esperar a verlo en las librerías para anunciarlo en este blog.

Se trata de una obra que, como indica la contraportada, recopila, ordena y comenta más de ciento sesenta sentencias de temática taurina.

El primer grupo de sentencias está relacionado directamente con la propia normativa taurina. Resuelven impugnaciones de matadores o subalternos contra sanciones impuestas por el desarrollo de la lidia (por no matar un toro, desobedecer las órdenes del presidente, ejecutar incorrectamente la suerte de varas,…), otras se pronuncian en relación con sanciones impuestas a ganaderos por supuestas manipulaciones de las astas o por contravenir algunas disposiciones que regulan el transporte de los toros. Hay sentencias también sobre la asistencia de los menores a los festejos taurinos y otras que resuelven las impugnaciones de las diversas asociaciones de profesionales taurinos contra los Reglamentos de 1992 y 1996.

Luego se analizan sentencias sobre las adjudicaciones y la explotación de las plazas de toros.

Se incluyen también sentencias que establecen las consecuencias (sobre todo económicas) de las rupturas de apoderamiento antes del plazo contractual acordado entre torero apoderado.

Las hay que se refieren a aspectos fiscales de los toreros: la consideración de sus ingresos como rendimientos de una actividad profesional o como rendimientos del trabajo, la deducibilidad de las entradas que compran para invitar a empresarios y otros profesionales taurinos, el régimen que se aplica a los ingresos que obtienen cuando torean en el extranjero,….

Otras, a cuestiones laborales: la impugnación del Convenio taurino por los principales sindicatos “de clase” (UGT y CCO), que a pesar de su escasísima presencia en este ámbito reivindican la necesidad de contar con ellos para su aprobación, diversas cuestiones en relación con diferentes despidos de subalternos y mozos de espada o asuntos relativos a las prestaciones por desempleo o jubilación.

También se analizan resoluciones en materia de derecho de la competencia, entre las cuales destaca el conflicto que se suscitó por la Asociación de Ganaderos frente a las limitaciones que establecían los Estatutos de la Unión de Criadores de Toros de Lidia para que los toros de sus asociados pastaran o se lidiaran junto a toros de ganaderos pertenecientes a otras organizaciones de ganaderos o se vendieran a terceros ajenos a la propia Unión, conflicto que desembocó en un procedimiento frente a todas las organizaciones de ganaderos porque todas ellas proponían a sus asociados un modelo de contrato, lo cual, a juicio de las autoridades en materia de competencia, impide que cada exista una verdadera competencia, al uniformar las condiciones de venta de los astados. Una resolución de gran interés para los aficionados por lo detallada que es en la exposición de las condiciones en las que se producen estas ventas.

Se analizan luego otras sentencias sobre diversos asuntos vinculados con la actividad taurina en cuestiones de lo más variopintas: la preferencia de las plazas de primera en la reseña de los toros, la propiedad de un abono taurino (en un curioso conflicto familiar), la marca “El Cordobés”, el alcance del derecho de rectificación (que no alcance, como pretendía un novillero, la obligación de modificar una crítica realizada por un periodista sobre la actuación de un diestro), la labor terapéutica que puede suponer el ejercicio de la actividad de “alguacilillo” y que hace que no sea incompatible con la situación de baja laboral o la obligación de un Hotel de indemnizar a un torero que sufrió heridas como consecuencia de la caída de un ascensor, tras la avalancha de los fans, que habían accedido a la habitación del diestro tras la oportuna indicación de los recepcionistas del Hotel.

Por último, se comentan en detalle cuatro sentencias especialmente relevantes para los aficionados: la que determinó a quién correspondía la propiedad de la cabeza del toro “Burlero”, que hirió mortalmente al Yiyo, las sentencias que abordan el alcance del derecho a la intimidad en relación con la difusión de las imágenes de Paquirri en la enfermería de Pozoblanco, las que establecen la ilegalidad de la prohibición de representar la ópera Carmen en la versión de Távora en Cataluña, argumentando que la inclusión del rejoneo de un toro en el intermedio vulneraba la normativa vigente, y la que declara la improcedencia del despido de un currista que había insultado a un cliente de la empresa en la que trabajaba, al entender el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que el currismo es un sentimiento “indudable y notoriamente altruista”.

El índice puede consultarse en la web de la editorial Aranzadi, que ofrece también en abierto el Prólogo y el Capítulo sobre el apoderamiento taurino.

Como puede apreciarse, es una obra en la que he tratado de resumir y explicar para los aficionados (más que para los juristas), cómo el toreo es una actividad tremendamente regulada y cómo son muchas las implicaciones del Derecho en la Fiesta. Y lo he hecho a través de la práctica totalidad de las sentencias dictadas en materia taurina por Tribunales revisores en los últimos quince o veinte años, es decir, a través de los conflictos generados en la interpretación y aplicación de esta regulación.

Desde su publicación, el libro me ha dado grandísimas alegrías.

En primer lugar, es una satisfacción que lo haya editado Aranzadi, la principal editorial jurídica española. Además, se han hecho eco de la publicación la práctica totalidad de los medios especializados.

La web Burladero y la página del programa "El Albero" de la COPE dieron la noticia de la publicación el mismo día que podía comprarse en Internet a través de la web de la editorial.

Al día siguiente, la edición diaria de Clarín (el programa taurino de RNE) se hizo también eco de la salida del libro.

El fin de semana pasado, Pedro Javier Cáceres hizo un comentario elogioso en su programa “La Divisa” de Intereconomía.

También Manolo Molés, en el programa “Los Toros” de la SER le dedicó unos minutos, en unos términos que debo igualmente agradecer.

La revista Aplausos le dedicaba esta pasada semana una nota que comenzaba con un agradable “Recomendamos…”

Los comentarios, también elogiosos, que me han hecho amigos, compañeros y algunos profesionales que han podido ver el libro, quiero atribuirlos a su generosidad. Una vez hayan podido leer el libro (o, al menos, ojearlo con cierto detalle, porque tampoco es exactamente un libro para leer de una sentada) , veremos las críticas reales. Tanto al modo de enfocar la selección y el comentario de las sentencias, como a la provocación que suponen algunas de las afirmaciones sobre empresarios, abonos, Administraciones Públicas, ganaderos,...

El libro está ya en las librerías jurídicas. En Madrid, por ejemplo, en Civitas (de la misma editorial Aranzadi), Lex Nova o Marcial Pons. Debo reconocer que me ha hecho especial ilusión ver hoy el libro precisamente en el centro del escaparate de Marcial Pons, la librería jurídica más tradicional de Madrid, justo a la vuelta del Tribunal Supremo.

En todo caso, de lo que me siento más orgulloso es de poder colaborar, aunque sea mínimamente, a reivindicar la Fiesta como parte de nuestra cultura y nuestra tradición. Y hacerlo destacando cómo esta multitud de sentencias no hacen sino demostrar la importante imbricación que los toros tienen en nuestra economía, nuestro arte y nuestra sociedad.

jueves, 22 de octubre de 2009

Pepe Luis Vázquez

Homenaje a Gerardo Diego, y a las décimas intercaladas en “La Suerte o la Muerte".

Y, por supuesto, a la inmortal -y todavía viva- gracia sevillana de Pepe Luis.

Pepe Luis

Rubio cristal de Sevilla
del barrio de San Bernardo
y del libro de Gerardo
-dondiegos y gitanillas-
la rima de maravilla
y luego monte de cardos:
que una muleta tan plana
se vuelve a la noche oscura
si brilla por la mañana
plena de gracia y dulzura.

Débil del aire caricia,
hipérbaton, contradanza
de seise por la Maestranza
y de majestad patricia,
mientras trota la milicia
del toro, ser o no ser,
-¿la cogida en Santander?-
contra las flores de lis:
cartucho de Pepe Luis,
cuando el toreo era ayer.

sábado, 17 de octubre de 2009

Manolete

Cementerio de cal, Córdoba sola,
coronada por cuernos de herradura
cuando ha partido el toro la cintura
de la posguerra a punta de pistola.

El pasodoble araña en la gramola
una letra cargada de amargura,
por el aire una herida: arquitectura
de la estocada hundida hasta la bola.

Hay crespones de sangre en los altares:
elegías cantadas en falsete
que adornan la Mezquita de alamares.

Y la vida se va por el retrete
porque siempre es la tarde de Linares,
Manuel Rodríguez Sánchez, Manolete.









jueves, 15 de octubre de 2009

Posada, Morante y Antonio Lorca

Ha muerto Juan Posada. Torero en su juventud y, ahora, crítico en el diario La Razón. No era el escritor taurino que más seguía, pero en muchas de sus crónicas se notaba una ecuanimidad bastante inusual en el gremio de los críticos taurinos. Descanse en paz.

El próximo día 25 Morante y Diego Ventura compartirán cartel en La Puebla del Río. Lo más curioso es que el último toro lo lidiarán a medias: Ventura recibiéndolo de capote y toreando de muleta y Morante poniendo banderillas desde un caballo de rejoneo. No sé cómo resultará el asunto, pero debo reconocer que siento enormemente no poder estar allí. El hacer cosas nuevas desde el respeto y la pureza, el promocionarlas, el crear emoción desde antes de empezar el paseillo es algo fundamental en la Fiesta. E iniciativas como ésta ayudan y mucho. Por cierto, que en el Congreso de Derecho Taurino de Nimes, cuando Juan Pedro Domecq planteó diversas iniciativas de reforma normativa (algunas bastante llamativas), se refirió también a algo que, al parecer, le había comentado alguna vez su primo Álvaro Domecq (el rejoneador): la posibilidad de que, en lugar de caballos de picar, se utilizaran caballos de rejoneo para, mediante rejones de castigo, sustituir la puya. No creo que deba ser algo de imposición obligatoria, pero no me parece que sea algo que no deba ponerse en práctica en algún festejo.

Antonio Lorca publicaba el pasado sábado día 10 en el diario El País un artículo titulado "Y después de Tomás, ¿qué?", que parece más una elegía de la Fiesta que una defensa de sus valores. Cuando a nadie se le oculta que cualquier aficionado debería siempre, pero sobre todo en esta época, centrarse más en destacar las virtudes del rito que en regodearse en sus miserias, que ya se ocupan de destacarlas (en general desde la demagogia) los violentos enemigos que nos cercan. En todo caso, creo que el artículo ofrece numerosos elementos de reflexión.

No estoy de acuerdo con este Lorca (recordemos que el otro, un tal Federico, fue el que dijo que la fiesta de los toros es la fiesta más culta que hay hoy en el mundo) cuando escribe que "Esta fiesta lleva años viviendo de una inercia positiva que acusa signos de agotamiento. Sigue siendo un negocio obsoleto, manejado por empresarios del pasado. Es el mundo de la picaresca, donde casi nada de lo que se ve es verdad; donde imperan el fraude y la manipulación. Un grupo de taurinos actuales es lo más parecido -con excepciones- a unos tertulianos de los años del estraperlo." Es cierto que hay cuestiones obsoletas (sobre todo en lo organizativo), pero no todo es fraude y manipulación. Sobre todo, no lo es lo más importante: el riesgo y el arte del torero.

Sí estoy de acuerdo en que "La fiesta necesita un revulsivo regeneracionista que la vuelva del revés. Necesita empresarios jóvenes, bien formados e imaginativos, con ideas claras y novedosas; con ganas, cómo no, de ganar dinero, pero también de ofrecer un producto digno." Pero no porque lo que haya ahora no sea digno, sino porque, con los medios actuales, lo que se puede hacer es aún más grandioso, más moderno, más cómodo, más esencial.

La crítica que realiza a José Tomás me parece ruín. El que elija las ganaderías que desea torear es algo absolutamente lícito y que, en general, va en beneficio del aficionado. Que diga si no, a qué corridas tenía que apuntarse (¿a los Palha o Victorinos que han salido en la feria de otoño de Madrid?; ¿iba a ser eso un revulsivo de la fiesta, más allá de la posible tragedia?) Y el que no haya ido a según qué plazas es una demostración de independencia frente a empresarios bastante mediocres (y no señalo a nadie).

Más ajustada, aunque con matices, es la crítica a los ganaderos y, sobre todo, a la supuesta "autoridad".

Artículo, ya digo, discutible en su contenido y en su oportunidad. Pero con suficientes elementos de reflexión como para que se plantearan a la discusión de los profesionales y los aficionados. Si es que hubiera foros donde esto fuera posible...

lunes, 12 de octubre de 2009

Zaragoza (11 de octubre de 2009) - ¡Esas espadas!

De haber matado con más precisión los tres toreros estaríamos hablando de una tarde con varias orejas y una o dos salidas a hombros. Pero entre la falta de puntería de los espadas y el rigor del palco el asunto quedó en una tarde a medio gas. Que no fue mala, pero tampoco acabó de romper.

A ello colaboró, en primer lugar, la descastada corrida de Núñez del Cuvillo, sin ningún toro rotundo, de triunfo. Y también una cierta falta de claridad de ideas de los matadores. No sé si por las alturas de la temporada en la que estamos o porque vislumbraron pronto la imposibilidad de faenas importantes.

Morante, en su primero, poco pudo hacer. El toro se había roto la funda del pitón al golpearse en el burladero (¡ay esos toques de los subalternos!) y tenía una manifiesta endeblez, que ni siquiera la templanza y el toreo a media altura del de La Puebla consiguieron enmendar. Al cuarto le recetó buenas verónicas y, con la muleta, le dejó venirse de lejos. Pero ni el toro ayudaba (iba siempre en línea y protestaba al final de cada pase), ni él acabó de apostar. No hubo ni premio ni bronca. Sólo una mediocre indiferencia que casa mal con un torero como éste.

Perera, en el segundo, toreó bien por delantales en el recibo de capa. Después de derribar al picador y de que el monosabio tuviera que aguantar al caballo frente a repetidas embestidas del toro porque nadie lo sacaba de allí parecía que podía haber faena. Perera se colocó y aguantó mucho por ambos pitones, pero el toro cabeceaba y faltaba transmisión. Al final, arrimón y gran estocada. Hubo petición abrumadoramente mayoritaria pero el presidente no concedió la oreja. Uno puede discutir si la faena era o no de oreja en una plaza de primera, pero lo que es indiscutible es que el presidente vulneró de forma consciente el reglamento. Si eso lo hace un matador lo sancionan. Pero si es un usía, habrá quien le proponga para algún premio por reivindicar la importancia de una plaza como ésta. Con defensores de la fiesta como estos, así nos va.

El quinto fue un toro muy flojo. Perera estuvo muy serio y técnico con él. Lo llevó con la derecha en muletazos muy largos, al ralentí, como hipnotizado. Es cierto que no había mucha emoción, pero también que Miguel Ángel sacó mucho más de lo que era previsible con un toro así. Con la espada, recetó una buena estocada… después de haber pinchado tres veces.

Talavante dio una dimensión muy buena en el tercero. Comenzó la faena por ayudados por alto en el centro del ruedo y siguió con series templadas de derechazos. Pero lo realmente grande vino al natural, en un par de series realmente hondas, profundas. Muletazos larguísimos de mucha importancia. Terminó por manoletinas y en una de ellas le desarmó. Los trofeos (probablemente dos) los perdió al dejar dos estocadas que hacían guardia antes de dejar un espadazo más ortodoxo. El sexto se emplazó de salida y fue lidiado mal. La faena de muleta no tuvo relevancia alguna y pinchó tres veces antes de dejar una estocada en su sitio.

En fin, que a Zaragoza se llega fácil con el AVE y que es una plaza que puede incorporarse con facilidad al calendario de los aficionados de Madrid. Pero que habrá que esperar otro año a ver si el resultado de toros y toreros se corresponde con la expectación que generan los carteles.

Entretanto, no es de poca relevancia haber llenado la plaza demostrando a los cien o doscientos energúmenos que se manifestaban enfrente que son una minoría y que tienen menos razones y menos educación que los aficionados.

domingo, 11 de octubre de 2009

Madrid (3 y 4 de octubre de 2009) - Triunfo de otoño

La Feria de otoño de este año tenía en su último fin de semana dos carteles realmente interesantes. El primero unía a Aparicio, Morante y Castella con toros de Núñez del Cuvillo, el hierro probablemente más importante en estos momentos gracias a la predilección de JT por sus toros, a su larga camada y a su generosa regularidad. En el segundo debían medirse José Luis Moreno, Diego Urdiales y Sergio Aguilar con toros de Victorino: tres toreros modestos en un buen momento frente a la ganadería más deseada durante años por la afición venteña.

Al final, la ganadería comercial ganó el pulso a la torista y el toreo serio y rotundo de un tremendo Castella a todo lo demás.

El sábado Castella refrendó cómo ha ido evolucionando, para bien, a lo largo de esta temporada. Firmó dos faenas rotundas frente a dos buenos cuvillos. Toreo de valor, pero también toreo cargo, largo, hondo, calado,… La faena al tercero fue impresionante. Citó desde los medios y ligó tres pases cambiados. Luego, toreó muy clásico por ambas manos dando distancia al toro, trayéndoselo toreado, ligando las series. Toreo de verdad, nada encimista ni bullicioso, a un gran toro. De esos que dan la razón a quien argumentan que estas son las ganaderías “toristas” y no las que crían bueyes de seiscientos kilos que sólo saben dar cabezazos.

La faena al sexto fue de menos peso pero tuvo probablemente más transmisión para el gran público, porque, mediada la faena, el francés se metió entre los pitones, dio una lección de valor y levantó al público con sus circulares y alardes varios. Falló con la espada y eso le impidió haber cortado tres o cuatro orejas en una sola tarde con sólo dos toros, algo al alcance de muy pocos.

Sin duda, Castella ha sido uno de los grandes alicientes de esta temporada y es uno de los que mejor colocados quedan para la próxima. Una pena que no pueda estar hoy en Zaragoza con Morante y Perera en una tarde que esperamos inolvidable y en la que ha sido sustituido por Talavante (veremos si, como dicen sus aduladores, es cierto que ha recuperado el ánimo y el toreo).

Aparicio y Morante tuvieron peor lote y una disposición que tampoco fue la de Castella. De Aparicio ya hemos dicho aquí cómo está con ganas pero sin sitio. Y Morante, que siempre deja destellos de su torería (es un torero que hay que ver siempre que se pueda porque nunca sale uno de la plaza sin algún detalle inmenso) está algo más desajustado que los primeros meses de la temporada, donde su maestría, valor y gracia eran apabullantes. Me dolió especialmente que no pudiera romper en el segundo de la tarde, un toro al que hace un par de meses le hubiera formado un lío en Madrid.

La tarde de los Victorinos fue la constatación de que los cárdenos de Moraleja no están en su mejor momento. Hasta tal punto que uno de los diestros, Sergio Aguilar, se fue a su casa sin matar ninguno del hierro anunciado: uno porque la corrida no se aprobó completa y tuvo que remendarse con un toro de Carriquiri y otro porque el Victorino de su lote fue devuelto y sustituido por uno de Julio de la Puerta. Los cuatro que correspondieron a Moreno y Urdiales fueron toros de muy escaso interés, salvo el segundo que sí tuvo un comportamiento propio de los victorinos… malos. Toro tobillero, que se revolvía muy rápido, con mucho peligro, al que Urdiales hizo una faena interesantísima que el público agradeció. Valor e inteligencia del torero riojano con el único toro que tuvo algo de transmisión, aunque no permitiera buen toreo. José Luis Moreno también lo intentó con sus dos toros, aunque por el juego de los toros no era posible que el asunto calara en los tendidos. Habrá que verle con toros que den más juego para ver si de verdad puede romper, como dicen algunos después de lo de Córdoba, Pozoblanco,... Y Sergio Aguilar, también dispuesto, mostró su buena técnica y la hondura que atesora en algunas series que supieron a poco, aunque acrecentaron el interés por este torero.

Dos tardes, en fin, que dejan bastantes elementos de reflexión para el 2010. Desde la verdadera dimensión de cada ganadería hasta el necesario hueco que debe hacerse a algunos toreros “modestos”, sin olvidar a genios como Morante que, estamos seguro, volverá a estar, y en breve (¿hoy en Zaragoza?) tan bien como le hemos visto hasta mediados de agosto.

jueves, 8 de octubre de 2009

Barcelona (27 de septiembre de 2009) - Reivindicación de la libertad

La tarde del 27 de septiembre en Barcelona fue una reivindicación de la libertad. Porque acabar con los toros en Cataluña, como se pretende por algunos intransigentes, no es sino un atentado contra la libertad, como había proclamado con acierto y belleza el gran poeta catalán Pere Gimferrer.

Frente a esa intransigencia, la alegría, el ritual y la belleza.

La alegría de un día soleado en Barcelona, de una ciudad en sazón, de aficionados que, con muchas tardes de toros a sus espaldas en los últimos meses, van de nuevo a una corrida con la convicción de que lo que suceda será nuevo, siempre distinto. Único.

El ritual eterno de cuanto sucede en la plaza y hasta llegar a ella. De las pequeñas manías de cada aficionado y las sagradas costumbres de cada matador. Del paseillo, los trajes, los colores, la música,... Del respeto al toro en su combate. De la perfección en su lidia.

La belleza del toreo perfecto de José Tomás y el desgarrado de Morante. La belleza de la entrega de Aparicio, aunque no pudiera ser sino entrega, ayuna de sitio, de técnica y de valor.

La tarde no queremos recordarla como la última en la Plaza de Barcelona. Estoy seguro de que no lo será: porque aún habrá quien en el ejercicio de la libertad de voto que han dado CIU y PSC prefieran votar por la libertad. Y aun cuando se votara en contra, habría que recurrir hasta donde hiciera falta para defender la ilegalidad de una medida de esa naturaleza.

La recordaremos, en todo caso, como una tarde magistral. Una tarde (la última, eso sí, de la temporada de este año de JT en España) en la que hizo probablemente su mejor toreo: el más largo, ligado, profundo,... Desde la seriedad más absoluta. Desde una quietud y una verticalidad casi imposibles. Magistral ese comienzo por ayudados citando desde el centro del ruedo. Grandioso el toreo rodilla en tierra. Sublimes un par de tandas al natural,... Todo medido, perfecto. Recopilando una temporada y mostrando por qué hay tantos que le siguen allá por donde pisa.

Como hemos seguido este año a Morante que, sin llegar a cuajar una faena maciza, dejó apuntes de un toreo tan distinto que el cuerpo lo reclama para poder sentir siempre algo distinto, mágico, inspirado. Una pena que las dos cornadas fuertes que ha sufrido le hayan quitado algo el sitio (eso, al menos, nos ha parecido) y que se rompiera el dedo al entrar a matar al toro, por lo que sólo pudo lidiar uno.

Y Aparicio, que por esa razón hubo de matar tres toros, mostró, como queda dicho, más voluntad que acierto.

Volveremos el año que viene a Barcelona. Estoy seguro. Por afición a los toros y por el compromiso con la libertad.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Madrid (26 de septiembre de 2009) - Jouber

La tarde no ha dado para mucho que contar (mucho bueno, quiere decirse).

La tarde comenzó con un minuto de silencio en recuerdo a los veinticinco años de la muerte de Paquirri que acabaron siendo quince segundos porque aquí todo el mundo va con prisa.

Javier Herrero, el novillero que abría cartel, ha sido cogido por el cuarto, un toro peligroso y mal lidiado. Le ha cogido, además, después de haberle avisado varias veces. Soy de los que ha aplaudido cuando, después de una voltereta, ha vuelto a ponerse al natural, demostrando pundonor y ganas, pero tal vez la colocación no era la precisa con un novillo como aquel y ha terminado por calarle (20 centímetros) después de un voltereta muy fea.

Este novillo se arrancó antes de cobrar el primer puyazo al caballo que guardaba la puerta y el picador descabalgó con premura. El caballo salió huyendo y, después de atravesar en diagonal la plaza absolutamente desorientado, se topó con la barrera, cayendo al suelo y rompiendo todas las tablas del lugar en el que se estrelló. Afortunadamente pudieron levantarle, pero la sensación de impotencia del animal corriendo por la plaza fue tremenda. Tengo la impresión de que si el caballo llevara uno de los ojos descubiertos, como manda el Reglamento, estas cosas no ocurrirían. Y si el picador no hubiera bajado del equino, tampoco.

En su primero, Herrero estuvo voluntarioso, pero evidenció falta de técnica de forma preocupante.

Pablo Lechuga creo que es el líder del escalafón, pero su tipo de toreo, por colocación, falta de ajuste y hondura, no es bien recibido en Madrid. Los animales no colaboraron, pero él tampoco entendió muy bien las necesidades de un toreo más serio y profundo, como el que aquí se exige. Lo peor, en todo caso, los hooligans que trajo y que, desafortunadamente, estaban sentados al lado de mi abono.

Jouber, sin embargo, ha demostrado ganas y muchísimo gusto, aunque también le falta oficio (algo que, teniendo valor y hondura, no es preocupante en un novillero). Ya lo vimos hace años en Vistalegre cuando se anunciaba Tomasito y nos gustó. Hoy ha estado muy serio y ha tenido momentos buenos, sobre todo en el sexto toro, que ha sido el que, hasta mediada la faena, más ha colaborado. Parece que va a ser el próximo discípulo de Antonio Corbacho, y de hecho andaba por el callejón junto a él. Esperemos que le infunda la seriedad que siempre imprime a todos sus toreros, pero sin ahogarle. Y que Francia pueda brindarnos otra figura.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Nimes (18 al 20 de septiembre de 2009) - Grandes momentos

La plaza de Nimes tiene un encanto especial. Ver toros en un coliseo romano de más de dos mil años supone adentrarse de un modo especial en el rito. Cuando, además, el público es receptivo, serio, pero agradecido, y los toreros se encuentran cómodos, hasta donde es posible, es fácil que sucedan cosas grandes. A pesar de las complicaciones que supone para la lidia la forma ovalada de la plaza, con evidentes complicaciones de querencias, sobre todo en el tercio de banderillas.

La tarde del jueves 17 no me gustaron los toros de Yonnet. Tanto Padilla, como Barrera y Savalli trataron de buscar el triunfo. Pero ni los animales colaboraron, ni tal vez su tauromaquia es la más propicia para animales tan descastados (suponiendo que algún matador tenga recursos para ello, y aquello sea de algún interés para los aficionados).

La tarde del 18 el Juli demostró que es un auténtico maestro. La corrida de Garcigrande no ayudó mucho, pero el Juli supo sacarle todo lo que de bueno tuvo (y más) a su primero, y estar tremendamente por encima del cuarto, un toro peligroso que cogió a uno de sus peones y al que se impuso con seriedad y temple. Castella tuvo muy mala suerte con el lote y no pudo más que justificarse. Román Pérez, que confirmaba alternativa en Francia (ahora también hay allí ceremonia, como en Madrid y México) demostró que necesita muchas horas de campo: puso voluntad, pero, a mi juicio, torea muy apresurado y sin demasiado ajuste.

El sábado 19 por la tarde salimos con la sensación de que podíamos haber visto mejor toreo. Los toros de El Pilar, sin ser extraordinarios, dejaron estar y permitieron hacerles, en distinto grado, toreo bueno, reposado y de mano baja. Sin embargo, los toreros no acabaron de estar. Matías Tejela, como casi siempre, dejó destellos de su gran clase; pero también de que le falta ambición, hambre de triunfo, convicción o algo que le haga dar un paso más y triunfar de modo rotundo. Apuntes buenos, sí. Pero me temo que tal y como está el escalafón y las ferias, con eso no es suficiente. Talavante en su primero estuvo soso, aburrido. En el quinto, sin embargo, replicó por gaoneras un quite de Rubén Pinar y pareció que el asunto iba a romper. Efectivamente dio muletazos buenos, tandas de interés, pero el asunto, a pesar de la oreja que cortó, tampoco cuajó del todo. Rubén Pinar es un torero joven. Fue interesante verle. Pero como en Madrid, nos dejó la sensación de que le falta reposo, pensar en la cara del toro y hacer las cosas con más sentimiento. Torea bien, pero lo falta oficio.

La mañana del domingo 20 fue apoteósica para Castella y extraña para Morante. La corrida fue interesante, tuvo nobleza, pero salvo el segundo (al que se dio una vuelta al ruedo) no tuvieron motor y clase suficiente para permitir redondear las faenas. Morante no tuvo ningún toro “a modo” que le permitiera expresarse como muchos esperábamos. No vimos prácticamente toreo con el capote y con la muleta hubo algunos pases con su personalísimo estilo e inmensa hondura, pero aislados, perdidos en cada faena, lo que hizo que el público no respondiera como quizá se hubiera merecido cada uno de esos monumentos a la estética taurina. Lo más ligado, el comienzo de faena al tercero por ayudados por alto, un auténtico monumento al toreo en sepia, agrandado en temple y sabor. Castella, por su parte, estuvo realmente bien. Las faenas a sus dos primeros toros fueron memorables: la primera con muletazos más largos y la segunda en toreo de cercanías. Buen toreo de capote, además. Y mucha voluntad con el sexto, un toro muy parado con el que no pudo lucirse pese a intentarlo con insistencia.

No pude asistir a dos de los grandes momentos de la feria: la antología de Ponce el sábado por la mañana (incluso los que no son nada pancistas comentaban que estuvo magistral) y el grandísimo toreo de Perera y Luque el domingo por la tarde (con una corrida que, algunos aficionados de temporada larga y variada comentaban que era una de las mejores que habían visto este año).

martes, 22 de septiembre de 2009

Sobre Nimes, la tauromaquia, el Derecho y sus conflictos

Los cuatro días en Nimes han sido absolutamente memorables. No sólo por la posibilidad de compartir con juristas y aficionados varios unos interesantísimos Encuentros de Derecho Taurino, sino por el descubrimiento de una Feria y una afición realmente ejemplares.

Los toros en Francia (especialmente en el sudeste) son un signo de distinción cultural. Y todo el centro de la ciudad está absolutamente dedicado a promover la cultura taurina. Es más fácil encontrar vídeos de toros, cabezas disecadas, trajes de torero, capotes, muletas, cuadros, esculturas,... en los alrededores de la Arena de Nimes y en sus hoteles que en cualquier otra feria de España.

Hay mucho que contar y espero poder ir haciéndolo poco a poco y con mano baja, como se merecen los toros que embisten hasta el final.

Como adelantó mi compadre de blog, allí dimos noticia de la próxima publicación de "La tauromaquia a través de sus conflictos. Jurisprudencia taurina" una obra que estará en las librerías en un par de semanas y que recopila, ordena y comenta más de ciento sesenta sentencias de temática taurina. Su redacción ha sido laboriosa pero tremendamente gratificante e ilustrativa. Espero que los lectores disfruten también con la multitud de anécdotas que reflejan las sentencias y que les ayude a reflexionar sobre cómo está organizado el mundo del toro y sus aledaños. Como parte del hecho cultural, la tauromaquia exige no sólo el disfrute a través de los sentidos sino también un sustrato doctrinal que aglutine memoria y aparato crítico. Esta es mi modesta aportación. Absolutamente ínfima si se compara con la de quienes se juegan la vida cada tarde en los ruedos, aquellos que realmente dotan de verdad al ritual.

El libro se publica en la editorial Aranzadi - Thomson Reuters, que es la principal editorial jurídica en España. Ya han incluido en su página web una mención a la obra y a la noticia que sobre el libro publicó el diario Midi-Libre, periódico local de Nimes de cuya información taurina tendrían que aprender todos nuestros diarios.

(Mi recuerdo a Paquirri de cuya trágica muerte en Pozoblanco el sábado se cumplen veinticinco años. Paquirri fue uno de los toreros de mi infancia. Como Manzanares, como el Niño de la Capea, como Julio Robles,... Y su muerte, una auténtica conmoción colectiva que recordó la verdad y la tragedia de la Fiesta. Alguno quisieron lucrarse con las imágenes de su dolos en la enfermería y en uno de los procedimientos que vienen reflejados en el libro, el Tribunal Constitucional declaró que esas imágenes de la enfermería pertenecían a lo más íntimo del diestro y de sus familiares. Hoy Telecinco estrena no sé qué serie sobre el maestro. Por precaución no la veré. No sé si lo que van a contar es exactamente lo que un aficionado espera de la biografía de un torero o lo que un consumidor de carroña de la prensa rosa devora y vomita. Me temo lo peor, aunque espero equivocarme).

domingo, 20 de septiembre de 2009

Haiku 3

Suerte poética:
el salto de la rana
¡olé mi jaiku!

Haiku 2

José Tomás
Morante de la Puebla
y Manzanares.

Haiku 1

Plaza de toros,
cuánto sol exprimido
de brusca sangre.

Una tragedia griega (feria de Écija)

La Plaza de Toros de Écija se asienta sobre un antiguo anfiteatro romano que aprovechaba un declive natural del terreno en la parte alta de la ciudad.

Es una plaza grande, pero no es una plaza bonita; tiene, sí, su palco dieciochesco de madera pintada, sus colgaduras de gala, su Mariana Pineda, pero el conjunto resulta destartalado, como la enfermería a ras de albero en la que entrevemos, a través de los efluvios del cloroformo, tres camas de hierro barnizadas de blanco.

Es, si acaso, una plaza demasiado “real” -sin las utilitarias reformas que han transformado algunos cosos en maestranzas de cartón piedra- con cierto aire carpetovetónico o barbárico a lo que contribuye el público, por lo general escaso, pero “racial”.

A mí me gusta este ambiente solanesco en el que se puede intuir un eco de la crudeza y sordidez de la Fiesta en las soleadas y asoladas campiñas de Sevilla y Córdoba, en los días extintos de los maletillas con hambre y de los jamelgos sin peto de picar.

El cartel de hoy es bien triste y sólo se explica como una consecuencia más de los recortes de la crisis: se anuncian un torero humilde de la comarca, que tomará una pobre alternativa sin demasiadas esperanzas y el hijo legítimo de una vieja figura tremendista, que revolucionó esta industria en los años sesenta con sus suertes excéntricas y anfibias y su ancha sonrisa caballuna.

Al terminar el paseíllo, aparece en el callejón entre cerradas ovaciones y flashes fotográficos el padre mediático de la criatura, entre tanto un precioso capote de paseo de terciopelo color burdeos, con lujosos bordados recién estrenados, parecidos a la túnica de los cardos del Gran Poder, se coloca al amparo de la madre del toricantano.

Apenas unos metros separan a ambos progenitores, igualados por la verdad redonda del albero y separados por un abismo de influencia y poder.

Tras la ceremonia de la alternativa el torero brinda a su madre que se derrumba sobre el capote presa de un agitado estremecimiento de dolor y llanto: cuántas lágrimas y cuánto sufrimiento para llegar a este punto de partida que es, a la vez, la penosa meta de llegada, cuántos anhelos se entierran hoy, cuando la familia del nuevo matador, conscientes del escaso porvenir y de un más que previsible futuro como banderillero, ha decidido tirar la casa por la ventana en un último gesto de celebración y despedida.

Yo creo que a una madre esto no se le hace y que deberían haberle aliviado el trance y, de paso, bajo el principio de la natural discreción, ahorrarnos a todos el conmovedor numerito que nos deja un amargo nudo en la garganta.

El muchacho, como era de esperar, no está ni mal ni bien, ha cumplido su sueño pero ¿qué sueño?

Prosigue la lidia y, como las desdichas nunca viajan solas, el hijo del que fuera icono del pop y del desarrollismo españoles, se deja vivo su primer toro, tras los tres avisos preceptivos, pero generosamente demorados, ante el semblante cariacontecido de su padre que está intentando apoyarle con su presencia en una carrera más que dudosa, para borrar, de paso, el recuerdo de otras filiaciones no menos mediáticas.

Ante esta lamentable e inusual circunstancia en un torero joven, con todo lo que debería comportar, la respuesta habitual del público hubiera sido una sonora pitada, pero la Plaza, incómoda y, en definitiva, intensamente horrorizada por el sufrimiento ajeno que suponen la humillación de un padre tan respetado en la región y la presumible vergüenza del hijo, responde con sensibilidad y silencio.

Padre e hijo no se han cruzado los ojos, porque ambos se temen en este instante crítico, pero el primero, que después de todo es un buen hombre, se acerca cariñoso a animar a su vástago que se está tragando las lágrimas más amargas de su vida.

Y uno piensa que entre el llanto de esta madre desconocida y desconsolada y el no escuchado diálogo entre el padre famoso y el hijo no menos famoso se cifra la vulnerable naturaleza de las humanas miserias, su frágil equilibrio de esperanzas imposibles y sueños rotos, la grandeza de su triste condición.

*******************************+
Y, como el mundo tiende siempre a una imperfecta asimetría, en su segundo toro, el heredero administrativo del insólito califa realiza una faena estimable, normalmente premiada en esta plaza con los máximos trofeos, que el público solicita arrebatado, por devolver el mundo a su orden natural, aquél en el que los toros mueren en la plaza y los hijos, incluso los de uno, triunfan en la vida.

El primero en pedirlos, en un gesto grotesco y poco edificante pero enternecedor, es el viejo matador, que desata su turbante, ancho como una sábana, sonriente, mirando al palco,.

Pero no.

Falto de sensibilidad o sobrado de orgullo, a esta hora y hoy el Presidente ha decidido que esta Plaza es Las Ventas y concede una solitaria y paupérrima oreja ante el asombro y angustia generalizada.

Y uno sospecha, por la apariencia del tipo, que la razón de la decisión no ha se ha basado en los escasos méritos artísticos de la faena, ni en la voluntad de humillar por algún oscuro complejo de clase a un señor provecto y millonario, sino en definitiva y cuarenta años después, en robarle unos minutos de la gloria cosechada en los televisores en blanco y negro para su propio orgullo efímero.

Y mientras el Cordobés amenaza con su dedo al Palco, imprecando al presidente con la cara desencajada, piensa uno que el anfiteatro romano de Écija, que el Gran Teatro del Mundo, se asienta sobre una Plaza de Toros.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Antonio Ordóñez

(Le dieron la Legión de Honor en Francia, adonde va Lorenzo)

Laurel de Apolo, olivo de Atenea: han venido los griegos a la Plaza para ver torear a Antonio Ordóñez. Quinientas niñas de púrpura y Picasso, con canastas de flores y de uvas, lo siguen por las calles. Las estatuas inclinan la cabeza y en la arena se postra una rodilla para mecer las astas de la luna. Acrópolis de Ronda la polícroma: canto y cal del icono, rosa y oro, aguafuerte de Goya en las pezuñas secas, cristalitos de Armani por la noche plateada.

Ático y puro, sin asomo de esfuerzo, el Príncipe Torero de la Palma y Sevilla cincela sobre el viento el pliegue de los mármoles. Majestad y cadencia de pie sobre las aguas: el mar azul golpea la roca donde cruje la cenefa clásica del miedo. Y el toro ya no existe, el toro es un concepto, el toro está pintado sobre un altar de Creta en un templo redondo bañado por el sol, suspendido en el aire por barrancos de olivos y sarmientos antiguos de vides extrañísimas.

Han venido los griegos a la Plaza, para ver torear Antonio Ordóñez.

(Lo esta filmando Orson, lo está escribiendo Hem).

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Pasodobles, vino y leyes

Quiero celebrar la fiesta de la vendimia en Nimes alzando borracho mi copa y entonando tres pasodobles.

Me los encargaron como letras el año pasado para la feria de Olivenza -raya de Portugal-, (léase aquí) y yo los pongo en Nimes -raya de Francia-, para subrayar su carácter ebrio y exiliado.

Están dedicados a tres toreros extremeños como Don Lorenzo Clemente Naranjo que en los próximos días disertará sobre Tauroamaquia y Derecho en la capital francesa del toro.

Ya vela las armas en la capilla con el estoque de Antonio Ordóñez y el escapulario del Baratillo.

¡Cántalos borrachos para celebrar tu triunfo al son de "Marsellesa" o "Toreador"!

Y permanezcan atentos a sus pantallas porque en breve se anunciará en sus librerías LA TAUROMAQUIA A TRAVÉS DE SUS CONFLICTOS, del eximio autor citado.

Un éxito seguro y un vademécum para los profesionales.

Que Dios, Sarkozy y Carla Bruni repartan suerte, rien ne va plus.

¡PERERA!

Héroe de los carteles
y leyenda del valor,
la sangre besa la arena
como los rojos claveles
de la Puebla de Prïor.
Perera viene a triunfar
bajo el cielo de Madrid,
no tiene miedo a morir
cuando sale a torear.

Pon jazmín en los caireles,
rosas en los alamares,
porque esta tarde torea
la gracia de Miguel Ángel.
Perera viene a triunfar
bajo el cielo de Madrid,
no tiene miedo a morir
cuando sale a torear.

Citando por gaoneras
al filo de la testuz
del toro por su capote
es puro arte y quietud.
Y cuando monta el estoque
bajo el sol de su montera
desde Bilbao a Sevilla
el toro se desespera
buscando la taleguilla
bajo la mano segura.
Y grita la plaza entera:
¡Torero de Extremadura!
¡Perera! ¡Perera! ¡Perera!


Perera viene a triunfar
bajo el cielo de Madrid
y para el toro vivir
y con el toro soñar.
Su muleta verdadera,
es toda esencia y compás,
es toda hondura y poder:
la mano más baja y pura
y la espada más torera
que gira en el redondel.
Tras una estocada entera
la plaza es una locura:
¡Torero de Extremadura!
¡Perera! ¡Perera! ¡Perera!

Talavante Magno

Cuentan que Alejandro Magno
en campañas deslumbrantes
conquistó el confín del mundo
a lomos de su elefante.
Otro Alejandro Segundo
hace al Primero un desplante
de gracia y de gallardía
su imperio es de torería
y su nombre, Talavante.

Echa la pata p’alante,
torero de Badajoz,
sobre el albero maestrante
un natural de diamante
te coronó emperador.
Alejandro Talavante
torero de Puerta Grande
y de pellizco y valor.

Pon muy plana la muleta
que el toro viene de lejos,
y pon la tarde violeta
con la luz de tus reflejos
que los pitones amargos
ya te rozan la cintura
y es tu toreo tan largo
que hace eterno el instante
¡oh junco de Extremadura!
Alejandro Talavante.

Echa la pata p’alante,
torero de Badajoz,
sobre el albero maestrante
un natural de diamante
te coronó emperador.
Alejandro Talavante
torero de Puerta Grande
y de pellizco y valor.


Heroico Ferrera

Nadie tiene más poder
ni gracia banderillera
que tiene Antonio Ferrera
frente a la cara del toro,
torero de plata y oro,
extremeño de cartel.

Como un guerrero minoico
llegado de Ibiza y Creta
enviado del Rey Minos
y con un valor estoico
al poder de su muleta
somete a los Victorinos.
Y es el trance tan heroico,
tan trágica la belleza
que todos gritan: ¡Olé,
nadie tiene más poder
ni gracia banderillera
que tiene Antonio Ferrera
extremeño de cartel!

De la Feria de Sevilla
a la Feria del Pilar,
por las plazas de Castilla
y los cosos de ultramar
así dice a su cuadrilla
el Capitán General
del Tercio de Banderillas:
“Todos para el callejón
solo el toro para mí
que hemos nacido los dos
para triunfar o morir.”

“Y vente, torito, vente,
deja que te prenda flores
en tres pares relucientes.
Seis rosas de tres colores,
cortadas en el Guadiana,
negras como mi montera
verdes como las encinas
y blancas como la mañana,
cuando ondea mi bandera
en tremendas banderillas
asomado a tu balcón
que soy Antonio Ferrera,
que soy Antonio Ferrera
extremeño y matador.”

“Y todos para el callejón
solo el toro para mí
que hemos nacido los dos
para triunfar o morir.”
¡Nadie tiene más poder
ni gracia banderillera
que tiene Antonio Ferrera
extremeño de cartel!

sábado, 12 de septiembre de 2009

San Sebastián de los Reyes (29 de agosto de 2009) - ... Y Aparicio

Para ser sinceros he de decir que inicialmente no tenía previsto ir a esta corrida, sino a la de Palencia, en una jornada en la que estaba previsto un buen prolegómeno de gastronomía antes de dejar que Morante nos deslumbrara. Pero como habían cogido a Morante, el kilometraje se antojaba excesivo sin una recompensa taurina de igual expectación.

La tarde de San Sebastián de los Reyes fue triunfal. Pero, sobre todo, vimos muy buen toreo. Buen toreo, muy técnico y poderoso siempre y, cuando el toro respondía, más ajustado y hondo, de Juli. Toreo importante con la capa: delantales de recibo y quite por chicuelinas y gaoneras ligadas en su primero. Y muy grande con la muleta: estatuarios sin mover los pies del sitio para comenzar la faena en su primero, muy buenos derechazos, larguísimos naturales, arrimón, cambios de mano ligados con naturales,… Y dos grandes estocadas.

Perera replicó como acostumbra. Con una entrega sin límites y un toreo grandioso y emocionante. Suavísimo y templado para recibir de capa a su primero; quite sublime citando desde el centro del ruedo y ligando chicuelinas con pases por la espalda y gaoneras. Para comenzar la faena de muleta nuevamente cita al toro desde el centro del ruedo para instrumentar unos escalofriantes pases cambiados que ligó con un natural y uno de pecho perfectos. Luego toreo fundamental con ambas manos largo, hondo y templado, para finalizar metiéndose entre los pitones e instrumentando inverosímiles cambios de mano. Gran estocada. El último de la tarde fue un toro más complicado que se rajó muy pronto, pese a lo cual pudo instrumentarle un par de series importantes y pegarse un arrimón especialmente peligroso por los tremendos arreones del manso.

Juli y Perera son dos toreros que, según se comenta, tienen buena relación personal. Pero que en el ruedo, con nobleza y educación, mantienen una rivalidad sanísima para la fiesta. Y, como puede comprobarse, van asimilando el toreo del otro para incorporarlo en su propio repertorio, hasta el punto que uno tiene la sensación de estar viendo faenas con una estructura muy parecida ejecutadas con estilos diferentes.

Nada que ver con Julio Aparicio, cuyo toreo es de otra época y otra intensidad. Para degustarlo con un deleite muy especial y en pocas porciones. Aparicio no tiene el sitio ni el valor que Juli o Perera, ni siquiera el sitio que él mismo tuvo en otra época. Pero tiene un duende que, cuando surge, arrebata al aficionado. Aunque no en todas las plazas se le entiende de igual modo. A mí particularmente me encantó en sus dos toros, aunque las peñas de San Sebastián de los Reyes no fueran de la misma opinión. A su primero le instrumentó unas verónicas de recibo muy templadas y con mucho gusto. Ya con la muleta dejó una serie absolutamente grandiosa con la derecha y pases sueltos de muchísima importancia al natural, con una trincherilla de cartel de plaza de primera. La media cayó abajo, pero no entiendo muy bien que no hubiera siquiera unas palmas de agradecimiento a un toreo tan peculiar. La faena al cuarto (que brindó a Antoñete) fue más compacta. Torerísimo el inicio de faena rodilla en tierra con un pase del desprecio sensacional. Y luego toreo perfumado en redondo con una naturalidad apabullante y unos pases de adorno para enmarcar. Los ayudados por alto del final acabaron de dar una gran coherencia y distinción a la faena. Recetó una estocada arriba después de un feo metisaca, y aquí el público sí respondió con algo más de entusiasmo.

Tengo para mí que es difícil que Aparicio, por forma física, ambición, valor y técnica, pueda dar mucho más de lo que vimos en San Sebastián de los Reyes (a ver si nos deja mal y hace una faena aún más maciza en el gran cartel del día de San Francisco en Las Ventas). Y, por eso, es difícil valorar por el aficionado si debe seguir de telonero en carteles como estos o debería dejar paso a otros diestros más jóvenes que necesitan ir abriéndose un hueco en las ferias.

En todo caso, a mí me reconforta ver este toreo de vez en cuando. Y contrastarlo con el gran toreo poderoso de jóvenes tan maduros como Juli o Perera, que son un seguro en cualquier cartel por su disposición y enorme regularidad, además de por su grandísimo toreo. Creo que ambos son necesarios y que se complementan. Y que el buen aficionado debería disfrutar de estos distintos estilos.