Toros de Cuadri.
Sánchez Vara, ovación y saludos;
Iván García, silencio en ambos;
Fernando Cruz, ovación y saludos desde el tercio.
Mucho se discute acerca de la generosa sangre Domecq en los carteles de la Feria de Abril cuando lo que habría que plantearse es por qué y con qué mérito retornan estas bestias de la naturaleza, los cuadri, herederas del Uro que describió Julio César, al albero maestrante:
“La tercera raza (que hay en la selva Hercinia, Germania, a orillas del Danubio) es de los que llaman uros, los cuales vienen a ser algo menores que los elefantes: la catadura, el pelaje, la figuras, de toros. Es grande su bravura y ligereza. Sea hombre o bestia, en avistando el bulto, se tiran él.”, dice César en la Guerra de las Galias.
Quizá sea esta la razón de que la primera de las reses, en recuerdo de su tudesco antecesor, se llamará “Alemán” y pesará 580Kg, el segundo llegó a los 614Kg. Pero ni bravos, ni ligeros.
Son toros preciosos, primitivos, algo faltos de armadura, pero con una seriedad y un esqueleto que los hace de embestida difícil, si no imposible, porque el lomo del toro no da lugar a la salida y el animal sólo sabe entrar alto a los vuelos derrotando, tirando cuchillazos.
Desde arriba suponemos el valor a lo toreros, pero en rigor, el espectáculo de hoy era un película de gore, de miedo y psicópatas, con cuchillos, katanas, sustos imprevistos.
Ningún animal fue apto para la lidia lucida y todos exigían, para agradar al público contemporáneo, una exposición desmesurada y un valor seguramente no compensado, salvo que uno sea un mártir, y ya ni JT, según se sabe (última hora "viene" a Madrid).
Hay que ser muy aficionado para venir una tarde de éstas, cuando el torero que abre plaza se presenta en Sevilla, ¿qué ha hecho todos estos años? ¿Quiénes son los otros? En fin, la de la oportunidad, seamos pues respetuosos.
Sánchez Vara, en el primero luchó contra el parón y el recorte de su toro, con miedo al principio, quieto el toro después, al punto de que todo alrededor del torero era toro y sólo toro, quieto como un cartelón de Osborne. En su segundo fue muy ovacionado el picador, porque toda la tarde hubo empeño en que las bestias se vinieran de largo, sin importar luego si metían los riñones –que esto es la bravura- o si salían corriendo, como sucedía. Nos ilusionó al doblarse por bajo y llevarlo a los medios, para darle el tipo de pelea que procedía, pero ahí quedo todo, se ligó algún muletazo estimable al forzado de pecho y le recetó, como al primero, un perfecto volapié, cosa de agradecer en tardes lentas como la de hoy, en que la terna mató muy bien.
Iván García ha toreado en la China y a ratos pareciera que se le nota, por las formas vulgares con las que ejecuta algunas suertes (banderillas, chicuelinas), aunque me sorprendió en una desmayada verónica al quinto. El año pasado este torero recibió una tremenda cornada y está volviendo a su lugar. Le faltó valor y técnica para ligar los pases en el segundo y a su quinto lo desaprovechó, aunque probablemente no merecía más la pena.
Nos gustaría ver a Fernando Cruz con toros serios, pero lidiables ¿victorinos?, Porque es el que mejor de los tres está en la Plaza, tan necesitado de contratos como está – a los tres los ha echado fuera del circuito el arreón tomista- se juega la vida demasiado arriesgadamente, en el primero derrochó un valor inútil ante un toro asesino –y de verdad que pasamos miedo y menos mal que el toro se paró porque era una temeridad- y en el segundo suyo nos regaló, exponiendo, muletazos sueltos que intentaron en vano levantar la tarde.
No se “puede” estar mejor con estas vacas de antediluviana estampa, quiero decir que es físicamente imposible lucirse, salvo si se tiene la experiencia del Fundi, con estas ganaderías no tienen nunca opción de triunfo; aunque, pensemos: con los derechos de TV y la repetición el año que viene, da para comer a una familia un año, seamos pues respetuosos, porque han estado dignos.
Los toros de Sánchez Vara e Iván García fueron banderilleados por ambos con más eficiencia que gracia.
Valga para toros y toreros este pasaje de Platero y yo, y donde dice burro, dígase toro o torero
Los burros del arenero
Mira, Platero, los burros del Quemado; lentos, caídos, con su picuda y roja carga de mojada arena, en la que llevan clavada, como el corazón, la vara de acebuche verde con que les pegan...
lunes, 31 de marzo de 2008
domingo, 30 de marzo de 2008
Caballos de Cartón, Centauros del Albero
CUARTA DE ABONO. CORRIDA DEL ARTE DEL REJONEO (30-03-2007)
Toros de Bohórquez
Fermín Bohórquez, Oreja
Pablo Hermos de Mendoza, Ovación y Ovación
Diego Ventura, Oreja y 2 Orejas. Puerta del Príncipe.
Era un niño que soñaba, un caballo de cartón, abrió los ojos el niño y aparecieron caballos en el albero del cielo: los caballos azules de la estepa de Tartaria, los caballos de la escuela de equitación de Viena y los caballos de los frisos del Partenón.
¡Qué emoción percibimos –una vez al año- al ver girar y volar a los caballos! Según Gilbert Durand en Las estructuras Antropológicas del Imaginario el caballo es isomorfo de la tiniebla y de la sombra, en el análisis de su etimología indoeuropea se juntan en su origen madre, muerte y pesadilla, cabalgar primitivo que fascina y aterroriza a un tiempo.
Fermín Bohórquez que era a su vez el ganadero del día estuvo más entonado que el año pasado y sacó un precioso caballo blanco que parecía la montura del Duque de Lerma en el cuadro de Velázquez, su lote fue desigual, la corrida pecaba de exceso de peso y fue en el segundo cuando alcanzó la mejor expresión, con otra montura de color perla que unida al rompimiento de gloria que se produjo hacia Triana y al pasodoble Supiros de España -magistral en la Banda de Tejera- produjo un momento muy emotivo al banderillear al estilo clásico del Jerez ecuestre.
Pablo Hermoso de Mendoza no tuvo suerte con los aceros, lo percibí distante, lejano, me dice mi compañero de abono, muy entendido en caballos y del que he aprendido hoy mucho de capas y aparejos, que no tiene una buena cuadra y que se nota. Lo ha sido todo en esto y creo que Diego Ventura le inquieta.
Diego Ventura armó los escándalos en sus dos toros, mezcla la pureza en las suertes con la espectacularidad y llega mucho y bien a los tendidos, cabriolas encadenadas, piruetas, cambios de paso al acercarse al toro, quiebros de frente y por derecho, jaleos al público y acierto en todas las suertes lo sacaron por la Puerta del Príncipe. Lo hizo todo bien. Lo que más nos gustó fue el toreo de capa que consiguió hacer con los ijares de su caballo –en el primero una de sus animales recibió un puntacito- que se acoplaba y modulaba la embestida con la emoción que inventó Hermoso de Mendoza, con toda su propia personalidad y unos caballos preciosos, este centauro es el cruce perfecto entre los Cartagena y PHM.
Mi crítica, la de siempre en este espectáculo: para matar hay que buscar el hoyo de las agujas entre una colección harto desgradable de toda especie de lanzas, no se pincha en hueso sino en hierro.
El rejón de muerte tan rojo y tan centrado en el lomo, trasero, convertía a los toros tan en el cartel de Barceló que era de ver el parecido, por eso lo han comprado los maestrantes, caballeros, rejoneadores, cazadores ¿no es eso?
Y la pregunta:
¿Cuándo dejarán de pitar a los peones de brega, si van será por algo?
Toros de Bohórquez
Fermín Bohórquez, Oreja
Pablo Hermos de Mendoza, Ovación y Ovación
Diego Ventura, Oreja y 2 Orejas. Puerta del Príncipe.
Era un niño que soñaba, un caballo de cartón, abrió los ojos el niño y aparecieron caballos en el albero del cielo: los caballos azules de la estepa de Tartaria, los caballos de la escuela de equitación de Viena y los caballos de los frisos del Partenón.
¡Qué emoción percibimos –una vez al año- al ver girar y volar a los caballos! Según Gilbert Durand en Las estructuras Antropológicas del Imaginario el caballo es isomorfo de la tiniebla y de la sombra, en el análisis de su etimología indoeuropea se juntan en su origen madre, muerte y pesadilla, cabalgar primitivo que fascina y aterroriza a un tiempo.
Fermín Bohórquez que era a su vez el ganadero del día estuvo más entonado que el año pasado y sacó un precioso caballo blanco que parecía la montura del Duque de Lerma en el cuadro de Velázquez, su lote fue desigual, la corrida pecaba de exceso de peso y fue en el segundo cuando alcanzó la mejor expresión, con otra montura de color perla que unida al rompimiento de gloria que se produjo hacia Triana y al pasodoble Supiros de España -magistral en la Banda de Tejera- produjo un momento muy emotivo al banderillear al estilo clásico del Jerez ecuestre.
Pablo Hermoso de Mendoza no tuvo suerte con los aceros, lo percibí distante, lejano, me dice mi compañero de abono, muy entendido en caballos y del que he aprendido hoy mucho de capas y aparejos, que no tiene una buena cuadra y que se nota. Lo ha sido todo en esto y creo que Diego Ventura le inquieta.
Diego Ventura armó los escándalos en sus dos toros, mezcla la pureza en las suertes con la espectacularidad y llega mucho y bien a los tendidos, cabriolas encadenadas, piruetas, cambios de paso al acercarse al toro, quiebros de frente y por derecho, jaleos al público y acierto en todas las suertes lo sacaron por la Puerta del Príncipe. Lo hizo todo bien. Lo que más nos gustó fue el toreo de capa que consiguió hacer con los ijares de su caballo –en el primero una de sus animales recibió un puntacito- que se acoplaba y modulaba la embestida con la emoción que inventó Hermoso de Mendoza, con toda su propia personalidad y unos caballos preciosos, este centauro es el cruce perfecto entre los Cartagena y PHM.
Mi crítica, la de siempre en este espectáculo: para matar hay que buscar el hoyo de las agujas entre una colección harto desgradable de toda especie de lanzas, no se pincha en hueso sino en hierro.
El rejón de muerte tan rojo y tan centrado en el lomo, trasero, convertía a los toros tan en el cartel de Barceló que era de ver el parecido, por eso lo han comprado los maestrantes, caballeros, rejoneadores, cazadores ¿no es eso?
Y la pregunta:
¿Cuándo dejarán de pitar a los peones de brega, si van será por algo?
Toreo Antiguo
29 de Marzo, Tercera de Abono
Toros de Palha para
El Fundi: Vuelta y Oreja
Luis Bolívar: Silencio y Silencio
Jesuli de Torrecera: Silencio en ambos
Al Fundi lo han ninguneado las plazas meridionales, lo han ninguneado los estetas y lo he ninguneado yo mismo, pero, ¡qué lección de tauromaquia ha dictado él -que no lo necesita- hoy en La Maestranza!
Tras el triunfo en la Miurada del año pasado lo han contratado, además de la divisa temible en la que es especialista, en otra corrida, Los Palha, ganadería extraña, bronca, imprevisible y dura, pero cuyos toros le han debido parecer a este viejo gladiador de Madrid, como los Juampedros a las figuras.
Jugándose la vida en Francia, donde es un héroe, con medidas y pocas corridas, este torero es de los de que más alto caché y categoría han adquirido -aunque no trascienda- perfecto estoqueador y maestro técnico, a mí que no me interesan las peleas con las alimañas, nunca me ha llamado la atención hasta hoy.
A sus cuarenta y dos años y delante de dos chavales que debían arrear ha demostrado que cuando se le da a cada toro su lidia hasta el más abanto de los animales puede ser domado y desengañado.
Con el que abrió plaza parecía que estuviéramos viendo -oro viejo a pesar de que el traje fuese verde y azabache- una estampa de Frascuelo o Lagartijo, era como vivir una litografía: serio con el capote parando al toro desde que salió de chiqueros, clásico en banderillas, maestro con la muleta ¡cómo se dobló por bajo con dureza arrastrando al toro a los medios donde el animal, que buscaba las tablas, no podía huir de la pelea! Y los pases fueron un burlar y someter, un mandar, un decir con torería aquí estoy y yo aquí estás tú: ven y pasa. Y el toro pasaba, los lances fueron forzando al toro que acabo desengañado y el Fundi pudo ligar naturales con pases larguísimos de pecho, en algún momento el toro hasta hizo por él y el Fundi se plantó con un "desplantón", pleno de valor y gallardía. El triunfo de la pelea digna y la seriedad hizo que sacara naturales limpios, con la espada despegada del cuerpo que le daban una imagen aún más vieja, toreo para estas bestias que no saben embestir hasta que se las enseña, como ha quedado demostrado. Si le hubiera propinado una de sus estocadas se lleva la oreja que recogió en el segundo, dio una merecidísima vuelta al ruedo.
En su segundo el pundonor fue el leitmotiv de la faena, el toro se quedaba al hilo del corbatín, hacía por él y le aguantó una enormidad hasta que acabó completamente dominado, el toro quería mucha pelea porque desarrollaba un sentido espeluznante, con sorprendentes arreones, se acordaba, sin duda, de quien lo había banderilleado, tan bien, de poder a poder. El encuentro definitivo en la suerte mortal fue un estoconazo de aúpa en la que el Fundi salió prendido (ha salido por la enfermería después de aguantar el resto de la lidia) y que se premió con la oreja.
Todo muy emocionante y emocionado, plaza y torero.
No hay otra posible lidia para estos Palha que, sin embargo, han dado un juego para el que ni Luis Bolívar, ni Jesuli de Torrecera estaban preparados. Han ido bien al caballo, se han movido, han tenido genio y bravura y sentido. No nos hemos aburrido para nada, en honor a la verdad.
A Jesuli de Torrecera le pesa lo poco que ha toreado, venir a esto es un suicidio, porque si sale un toro tan exigente como el quinto, bravo y encastado, de los que te piden el carnet de torear, quedas en evidencia y es muy triste ver a una persona en el momento más importante de su carrera profesional no estar a la altura e ignorar los terrenos, el toro pedía un Cid o similar, pues su hechura de embestida era la de un Victorino. Por lo demás estuvo voluntarioso toda la tarde.
A modo de curiosidad, era el primer torero al que se iba a medir el estrés científicamente durante la tarde, tomando muestras de su saliva que habrán dejado en el tubo de ensayo un poso de inevitable amargura.
Luis Bolívar no supo o no pudo acoplarse a su lote, que no era malo, traía pensada la faena del hotel, pero estos toros exigían más mando y temple que florituras tropicales, y los cambiados y la distancia que le daba salían a destiempo y mal, demorando las faenas, creemos que acusará el cambio de toro, sobre todo si salen de estos, con más fiereza que casta. Un par de quites por gaoneras fue lo más destacado suyo.
El Fundi, torero de Sevilla, ¡qué extraño! ¿No les parece?
Toros de Palha para
El Fundi: Vuelta y Oreja
Luis Bolívar: Silencio y Silencio
Jesuli de Torrecera: Silencio en ambos
Al Fundi lo han ninguneado las plazas meridionales, lo han ninguneado los estetas y lo he ninguneado yo mismo, pero, ¡qué lección de tauromaquia ha dictado él -que no lo necesita- hoy en La Maestranza!
Tras el triunfo en la Miurada del año pasado lo han contratado, además de la divisa temible en la que es especialista, en otra corrida, Los Palha, ganadería extraña, bronca, imprevisible y dura, pero cuyos toros le han debido parecer a este viejo gladiador de Madrid, como los Juampedros a las figuras.
Jugándose la vida en Francia, donde es un héroe, con medidas y pocas corridas, este torero es de los de que más alto caché y categoría han adquirido -aunque no trascienda- perfecto estoqueador y maestro técnico, a mí que no me interesan las peleas con las alimañas, nunca me ha llamado la atención hasta hoy.
A sus cuarenta y dos años y delante de dos chavales que debían arrear ha demostrado que cuando se le da a cada toro su lidia hasta el más abanto de los animales puede ser domado y desengañado.
Con el que abrió plaza parecía que estuviéramos viendo -oro viejo a pesar de que el traje fuese verde y azabache- una estampa de Frascuelo o Lagartijo, era como vivir una litografía: serio con el capote parando al toro desde que salió de chiqueros, clásico en banderillas, maestro con la muleta ¡cómo se dobló por bajo con dureza arrastrando al toro a los medios donde el animal, que buscaba las tablas, no podía huir de la pelea! Y los pases fueron un burlar y someter, un mandar, un decir con torería aquí estoy y yo aquí estás tú: ven y pasa. Y el toro pasaba, los lances fueron forzando al toro que acabo desengañado y el Fundi pudo ligar naturales con pases larguísimos de pecho, en algún momento el toro hasta hizo por él y el Fundi se plantó con un "desplantón", pleno de valor y gallardía. El triunfo de la pelea digna y la seriedad hizo que sacara naturales limpios, con la espada despegada del cuerpo que le daban una imagen aún más vieja, toreo para estas bestias que no saben embestir hasta que se las enseña, como ha quedado demostrado. Si le hubiera propinado una de sus estocadas se lleva la oreja que recogió en el segundo, dio una merecidísima vuelta al ruedo.
En su segundo el pundonor fue el leitmotiv de la faena, el toro se quedaba al hilo del corbatín, hacía por él y le aguantó una enormidad hasta que acabó completamente dominado, el toro quería mucha pelea porque desarrollaba un sentido espeluznante, con sorprendentes arreones, se acordaba, sin duda, de quien lo había banderilleado, tan bien, de poder a poder. El encuentro definitivo en la suerte mortal fue un estoconazo de aúpa en la que el Fundi salió prendido (ha salido por la enfermería después de aguantar el resto de la lidia) y que se premió con la oreja.
Todo muy emocionante y emocionado, plaza y torero.
No hay otra posible lidia para estos Palha que, sin embargo, han dado un juego para el que ni Luis Bolívar, ni Jesuli de Torrecera estaban preparados. Han ido bien al caballo, se han movido, han tenido genio y bravura y sentido. No nos hemos aburrido para nada, en honor a la verdad.
A Jesuli de Torrecera le pesa lo poco que ha toreado, venir a esto es un suicidio, porque si sale un toro tan exigente como el quinto, bravo y encastado, de los que te piden el carnet de torear, quedas en evidencia y es muy triste ver a una persona en el momento más importante de su carrera profesional no estar a la altura e ignorar los terrenos, el toro pedía un Cid o similar, pues su hechura de embestida era la de un Victorino. Por lo demás estuvo voluntarioso toda la tarde.
A modo de curiosidad, era el primer torero al que se iba a medir el estrés científicamente durante la tarde, tomando muestras de su saliva que habrán dejado en el tubo de ensayo un poso de inevitable amargura.
Luis Bolívar no supo o no pudo acoplarse a su lote, que no era malo, traía pensada la faena del hotel, pero estos toros exigían más mando y temple que florituras tropicales, y los cambiados y la distancia que le daba salían a destiempo y mal, demorando las faenas, creemos que acusará el cambio de toro, sobre todo si salen de estos, con más fiereza que casta. Un par de quites por gaoneras fue lo más destacado suyo.
El Fundi, torero de Sevilla, ¡qué extraño! ¿No les parece?
sábado, 29 de marzo de 2008
Sevilla (23 de marzo de 2008) - Con oficio
(Con permiso de José María, por inmiscuirme en sus dominios)
La Maestranza, para los madrileños, es como los amores platónicos de la adolescencia. Siempre sacan lo mejor de nosotros y permanecen en el recuerdo aunque lo vivido haya sido simple, torpe, imaginado más que real,...
Un Domingo de Resurrección más y una nueva sensación de quedarnos a medias, de sabernos a poco.
Ponce lidio con oficio a sus dos toros, tapándoles los defectos y con una pulcritud exquisita. Pero, al final, la transmisión fue escasa. Un reconocimiento más a su conocimiento enciclopédido y a sus ganas de principiante. Pero sin contincantes bravos y encastados, la emoción y el arte son imposibles.
El Cid también dio cuenta de su oficio. Pero un oficio algo distinto. Le tocó, a mi juicio, el mejor toro (el segundo de la tarde), un toro sin mucha fuerza pero que se arrancaba de lejos. ¿Por qué ahogarlo? Dio algún buen natural, marca de la casa, pero nos quedamos con la sensación de ver algo repetido. El Cid es único con los victorinos, a los que entiende como nadie lo ha hecho y los torea con un arte que nadie ha conseguido. Pero con ganaderías de menos emoción no vale hacer lo mismo. Hay que demostrar algo distinto. Embraguetarse más y dar pinceladas de algo que sepa distinto. No lo vimos. Una faena aseada, pero poco más.
Y Talavante, nuevamente, ausente, distraido, extraño,... Cuando brindó el último de la tarde, comenté con mis hermanos: "este se va a pegar un arrimón tremendo; si no, no tiene sentido brindar este toro". Obviamente, ni hubo arrimón, ni faena, ni nada por el estilo,... "¿Y tú eres el que sabes de toro?", me dijeron.
Al menos, queda la nostalgia, los olores, la música, el olor,... Las sensaciones de la adolescencia. Más reales en el recuerdo que lo que llegaron a ser.
(Y, por suerte, vuelvo el fin de semana que viene. Y luego, a Barcelona, a ver medirse a José Tomás con El Juli. Ya veremos. Y comentaremos la ausencia de Madrid...)
La Maestranza, para los madrileños, es como los amores platónicos de la adolescencia. Siempre sacan lo mejor de nosotros y permanecen en el recuerdo aunque lo vivido haya sido simple, torpe, imaginado más que real,...
Un Domingo de Resurrección más y una nueva sensación de quedarnos a medias, de sabernos a poco.
Ponce lidio con oficio a sus dos toros, tapándoles los defectos y con una pulcritud exquisita. Pero, al final, la transmisión fue escasa. Un reconocimiento más a su conocimiento enciclopédido y a sus ganas de principiante. Pero sin contincantes bravos y encastados, la emoción y el arte son imposibles.
El Cid también dio cuenta de su oficio. Pero un oficio algo distinto. Le tocó, a mi juicio, el mejor toro (el segundo de la tarde), un toro sin mucha fuerza pero que se arrancaba de lejos. ¿Por qué ahogarlo? Dio algún buen natural, marca de la casa, pero nos quedamos con la sensación de ver algo repetido. El Cid es único con los victorinos, a los que entiende como nadie lo ha hecho y los torea con un arte que nadie ha conseguido. Pero con ganaderías de menos emoción no vale hacer lo mismo. Hay que demostrar algo distinto. Embraguetarse más y dar pinceladas de algo que sepa distinto. No lo vimos. Una faena aseada, pero poco más.
Y Talavante, nuevamente, ausente, distraido, extraño,... Cuando brindó el último de la tarde, comenté con mis hermanos: "este se va a pegar un arrimón tremendo; si no, no tiene sentido brindar este toro". Obviamente, ni hubo arrimón, ni faena, ni nada por el estilo,... "¿Y tú eres el que sabes de toro?", me dijeron.
Al menos, queda la nostalgia, los olores, la música, el olor,... Las sensaciones de la adolescencia. Más reales en el recuerdo que lo que llegaron a ser.
(Y, por suerte, vuelvo el fin de semana que viene. Y luego, a Barcelona, a ver medirse a José Tomás con El Juli. Ya veremos. Y comentaremos la ausencia de Madrid...)
Etiquetas:
Cid,
Enrique Ponce,
Sevilla,
Talavante
viernes, 28 de marzo de 2008
El quinto bueno
Soporífera novillada. Novillos con casta, pero sin fuerza, que desarrollaban un débil sentido y hacían imposible la lidia. Demasiados kilos. Toros grasientos. Los novilleros están muy puestos y nos hubieran hecho disfrutar de lo lindo con más bravura y fuerza. Vimos todos los sobreros y el cuarto de la tarde incluso se suicidó contra el burladero. Nuestras expectativas toparon con los bueyes del Serrano.
Antonio Nazaré le dio distancia a su primero, que metía bien la cara, pero al que no daba suficiente salida y, sin fuerzas, se extinguió. Su concepción es la del cite de lejos y el toreo hermoso con largura, estuvo bien con el capote y tuvo valor con voltereta y detalles con la muleta. En el cuarto ya estábamos dormidos tras el segundo sobrero -los hemos visto todos- y recuerdo breves detalles y dos perfectos volapiés.
Juan Luis Rodríguez en su segundo que fue tercero, un precioso colorao que tenía un "sprint" magnífico, pero que se caí en el caballo, dio unos lances de verónica muy templados y bellos, pero el toro se moría en el caballo, pareciera que el picador le diera volapiés en lugar de picotazos. Como digo el "sprint" del toro engañaba y no hubo material. Con el sexto estuvo correcto y mató muy bien, nos deja la impresión de buen muleteador con capacidad para entender a los animales aunque algo frío.
Oliva Soto, tuvo un primer toro parón y reservado al que enjarretó unos lances ceñidos y con sabor gitano, a este toro se le banderilleó muy bien, Javier Andana, el banderillero, se paró delante del toro por dos veces, espero y banderilleó en tres tiempos, a cámara lenta, pero después de una primera tanda con esencias fuése y no hubo nada, sí, un segundo volapié perfecto tras pinchazo.
Y llegó el quinto de la tarde y sonó Gallito y las tres series que imprimió Oliva Soto hicieron vibrar a la plaza, con el runrun de las grandes tardes, el cite bajo, tanto que a veces que el toro podía irse al suelo, abierto el compás gitano, aspavientos flamencos, pases de pecho lentísimos y ligados y un kikirikí de remate que era una pintura. Llevando el toro muy muy toreado por detrás de la cadera, listo para ligar las series. Lo mató de media y como el toro tardó en echarse y el primer descabelló tardó en tirar al animal, la plaza se enfrió y fui el único pañuelo que se batió en el aire de marzo por la justicia de un trofeo o al menos de una vuelta al ruedo:
1. Por levantar la tarde aburridísima
2. Por la belleza de sus lances de capa y el sabor de su muleta
3. Por su personalidad y toreo diferente
4. Porque toma la alternativa en mayo y se despedía
5. El "crusaíto" de frente
6. El "brikindans" gitano
etc.
Así las cosas, cuando esperaba que diera la vuelta al ruedo, como siempre que ha sonado la banda, se le pitó el intento y sólo salió a saludar a los medios, allí sí se le ovacionó.
No doy crédito, he visto conceder trofeos con mucha ligereza, he visto desorejar con faenas vulgares toros del Cid y de Salvador Cortés y, aunque se imponga el respeto de la espada y la suerte de matar, me asusta esta falta de sensibilidad que deriva en parte del alto listón de arranque en la feria, pero sobre todo de un cambio en el gusto del público que se está orientando hacia las ganaderías duras y la suerte suprema.
A veces no hay ni el Silencio.
Ellos sabrán.
Y dirá el lector que por qué fue soporífera la tarde, porque en el quinto ya habíamos visto morir a 6 toros y porque cada uno de ellos fue una ilusión que empezaba y moría en la vulgaridad de la falta de fuerza.
Pero hubo un quinto no malo y una plaza vulgar, aunque me duela.
¿Por qué si los novilleros entraban en quites no se daban entre sí la réplica? Mejor es que el toro se gaste, pero se vea en el capote que guardarlo para nada, el toreo es todo desde la puerta de chiqueros hasta la de arrastre, ninguna suerte vale más que otras.
Antonio Nazaré le dio distancia a su primero, que metía bien la cara, pero al que no daba suficiente salida y, sin fuerzas, se extinguió. Su concepción es la del cite de lejos y el toreo hermoso con largura, estuvo bien con el capote y tuvo valor con voltereta y detalles con la muleta. En el cuarto ya estábamos dormidos tras el segundo sobrero -los hemos visto todos- y recuerdo breves detalles y dos perfectos volapiés.
Juan Luis Rodríguez en su segundo que fue tercero, un precioso colorao que tenía un "sprint" magnífico, pero que se caí en el caballo, dio unos lances de verónica muy templados y bellos, pero el toro se moría en el caballo, pareciera que el picador le diera volapiés en lugar de picotazos. Como digo el "sprint" del toro engañaba y no hubo material. Con el sexto estuvo correcto y mató muy bien, nos deja la impresión de buen muleteador con capacidad para entender a los animales aunque algo frío.
Oliva Soto, tuvo un primer toro parón y reservado al que enjarretó unos lances ceñidos y con sabor gitano, a este toro se le banderilleó muy bien, Javier Andana, el banderillero, se paró delante del toro por dos veces, espero y banderilleó en tres tiempos, a cámara lenta, pero después de una primera tanda con esencias fuése y no hubo nada, sí, un segundo volapié perfecto tras pinchazo.
Y llegó el quinto de la tarde y sonó Gallito y las tres series que imprimió Oliva Soto hicieron vibrar a la plaza, con el runrun de las grandes tardes, el cite bajo, tanto que a veces que el toro podía irse al suelo, abierto el compás gitano, aspavientos flamencos, pases de pecho lentísimos y ligados y un kikirikí de remate que era una pintura. Llevando el toro muy muy toreado por detrás de la cadera, listo para ligar las series. Lo mató de media y como el toro tardó en echarse y el primer descabelló tardó en tirar al animal, la plaza se enfrió y fui el único pañuelo que se batió en el aire de marzo por la justicia de un trofeo o al menos de una vuelta al ruedo:
1. Por levantar la tarde aburridísima
2. Por la belleza de sus lances de capa y el sabor de su muleta
3. Por su personalidad y toreo diferente
4. Porque toma la alternativa en mayo y se despedía
5. El "crusaíto" de frente
6. El "brikindans" gitano
etc.
Así las cosas, cuando esperaba que diera la vuelta al ruedo, como siempre que ha sonado la banda, se le pitó el intento y sólo salió a saludar a los medios, allí sí se le ovacionó.
No doy crédito, he visto conceder trofeos con mucha ligereza, he visto desorejar con faenas vulgares toros del Cid y de Salvador Cortés y, aunque se imponga el respeto de la espada y la suerte de matar, me asusta esta falta de sensibilidad que deriva en parte del alto listón de arranque en la feria, pero sobre todo de un cambio en el gusto del público que se está orientando hacia las ganaderías duras y la suerte suprema.
A veces no hay ni el Silencio.
Ellos sabrán.
Y dirá el lector que por qué fue soporífera la tarde, porque en el quinto ya habíamos visto morir a 6 toros y porque cada uno de ellos fue una ilusión que empezaba y moría en la vulgaridad de la falta de fuerza.
Pero hubo un quinto no malo y una plaza vulgar, aunque me duela.
¿Por qué si los novilleros entraban en quites no se daban entre sí la réplica? Mejor es que el toro se gaste, pero se vea en el capote que guardarlo para nada, el toreo es todo desde la puerta de chiqueros hasta la de arrastre, ninguna suerte vale más que otras.
"Viá cojé un taxi"
Breve Encuentro
El otro día, sin darme ni cuenta, me encontré frente por frente con el Faraón -esto en el Antiguo Egipto no pasaba- se le veía despistado, junto al Ayuntamiento, luego supe que se había escapado de la inauguración de la Expo-Curro que han llevado a la Plaza de San Francisco.
Se le notaba nervioso por eso de que ya le estuvieran reconociendo y se despedió de algún conocido camero con un lacónico :"A mí me parece que viá cojé un taxi", mientras su mujer se quedaba, sola, detrás, atendiendo adecuadamente a los medios.
Clásica espantada sobre el albero del andén del Ayuntamiento.
Sevilla enseña a sus displicentes y orgullosos súbidtos a no inmutarse al paso de los reyes por eso de que todos compartimos la misma grandeza chaubinista.¿Y, además, qué le va a decir uno a quien tiene estatua junto a La Maestranza? ¿Que "¡ahí va un torero!"?
Hombre de piedra y mito versus carne mortal, that's the question.
Con la hulga de autobuses hoy para volver de los toros me parece que también "viá cojé un taxi"
El otro día, sin darme ni cuenta, me encontré frente por frente con el Faraón -esto en el Antiguo Egipto no pasaba- se le veía despistado, junto al Ayuntamiento, luego supe que se había escapado de la inauguración de la Expo-Curro que han llevado a la Plaza de San Francisco.
Se le notaba nervioso por eso de que ya le estuvieran reconociendo y se despedió de algún conocido camero con un lacónico :"A mí me parece que viá cojé un taxi", mientras su mujer se quedaba, sola, detrás, atendiendo adecuadamente a los medios.
Clásica espantada sobre el albero del andén del Ayuntamiento.
Sevilla enseña a sus displicentes y orgullosos súbidtos a no inmutarse al paso de los reyes por eso de que todos compartimos la misma grandeza chaubinista.¿Y, además, qué le va a decir uno a quien tiene estatua junto a La Maestranza? ¿Que "¡ahí va un torero!"?
Hombre de piedra y mito versus carne mortal, that's the question.
Con la hulga de autobuses hoy para volver de los toros me parece que también "viá cojé un taxi"
Hoy empieza la feria...
...más importante del mundo (lo de Las Ventas es Circo Romano), aunque visto el trato dispensado a Aparicio en Septiembre y lo bien que se portó Madrid tras el cornalón suicida (¡ánimo maestro!), estaremos al quite de los cambios del público y su perseverancia -o no- en la regla y el rito.
Este año seremos breves en la reseña, pero intensos, y continuados, si nuestras obligaciones profesionales y familiares nos lo permiten, que las crónicas de la séptima tarde en adelante se fueron vivas al corral el año pasado.
Esperamos hoy mucho de Oliva Soto que alternativa en el Corpus y de Antonio Nazaré a los que hemos visto torear como los ángeles con un tercio de plaza, hoy el abono no fallará.
¡Va por ustedes!
Este año seremos breves en la reseña, pero intensos, y continuados, si nuestras obligaciones profesionales y familiares nos lo permiten, que las crónicas de la séptima tarde en adelante se fueron vivas al corral el año pasado.
Esperamos hoy mucho de Oliva Soto que alternativa en el Corpus y de Antonio Nazaré a los que hemos visto torear como los ángeles con un tercio de plaza, hoy el abono no fallará.
¡Va por ustedes!
lunes, 24 de marzo de 2008
"Esto": Domingo de Resurrección
Estrenamos abono, ¡alegría! Un año más, y ya cumple un año la Gran Temporada.
SMS de Lorenzo en el quinto de la tarde: "Cuando acabe esto junto a la estatua de Curro".
Y es que esto, por no decir eso, fueron los ¿toros? de la tarde, carne sosa para el matadero.
Lo más destacado de los animales: que se les puso ¿en contra? del reglamento la divisa roja y azul de Zalduendo.
Y ya van tres pinchazos de esta ganadería seguidos, ¿por qué no ha venido la ganadería triunfadora de Nuñez del Cubillo? ¿Quizá porque JT va a matar la camada entera o por 3.000 euros de un quítame allá ese pasillo, nos dicen?
Vamos a la corrida:
Enrique Ponce hizo lo mejor de la tarde en su segundo al llevar artísticamene al toro al caballo por delantales y continuar después con otro precioso quite, intentó inventarse sus toros, lo que sabe hacer como nadie, pero no había ni pozo ni agua.
Talavante, ¿por qué brindaste el segundo toro al público? ¿Qué hiciste al lado de las tablas de la nada en el primero, transparente, vacío, con valor, pero insulso? ¿Dónde está el natural cósmico, el cite de frente y la pureza del año pasado? Es hora de apretar.
El Cid es un hijo del desarrollismo andaluz con un resto de enjuto Greco sin barba y una sombra de hambre, a mí me gusta verlo pelearse con una fiera, y me abuuuuure infinitamente verlo desperdiciar dos toros marchosos -¿y esa suerte en los sorteos?-.Sus naturales iguales son iguales a sus naturales e iguales a sus naturales e iguales a sus derechazos naturales e iguales a los miles de chaletes adosados del Aljarafe -su público, el que llena los parquins-. Algún pase de pecho ligado al natural igual fue bueno, pero eso es poco. El público se conforma, es su ídolo, el público quiere un chalete. Base de abono. No va a ser torero para tiempo de crisis, éstas demandan mitos.
El Cid me duerme, quizá cuando tenga un "endosado" lo vea de otra forma.
El público no pidió la oreja en el segundo toro porque no podía pedir las dos y darle la Puerta Grande, que es lo que le gusta al respetable rumboso: ver a la Canina (o similar) salir en su paso gótico con la izquierda por delante.
¡Ay esa túnica de cardos del Gran Poder, ese rizo en el aire del Capote de Curro!
¿Por qué nos han hecho "esto", con el frío que hemos pasado toda la Semana Santa?
SMS de Lorenzo en el quinto de la tarde: "Cuando acabe esto junto a la estatua de Curro".
Y es que esto, por no decir eso, fueron los ¿toros? de la tarde, carne sosa para el matadero.
Lo más destacado de los animales: que se les puso ¿en contra? del reglamento la divisa roja y azul de Zalduendo.
Y ya van tres pinchazos de esta ganadería seguidos, ¿por qué no ha venido la ganadería triunfadora de Nuñez del Cubillo? ¿Quizá porque JT va a matar la camada entera o por 3.000 euros de un quítame allá ese pasillo, nos dicen?
Vamos a la corrida:
Enrique Ponce hizo lo mejor de la tarde en su segundo al llevar artísticamene al toro al caballo por delantales y continuar después con otro precioso quite, intentó inventarse sus toros, lo que sabe hacer como nadie, pero no había ni pozo ni agua.
Talavante, ¿por qué brindaste el segundo toro al público? ¿Qué hiciste al lado de las tablas de la nada en el primero, transparente, vacío, con valor, pero insulso? ¿Dónde está el natural cósmico, el cite de frente y la pureza del año pasado? Es hora de apretar.
El Cid es un hijo del desarrollismo andaluz con un resto de enjuto Greco sin barba y una sombra de hambre, a mí me gusta verlo pelearse con una fiera, y me abuuuuure infinitamente verlo desperdiciar dos toros marchosos -¿y esa suerte en los sorteos?-.Sus naturales iguales son iguales a sus naturales e iguales a sus naturales e iguales a sus derechazos naturales e iguales a los miles de chaletes adosados del Aljarafe -su público, el que llena los parquins-. Algún pase de pecho ligado al natural igual fue bueno, pero eso es poco. El público se conforma, es su ídolo, el público quiere un chalete. Base de abono. No va a ser torero para tiempo de crisis, éstas demandan mitos.
El Cid me duerme, quizá cuando tenga un "endosado" lo vea de otra forma.
El público no pidió la oreja en el segundo toro porque no podía pedir las dos y darle la Puerta Grande, que es lo que le gusta al respetable rumboso: ver a la Canina (o similar) salir en su paso gótico con la izquierda por delante.
¡Ay esa túnica de cardos del Gran Poder, ese rizo en el aire del Capote de Curro!
¿Por qué nos han hecho "esto", con el frío que hemos pasado toda la Semana Santa?
jueves, 13 de marzo de 2008
Olivenza (2 de marzo de 2008) - Mediáticos y Maestros
Ver toros por la mañana y al aire libre (lo de Vistalegre es otra cosa) resulta una experiencia curiosa. Ver dos corridas de toros en un día es una sobredosis que no resulta fácil digerir.
Lo del mediodía era sobre todo mediático: Pablo Hermoso, Talavante y Cayetano. Buenos mimbres con distinta consistencia. PHdM es siempre un espectáculo y tiene caballos con más torería que muchos del escalafón de los de a pie. Siempre es un gusto seguirle, aunque hubo la sensación de que en ocasiones no apretó de todo el acelerador. A pesar de todo, hubo momentos con Chenel, en el primero, y con Silveti en la lidia del cuarto, que mostraron por qué un solo caballero ha cambiado la historia del rejoneo.
Talavante pasó sin pena ni gloria. Abúlico, distraido, como si aquello no fuera con él... Insustancial y aburrido a veces, no acabó de acoplarse con sus oponentes. Vuelvo a verle el Domingo de Resurrección en Sevilla. A ver si puede ser que consiga vislumbrar las razones por las que se han escrito maravillas de su toreo.
Cayetano demostró nuevamente que traza algunos pases de forma magistral, pero que tiene una falta de técnica que da miedo. No logró enganchar la embestida de sus toros, aunque acompañando a estos, a veces conseguía pases estimables. Por si fuera poco, dio dos o tres sustos marcas de la casa. Tengo la sensación de que esto sólo puede curarse toreando mucho. Incluso hay quienes dicen que habiendo empezado tan tarde es imposible que tenga los reflejos, la naturalidad, que hace falta para pensar en la cara del toro. Espero que no sea así, pero ¿quién lo sabe?
Por la tarde, el duelo era de otro nivel. Palabras mayores.
Juli demostró una maestría fuera de lo común. Tapando defectos a su primero y sacándole pases excepcionales, después de tragarle mucho y de una lidia perfecta. El cuarto fue un auténtico regalito al que nuevamente llevó embebido, haciéndole todo según los cánones, con una inteligencia torera inigualable. No logró la perfección estética, pero porque no podía ser. Salvo eso, todo lo demás es para ponerlo de forma continua en las escuelas de tauromaquia. La estocada fue simplemente perfecta.
Manzanares demostró nuevamente que, junto con Morante, probablemente es el torero que mejor gusto tiene en todo el escalafón. Lenceó a su primero muy bien de capa y luego, con la muleta, toreó con sabor a un toro que tenía su punto picante. Hubo naturales de auténtico ensueño. En el quinto toreó de forma sublime con ambas manos, en series lentas y templadas. Luego, recetó una estocada magnífica. ¡Qué bien lo vamos a pasar con este torero!
Y después de todo eso, Perera en su primero sólo pudo mostrar su capacidad lidiadora con un toro complicado desde que salió. Pero en el sexto dio una lección del mejor toreo que hemos visto en mucho tiempo. Lo recibió por delantales, quitó por gaoneras ajustadas y de ejecución impecable. Y con la muleta hizo una faena impecable, variada, bajando siempre la mano más allá de lo que uno puede imaginar para que no se pierda la compostura,... Dio series infininitas de temple perfecto y remató con una estocada en todo lo alto de ejecución rotunda. Sin duda, un torero al que hay que empezar a seguir en peregrinación.
Al final, Ponce, Juli, Manzanares y Perera a pie y PHdeM a caballo.
¿Alguien da más?
Lo del mediodía era sobre todo mediático: Pablo Hermoso, Talavante y Cayetano. Buenos mimbres con distinta consistencia. PHdM es siempre un espectáculo y tiene caballos con más torería que muchos del escalafón de los de a pie. Siempre es un gusto seguirle, aunque hubo la sensación de que en ocasiones no apretó de todo el acelerador. A pesar de todo, hubo momentos con Chenel, en el primero, y con Silveti en la lidia del cuarto, que mostraron por qué un solo caballero ha cambiado la historia del rejoneo.
Talavante pasó sin pena ni gloria. Abúlico, distraido, como si aquello no fuera con él... Insustancial y aburrido a veces, no acabó de acoplarse con sus oponentes. Vuelvo a verle el Domingo de Resurrección en Sevilla. A ver si puede ser que consiga vislumbrar las razones por las que se han escrito maravillas de su toreo.
Cayetano demostró nuevamente que traza algunos pases de forma magistral, pero que tiene una falta de técnica que da miedo. No logró enganchar la embestida de sus toros, aunque acompañando a estos, a veces conseguía pases estimables. Por si fuera poco, dio dos o tres sustos marcas de la casa. Tengo la sensación de que esto sólo puede curarse toreando mucho. Incluso hay quienes dicen que habiendo empezado tan tarde es imposible que tenga los reflejos, la naturalidad, que hace falta para pensar en la cara del toro. Espero que no sea así, pero ¿quién lo sabe?
Por la tarde, el duelo era de otro nivel. Palabras mayores.
Juli demostró una maestría fuera de lo común. Tapando defectos a su primero y sacándole pases excepcionales, después de tragarle mucho y de una lidia perfecta. El cuarto fue un auténtico regalito al que nuevamente llevó embebido, haciéndole todo según los cánones, con una inteligencia torera inigualable. No logró la perfección estética, pero porque no podía ser. Salvo eso, todo lo demás es para ponerlo de forma continua en las escuelas de tauromaquia. La estocada fue simplemente perfecta.
Manzanares demostró nuevamente que, junto con Morante, probablemente es el torero que mejor gusto tiene en todo el escalafón. Lenceó a su primero muy bien de capa y luego, con la muleta, toreó con sabor a un toro que tenía su punto picante. Hubo naturales de auténtico ensueño. En el quinto toreó de forma sublime con ambas manos, en series lentas y templadas. Luego, recetó una estocada magnífica. ¡Qué bien lo vamos a pasar con este torero!
Y después de todo eso, Perera en su primero sólo pudo mostrar su capacidad lidiadora con un toro complicado desde que salió. Pero en el sexto dio una lección del mejor toreo que hemos visto en mucho tiempo. Lo recibió por delantales, quitó por gaoneras ajustadas y de ejecución impecable. Y con la muleta hizo una faena impecable, variada, bajando siempre la mano más allá de lo que uno puede imaginar para que no se pierda la compostura,... Dio series infininitas de temple perfecto y remató con una estocada en todo lo alto de ejecución rotunda. Sin duda, un torero al que hay que empezar a seguir en peregrinación.
Al final, Ponce, Juli, Manzanares y Perera a pie y PHdeM a caballo.
¿Alguien da más?
Etiquetas:
Cayetano,
Juli,
Manzanares,
Pablo Hermoso de Mendoza,
Perera,
Talavante
lunes, 3 de marzo de 2008
Olivenza (1 de marzo de 2008) - Homenaje a la historia de la tauromaquia
Lo de Olivenza el fin de semana ha sido de auténtico ensueño. Por el ambiente festivo, por la agradable compañía y por las enormes faenas que hemos podido degustar.
La plaza es incómoda en sus accesos y en sus localidades. Pero el público es excepcional: respetuoso, agradecido, exigente, consciente de la importancia de cada cosa que se hace, nada bullicioso y entregado con los toreros. Casi una Maestranza en pequeñito. El callejón y la barrera a rebosar de ganaderos, toreros, críticos y demás fauna del mundillo. Destacaba, ¡cómo no! el Faraón.
La tarde del sábado tuvo una faena que recordaremos para siempre: la que Ponce hizo al cuarto toro de la tarde. Fue un homenaje a toda la historia de la tauromaquia. Por sabiduría, estética, despaciosidad y variedad. Toreó como si estuviera con un par de amigos y delante de una vaquilla preparando la temporada. Pero estaba delante de una plaza a reventar y con un toro serio delante.
Todo lo que hizo tuvo importancia. Y todo llevaba un poso de años de sabiduría y de engarce entre los mayores y los más jóvenes. Citó con el cartucho de pescao como Pepe Luis, dio un tres en uno magistral en el centro del ruedo recordando al mejor Ortega Cano, citó con la punta de la muleta en la arena, casi de frente, para, dándole la vuelta, enlazar un pase de pecho (justo igual que lo hace Javier Conde),... Concluyó con circulares invertidos con la pierna flexionada recordando aquellas faenas suyas de los comienzos con ese toreo por bajo tan particular.
Dio muestras, en fin, de lo enciclopédico de su arte, de su momento de madurez, del magisterio. Resulta impresionante ver lo que puede dar de sí este torero.
A su primero lo había lidiado con maestría y le había sacado, con profesionalidad y aguante, pases que nadie hubiera imaginado que el toro pudiera tener. Pero fue sólo el prolegómeno.
Ferrera mostró su toreo: voluntarioso, pero algo brusco. Pone todo su interés en agradar y uno sabe que por falta de esfuerzo no va a quedar. Pero desde las banderillas (que clava con un salto circense en el embroque que desluce el encuentro) hasta la faena de muleta (previsible), pasando por el capote (demasiado ligero) uno siente que es un torero de un recorrido limitado.
Castella, por su parte, tuvo un lote infame. No pudo hacer casi nada, aunque se le adivinaron ganas y no sé si algunas dudas...
Pero esa tarde todo quedaba eclipsado por una faena que compendida muchos tomos del Cossío.
La plaza es incómoda en sus accesos y en sus localidades. Pero el público es excepcional: respetuoso, agradecido, exigente, consciente de la importancia de cada cosa que se hace, nada bullicioso y entregado con los toreros. Casi una Maestranza en pequeñito. El callejón y la barrera a rebosar de ganaderos, toreros, críticos y demás fauna del mundillo. Destacaba, ¡cómo no! el Faraón.
La tarde del sábado tuvo una faena que recordaremos para siempre: la que Ponce hizo al cuarto toro de la tarde. Fue un homenaje a toda la historia de la tauromaquia. Por sabiduría, estética, despaciosidad y variedad. Toreó como si estuviera con un par de amigos y delante de una vaquilla preparando la temporada. Pero estaba delante de una plaza a reventar y con un toro serio delante.
Todo lo que hizo tuvo importancia. Y todo llevaba un poso de años de sabiduría y de engarce entre los mayores y los más jóvenes. Citó con el cartucho de pescao como Pepe Luis, dio un tres en uno magistral en el centro del ruedo recordando al mejor Ortega Cano, citó con la punta de la muleta en la arena, casi de frente, para, dándole la vuelta, enlazar un pase de pecho (justo igual que lo hace Javier Conde),... Concluyó con circulares invertidos con la pierna flexionada recordando aquellas faenas suyas de los comienzos con ese toreo por bajo tan particular.
Dio muestras, en fin, de lo enciclopédico de su arte, de su momento de madurez, del magisterio. Resulta impresionante ver lo que puede dar de sí este torero.
A su primero lo había lidiado con maestría y le había sacado, con profesionalidad y aguante, pases que nadie hubiera imaginado que el toro pudiera tener. Pero fue sólo el prolegómeno.
Ferrera mostró su toreo: voluntarioso, pero algo brusco. Pone todo su interés en agradar y uno sabe que por falta de esfuerzo no va a quedar. Pero desde las banderillas (que clava con un salto circense en el embroque que desluce el encuentro) hasta la faena de muleta (previsible), pasando por el capote (demasiado ligero) uno siente que es un torero de un recorrido limitado.
Castella, por su parte, tuvo un lote infame. No pudo hacer casi nada, aunque se le adivinaron ganas y no sé si algunas dudas...
Pero esa tarde todo quedaba eclipsado por una faena que compendida muchos tomos del Cossío.
Etiquetas:
Antonio Ferrera,
Enrique Ponce,
Sebastián Castella
Suscribirse a:
Entradas (Atom)