viernes, 25 de marzo de 2011
Mesa Redonda en Colmenar Viejo
Esta tarde a las 19:30h. en el Ayuntamiento de Colmenar Viejo, organizado por la Asociación Taurina Cultural "Tierra de Toros" y presentados por Vicente Madero, notario de aquella localidad, compartiremos mesa redonda con la periodista Laura Tenorio y el médico Luis Madero para debatir sobre los medios de comunicación en el momento actual de la Fiesta. Creo que es un tema de la mayor relevancia y estoy seguro de que pasaremos un buen rato hablando de toros que, como comenta Ignacio Sánchez Mejías en su blog, es lo que más nos gusta a los aficionados, después de una buena tarde de toros. Allí nos vemos.
lunes, 21 de marzo de 2011
Madrid (20 de marzo de 2011) - Apuntes
La tarde era magnífica para ver toros. Una temperatura extraordinaria para estas fechas y un cielo azul como hacía ya muchos meses que no recordábamos. En las taquillas, muchos extranjeros intentando infructuosamente que alguien les hablara en inglés (entenderles, parece que les entendían, pero no parece que fueran capaces de responderles en su mismo idioma). Como en la puerta de acceso, en la que uno de los porteros no había modo de que le dijera a un japonés que no bastaba para entrar con el resguardo de haber comprado la entrada por internet, sino que debía pasarse por las máquinas que hay en la zona porticada para sacar el billete. Por seguir con lo del idioma, fue bonito el gesto de que al final del paseíllo se guardara un minuto de silencio por las víctimas de la tragedia de Japón, pero tal vez si además de explicarse en castellano se hubiera dicho en inglés, los extranjeros lo hubieran entendido (y agradecido) mucho más.
No es que uno sea un acérrimo defensor de la lengua de la pérfida Albión, pero creo que sería razonable que en fechas como estas en las que son muchos los extranjeros que se acercan a Las Ventas se hiciera un esfuerzo por hacérselo más fácil.
También a los de aquí, porque los programas, como viene siendo costumbre, se acabaron al menos diez minutos antes de que empezara el paseillo.
La novillada, por lo demás, no aburrió, aunque tampoco fue como para salir entusiasmados.
Los novillos dieron juego variado y hubieran permitido mayor lucimiento a novilleros con más sitio y poder. O a toreros con varios años de alternativa a sus espaldas. Porque varios de los animales que salieron pasarían perfectamente por toros bien presentados en cualquier plaza de primera. El quinto y el sexto eran dos auténticos toros, a los que faltaban unos días para ser cuatreños y que tenían hechuras sobradas para haberse lidiado como tales. Una barbaridad que se trate que estos chavales lidien animales así. Creo que si se trata de exigir a los novilleros que estén en novilleros, que sean bulliciosos, que hagan cosas variadas, es muy difícil pedírselo con animales más propios de toreros cuajados y con experiencia.
En estas, Patrick Oliver se vio sorprendido por el toro en el recibo de capa y en el frustrado quite por chicuelinas. La faena de muleta intercaló algún natural con gusto con toreo acelerado, mucho cambio de mano y faltó una cierta estructura, que hubiera series con su comienzo y su final, con sus cites y sus remates. En el cuarto también se vio desbordado por el toro con el capote y la faena de muleta fue muy larga, con algún pasaje de interés que se perdió en medio de fases más vulgares. Creo que debería ser más selectivo y tratar de hacer faenas más coherentes, de menos pases pero más rotundos.
Cristian Escribano fue el que mejor sabor de boca nos dejó y el que cobró una cornada. Pero o se pasa horas, miles de horas, en el carretón, o va a ser difícil que llegue a figura. Sin matar los toros no hay mucho que hacer en esto. Recibió de rodillas al segundo de la tarde, al que le enjaretó una media muy buena. Con la muleta traza largo y templa bien. A veces se atropella (lo cual es disculpable en un novillero), pero tiene detalles de gusto que se agradecen. Al entrar a matar el toro le prendió y tuvo que pasar a la enfermería después de acabar con el toro tras varios pinchazos y una estocada.
Salió para matar al sexto, habiéndose corrido turno, y lenceó nuevamente con gusto con el capote (muy saleroso el quite por chicuelinas). Toreó muy serio con la derecha a un auténtico toraco. A veces le falla la colocación y se echa de menos un punto de emoción, pero hubo momentos de toreo muy serio. Nuevamente falló a espadas.
Damián Castaño quedó inédito con el capote en el tercero y la faena con la muleta fue floja. Al toro le falta codicia y a veces embiste con brusquedad, pero al novillero se le ve falto de recursos. En el quinto se hizo un autoquite providencial al caer en la cara del toro (toro-toro). Hizo una faena razonablemente asentada, consiguiendo que el toro no le tocara la muleta, pero no consigue llegar a los tendidos.
En definitiva, una alegría volver a Las Ventas después de más de cinco meses, tarde espléndida de temperatura, apuntes interesantes sobre todo de Cristian Escribano y la necesidad de replantearnos nuevamente cómo es posible conseguir que las novilladas tengan más interés y sean más lucidas en una plaza como esta. A lo mejor hay que empezar por rebajar la presentación de los "novillos". Aunque algunos protesten.
No es que uno sea un acérrimo defensor de la lengua de la pérfida Albión, pero creo que sería razonable que en fechas como estas en las que son muchos los extranjeros que se acercan a Las Ventas se hiciera un esfuerzo por hacérselo más fácil.
También a los de aquí, porque los programas, como viene siendo costumbre, se acabaron al menos diez minutos antes de que empezara el paseillo.
La novillada, por lo demás, no aburrió, aunque tampoco fue como para salir entusiasmados.
Los novillos dieron juego variado y hubieran permitido mayor lucimiento a novilleros con más sitio y poder. O a toreros con varios años de alternativa a sus espaldas. Porque varios de los animales que salieron pasarían perfectamente por toros bien presentados en cualquier plaza de primera. El quinto y el sexto eran dos auténticos toros, a los que faltaban unos días para ser cuatreños y que tenían hechuras sobradas para haberse lidiado como tales. Una barbaridad que se trate que estos chavales lidien animales así. Creo que si se trata de exigir a los novilleros que estén en novilleros, que sean bulliciosos, que hagan cosas variadas, es muy difícil pedírselo con animales más propios de toreros cuajados y con experiencia.
En estas, Patrick Oliver se vio sorprendido por el toro en el recibo de capa y en el frustrado quite por chicuelinas. La faena de muleta intercaló algún natural con gusto con toreo acelerado, mucho cambio de mano y faltó una cierta estructura, que hubiera series con su comienzo y su final, con sus cites y sus remates. En el cuarto también se vio desbordado por el toro con el capote y la faena de muleta fue muy larga, con algún pasaje de interés que se perdió en medio de fases más vulgares. Creo que debería ser más selectivo y tratar de hacer faenas más coherentes, de menos pases pero más rotundos.
Cristian Escribano fue el que mejor sabor de boca nos dejó y el que cobró una cornada. Pero o se pasa horas, miles de horas, en el carretón, o va a ser difícil que llegue a figura. Sin matar los toros no hay mucho que hacer en esto. Recibió de rodillas al segundo de la tarde, al que le enjaretó una media muy buena. Con la muleta traza largo y templa bien. A veces se atropella (lo cual es disculpable en un novillero), pero tiene detalles de gusto que se agradecen. Al entrar a matar el toro le prendió y tuvo que pasar a la enfermería después de acabar con el toro tras varios pinchazos y una estocada.
Salió para matar al sexto, habiéndose corrido turno, y lenceó nuevamente con gusto con el capote (muy saleroso el quite por chicuelinas). Toreó muy serio con la derecha a un auténtico toraco. A veces le falla la colocación y se echa de menos un punto de emoción, pero hubo momentos de toreo muy serio. Nuevamente falló a espadas.
Damián Castaño quedó inédito con el capote en el tercero y la faena con la muleta fue floja. Al toro le falta codicia y a veces embiste con brusquedad, pero al novillero se le ve falto de recursos. En el quinto se hizo un autoquite providencial al caer en la cara del toro (toro-toro). Hizo una faena razonablemente asentada, consiguiendo que el toro no le tocara la muleta, pero no consigue llegar a los tendidos.
En definitiva, una alegría volver a Las Ventas después de más de cinco meses, tarde espléndida de temperatura, apuntes interesantes sobre todo de Cristian Escribano y la necesidad de replantearnos nuevamente cómo es posible conseguir que las novilladas tengan más interés y sean más lucidas en una plaza como esta. A lo mejor hay que empezar por rebajar la presentación de los "novillos". Aunque algunos protesten.
sábado, 19 de marzo de 2011
Valencia (17 de marzo de 2011) - Majestuosidad
La faena de Manzanares al quinto de la tarde fue sencillamente excepcional. Y se la hizo a un toro que no fue especialmente bueno, pero al que todo se le hizo bien. En la lidia, con una cuadrilla que, igual que el año pasado, funciona como un reloj. Y con la muleta, consiguiendo milagrosamente Manzanares que no le tocara nunca las telas, llevarle templado a pesar de que embestía con cierta brusquedad. Faena siempre a más que acabó de forma rotunda, majestuosa. El torero, que maneja como pocos la espada, intentó matar recibiendo y pinchó reiteradamente. Perdió los máximos trofeos, pero demostró una rotundidad y una ambición excepcionales.
Al segundo de la tarde, lo había toreado también de forma magnífica, tanto con la muleta como con el capote. Toreo largo y profundo, largo, estéticamente impecable y rematando con una gran estocada.
Antes, en el primero de la tarde, Morante había toreado de forma sensacional en las verónicas de recibo y, en un emocionante e insólito gesto, hizo un quite por chicuelinas después de que le hubieran puesto las banderillas. El inicio de faena sentado en el estribo nos trajo a la memoria y a la piel sensaciones de muchos años de toreo. Luego, comenzó con varias series por la derecha con su gracia excepcional. Pero el toro se acabó muy pronto. Apuntes geniales, pero solo eso, en un comienzo tremendamente dispuesto del de la Puebla que volvió a demostrar que está en un momento de gracia.
El cuarto fue un toro de malo, con todos los defectos posibles y con el que, a pesar de intentarlo, no pudo hacer nada. ¡Mala suerte que tiene este torero con los sorteos!
Daniel Luque me impresionó para bien. Está con muchas ganas y con más seriedad y sitio que el año pasado. Hizo un quite magnífico al primero de Manzanares. Al tercero de la tarde lo toreó también muy bien con el capote, saliéndose más allá del centro del ruedo con verónicas templadas, unas mejores que otras, pero algunas de mucho sabor. Quitó también por verónicas. En la muleta, el torero lo intentó, pero el toro se queda corto y le falta casta y transmisión.
El sexto fue un toro a menos y la faena de Luque tuvo momentos de interés, pero sin llegar a cuajar. Acabó en un arrimón que evidencia las ganas que llevaba y que no pudo concretar.
Los toros, en fin, no sacaron lo que se esperaba y nos quedamos a medias. Con momentos importantes (de Manzanares, sobre todo, pero también de Morante y Luque), pero sin llegar a la rotundidad que hubiera podido alcanzarse por el momento y las ganas de los toreros.
Una maravilla poder estar en Valencia en hora y media con un AVE que llega al lado de la Plaza de Toros. Una maravilla las fallas en la calle. Una maravilla la comodidad de ls nuevos asientos y la facilidad para comprar las entradas por teléfono. Pero al final es el toro el que debe dar razones para que las cosas salgan aún mejor.
Y algunas preguntas, ¿por qué hay tantísima gente en los pasillos de la Plaza? ¿Qué barbaridad de pases de favor dan? ¿Y cómo es que la gente lo ve como algo natural? Y otra más: ¿por qué en esta plaza hay tantísimo alboroto siempre?
Al segundo de la tarde, lo había toreado también de forma magnífica, tanto con la muleta como con el capote. Toreo largo y profundo, largo, estéticamente impecable y rematando con una gran estocada.
Antes, en el primero de la tarde, Morante había toreado de forma sensacional en las verónicas de recibo y, en un emocionante e insólito gesto, hizo un quite por chicuelinas después de que le hubieran puesto las banderillas. El inicio de faena sentado en el estribo nos trajo a la memoria y a la piel sensaciones de muchos años de toreo. Luego, comenzó con varias series por la derecha con su gracia excepcional. Pero el toro se acabó muy pronto. Apuntes geniales, pero solo eso, en un comienzo tremendamente dispuesto del de la Puebla que volvió a demostrar que está en un momento de gracia.
El cuarto fue un toro de malo, con todos los defectos posibles y con el que, a pesar de intentarlo, no pudo hacer nada. ¡Mala suerte que tiene este torero con los sorteos!
Daniel Luque me impresionó para bien. Está con muchas ganas y con más seriedad y sitio que el año pasado. Hizo un quite magnífico al primero de Manzanares. Al tercero de la tarde lo toreó también muy bien con el capote, saliéndose más allá del centro del ruedo con verónicas templadas, unas mejores que otras, pero algunas de mucho sabor. Quitó también por verónicas. En la muleta, el torero lo intentó, pero el toro se queda corto y le falta casta y transmisión.
El sexto fue un toro a menos y la faena de Luque tuvo momentos de interés, pero sin llegar a cuajar. Acabó en un arrimón que evidencia las ganas que llevaba y que no pudo concretar.
Los toros, en fin, no sacaron lo que se esperaba y nos quedamos a medias. Con momentos importantes (de Manzanares, sobre todo, pero también de Morante y Luque), pero sin llegar a la rotundidad que hubiera podido alcanzarse por el momento y las ganas de los toreros.
Una maravilla poder estar en Valencia en hora y media con un AVE que llega al lado de la Plaza de Toros. Una maravilla las fallas en la calle. Una maravilla la comodidad de ls nuevos asientos y la facilidad para comprar las entradas por teléfono. Pero al final es el toro el que debe dar razones para que las cosas salgan aún mejor.
Y algunas preguntas, ¿por qué hay tantísima gente en los pasillos de la Plaza? ¿Qué barbaridad de pases de favor dan? ¿Y cómo es que la gente lo ve como algo natural? Y otra más: ¿por qué en esta plaza hay tantísimo alboroto siempre?
domingo, 13 de marzo de 2011
Olivenza (12 y 13 de marzo de 2011) - Bonita primavera
Se aventura una extraordinaria primavera en Extremadura. Con el agua que está cayendo da para llenar todos los pantanos y para que florezcan todos los campos, aún los más indómitos.
Dicho lo cual, que ayer en el primero de la tarde llovió lo indecible, con ansia, a mala leche. Mientras tanto, Morante desgranó su toreo, retazos de belleza. Pero entre que el toro no tenía mucha fuerza, que la brevedad de los asientos hacía imposible que habiéndose vendido todas las localidades cada cual se ubicara y que los que ya estábamos sentados tratábamos de no cogernos una pulmonía cósmica, la faena llegó sólo a medias a los tendidos. Lo del cuarto, recuperados ya de la lluvia, fue sensacional. Probablemente no tan completo como lo de Vistalegre pero igualmente embriagador, con la sensación de que Morante está en un momento único y que hay que verle todas las tardes porque cada día va a ser diferente y sensacional.
Talavante estuvo bien en su tercero, con un toreo templado y gustándose, pero cuando se echó la muleta a la izquierda el toro iba peor, el torero se embarulló, buscó la cercanías y la faena perdió la intensidad de esa gran primera parte. Estuvo mejor, más completo, en el sexto, un toro que pareció brusco en los comienzos y al que a base de hacerle las cosas muy bien, de llevarle siempre a la distancia justa, fue mejorando en cada tanda. Gran toreo con ambas manos con una serie larguísima al natural y dos derechazos arrastrando la muleta antológicos. Tarde muy importante del pacense, que si no se embarulla (tiende a ello) puede darnos muy buenos momentos este año.
Perera lo intentó en sus dos toros, pero tuvo muy mala suerte en el sorteo, con dos toros que no acabaron de romper. Quizá el quinto hubiera valido, porque remató muy bien en los burladeros y pareció con fuerza y bravura, pero se rompió el pitón por la cepa en uno de los derrotes y lo devolvieron. Lo intentó, se pusó y toreó técnicamente bien a ambos, pero faltaba transmisión. Creo que en parte por los toros y en parte porque hay algo en su toreo que hace que no tenga el ángel que en otros momentos. Quizá está buscando una mayor rotundidad y tiene que encontrar ese punto de hondura, de temple, de gracia, que haga que su afición, su técnica y su valor rompan como en otras ocasiones.
Esta mañana lloviznaba y han suspendido la corrida. Parece claro que si se daba la de esta mañana el ruedo iba a estar impracticable esta tarde. No sé si esa ha sido la razón (o la única razón), pero creo que si hubiera sido la única corrida del día sí se hubiera dado.
Una pena que haya tenido que volver a mediodía y no haya podido quedarme a ver a Ferrera, Juli y Manzanares. Otra vez será.
La plaza (eso sí) cada vez parece más incómoda. Será que vamos cumpliendo años...
Dicho lo cual, que ayer en el primero de la tarde llovió lo indecible, con ansia, a mala leche. Mientras tanto, Morante desgranó su toreo, retazos de belleza. Pero entre que el toro no tenía mucha fuerza, que la brevedad de los asientos hacía imposible que habiéndose vendido todas las localidades cada cual se ubicara y que los que ya estábamos sentados tratábamos de no cogernos una pulmonía cósmica, la faena llegó sólo a medias a los tendidos. Lo del cuarto, recuperados ya de la lluvia, fue sensacional. Probablemente no tan completo como lo de Vistalegre pero igualmente embriagador, con la sensación de que Morante está en un momento único y que hay que verle todas las tardes porque cada día va a ser diferente y sensacional.
Talavante estuvo bien en su tercero, con un toreo templado y gustándose, pero cuando se echó la muleta a la izquierda el toro iba peor, el torero se embarulló, buscó la cercanías y la faena perdió la intensidad de esa gran primera parte. Estuvo mejor, más completo, en el sexto, un toro que pareció brusco en los comienzos y al que a base de hacerle las cosas muy bien, de llevarle siempre a la distancia justa, fue mejorando en cada tanda. Gran toreo con ambas manos con una serie larguísima al natural y dos derechazos arrastrando la muleta antológicos. Tarde muy importante del pacense, que si no se embarulla (tiende a ello) puede darnos muy buenos momentos este año.
Perera lo intentó en sus dos toros, pero tuvo muy mala suerte en el sorteo, con dos toros que no acabaron de romper. Quizá el quinto hubiera valido, porque remató muy bien en los burladeros y pareció con fuerza y bravura, pero se rompió el pitón por la cepa en uno de los derrotes y lo devolvieron. Lo intentó, se pusó y toreó técnicamente bien a ambos, pero faltaba transmisión. Creo que en parte por los toros y en parte porque hay algo en su toreo que hace que no tenga el ángel que en otros momentos. Quizá está buscando una mayor rotundidad y tiene que encontrar ese punto de hondura, de temple, de gracia, que haga que su afición, su técnica y su valor rompan como en otras ocasiones.
Esta mañana lloviznaba y han suspendido la corrida. Parece claro que si se daba la de esta mañana el ruedo iba a estar impracticable esta tarde. No sé si esa ha sido la razón (o la única razón), pero creo que si hubiera sido la única corrida del día sí se hubiera dado.
Una pena que haya tenido que volver a mediodía y no haya podido quedarme a ver a Ferrera, Juli y Manzanares. Otra vez será.
La plaza (eso sí) cada vez parece más incómoda. Será que vamos cumpliendo años...
martes, 1 de marzo de 2011
¡Qué desastre!
Iba a escribir una entrada pesimista sobre Vistalegre. O mejor, sobre lo que se ha escrito después de Vistalegre.
Iba a criticar a quienes sólo se han fijado en el toro, en su supuesta falta de presencia, para minusvalorar la faena de Morante: “no entre aquí quien no sepa geometría”, dicen que se leía en el frontispicio de la Academia de Platón, pues lo mismo para estos agoreros con la faena del de La Puebla… O a quienes han vapuleado a El Cid, que habrá estado mejor o peor con el sexto de Núñez del Cuvillo, pero que dio pases grandiosos y que sólo por el duro camino recorrido merece siempre crédito y admiración. O a quienes no reconocen nada de lo que hace El Juli y, si acaso lo reconocen, es para decirle que como es tan poderoso tiene que hacer una machada cada tarde… O a los pesados que comparan los de Cuvillo o los de Garcigrande con ovejitas o peluches (no he conseguido llegar a entender qué toro quieren que salga, quién tiene una ganadería que asegure espectáculo y diversión con una regularidad mayor que estos, que Victoriano del Río o que El Pilar).
Iba a quejarme nuevamente de la falta de público, de la falta de compromiso con la Fiesta que supone en momentos como estos, de la falta de imaginación de la empresa para hacer publicidad o atraer a más espectadores, de lo alto que son los precios,…
Iba a indagar en por qué la mayoría de los más activos en la red son siempre tan pesimistas, tan críticos, tan cansinamente cenizos,… Por qué se empeñan en decir que uno no puede ir a los toros a divertirse.
Iba a quemarme la sangre pasando un mal rato escribiendo una entrada de quejas y críticas variadas. Pero no me da la gana. Los únicos quejíos que sirven son los de las gargantas rotas de los flamencos. A los aficionados lo que nos toca es dar buenas noticias y a los profesionales del toro, hacer lo posible para que éstas vayan surgiendo cada vez con más frecuencia.
Y la Feria de Vistalegre ha sido una buena noticia. Hemos sido muchos los que hemos ido. A pesar de lo que hemos pagado, hemos podido comer al día siguiente y, en ocasiones, tomarnos una copa al salir. Hemos visto mucho toreo del bueno. Y muchos animales que han embestido, algunos con casta y con transmisión. Hacía meses que no veíamos a las figuras en una plaza y siguen teniendo un sitio envidiable, lo cual augura una temporada excepcional. Hemos gozado de un modo que no hay forma de explicarlo ni de cuantificarlo. ¿Y encima vamos a quejarnos?
Ya sé que hay cosas que mejorar. Y que habrá también que contarlas. Pero en voz más baja y en menos líneas. Porque la temporada ha empezado y lo ha hecho muy bien. Y porque estoy seguro que en festejos como estos hay gente ajena a la Fiesta que puede hacerse aficionada. Y los que ya somos aficionados podemos ilusionarnos aún más de lo que cada torero, con cada toro y en cada plaza puede depararnos. Y volver a las carreteras y a las Plazas. Ya estamos soñando con Olivenza y con Sevilla y con El Puerto...
Señores, la temporada será otra GRAN TEMPORADA. Y si todos cantamos en alto sus grandezas y decimos más bajo y con menos saña las miserias seremos más felices, y haremos que sean más los que disfruten con ésta que es nuestra pasión.
Iba a criticar a quienes sólo se han fijado en el toro, en su supuesta falta de presencia, para minusvalorar la faena de Morante: “no entre aquí quien no sepa geometría”, dicen que se leía en el frontispicio de la Academia de Platón, pues lo mismo para estos agoreros con la faena del de La Puebla… O a quienes han vapuleado a El Cid, que habrá estado mejor o peor con el sexto de Núñez del Cuvillo, pero que dio pases grandiosos y que sólo por el duro camino recorrido merece siempre crédito y admiración. O a quienes no reconocen nada de lo que hace El Juli y, si acaso lo reconocen, es para decirle que como es tan poderoso tiene que hacer una machada cada tarde… O a los pesados que comparan los de Cuvillo o los de Garcigrande con ovejitas o peluches (no he conseguido llegar a entender qué toro quieren que salga, quién tiene una ganadería que asegure espectáculo y diversión con una regularidad mayor que estos, que Victoriano del Río o que El Pilar).
Iba a quejarme nuevamente de la falta de público, de la falta de compromiso con la Fiesta que supone en momentos como estos, de la falta de imaginación de la empresa para hacer publicidad o atraer a más espectadores, de lo alto que son los precios,…
Iba a indagar en por qué la mayoría de los más activos en la red son siempre tan pesimistas, tan críticos, tan cansinamente cenizos,… Por qué se empeñan en decir que uno no puede ir a los toros a divertirse.
Iba a quemarme la sangre pasando un mal rato escribiendo una entrada de quejas y críticas variadas. Pero no me da la gana. Los únicos quejíos que sirven son los de las gargantas rotas de los flamencos. A los aficionados lo que nos toca es dar buenas noticias y a los profesionales del toro, hacer lo posible para que éstas vayan surgiendo cada vez con más frecuencia.
Y la Feria de Vistalegre ha sido una buena noticia. Hemos sido muchos los que hemos ido. A pesar de lo que hemos pagado, hemos podido comer al día siguiente y, en ocasiones, tomarnos una copa al salir. Hemos visto mucho toreo del bueno. Y muchos animales que han embestido, algunos con casta y con transmisión. Hacía meses que no veíamos a las figuras en una plaza y siguen teniendo un sitio envidiable, lo cual augura una temporada excepcional. Hemos gozado de un modo que no hay forma de explicarlo ni de cuantificarlo. ¿Y encima vamos a quejarnos?
Ya sé que hay cosas que mejorar. Y que habrá también que contarlas. Pero en voz más baja y en menos líneas. Porque la temporada ha empezado y lo ha hecho muy bien. Y porque estoy seguro que en festejos como estos hay gente ajena a la Fiesta que puede hacerse aficionada. Y los que ya somos aficionados podemos ilusionarnos aún más de lo que cada torero, con cada toro y en cada plaza puede depararnos. Y volver a las carreteras y a las Plazas. Ya estamos soñando con Olivenza y con Sevilla y con El Puerto...
Señores, la temporada será otra GRAN TEMPORADA. Y si todos cantamos en alto sus grandezas y decimos más bajo y con menos saña las miserias seremos más felices, y haremos que sean más los que disfruten con ésta que es nuestra pasión.
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