Después de las últimas entradas de José María volver por aquí a contar lo que sucede en un festejo en Las Ventas es casi un ejercicio de vulgaridad.
El texto sobre José Tomás en el libro "Plaza de Toros" que incluyó hace unos días en el blog es todo un ejercicio premonitorio ("entrabas y salías de la muerte como el buzo entra y sale del abismo"). Y la comparecencia de José Tomás en su salida del Hospital la constatación de que JT es el primer torero de la modernidad, el primero que se comporta con los (mejores) valores de estos comienzos del siglo XXI.
Hoy se cumplían 14 años desde que Joselito reinventó todo el toreo en la Plaza de Toros de Las Ventas: la liturgia, la variedad, la hondura, la lidia total, la difícil naturalidad, la espontaneidad más desbordante,... Sin aquella tarde hubiera sido casi imposible que muchos de los toreros que luego han accedido al escalafón hubieran buscado la pureza de un modo tan constante.
Volver a una goyesca un dos de mayo en Madrid es prácticamente saberse derrotado. Saber que no es posible revivir aquella tarde, ni sus sensaciones, ni su pureza.
Hoy, para empezar, ha habido por la mañana baile de corrales y han tenido que remendar la corrida de Carmen Segovia con tres ejemplares del Conde de Mayalde. ¡Y todavía no han venido las figuras!
Luego, en el desarrollo de la corrida no ha pasado casi nada (¡vaya San Isidro que se nos avecina!). Unos toros más sosos y otros más peligrosos, pero ninguno importante de verdad.
De los toreros, a José Luis Moreno se le ha visto algún apunte, pero no la rotundidad que exige una plaza como esta. Ha toreado despegado y sin el necesario acople. En su primero, un toro que se venía de lejos aunque luego no embestía con claridad, ha tenido la virtud de mostrar cómo era el toro, pero ha evidenciado la falta de un paso más de rotundidad.
Tampoco Urdiales ha cuajado una tarde importante, aunque también ha demostrado ganas (me queda la duda de si todas las ganas necesarias...) y algunos pasajes de interés. Ha resultado desarmado con la capa en los lances de recibo al primero, un toro en el que ha dejado algún natural aislado bueno. En el quinto le ha faltado sacarle al toro lo poquísimo que tenía en las dos primeras tandas, porque luego el toro se ha rajado y se ha tumbado más allá del tercio.
Sergio Aguilar en su primero no ha tenido muchas opciones. Ha hecho un buen quite por tafalleras (aunque un punto soso) y con la muleta, cuando el toro se venía de lejos lo hacía sin fuerza y en corto se defendía. En el segundo ha comenzado componiendo bien, pero sin poder al toro, sin hacer el toreo de verdad. Sin embargo, a partir de la tercera serie ha instrumentado dos con la izquierda y una con la derecha realmente buenas, templadas y hondas. Ha matado de una estocada, la gente ha pedido de forma mayoritaria la oreja y el presidente no la ha concedido. Lo cual es una manifiesta ilegalidad que nadie le hará pagar. Yo no he pedido la oreja, pero es evidente que la petición era mayoritaria y el Presidente no es nadie (NADIE) para imponer su criterio a los ciudadanos que le pagan. Bastante es que le permitan ir a los toros sin pagar; de ahí que se dedique a joderle la vida a un torero modesto y a gran parte de la afición hay un trecho. El que recorren los chulos y los prepotentes. Los imbéciles, vamos. El artista en cuestión es uno de los ideólogos de la Asociación de Presidentes de Plazas de Toros, una organización cuya sola existencia ya es sospechosa...
¡Ay si hubiera más afición y menos soberbia, más cultura y menos pistolas, más sensibilidad y menos reglamentos!
Lo dicho, que a mí la faena no me ha parecido de oreja, pero que individuos como éste, como el que robó la oreja al Juli en Sevilla, o como la que le robó a Morante la oreja en El Puerto en agosto, me repugnan.
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3 comentarios:
No, querido Lorenzo, es un ejercicio de obligado cumplimiento y gracias por tus palabras.
En Sevilla no nos ha ido mejor en la novillada no merece la pena nu cintarlo.
Pues sí, amigo, superar la literatura del Señor Jurado es una tarea difícil, pero qué quieres que te diga... a mí, la parte esa en la que sacas la casta literaria para darle en todos los morros al presidente me ha gustado. Y mucho. Es más, es literatura convincente porque a mí ese hombre, que no tengo ni idea quién es, ya me cae como una patada en... Ya tu sabes.
Un abrazo.
Muchas gracias a ambos por los comentarios y la rapidez. Y ¡ay! alelo, si uno supiera ser igual de convincente para otros menesteres más festivos...
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