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viernes, 28 de mayo de 2010

Madrid (27 de mayo de 2010) - De la que nos libramos

Sergio Aguilar tuvo que recibir, como primero de su lote, cuatro toros distintos. Quiere decirse que se devolvieron el segundo, el segundo bis, el segundo tris y el segundo quarter o como quiera que se sigan contando los sobreros. Eran como las ocho de la tarde y sólo habíamos visto la lidia de un toro. Pero pudo haber sido peor, porque el primero, sin ser tan flojo, también hizo amagos de un comportamiento que le podía haber conducido a los corrales antes que al desolladero.

Pese a todo, Sergio Aguilar no se afligió y tuvo una actuación más que digna con un lote que no se dejó casi nada. Su primero, al comienzo de la faena de muleta le dio una voltereta tremenda, pese a lo cual volvió a la cara del toro y estuvo muy serio con él. Como con el quinto, al que, sin aspavientos, fue sacarle un par de buenas series con la derecha tirando de él, aunque con la izquierda el toro le tocó varias veces las telas. Bien colocado, serie, aunque a veces demasiado encima del toro, nos gustó bastante.

El Fundi no acabó de sentirse agusto. El primero no tenía muchas opciones y después de intentarlo sin resultado, abrevió. El cuarto, sin embargo, era un toro con opciones y el de Fuenlabrada estuvo fuera, toreando despegado, sin acabar de cuajarse y romper. Una pena, después de las buenas sensaciones que dejó hace un par de temporadas con un toreo cada vez más pausado y profundo. La mala suerte del pasado año parece que todavía sobrevuela en sus recuerdos.

Y Bolívar se dejó ir otro toro, el tercero, al que dio mucho sitio y enganchó bien en dos series con la mano derecha. Pero el toro tenía más y Bolívar dio muchos pases, muchas tandas con ambas manos, de las cuales sólo esas dos quedan en la retina de los aficionados. Mucho menos de lo que el toro merecía y de lo que el colombiano necesita para salir de ese pelotón en el que se encuentra. El sexto fue otra cosa, un toro descompuesto que no dio prácticamente opciones. Eran, además, casi las nueve y media y la gente no estaba para florituras.

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