Habíamos glosado la tarde del sábado de El Puerto de Santa María, una tarde gloriosa y única. Pero faltaban algunos apuntes de Huelva y de las otras dos tardes del rincón del vaporcito. Con retraso y brevedad, pero vamos a ello.
La tarde del día 3 en Huelva una corrida descastada y sosa de El Pilar echó al traste la ilusión de tantos que nos congregamos para la primera de las comparecencias de JT en Andalucía en esta microtemporada. Silvera estuvo por allí demostrando que tiene buen gusto pero que le falta mucho oficio, aunque con lo poco que torea, bastante hizo con estar. Luque estuvo muy importante, como antes lo había estado en Santander y como después lo ha estado en casi todas las plazas en las que ha toreado en Agosto. Es un torero cada vez con más recursos y oficios, y con las mismas ganas de triunfar. Y JT demostró después de la tarde de Valencia que esa tauromaquia de compás más abierto va a ser algo que veremos con frecuencia. Nos quedó la sensación de que se ha perdido algo de liturgia, de que se ha hecho más "humano" y por eso más cálido, pero también más falible. Sigo teniendo la sensación de que le falta algo de forma física y de rodaje (algo normal, por otro lado). Veremos que pasa mañana en Ciudad Real.
La nocturna del día 5 en El Puerto (homenaje a Fermín Bohórquez Escribano) fue un auténtico fracaso de público, con menos de un cuarto de plaza. Fermín Bohórquez hijo, a caballo, tuvo en la faena al cuarto una faena más completa que al que abrió plaza, en esa escuela clásica y con una monta nada espectacular, pero eficaz. Ponce tiró de oficio con sus dos toros y dejó lo mejor en el quinto, al que sacó más de lo que se podía presagiar. Cid, que llegó en helicóptero después de haber toreado esa tarde en Huelva, toreó con mucho pundonor y queriendo triunfar. Tuvo momentos buenos, pero sigue sin ser ese torero deslumbrante de años atrás.
El domingo, Juli, Talavante y Perera dejaron momentos de muy buen toreo, aunque a veces por los toros y otras por los aceros no llegaron a rematar ninguna de sus faenas. Juli es inteligencia, ambición, oficio y afición sin límite. Es grandioso verle cómo lucha cada tarde por demostrar y ratificar su condición de figura, por sacar siempre lo mejor. Talavante está en buen momento y su toreo pausado y hondo es una delicia, aunque falta que el toro le acompañe un punto más. Y Perera estuvo sensacional, tanto dando distancia y trayendo toreado a sus oponentes (que fue lo que a mí más me gustó), como metiéndose entre los pitones y haciendo faenas de valor y de poder (que es lo que enardeció a la plaza); un torero que está volviendo a crecer, por suerte para todos.
jueves, 18 de agosto de 2011
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