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domingo, 11 de mayo de 2008

Madrid (9 de mayo de 2008) - Otra de nada

Segundo festejo y nuevo fiasco.

Nada reseñable de una tarde nublada y fresca (y parece que es lo que va a tocar en estos primeros días).

Los toros, sosos, flojos y descastados.

El Fundi lo intentó, puso buena voluntad, intentó hacer una lidia ordenada y demostrar otras virtudes varias de su oficio y torería. Pero torear, lo que tradicionalmente se ha venido conociendo por torear, no toreó mucho. Y no por falta de ganas (como ha quedado dicho) sino porque los cornúpetas que a la sazón le tocaron en suerte no colaboraron lo más mínimo como es su obligación, no legislada por Cámara alguna, pero sí por la tradición amasada a lo largo de los siglos. Vamos, que sin toros no hay quien haga lo más mínimo. Quedan para el recuerdo, eso sí, dos buenas estocadas, y a la primera, a cada uno de sus toros.

López Chaves también lo intentó, pero su primero debía ser hermano, o primo o pariente lejano por vía de semental de los de El Fundi, decidió solidarizarse con ellos en el comportamiento e igualar el nivel por abajo. Más o menos como en la educación actual. Me cabe la duda, no obstante, de si hubiera podido dar de sí con puyazos más severos o dándole algo más de distancia. El quinto (también de la familia de los anteriores) como era más flojo o menos vergonzoso y se caía cuando le dolían las patas, lo devolvieron los cabestros a chiqueros después de haber recibido dos pares de banderillas. El sobrero era un regalito de cinco años y nueve meses que, como no podía ser de otra manera, desarrolló sentido y puso en ciertos apuros a la cuadrilla durante la lidia, en parte por su actitud y en parte por la actitud de los subalternos, que daba la impresión de que se pusieron a la defensiva desde que les enseñaron los datos de nacencia del susodicho. Como curiosidad, al descabellar a su primero, el estoque voló hacia el callejón (menos mal que no había nadie allí...). Los de barrera pasaron un mal rato. Si además de aburrirse, tenían que soportar un golpe de verduguillo, la tarde no tenía ninguna gracia...

César Jiménez trató igualmente de hacer las cosas bien. E incluso dio algún lance de recibo a su primero y algún pase en condiciones con la muleta. Pero los toros tampoco le ayudaron, no se sabe si por solidaridad con los de su especie y casa matriz o por joder. Se colocó bien en los cites y trató de demostrar que, sabe, quiere y puede, si le echan algún toro en condiciones. Lo que no tiene perdón es que después del tiempo que se ha pasado con Joselito dé el sainete que dio con la espada.

Y así transcurrió la tarde.

Alguno se marchaba comentando que ya lo sabía él, que con estos carteles... Vamos, que si se diseñan buenos carteles (de toros y toreros) y al final la cosa no resulta, pues es mala suerte. Pero si ya sobre el papel el asunto no tiene interés, uno compra las entradas porque están en el abono y sólo renovándolo tiene acceso a los ocho o diez festejos que realmente quiere, y cuando va, efectivamente se aburre, pues duele más. Pero esto es lo que han diseñado en cuadrilla entre la CAM y los empresarios. Y a los demás, sólo nos queda organizarnos o aguantarnos. Y teniendo en cuenta lo que hay en los tendidos es mucho mejor aguantarnos.

1 comentario:

José María JURADO dijo...

"la tradición amasada"

¿No habrás querido decir LA TRADICIÓN "AMANSADA"?

Excelente crónica.