Como bien ha demostrado José María con la impudorosa exhibición de la entrada, estamos ya en la Cuaresma josetomasista. Hablando catalán en la intimidad y viendo dónde podemos comprar una barretina para ponernos encima del sombrero cordobés. No sé si con tantos políticos, magistrados, artistas y taurinos habrá sitio aún para los aficionados de a pie, aunque tengamos nuestras entradas. Ya queda menos. Y, si Dios quiere, el domingo podremos sentirlo.
Para hacer más llevadera la espera quizá sea bueno repasar el mes de toros en Madrid. Ver cuál es la situación del toreo que se ha manifestado en la capital.
Lo primero que hay que decir es que no ha irrumpido con fuerza ningún torero nuevo. Sí ha habido alguno de los que torean poco que se han reivindicado, como Curro Díaz, Juan Bautista, Rafelillo o Torres Jerez, pero ninguno ha roto de verdad. Curro Díaz ha vuelto a demostrar en algún toro su enorme gusto toreando, pero le falta disposición, ánimo, acabar de creérselo. Y sin eso es difícil ser figura. Mucha hondura ha demostrado también Torres Jerez, y una seriedad impresionante. Sería de agradecer que le dieran más oportunidad en Madrid y en otras plazas. Si consigue sacar lo que tiene dentro nos puede hacer disfrutar muchísimo. A Juan Bautista se le ha visto renacido y puede formar una pareja curiosa con Castella. Y Rafaelillo ha estado sensacional sin triunfar, con una garra fuera de lo común. Otro torero que debería entrar en los circuitos.
Del grupo intermedio (en edad y escalafón) sólo Matías Tejela sale reforzado, aunque después de la Puerta Grande (discutida) no volvió a demostrar la misma disposición. Es un torero que da la sensación de que no quiere hacer el esfuerzo que requiere estar arriba. Pero mucho nos tememos que si no lo hace puede quedarse sin sitio. Serafín Marín, Capea, Gallo, Abellán o Bolívar no han dicho casi nada en su paso por las Ventas. Perera, después de la disposición demostrada en el quite que le llevó a la enfermería, se le vio muy apagado en la Feria del Aniversario. Ferrera, muy bien con banderillas pero no ha roto con la muleta como se nos había anunciado que podía ser... Y César Jiménez al final pudo demostrar que cuando mejor está es cuando no trata de imitar a Joselito en la plaza (sin perjuicio de que lo que éste le enseña le viene muy bien y le ayuda a torear mejor).
Y en cuanto a las figuras, contrariamente a lo que suele decirse y a lo que ha sido costumbre muchos años, casi todas han demostrado en Las Ventas por qué están ahí. Entre ellos, destacan Castella y El Juli. Castella por sitio, técnica, valor y emoción, además de un pellizco cada vez más suyo. Y El Juli con una faena pletórica y otra de decisión y técnica el día 23. Ponce demostró una maestría y un valor sereno que no son ni mucho menos corrientes. El Cid volvió a reivindicarse con los Victorinos (no hay quien los toree como él) y sacó su punto de arte con los juanpedro. Manzanares dejó una extraordinaria muestra de lo que es su toreo. Y Morante ha dejado de lejos el mejor toreo de capa (no sólo de estas Ferias: de muchos años), los pases con más garbo y torería, el par de banderillas más torero (al quiebro) y, en resumen, la faena más completa al sexto de la tarde de la Beneficencia.
No estuvo bien Talavante la tarde que toreó y, además, mucho nos tememos que haya sido el inicio de una racha especialmente mala, que debe tratar de remontar cuanto antes. Que la temporada está que arde y los carteles en los que va colocado en todas las ferias no le permiten un respiro. Y es una prueba de fuego ver si lo aguanta y consigue triunfar.
Esplá mostró un repertorio y un estilo antiguo que apetece ver al menos una tarde de estas treinta.
Y, para el futuro, lo mejor de todo la clase demostrada por un novillero, Pepe Moral. ¡Qué bien torea! A ver si sigue creciendo, le dan festejos y puede convertirse, cuando proceda, en matador. Habrá que seguirle.
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