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miércoles, 27 de junio de 2007

Algeciras (23 de junio de 2007) - Peregrinos

Con José Tomás han vuelto los aficionados que siguen a un torero toda la temporada. Más allá del "selecto club" creado desde el marketing para la comodidad de unos pocos ponedores mileuristas hay quien por su cuenta ha decidido procesionar detrás de su ídolo. En Algeciras nos encontramos con más de uno que venía de Barcelona y Alicante y tenía previsto el viaje a Burgos.

No se equivocan. Por lo que vimos el sábado después de un mediodía de caseta, baile y hangarilla, hay una ilusión y una verdad en su toreo que va mucho más allá de la reivindicación de Barcelona. Y que tiene más que ver con el sitio y la actitud del torero.

Antes de él, Rincón demostró falta de sitio. Es cierto que sus dos toros fueron mansos de libro. Pero en alguna ocasión se le notó una intranquilidad preocupante. Recibió bien con la capa a su primero y lo llevó en un interesante galleo por chicuelinas, pero el toro, que siempre buscaba tablas, prometía no hacer fácil la lidia. El tercio de banderillas fue sencillamente excepcional porque los subalternos, ante estas dificultades, decidieron poner dos pares de dentro a fuera en un ejercicio a la vez vistoso y efectivo. Rincón trató de lidiarlo en el tercio, pero la querencia a tablas podía más (¿se hubiera mitigado algo si hubiera conseguido llevarlo al centro del ruedo?)- Después, en una serie con la derecha le tapó mucho la cara y el toro siguió la muleta, pero al finalizar la serie con una trincherilla el toro hizo hilo con él y se vivió un momento de cierto pánico. El cuarto, además de manso, gazapeaba mucho, lo que hacía aún más difícil la lidia. César intentó colocarse para alguna serie, pero el asunto era imposible.

José Tomás tuvo en el segundo a un toro muy complicado, pero se le notó decidido y concentrado desde el recibo con la capa (dos verónicas lentísimas), siguiendo por el ceñidísimo quite por gaoneras y, ya con la muleta, el comienzo impresionante con los estatuarios sin moverse del sitio ni rectificar un ápice. El toro no embestía, era tardo, cabeceaba,... pero él se puso en un sitio en el que era imposible que el toro se quedara quieto. Toro malo malísimo y torero impresionante de valor, sitio, arte y verdad. Sin embargo, lo del quinto fue una fiesta. No porque el toro fuera mucho mejor (algo sí que lo era) sino porque al menos pasaba. Lo recibió de capa excepcionalmente, lo llevó al caballo por chicuelinas y también por chicuelinas quitó (chicuelinas ceñidas, puras,... fuera de serie). Con la muleta dio pases de muchísimo gusto con ambas manos, manteniendo una quietud imposible y emocionante que, junto con la longitud de los muletazos hacía de cada serie, de cada pase, una nueva emoción. Mediada la faena, uno de los derechazos fue de auténtica antología, y tras él el torero tuvo que aguntar paradas a mitad del pase que hacían más difícil e inverosímil su quietud. Luego, la plaza prorrumpió en uno de los olés más hondos que recuerdo en mucho tiempo con un derechazo ligado con un cambio de mano un y natural desmayado y lento. Pinchó arriba, dio manoletinas marca de la casa para que el asunto no se enfriara y mató de una estocada entera de efecto fulminante. Las palmas de bulerías tocadas por andaluces a un madrileño reconocían la importancia de lo que habían sentido.

El Cid cortó dos orejas al tercero de la tarde por una faena basada sobre todo en la derecha, con series muy largas y bajando mucho la mano. Demostró que no va a dejarse ganar la pelea y que su toreo transmite muchísmo por hondura, colocación y temple. Algunos pases con ambas manos fueron excepcionales y las dos orejas muy merecidas tras la estocada arriba. El sexto fue un toro más difícil, al que prácticamente no picaron y clavaron sólo dos pares de banderillas. La faena comenzó muy bien por ayudados y luego siguió con toreo templado y pases templados. Pero el toro cada vez tenía peor comportamiento, huía a las tablas, se quedaba corto, andaba,... Al final, acabó con él con una estocada trasera y baja.

Un par de preguntas sólo:

1.- ¿Podrá César Rincón remontar esta racha y encontrar el sitio adecuado para despedirse con mejor condición en Las Ventas en otoño?

2.- ¿Están ya a la venta las entradas para Ávila -muy bueno lo de que caiga en domingo-?

1 comentario:

goya dijo...

yo tengo entradas. goya-24@hotmail.com o 615-521-420