domingo, 22 de febrero de 2009
Juan de Mairena y la pasión taurina
"Vosotros sabéis -sigue hablando Mairena a sus alumnos- mi poca afición a las corridas de toros. Yo os confieso que nunca me han divertido. En realidad, no pueden divertirme, y yo sospecho que no divierten a nadie, porque constituyen un espectáculo demasiado serio para diversión. No son un juego, un simulacro, más o menos alegre, más o menos estúpido, que responda a una actividad de lujo, como los juegos de los niños o los deportes de los adultos; tampoco un ejercicio utilitario, como el de abatir reses mayores en el matadero; menos un arte, puesto que nada hay en ellas de ficticio o de imaginario. Son esencialmente un sacrificio. Con el toro no se juega, puesto que se le mata, sin utilidad aparente, como si dijéramos de un modo religioso, en holocausto a un dios desconocido. Por esto las corridas de toros, que, a mi juicio, no divierten a nadie, interesan y apasionan a muchos. La afición taurina es, en el fondo, pasión taurina; mejor diré fervor taurino, porque la pasión propiamente dicha es la del toro".
viernes, 20 de febrero de 2009
La feria de la crisis
Han desempolvado el excelente trabajo de la décima feria, (recordemos que una cumbre de la OTAN, de entrada no, hizo que el año 2007 nos quedáramos sin el evento), y eso se nota, y mucho.
El espectáculo de Távora ha querido reivindicar el papel de la mujer en el toreo, en ese sentido lamentamos o no entendemos por qué no se dedicó el espectáculo -o la feria- a la memoria de Conchita Cintrón, pionera en esta siempre desconcertante relación.
Y eso que debutó en Sevilla, creo que ni lo sabían, lo de la muerte, digo.
Salvo la vindicación primitiva del toreo y del toro como símbolo de fertilidad, el espectáculo se deshace en repetición, por dos veces y con trajes incluidos, de la cuadrilla de recortadores y garrochistas.
En medio, la lidia de una vaquilla por una novillera, banderillera y picadora que no resultó, esto es lo que enlentence los espectáculos de Távora, si nos trasladamos a una corrida de toros el cambio de plano hiere de muerte la función.
Ya pasaba con la Carmen.
El año pasado fue muy espectacular ¡ah el año pasado!
Se nota que ha montado el espectáculo con cuatro perras y dos parejas de caballistas.
Lo más curioso es que coincidimos con el maestro de época, el mejor torero de los últimos 25 años con Morante, JT y Ponce: José Miguel Arroyo "Joselito". Encantador, con su mujer y dos hijas, humilde, verdadero, sabiendo estar.
¡Anda que no ha matado toros Joselito bien matados!
Lo mejor de la feria es la zona habilitada para el toreo de salón, ¡Dios mío, cuánto pesa un capote y qué difícl es montar bien la espada y la muleta!
Como buen torero sevillano lo mío es el toreo de capa, con el abrigo puesto mira qué media verónica.

Ahora la tradicional fotografía con mi hija, para desconcierto de los predicadores de Walt Disney.

Hay que señalar la espantada de Don Alcalde, que a los tres minutos de empezar el teatro de Távora se marchó.
Eso y la intervención de los abolicionistas, si pagaron la entrada nada que objetar, si el enemigo te financia... Los noté esta vez un pelín cobardes, la crisis no es buena para los pleitos pobres.
Cuando llegué a casa me puse el DVD con la Beneficiencia Goyesca de Joselito, esa cumbre del arte occidental, por decirlo posmodernamente.
También vimos el toro gordo y fofo del cartel de la feria en la que no veremos ni a Perera ni a José Tomás.
Seguro que llueve el día del mano a mano Morante-Cid con Victorinos. Ya está contratado, a meses vista, como la feria de San Miguel.
jueves, 19 de febrero de 2009
XI Feria Mundial del Toro
lunes, 9 de febrero de 2009
Valdemorillo (7 de febrero de 2009) - ¿De quién es la culpa?
Pero de entre todas las formas de ir a los toros una de las más sugestivas es acudir después de haber compartido una buena comida y una charla agradable. La predisposición de ánimo es siempre positiva en esos casos y uno disfruta de lo que suceda, más allá de que entienda que hay cosas que se pueden hacer mejor en el ruedo.
El sábado gocé de la acogida de Felipe, Charo, Lidia y David en su casa de las afueras de Valdemorillo. Un perfecto lugar para el descanso con unas vistas preciosas donde dimos buena cuenta de unas suculentas tapas de jamón, una ensalada con una peculiar (y secreta) salsa de mostaza y uno de los corderos más jugosos que he tomado en mucho tiempo. Luego fuimos junto con Julián y Ruth a una plaza llena para ver la encerrona de César Jiménez. Una encerrona que, a pesar de la voluntad demostrada por el de Fuenlabrada, resultó frustrante.
En estos casos, uno siempre siente la tentación de preguntarse de quién es la culpa. Y, sobre todo, si se puede hacer algo para evitar errores en futuros compromisos.
Aparentemente, todo estaba planificado para que resultara un éxito. Ganaderías de postín (Victorino, Alcurrucén, Núñez del Cuvillo, el Torreón, Luis Algarra y A. San Román), preparación y mentalización óptima del matador y público generoso. Pero luego resultó que los toros no ayudaron: mucha disparidad en la presentación, tendencia general a aquerenciarse en tablas, falta de fuerzas,… ¿Tendrá algo que ver que fueran en general cinqueños? ¿Seguro que alguien no ha escogido todo lo que “sobró” la temporada pasada? Y que César Jiménez, predispuesto, animado, con una gran forma física y tratando de agradar y dar variedad, estuvo mal con la espada y a veces sin la claridad necesaria en un compromiso de esta naturaleza.
Hasta siete toros vimos porque se regaló el sobrero en un alarde de optimismo superior incluso al de quienes dicen que hemos pasado lo peor de la crisis. Siete toros variados de comportamiento: soso el primero de San Román, parado el de El Torreón, con más movilidad y cuajo el de Algarra (aunque se le protestó por claudicar en los primeros tercios), interesante y sin malas intenciones el de Victorino, bueno el de Alcurrucén aunque sin el puntito de acometividad y repetición que hubiéramos deseado, parado el de Núñez del Cuvillo y manso y aquerenciado el sobrero de Algarra. Pero ninguno de triunfo grande, de conexión con el tendido, de dejarse llevar el torero y poder demostrar lo que lleva dentro,…
César no cometió grandes errores, pero a veces le faltó decisión, cruzarse, apostar. Le faltó, eso sí, un mejor manejo de la espada (por ejemplo en el quinto, que le hubiera permitido cortar una o incluso dos orejas del de Alcurrucén). Hubo momentos en que nos recordó mucho a Joselito, pero más en la forma de andar, de citar (derechazos sin ayuda en ese quinto), en lo que trataba de hacer, que en la rotundidad y naturalidad que demostraba el de la Guindalera.
La tarde, a pesar de las dos orejas que cortó, no era para salir en hombros. E hizo bien el torero en evitarlo. Aunque tampoco es para venirse abajo. Es para reflexionar sobre lo que se ha hecho mal. Y tratar de buscar los culpables.
Decíamos hace unos días que a la Fiesta le falta transparencia. En tardes como esta uno echa de menos saber cómo se eligieron cada uno de los toros. Quién decidió los que venían. Porque tal vez de ese modo nos acerquemos a algunas de las claves de lo que sucedió.
A César ahora le queda seguir buscando un sitio propio. Desde esa independencia que reivindica y que se antoja dificilísima para los grandes (Joselito en su momento, Perera ahora) y casi imposible para quien no es una figura indiscutible.
Una independencia que es la que da sentido a vestirse de luces, a jugarse la vida.
Que hace que, incluso después de tardes como ésta, uno pueda dormir con la conciencia tranquila.
viernes, 6 de febrero de 2009
Valdemorillo (6 de febrero de 2009) - Las cadenas del toreo

Hoy he descubierto gracias al Tom-tom que Valdemorillo está en el norte. A no más de veintitantos kilómetros de Majadahonda que es uno de esos núcleos de urbanizaciones de gente de bien. Y se llega por carreteras de trazado reciente. ¡Menos mal! La nevada que estaba cayendo cuando he llegado a eso de las cinco era de asustar. Hasta tal punto que ya estábamos los de la capital preguntando si por allí había algún hostal que nos pudiera acoger para echar la noche. Porque muchos no habíamos tenido siquiera la precaución de ir con cadenas (y aunque hubiéramos ido con ellas, a ver quién era el listo que sabía ponerlas).
Pero casi mejor no ir con cadenas. Porque quiera uno o no, éstas aparecen cuando hacen falta y cuando no se las echa de menos. Y lo importante no es saber ponerlas, sino quitárselas. Romperlas. Deshacerlas.
Como esta tarde, que los tres toreros han sido condenados con unas cadenas de las que les ha resultado muy difícil sustraerse: seis toros seis que no han colaborado para nada con los matadores y que les han obligado a justificarse por encima de otras consideraciones estéticas.
Eso sí, con cadenas parecidas los hay que las llevan con soltura (vamos, que las ignoran y las revientan) y otros a los que se les agarrota el pulso y el ánimo.
Curro Díaz recibió bien de capa a su primero, al que luego le hizo una faena de muchos pases sin especial ajuste. Buen trazo pero escaso empaque. Al final para mí que echó a perder el toro más interesante del encierro. Pero eso es muy complicado de saber cuando se trata del primero de la tarde y, para él, el primero de la temporada.
El cuarto fue un toro más complicado que protestaba mucho por el lado izquierdo. Con la derecha consiguió sacar algunos muletazos realmente interesante (uno muy bueno), pero no hubo opción a una faena estructurada y ligada. Al final estuvo bastante poderoso y consiguió entusiasmar al público. Para los de las estadísticas: 1 oreja.
Juan Bautista ha sido el que peor ha llevado las cadenas. Tal vez porque los franceses se las quitaron hace bastante, prefiriendo ponerlas a sus vecinos (esos que por aquí gritaban lo de vivan las caenas). A lo que íbamos, que en el segundo, un toro muy descastado, que daba muchos arreones y causó bastante desconcierto en banderillas, él estuvo muy serio en la cara del toro, intentando hacer las cosas bien, trazando bien los pases, dejando la muleta en la cara del toro, con cierta hondura,… Quede constancia del reconocimiento a su labor, pero poco más. En el quinto dio muchos pases. El toro no ayudaba, pero también nos dio la sensación de que el torero estuvo menos centrado. No tenía mucho sentido un trasteo tan largo. Sobre todo con el frío que estábamos pasando a pesar de que la plaza es cubierta y supuestamente climatizada (efectivamente hacía menos frío que en la calle, pero aún así hacía falta tener valor para estar sentado un par de horas).
Daniel Luque, por su parte, hizo lo más destacado. No fue el que tuvo mejor suerte con su lote, pero demostró mejor sitio o más pundonor, que lo mismo da al final una cosa que la otra. Esperábamos ver ese toreo a la verónica del que tanto habíamos oído hablar pero tuvimos que conformarnos con unos delantales (muy buenos, eso sí) de recibo al tercero. Con la muleta estuvo tremendamente serio toda la tarde. Muy pausado. Haciendo las cosas bien: poniéndose en el sitio, citando de frente, trazando relajado,… En el tercero se llevó un revolcón sin más consecuencias y nos dejó algunos naturales de enjundia (uno absolutamente excepcional). Toreo de mucha clase que habrá que degustar con oponentes de más interés. Al sexto lo toreó sobre todo a media altura por su falta de fuerza, pero haciendo todo con mucho sentido (incluso cuando mandó callar la música). Intentó torear con variedad, con pases largos,… pero el toro estaba muy parado. A pesar de lo cual, supo conectar con el público que reconoció la seriedad del esfuerzo. Cortó una oreja en el tercero y dos del sexto y salió por la Puerta Grande. Sólo una cosa que objetar: la peña taurina que le acompañaba y que jaleaba todo, bueno, menos bueno y… antes incluso de que sucediera. No lo necesita. Al final son cadenas de las que también hay que desprenderse.
domingo, 1 de febrero de 2009
De los comienzos y los principios
A nosotros, la temporada nos gusta con buenos comienzos. Los principios, ya los ponen los toreros con su valor y su arte. Buenos comienzos que se vean ratificados luego en cada una de las tardes siguientes...
Si obligaciones laborales no lo impiden, después de cuatro meses de desierto, el viernes volveré a un espectáculo taurino. Será en Valdemorillo con ese curioso cartel de arte (Curro Díaz, Juan Bautista y Daniel Luque) que une a tres jóvenes diestros que han demostrado que saben torear con gusto y con clase, pero a los que les falta constancia, valor, ambición o suerte para colocarse en el lugar del escalafón que tienen reservado por el buen gusto que atesoran. Al día siguiente habrá que ver lo que hace César Jiménez con seis toros (entre ellos, un Victorino, uno de Núñez del Cuvillo,...) con mucho público de la capital esperando un triunfo grande y un toreo puro, profundo y variado. De no ser así, no se entendería el gesto.
Por otro lado, el oscurantismo del toreo vuelve a manifestarse en toda su plenitud en la confección de las primeras Ferias del año (Magdalena, Fallas y Abril). Parece que en todas ellas habrá ausencia imperdonables. Pero nadie sabrá a ciencia cierta de quién es la culpa. Porque ninguna de las partes implicadas (empresa, propiedad, ganadero, torero y apoderado) tendrá interés en explicar qué se pedía, qué se ofrecía, hasta dónde se estaba dispuesto a negociar, con quién se habló primero, cuánto cobra cada uno, qué exigencias de compañeros de cartel había encima de la mesa,... Hasta que esto no se normalice, será imposible que la Fiesta alcance la repercusión mediática que necesita para su difusión. Muy complicado va a ser pedir a las cadenas de televisión que retransmitan festejos si durante los meses anteriores no se les ha dado material informativo que haga que se vaya generando la adecuada expectación en el público. No sólo por las menudencias de los chascarrillos de las contrataciones. Pero también por eso. Para poder valorar luego si quien más exigía en los despachos lo ratificaba en la plaza. Si quien eligió la gandería y seleccionó dentro de esta los toros (¿empresa / veedores?) acertó o se equivocó de pleno. Imprescindible labor para que cada cual asuma su responsabilidad.
Cuestión de principios (desde los comienzos).
Y, por cierto, para principios, los de Perera. ¡Vaya entrevista la del martes pasado en el 6toro6! ¡Qué cabeza la de este torero en su juventud! Generosidad y coherencia entre otras muchas virtudes. A poco que los toros le respeten, nos espera otra temporada cumbre. Desde los comienzos. Por sus principios.
miércoles, 21 de enero de 2009
Cow parade a la verónica

domingo, 18 de enero de 2009
Las primeras noticias (entrelazadas)
Ayer Telecinco emitió un desgarrador reportaje sobre Adrián Gómez, en el que éste hablaba por primera vez de su situación. Se encoge el corazón de ver cómo un chaval joven está totalmente inmóvil por una estúpida caída tras una cogida. Y cómo dice que lo que realmente desea es poder mover los brazos para poder abrazar a su hijo.
Y conmueve hasta el límite ver cómo su madre, con los ojos enjugados en lágrimas, agradece al Fundi cómo se está portando con su hijo. Hay toreros que son de una pieza, que demuestran su condición de maestros dentro y fuera de la plaza. Y el Fundi es, sin duda, uno de ellos.
El maestro de Fuenlabrada ha cerrado ya el cartel para el Festival de ayuda a Adrián. Será el 1 de marzo en Vistalegre con el propio Fundi, Diego Ventura, Joselito, Ponce, Juli, Morante y un novillero. Creo que no es posible mejor cartel para el primer festejo taurino que probablemente se celebre en el 2009 la capital. José María, coincide con el puente del Día de Andalucía, ¿por qué no te animas…?
En cuanto al novillero, la idea era que el puesto lo ocupara quien fuera ganador del certamen La Oportunidad, que se celebraba tradicionalmente los primeros días del año en Vistalegre. Pero este año los organizadores han decidido retrasarlo hasta abril tratando de garantizar su retransmisión por televisión. Esperemos que efectivamente sea sólo un retraso.
Y es que este certamen y el Festival que organiza cada año Espartaco a beneficio de la Fundación Padre Arrupe eran los dos primeros acontecimientos con los que cada año los aficionados íbamos recuperando el pulso de los festejos antes incluso de que llegara la primera. Este año, con motivo de la celebración en Vistalegre del Festival homenaje a Adrián, Espartaco ha decidido que el de la Fundación Padre Arrupe se celebre en otro coso de la Comunidad de Madrid, aunque parece que aún no está decidido el coso, el día ni el cartel.
Precisamente Espartaco parece que va a torear este año algunos festejos para celebrar sus treinta años de alternativa. Será interesante ver nuevamente vestido de luces a quien, sin duda, ha sido una de las grandes figuras del último tercio del siglo XX. El máximo exponente de una determinada técnica en el toreo que ha hecho mucho bien a quien la ha utilizado con torería y la ha imbuido con su arte, pero que ha propiciado también una versión bastante aburrida en sus peores imitadores.
Espartaco era frecuente el Domingo de Resurrección en Sevilla. No tanto como el Faraón, pero ahí estaba. Este año todavía no se ha anunciado el cartel, pero parece que podía estar compuesto por El Cid, Morante y Perera, o por Ponce y dos de los anteriores. Parece que José Tomás y Manzanares torearán en Málaga en un festejo que se va consolidando año tras año. ¿Y en Madrid?
De Madrid nada se sabe. Como de costumbre. Al menos de carteles. Sólo que Diego Ventura se ha ofrecido a torear en solitario seis toros a caballo en una encerrona que sería inédita en Las Ventas para un rejoneador. Y el run run de otra encerrona: la de El Cid con los Victorinos. Bueno, sólo se sabe eso y que el responsable de la empresa dice estar preocupado por la crisis. No creo que tengamos la suerte de que se vea cumplido alguno de los (peores) deseos a los que hacíamos referencia en la anterior entrada…
Por cierto, que la crisis está haciendo que los empresarios de plazas medianas se tienten mucho la ropa antes de organizar festejos. Tienen claro que este año va a haber que reducir el número y mejorar la calidad si quieren que el público siga acercándose a las plazas. De bajar el precio de las entradas no se habla casi nada. De momento.
Tomás Entero, uno de los empresarios más fecundos en plaza de la Comunidad de Madrid, lo ha dicho con contundencia: este año lo mediocre no sirve. Y para dar ejemplo ha organizado una feria en Valdemorillo de muchísimo interés. Los tres carteles de toros son realmente atractivos para los aficionados: la encerrona de César Jiménez (un torero con enormes cualidades, pero que le falta algo –no sé si confianza en él mismo- para acabar de romper), una corrida de arte con Curro Díaz, Juan Bautista y Daniel Luque, y otra para toreros más poderosos (al menos dos de ellos) con Fundi, Antonio Ferrera y Ángel Teruel.
Valdemorillo ha sido tradicionalmente considerada la primera feria del año. Y aunque ahora técnicamente no lo es (la preceden Ajalvir, en la propia Comunidad de Madrid, o el certamen de rejoneo en Atarfe) lo cierto es que sigue siendo la primera en la que participan los toreros de la parte alta del escalafón. La primera feria para las figuras sigue siendo Olivenza. De la que este año sólo sabemos que parece que se va a celebrar el 7 y 8 de marzo. Y poco más. Que a lo mejor hay alguna sorpresa…
jueves, 1 de enero de 2009
Mis diez (peores) deseos para el 2009
Por mi parte, habiendo escapado de la resaca por el abrupto método de evitar la celebración nocturna, el comienzo del año me recuerda la inminencia de la nueva temporada taurina. Y me vienen a la mente algunas maldades que, precisamente por eso, pudieran hacernos disfrutar más de la misma.
Son cosas como estas:
1.- Que por la crisis económica la empresa de Las Ventas se quede, después de varios decenios, sin vender todos los abonos de San Isidro. Ya que muchas empresas están en un intenso proceso de recorte de costes, la extravagancia de la invitación taurina puede esperar mejores momentos. Tal vez de este modo podamos hacernos con mejores asientos y la propiedad (CAM) y la empresa se den cuenta de una vez que hay que reducir la feria a la mitad y hacer quince o veinte carteles realmente rematados.
2.- Que los Ayuntamientos dejen de subvencionar los espectáculos taurinos (a la vez, eso sí, que dejen de subvencionar cualquier otra manifestación artística, deportiva, cultural, política,…). De esta forma se vería que sigue habiendo corridas de toros (y de las buenas) porque los aficionados van a los buenos carteles y están dispuestos a pagarlos, pero deja de haber malas corridas de toros y un montón de espectáculos varios que no pueden financiarse con las entradas de sus asistentes. ¡Vaya montón de euros que nos ahorraríamos con esto!
3.- Que los toreros dejen de salir en las revistas y los programas del corazón. Así se volvería a reivindicar el misterio que debe rodear a quien se juega la vida cada tarde. Y muchos volverían a torear como saben para poder entrar en los carteles (ya que no les llamarían por atraer a público distinto por razones extrañas a la Fiesta), mientras que otros se retirarían y dejarían hueco a otros menos conocidos y que saben torear.
4.- Que tengamos un año tremendamente lluvioso (sobre todo los días de los carteles de relumbrón). Así los propietarios de los cosos se darán cuenta de que hay que cubrirlos, por el método que sea, para que el tiempo no sea condicionante de la celebración o no de los festejos.
5.- Que uno de los días de mayor expectación en una Plaza de Toros de primera se produjera alguna amenaza grave que finalmente resultara falsa. Sería tal el caos para desalojarla, que los políticos se tomarían en serio exigir las reformas necesarias para la seguridad de los espectadores.
6.- Que el mismo día, o algún otro similar, hubiera algún accidente (sin consecuencias) de varios espectadores. Las mismas autoridades (o alguna otra de un rango equivalente) se darían cuenta que es imprescindible mejorar la comodidad en las Plazas de Toros. En ningún otro espectáculo o manifestación cultural los aficionados acudirían en condiciones tan precarias como lo hacemos los que vamos a una Plaza de Toros.
7.- Que RTVE se quedara sin señal, desde el mes de marzo hasta el de septiembre, todas las tardes entre las cinco y las nueve de la tarde… Hasta que volviera a retrasmitir quince o veinte corridas por temporada. Como es de ley y se corresponde con su función de servicio público.
8.- Que los toreros no actuaran en ningún Comunidad Autónoma con Reglamento Taurino propio hasta que no las derogaran y se sujetaran al estatal. De este modo habría quien se daría cuenta de que no tiene sentido segmentar el arte, la cultura o la economía en diecisiete virreinatos. ¡Y si además esto sirve para que lo mismo suceda en otros ámbitos (educación, sanidad y justicia, pongamos por caso) hubieran hecho un servicio al bien común de una magnitud histórica!
9.- Que todos los aficionados catalanes (y, por simpatía, todos los del resto del España) dejaran de pagar sus impuestos y de cumplir con sus restantes obligaciones cívicas hasta que el gobierno de su comunidad autónoma dejara de torpedear su derecho a disfrutar en su tierra de una manifestación artística, cultural y ritual como es la Fiesta. (¿Se imaginan, por ejemplo, que en las próximas elecciones al Parlamento Europeo todos los aficionados a los que les tocara ser presidentes o vocales de una mesa electoral no fueran a cumplir con su “deber”? ¿Cuántas mesas se dejarían de constituir en Andalucía, Castilla la Mancha, Extremadura, Valencia, País Vasco, Castilla León,… y hasta en Cataluña?)
10.- Que se hiciera control anti-dopping por empresas independientes elegidas por sorteo para cada festejo a los toros en las ganaderías, antes de salir al ruedo y una vez muertos. Sólo con esto se evitarían algunos manejos en los corrales en perjuicio, primero, de los ganderos; y luego, de los toreros y los aficionados.
En fin, que tengamos una buena temporada aunque no se cumplan estos diez (malos) deseos.
sábado, 20 de diciembre de 2008
23 de abril de 2009
Plaza de La Maestranza (Sevilla).
Jueves 23 de abril. Día de San Jorge y jueves de preferia.
Toros de Victorino Martín
Mano a mano: Morante de la Puebla - Manuel Jesús "el Cid"
Tengo para mí que el revulsivo que ha supuesto José Tomás y la rotundidad demostrada por Perera durante toda la temporada del 2008 va a obligar a todos los toreros a esfuerzos importante por demostrar que no son uno más.
Por otro lado, en un año que económicamente no nos va a dar una sola alegría, probablemente los aficionados tendrán que dosificar su aparición por las plazas. Y en la reventa habrá muchos menos promotores pagando sus favores a los Concejales de Urbanismo (además de...) con barreras de sombra.
De el Cid se habla que probablemente se encierre con 6 victorinos en Madrid. Y en Sevilla va mano a mano con Morante. La verdad es no se alivia ni una mijita. Impresionante la verdad de este torero. E impresionante su mano izquierda. Empezar una faena citando desde casi el centro del ruedo y enganchar directamente con un natural como hizo el pasado día de San Isidro es algo que está en la muñeca de muy pocos toreros. Y su capacidad de entendimiento y lidia de los toros del paleto de Galapagar es la más completa que ha habido nunca. Ha conseguido entender que haciendo según qué cosas a estos toros se les puede torear con una hondura y una emoción que no se puede conseguir con ningún otro tipo de encaste. Eso sí, Manuel, echa uns horitas en el carretón si no te importa...
Y lo que pueda hacer Morante con los victorinos es todo un misterio. Ya conté al relatar la crónica del 12 de octubre en Zaragoza que tengo la sensación de que las gestas del de La Puebla (que han sido muchas) son siempre mucho más rotundas en la imaginación del tiempo de la espera que en su concreción. Pero casi siempre hay en ellas momento que justifican con creces esa tarde. El sexto toro de aquella Beneficencia en Madrid, por ejemplo.
Morante es un torero único, irrepetible. Que va adquiriendo una técnica, unas dosis de poder y un pundonor que cuando se mezcla con su duende dan lugar a experiencias inéditas.
Yo, por si acaso, me voy sacando ya el billete el AVE. La entrada en la Plaza, ¿quién la consigue?
sábado, 13 de diciembre de 2008
El toro de Willendorff
Paradoja mediática
martes, 25 de noviembre de 2008
Mis premios.
Mejor novillero: Morante de la Puebla, en los vídeos (con Curro Romero)
Mejor rejoneador: El caballo "Morante "de PHM
Mejor picador: Los de Morante de la Puebla
Mejor banderillero: Morante de la Puebla
Mejor cuadrilla: La de Morante de la Puebla
Mejor faena del año: La de Morante de la Puebla al 5º de la tarde en Écija
Mejor toro del año: El quinto de antes
Mejor ganadería: Núñez del Cuvillo cuando la torea Morante en Écija.
Mejor feria: La de Sevilla, siempre.
Mejor tarde de toros: Compartida: Écija (Morante 4 orejas y rabo) Madrid Beneficiencia (Quites de Morante)
Mejor actividad de difusión de la Fiesta: La Reaparición de Morante
Mejor obra gráfica taurina (cartel, cuadro, escultura, fotografía,...): Los quites de Morante.
Mejor obra escrita taurina: El pase de la Firma de Morante
Mejor empresario: El que pone a Morante.
Mejor apoderado: ex (aequo) Rafael de Paula
Premio de honor: Morante de la Puebla.
lunes, 17 de noviembre de 2008
La hora de los premiados
Desde la escasa perspectiva que da haber asistido sólo a 49 festejos en 10 plazas, pero desde la afición desmedida y el seguimiento general de la temporada a través de diferentes medios de comunicación, propongo mi relación de premiados. Sujeta al comentario y la confrontación con mi admirado compañero de collera. Y con el público en general.
Mejor matador: Miguel Ángel Perera
Mejor novillero: Rubén Pinar
Mejor rejoneador: Diego Ventura
Mejor picador: El Legionario (en el año de su retirada)
Mejor banderillero: Adrián Gómez (con toda nuestra admiración)
Mejor cuadrilla: La de “El Cid”
Mejor faena del año: La de José Tomás al 5º de la tarde del 5 de Junio de 2008 (Madrid)
Mejor toro del año: Idílico, de Núñez del Cuvillo, indultado por José Tomás el 21 de septiembre en Barcelona.
Mejor ganadería: Núñez del Cuvillo
Mejor feria: La de el Aniversario (Madrid)
Mejor tarde de toros: Compartida: 6 de abril en la Maestranza (por una tarde completa que compensa muchas suspensiones); 5 de junio en Las Ventas (por el reencuentro); 9 de agosto en El Puerto de Santa María (por el toreo); 10 de agosto de 2008 en El Puerto de Santa María (por la expectación y la magia) y 3 de octubre en Las Ventas (por la Verdad).
Mejor actividad de difusión de la Fiesta: Las portadas de los diarios nacionales el día 6 de junio de 2008.
Mejor obra gráfica taurina (cartel, cuadro, escultura, fotografía,...): La de Pablo Pámpano (aún inédita)
Mejor obra escrita taurina: “La filosofía de las corridas de toros”, de Francis Wolf, publicada por Ediciones Bellaterra.
Mejor empresario: Desierto.
Mejor apoderado: ex aequo Salvador Boix (José Tomás) y Fernando Cepeda (Miguel Ángel Perera).
Premio de honor: Enrique Ponce.
Y, además, el cuerpo nos pide dar una mención especial a Morante de la Puebla. Porque siendo el paradigma de la heterodoxia no puede tener cabida en ninguna clasificación. Pero nos ha bailado el alma desde su reaparición hasta la tarde de Zaragoza toda la temporada.
Y otra a El Juli, por su entrega y por la impagable labor que está realizando su Fundación.
sábado, 15 de noviembre de 2008
Finalista en Las Ventas
JULIAN
¿Dónde vas con mantón de Manila?
¿Dónde vas con vestido chiné?
SUSANA
A lucirme y a ver la verbena,
y a meterme en la cama después.
JULIÁN
¿Y por qué no has venido conmigo
cuando tanto te lo supliqué?
SUSANA
Porque voy a gastarme en botica
lo que me has hecho tú padecer.
JULIÁN
¿Y quién es ese chico tan guapo
con quien luego la vais a correr?
SUSANA
Un sujeto que tiene vergüenza,
pundonor y lo que hay que tener.
JULIÁN
¿Y si a mí no me diera la gana
de que fueras del brazo con él?
SUSANA
Pues me iría con él de verbena
y a los toros de Carabanchel. ...
Alternaron este día Serafín Marín, Morenito de Aranda y José Miguel Pérez Joselillo con toros de Gavira.
(SI ALGUIEN ME PUEDE HACER LLEGAR EL PROGRAMA IMPRESO QUEDARÍA MUY AGRADECIDO, contacto: jose.jurado@ono.com)
Esta es la nota de prensa, más abajo el relato finalista, que ya había salido aquí y que es accesible en
http://asp.las-ventas.com/noticias/noticia_detalle.asp?codigo=2086
Cuando los botos dejan de crujir, de Teresa Majeroni, ganador del II Concurso de Relatos Taurodelta5 de noviembre de 2008
El relato presentado por Teresa Majeroni, titulado Cuando los botos dejan de crujir, ha sido declarado ganador del segundo concurso de relatos taurinos de aficionados convocado por Taurodelta en la temporada 2008.
Dicho relato ha sido elegido entre los 182 presentados al concurso. 68 de ellos fueron publicados en el programa de mano durante la temporada. Una selección del resto serán publicados durante los meses de invierno en la web oficial de Las Ventas, http://www.las-ventas.com/.
El relato ganador fue publicado en el programa de mano del Domingo de Resurrección. El premio está dotado de 1.500 €. Se entregará junto al resto de los premios Taurodelta 2008. El jurado encargado de fallar el premio estuvo compuesto por representantes de la empresa Taurodelta y del departamento de Comunicación.
Además del relato ganador, el resto de los finalistas fueron: El niño, de Julio Larruga; El aficionado más fiel, de M. Robledo; Apoteosis de José Tomás, de José María Jurado; Antoñete, de Francisco Callejo; Allí donde siempre era primavera, de Sánchez Rojas; Sentimiento, de Ángel Rivero Peláez; La soledad del torero, de Federica Piazza; Dos hombres y un destino; de Miguel Ángel Sanz y Crúzate, de Luciano Nuevo Sánchez.
APOTEOSIS DE JOSÉ TOMÁS (por J.M. Jurado)
Has abierto las puertas de la Muerte toreando en el vértice del miedo. Y detrás de las puertas había luz, la deslumbrante luz de la pureza. Entrabas y salías de la muerte como el buzo entra y sale del abismo, sumergido en campanas de silencio, en solares silencios espectrales donde el aire vacío se completa con el lance y el trance tan reunidos que suspenden la razón y la despeñan al borde mismo del espanto. Nos hemos vuelto locos: las ménades se arrancan los vestidos y se arañan los rostros suplicantes, los guerreros golpean los escudos y el toro es un enigma reventado, una fuerza bestial hipnotizada por la suave quietud de los telares. Gira y gira la plaza como un astro, vibrante catedral de una liturgia cósmica que a la danza del héroe se ha rendido, funesta y primitiva.
miércoles, 5 de noviembre de 2008
¡Cuántos Paseíllos!
No obstante lo más emocionante de esta temporada ha sido poder reencontrame con la Plaza y el público de Madrid, al que todavía debo 2 reseñas: la tarde lluviosa de Morante, Manzanares y el Juli, la magnífica tarde de Cayetano y Morante en la Beneficiencia.
Porque Morante, con la apoteósica actuación en Écija, el apunte de Sevilla y los triunfos de Madrid, inolvidable y absoluto toreo de capa, es el que ha perfumado, de verdad, con arte la temporada. Sin su toreo lo demás no contaría, porque la magia y el duende estarían exiliadas y, cuando se exilian, lo hacen definitivamente y para todos.
Los otros momentos grandes han sido, sin duda, la faena de Manzanares bajo la lluvia inapelable de Abril y el triunfo de Perera también en farolillos.
En cuanto a plazas, incorporo la de Córdoba, con trágica y bella actuación de José Tomás, al que ¡ay! no podimos ver triunfar en el Puerto, en tarde de feliz expectación.
Así, quedamos
Sevilla: 28
Las Ventas: 2
Córdoba: 1
El Puerto de Santa María: 2
Écija: 1
total 34
Sin contar las coincidencias en los mano a mano de sus redactores-espadas, LA GRAN TEMPORADA ha visitado, pues, 12 Plazas y ha visto 75 Corridas.
¡Cuántos Paseíllos! ¡Toda una temporada de primera!
Nuevas y variadas sorpresas aguardan a nuestros lectores, permanezcan atentos a sus pantallas.
domingo, 2 de noviembre de 2008
Frágil memoria... de la temporada del 2008
Ha sido una temporada en la que he visto 49 festejos en 10 plazas distintas. La he empezado antes que nunca, a principios de enero, en Vistalegre y la he acabado (salvo sorpresas) en Zaragoza el 12 de octubre con la encerrona de Morante.
He conocido las plazas de Olivenza (en un fin de semana glorioso), Zaragoza, San Sebastián de los Reyes e Illescas. He vuelto a Vistalegre, Barcelona, Algeciras y el Puerto de Santa María. He visto cuatro corridas de la Feria de Abril en Sevilla, además de la del Domingo de Ramos, y veintisiete en Las Ventas, la mayoría infumables (como suele ser), pero varias de ellas muy interesantes (quizás, más que ningún año).
Han faltado las ferias de Levante: haber podido ir a Valencia, Castellón, Alicante o Murcia. También Cáceres, el origen de mi afición, en la que la coincidencia con San Isidro hace cada año más difícil decidirse. O las ferias del norte, a las que tanta pereza me da acercarme. Y la asignatura pendiente: ver toros en Francia y en Portugal (antes de cruzar el charco).
El resumen numérico es este:
- Vistalegre: 4
- Olivenza: 3
- Sevilla: 5
- Las Ventas: 27
- Zaragoza: 1
- Barcelona: 2
- Algeciras: 2
- El Puerto de Santa María: 2
- San Sebastián de los Reyes: 2
- Illescas: 1
domingo, 26 de octubre de 2008
Zaragoza (12 de octubre de 2008) - Una tarde imaginada
Podría incluso, si le dan tiempo a protegerse adecuadamente la pierna, picar a un toro. Como lo hizo (y bastante bien) allá por el 2004 en un festival a beneficio de la Fundación Padre Arrupe en Vistalegre.
Y luego, los palos, en alguno de los toros, reivindicando la pureza de pares al sesgo, al quiebro o por los adentros. Sin alharacas ni carreras, sólo las precisas, desde la distancia justa, para cuadrar en la cara del toro, dejar los pares arriba y salir andando.
Con la muleta, toreo desgarrado a veces e inmensamente suave otras. Enseñando al toro a embestir en ayudados por bajo flexionando las rodillas. O dándole aire en estatuarios y ayudados por alto. Series largas de derechazos, templados, de mano baja, largos, ligados, garbosos,… Acabando las series con pases de pecho, trincherazos, kikirikís o pases de la firma. Y con la izquierda conducir la embestida del toro con una tela mínima, imprescindible, conducida con pasión a cámara lenta. Intercalado con un toreo en sepia sobre los pies, tocando los costados del toro, enroscándose en la muleta, desengañando la embestida. Una forma distinta de lidiar a cada toro según lo exija su comportamiento. Mostrando su amplio repertorio, con todo el clasicismo y el arte, a veces arrebatado y otras lánguido, casi desganado, pero siempre puro, perfecto.
Morante ha soñado cientos de veces con esa tarde perfecta y lo ha intentado con insistencia.
Pero no hay manera. Siempre deja momentos que justifican el viaje (como aquel sexto toro de la beneficencia de Madrid), pero no acaba de cuajar la tarde imaginada. Ni siquiera cuando ha elegido toros en el campo de distintas ganaderías y se encierra en un coso protegido de la lluvia y del viento, como el de Zaragoza. Ni siquiera cuando lo hace el mismísimo día del Pilar. Vaya usted a saber si porque la del Pilar es una advocación menos aficionada que la Macarena, la Estrella, la Piedad del Baratillo o la Esperanza de Triana, pongamos por caso.
En fin, que Morante ha puesto fin a su temporada en Zaragoza matando seis toros, dejando apuntes de su esencia, pero sin redondear la tarde soñada por él y por sus partidarios.
Una peregrinación a Zaragoza el día del Pilar siempre está justificada. Si uno la hace, además, en poco más de hora y cuarto en el AVE es toda una delicia. Y si aprovecha para acercarse a la plaza del Pilar y ver un momento de la ofrenda, pues tiene el día hecho.
Luego, en el confortable coso de la Misericordia, con una cubierta desplegable que se hace casi siempre necesaria en un lugar como aquel y en fechas como estas, vimos a Morante lancear bien a la verónica (sobre todo en un par de ellas), y dio otra en el quite absolutamente sublime. Torerísimo comienzo de faena con la muleta con pases por alto y trincherazos y dos buenas series con la derecha, con algún pase inmenso. Poco más.
Prácticamente nada con el soso y flojo segundo (de su apoderado, que no parece tener el mismo ojo con los toros que con los toreros).
El tercero, de Fuente Ymbro, era un toro inmenso, altísimo, de casi seiscientos kilos, que tampoco dio opciones y Morante abrevió. Gran bronca de muchos (ya enfadados para entonces de cómo se adivinaba el final del asunto) y palmas por bulerías de sus incondicionales, que no éramos pocos.
Al cuarto, de el Pilar, lo recibió también muy bien a la verónica y lo dejó colocado para el segundo puyazo con un recorte genial. Al toro le dieron una pésima lidia y cogió al banderillero Manuel Bueno en el que estaba llamado a ser su último par de banderillas en activo. ¡Ya es mala suerte! Parece que cogió el estoque de verdad porque no veía posibilidades algunas y que, después de sacárselo al tercio, cambió de idea y volvió a su mozo de espada para que le cambiara el estoque por la ayuda. Pero obviamente la gente no tenía ni idea de aquello y supuso que sucedía exactamente lo contrario, manifestando ostensible su desaprobación (por decirlo de modo fino). Empezó con la derecha en una serie buena y arriesgada. Luego, se lo lleva a los medios y da pases enormes también con la diestra, de mano arrastrada. Igual que en el tercio, donde remata una tanda con un pase de pecho para repetirlo por los siglos de los siglos. Y luego un ayudado por alto ligado con un natural que justificaría, por sí sólo, haber seguido a Morante durante toda la temporada. ¡Dios mío, qué manera de llevar al toro! A partir de ahí el toro se queda mucho más corto aún y se echa. Le ha podido del todo. Media caída después de un torrente de emociones varias. Genial e impredecible.
El quinto, de Zalduendo, también de muchísima presencia, fue muy soso y no dio ninguna opción.
Al sexto, de Núñez del Cuvillo, lo recibió con una larga de rodilla en el tercio y una buena serie a la verónica. Buen quite de dos verónica y media. Pone banderillas el de la Puebla con soltura y clasicismo. Muy bien, sobre todo, el tercero, por los adentros. Impresionante la torería para sacarse al toro a los medios. Da algún pase bueno, pero el toro no repite. Insiste en el centro mismo del ruedo, pero no hay manera.
La elección de los toros y no otra cosa frustró una vez más que Morante tuviera su tarde imaginada. Pero el viaje no fue en vano. Sin ser buena, la corrida dejó apuntes de un torero único, imprescindible, ajeno a la vulgaridad generalizada en que se convierte muchas veces el espectáculo.
Y fue una prueba más de que de toros (de criarlo, de seleccionarlos, de elegirlos en el campo) no sabe nadie. Porque no me creo yo que no se haya puesto empeño y buena voluntad en seleccionar los de esta tarde o los del 10 de agosto de el Puerto de Santa María. Y ya saben ustedes cómo han salido las dos corridas.
Seguiremos esperando que otra tarde (la próxima temporada ya) pueda desplegar toda su tauromaquia. ¿En Sevilla, por ejemplo, el Domingo de Resurrección?
domingo, 19 de octubre de 2008
Madrid (5 de octubre de 2008) - El factor suerte
El del sábado era uno de estos carteles. Toros de Peñajara (que había echado una corrida extraordinaria –y desaprovechada- en San Isidro) para Frascuelo, Morenito de Aranda y Joselillo. Una combinación como esta resulta complicado verla en Sevilla o en El Puerto, en La Coruña o en Logroño, en Olivenza o Brihuega, en Málaga o Bilbao, por poner sólo algunos ejemplos. Pero es una combinación que puede funcionar. Que, de hecho, puede funcionar mucho mejor en el ruedo que la mayoría de las combinaciones que algunos toreros que despuntaron como novilleros, pero que hace años que dormitan en una desesperante mediocridad.
Lo que sucede es que a este ritual le hace falta su punto de suerte. Y cuando el asunto se pone de no salir, no hay nada que hacer.
La corrida de Peñajara no se pareció en nada a la de mayo. Hubo animales con una pinta preciosa (el berrendo en colorao que hizo segundo). Pero desiguales de presentación, muy flojos y de descastado comportamiento.
Con este material, los toreros no pudieron dejar más que apuntes.
Frascuelo, apuntes de un toreo añejo que echamos tanto de menos… Algún lance bueno de salida a su primero, un extraordinario recorte para dejar al toro en suerte y pases muy toreros por bajo para empezar la faena. Pero poco más. Un toro este primero, por cierto, al que dieron un buen primer puyazo y con el que vimos un buen tercio de banderillas (sobre todo en los pares de Luis Carlos Aranda). En el cuarto, destacar sólo los capotazos de recibo al toro. Luego, no se confió con la franela, dio un recital con la espada y escuchó pitos.
Morenito de Aranda, que en San Isidro tuvo una actuación más que digna compartiendo cartel con Ponce, brindo al público la muerte del segundo. Pero ese toro tenía una sosería y una flojera descomunales y no hubo nada que hacer con él. En el quinto, que tuvo una lidia complicada, aunque finalmente los banderilleros pudieron parear con acierto, Morenito demostró muy buena disposición, pero el toro pasaba sin gracia unas veces, se quedaba a mitad del muletazo otras, o salía suelto, cabeceaba,… Un regalito con el que poco se pudo hacer, más que estar digno.
Y Joselillo, acostumbrado a enfrentarse por esas plazas de Dios con las corridas más aparatosas y peligrosas de la cabaña “brava”, supongo que vería en esta tarde una de las pocas oportunidades para poder meter la cabeza en otro tipo de carteles. Pero no hubo suerte. Con el tercero, un toro protestado por su fea presencia y que además flojeó, sólo pudo hacerle pasar, sin ninguna gracia por ambos pitones, y dejar una gran estocada. Impresentable la actitud de quien vocifera “miau” durante la faena de muleta o grita que cómo pueden dejar salir un “novillo” así a la primera plaza del mundo. ¡Pena que no pidan los antecedentes de penales y hagan un análisis de alcoholemia en la puerta del siete! El sexto era, para compensar, un toro gordísimo y de feas hechuras que cayóse y devolvieron. El sobrero era un jabonero ¿o canoso? de Jandilla. ¿De Jandilla? Aquí hay algo sospechoso. Sospecha que se incrementaba cuando uno comprueba que era nacido en noviembre de 2002. ¡Casi seis años! A saber las plazas que llevaría recorridas este animalito, o los meses que lleva en los corrales de Madrid… El toro también flojea (es lo mínimo que puede hacer si ha tenido la vida que se adivina en los últimos catorce o dieciocho meses) y hubo bronca monumental al palco por no cambiarlo. El toro era muy noble, pero no podía con su alma. Quiere embestir por abajo y por derecho, pero no le queda un ápice de fuerza para desarrollar su buen carácter. No hay transmisión, a pesar de lo cual Joselillo traza bien los pases en el centro del ruedo. Imposible que la gente le dé importancia a una faena bien construida y rematada con una gran estocada.
Una pena que estos interesantes carteles que uno solo puede ver en Madrid suelan acabar de este modo. ¡La afición que podría hacerse si hubiéramos visto lo que llevábamos imaginado desde casa!
(Y una pena que una corrida como, al parecer fue la del sábado de Victorino, no fuera aprovechada. Me la perdí por un viaje fugaz y emocionado a la nostalgia de los años más jóvenes y a las certezas que ya no volverán).
lunes, 6 de octubre de 2008
Madrid (3 de octubre de 2008) - El gran dilema ético
He sufrido con el dolor en la cara del torero después de la cogida al entrar al matar a su segundo. Al ver cómo volvía poco tiempo después para seguir con su gesta (después de haber sido operado sin anestesia ninguna). Cuando el quinto se lo llevaba literalmente por delante al comenzar la faena de muleta. Y al comprobar cómo a pesar de no poder prácticamente moverse siguió con la lidia después de que le colocaran un torniquete y dio una estocada sensacional (como la de los otros cuatro toros que mató) y se marchó caminando a la enfermería.
Lo de Perera ha sido una gran proeza, un nuevo interrogante y una pequeña decepción.
Una gran proeza por su modo de sobreponerse a tantos elementos adversos. A un sector de la plaza tremendamente frío. A una temperatura casi invernal. Y a un viento abundante y racheado. A toros poco propicios. A subalternos contratados para la ocasión que no siempre estuvieron a la altura. Y a dos cogidas espeluznantes.
Pero una proeza, sobre todo, por el gran toreo desplegado. Un toreo de quietud y te temple. De mando y de mano baja. Toreo grandioso al tercero y el cuarto. Series ligadas, perfección estética, naturales lentísimos,… Y con estocadas perfectamente ejecutadas a la primera en todos sus toros.
Todo ello, ante el interrogante del sentido de la Fiesta. El gran interrogante y dilema ético al que hemos hecho referencia otras veces, que es el de la licitud de que alguien arriesgue su vida en este combate ritual. Una cuestión que se acentúa cuando el torero sigue empeñándose en torear a pesar del tremendo dolor y de la merma de facultades que supone una cornada. Y más aún tras la segunda, que ponía en riesgo la circulación de la sangre en toda su pierna. El pundonor se convierte aquí en una pieza clave ante la cual uno no puede permanecer impasible. Pero resulta duro, muy duro, ver cómo sigue el espectáculo con un hombre tan castigado.
De hecho hubo muchos que exigían a gritos que lo llevaran a la enfermería quisiera o no y que abandonaron la plaza cuando vieron cómo el torero seguía jugándose la vida. Reconozco la grandeza de la gesta del torero, pero entiendo también a los que no podían soportar más el sufrimiento y no entendían el sentido que tenía aquel esfuerzo sobrehumano.
Y, al final, con el frío y el mal cuerpo de tantos sobresaltos, una pequeña decepción. Que supongo compartirá también el torero. Porque no pudo demostrar, ni de lejos, de lo que es capaz. A pesar de que vimos muy buen toreo fue mucho más el que los elementos se empeñaron en impedir.
Perera quería reivindicar su gran toreo. Y rematar con una tarde redonda en Madrid lo que ha sido una temporada única, con triunfos en todas las plazas. Con un gran toreo día tras día.
Y sólo pudo hacerlo en parte. A pesar de darlo todo y de estar en un momento en el que todo lo ve fácil. Pero ni los toros ni el viento colaboraron, y la mala suerte de las cornadas impidió una mayor rotundidad. Lo que vimos está entre las cinco o seis mejores faenas en esta plaza durante esta temporada. Pero podía haber sido aún mejor.
No descartaría yo que volviera a intentarlo en la misma Plaza y no mucho más allá de la próxima temporada… Puede hacerlo cuando quiera. Tiene valor, arte, poder y gracia para triunfar en Madrid con un solo toro o cuajar a seis seguidos.
(Por cierto, al igual que se critica la ausencia de lonas y la tablilla en las suspensiones de La Maestranza, debemos criticar la cursilería del encargado de la megafonía de Las Ventas. Hay que ser redicho para decir que “… una vez realizada la exploración y debido a la intencionalidad del diestro, volverá al ruedo de la capital”. Un hervor le falta a alguno).
jueves, 25 de septiembre de 2008
Una carta
La empresa Pagés, con motivo de su 75º ANIVERSARIO y como muestra de reconocimiento a la mejor afición del mundo, nuestros abonados, celebrará el próximo viernes 26 de Septiembre, junto a la Feria de San Miguel, una Novillada en la que actuarán los triunfadores de la presente temporada, a la que usted, apreciado Abonado puede asistir gratuitamente con la sola presentación en la puerta de acceso de su Tarjeta de Abonado.
En la confianza de que se sienta tratado como usted merece, aprovechemos la ocasión para manifestarles nuestra mayor consideración.
La Empresa
Distinguida Empresa,
agradezco su invitación, pero no quiero dejar de manifestarles que en las tres anulaciones de la Feria de Abril (alguna de ellas con más presión que otras) no hubo ninguna voluntad por su parte de aplazamiento para las innumerables fechas disponibles, por ejemplo ésta. No entiendo que Morante de la Puebla vaya a torear 6 toros en Zaragoza el 12 de Octubre y no lo haya hecho todavía en Sevilla. No entiendo que no hayan podido componer un cartel del gusto de la afición como pudiera ser JULIO APARICIO-MORANTE-JUAN BAUTISTA (inédito tras cancelación) y sin embargo no escatimaran esfuerzos para recuperar taquilla con la presencia del rejoneador Diego Ventura, aprovechando otras altas circunstancias reales. Igualmente me preocupa el presunto cierre de la temporada con una corrida de caballos. A mí, esto del gratis total, que quieren que le diga, en este negociado me da que pensar, como decía Josep Pla ¿todo esto quien lo paga?
La afición sin duda.
Un abonado.
sábado, 20 de septiembre de 2008
La opinión de un mandarín
lunes, 15 de septiembre de 2008
Morante en Écija
Recurro a mis suertes barrocas:
Trazas de incienso, humo de tabaco, angosta la capilla sofocante y sobre el lienzo blanco palmatoria de bronce, temblor del oro viejo, hornacinas oscuras, manchas negras de Cristo en la cal viva y columnas salomónicas que rompen la maleza de cardos y de espinas, así crece, con el mentón hundido en el embroque, un retablo barroco en el albero y en la blanda madera del tallo reverdece la mata trenzada del acanto como cresta de gallo, como rojo penacho que dejara coronas de laurel en las sienes del miedo. Pétalos de Morante bajo el cielo de Abril, tratado de armonía.
lunes, 8 de septiembre de 2008
Las otras tragedias del toreo
Sólo un día antes, y no muy lejos, en Évora (Portugal) falleció Joao Paulo Nunes, picador de la cuadrilla de Nuno Casquinha y mayoral de la ganadería de Coimbra. Esta vez por un accidente de tráfico.
Justo cuando algunos desalmados profanaban la tumba de Julio Robles y lo "reivindicaban".
¡Cuántas caras tiene la muerte en el toreo! ¡Cómo se parece a la parte más dura y cruel de cada vida!
Mis recuerdos para todos ellos y para sus familias.
domingo, 7 de septiembre de 2008
Illescas (6 de septiembre de 2008) - De la variedad de los encastes
Este ha sido el caso, por ejemplo, de Illescas, donde El Fundi, Luis Bolívar y Alberto Aguilar se han enfrentado a una interesante corrida de Victorino. Toros menos aparatosos y con menos kilos que los que salen en Madrid o en Bilbao, pero con un comportamiento similar. Toros encastados, aprendiendo mucho, algunos tobilleros, pero un par de ellos con muchísima transmisión y siguiendo muy bien los engaños si se les hacían bien las cosas.
Uno agradece que en localidades medianas, además de hacer cosos nuevos tan cómodos y de fácil acceso como éste, se preocupen de mantener la diversidad de la Fiesta (y, además, a precios asequibles). Porque la emoción de este tipo de toros es imprescindible, como lo es la existencia de toros “artistas” que permiten el lucimiento con un toreo más reposado y cadencioso. Lástima que las figuras no lo sientan así. Que no podamos ver a José Tomás, a Ponce, al Juli (o a los que están en la lucha: Manzanares, Castella, Talavante,…) con estos toros de vez en cuando. Alguna vez lo hicieron. Como “gesto”, pero como algo extraordinario, no como parte de la necesaria diversidad en una campaña.
Por eso es tan importante lo que hace El Cid en Sevilla y en Madrid. O que Perera haya escogido uno de Victorino entre la diversidad de ganaderías para su encerrona de Zafra al día siguiente de la de Madrid. Esto (lo del victorino y lo de dos encerronas consecutivas para acabar la temporada, una de ellas en Madrid) es lo que hace una figura con ambición por mandar de verdad en el toreo.
Igual que sería de agradecer que a los toreros que habitualmente tienen que lidiar estos encastes les permitieran de vez en cuando darse un respiro de cuvillos, jandillas, juanpedros, victorianodelrío y similares. El Fundi, por ejemplo, ha hecho méritos más que de sobra para que alguna empresa pudiera premiárselo en ciertas plazas. Y con los demás (Bolívar, Aguilar o Adame, que estaba anunciado pero no pudo estar por una inoportuna lesión pocos días antes) también podría alguien tener un detalle cada diez o doce corridas de victorinos, miuras, pablorromeros, adolfos y similares. En fin, que hubiera un poco de justicia en esta tierra para irnos preparando a la que nos han prometido que existe en el más allá.
A lo que íbamos. Que al final de la tarde dos toreros: El Fundi y Alberto Aguilar salieron a hombros. Y que junto a ellos lo hizo el gandero, a dos de cuyos toros se les había dado la vuelta al ruedo.
Y antes, el Fundi había toreado bien a sus dos toros. A su primero lo llevó bien de capa al centro del ruedo, quitó por delantales y banderilleó bien compartiendo el tercio con Alberto Aguilar. El toro no erá fácil, reponía mucho y llevaba la cara alta. Por el pitón derecho consiguió, sobre todo mediada la faena, pases largos y templados llevando al toro siempre embebido en la muleta. Por la izquierda cualquier intento de toreo era imposible. Mató de dos pinchazos y una buena estocada y le premiaron con la primera oreja.
El cuarto fue un toro que permitió una faena larga, y al que dieron una vuelta al ruedo probablemente excesiva. Hubo buen recibo de capote, un ceñidísimo quite por chicuelinas y un buen tercio de banderillas, aunque algo extenso y con muchos capotazos. Empezó la faena en redondo en el centro del ruedo y demostró que el toro iba, pero que sólo se le podía alargar la embestida si se le llevaba por bajo, siempre muy toreado. Hubo buen toreo por ambos pitones (al natural, sacándolos de uno en uno), aunque el toro se iba quedando cada vez más corto. Y pases de adorno vistosos para acabar la faena. La estocada recibiendo (a la segunda) fue espectacular. Sólo esa estocada justificaría una oreja. Con le resto de faena, las dos que recibió son absolutamente merecidas.
Luis Bolívar, en su primero, tuvo a un toro menos encastado que el resto de la corrida. Y su toreo tampoco llegó a entusiasmar. Mató de estocada entera después de varios pinchazos.
El quinto fue el mejor toro de la corrida. Lo recibió bien con el capote. Y ya desde el principio se advirtió que el toro metía muy bien la cara abajo. La faena de muleta la comenzó con pases por bajo. En el toreo en redondo dio muy poco sitio al toro y los pases no fueron de gran calidad. Con la izquierda hubo muy buen trazo, pero le faltaba cruzarse más y algo de ajuste. Mejor cuando volvió a la derecha, pero seguía quedando en evidencia que el toro iba donde le mandaban, con una clase excepcional que no llegó a aprovecharse del toro. Lo más torero, esos naturales con la diestra y cambios de mano que dio después de que el toro le arrollara y le hiciera perder el estoque simulado. Estocada entera, tres decabellos y una sola oreja de un toro que hubiera merecido una faena más rotunda. Vuelta al ruedo a un toro que sí que la merecía de verdad.
Y Alberto Aguilar fue una sorpresa agradable. Como hemos dicho, había entrado sustituyendo a Joselito Adame. Es un torero que torea poco y se le nota, pero mucho menos de lo que podría imaginarse. Recibió al tercero con buenos lances con el compás abierto, y banderilleó junto al Fundi. Con la muleta, dio series muy interesantes cuando bajó la mano, porque el toro obedecía si se le llevaba por abajo y tapado y protestaba si no se le obligaba tanto. Faena irregular con pasajes de mucho mérito. Después de algunos pases de adorno pinchó varias veces, quedando el premio en una vuelta al ruedo.
El sexto fue un toro bastante más complicado, al que le costaba repetir desde los lances de recibo con el capote. No fue fácil la lidia en el tercio de varas ni la colocación del toro en suerte para las banderillas que puso el propio matador. Con la muleta, después de un desarme, Aguilar entendió que sólo pudiendo al toro por abajo podía sacar algo lucido. Y lo hizo en varias series de muchísimo mando, lucidas y aguantando parones al toro. Cuando éste se aquerenció en tablas, lo que se perdió en estética se ganó en emoción y aún pudo sacar pases junto a las tablas. Después de una gran estocada consiguió las dos orejas que, esperemos, además de moral pueda facilitarle algún que otro contrato.
Tarde, pues, de emoción, de toros y toreros. ¡Valió la pena el viaje!
Sólo un “pero” a la organización. En el programa seguía figurando Adrián Gómez como banderillero en la cuadrilla de El Fundi. No sé cuándo se habría impreso, pero prácticamente seguro que fue después de su percance. Estos detalles deben cuidarse.
viernes, 5 de septiembre de 2008
San Sebastián de los Reyes (30 de agosto de 2008) - Triunfalismo
Uno, que como ha explicado otras veces nació a la afición taurina de la mano de las fiestas patronales, tiene un respeto reverencial por los que van a la plaza a divertirse. Incluso cuando ese afán de diversión aligera el ondear de moqueros para pedir apéndices de forma compulsiva después de cada faena. Porque más allá de las orejas, lo que importan son los sentimientos. Tanto los que nacen de la emoción del buen toreo, como los vinculados a la diversión por faenas algo más despegadas, o incluso los de quienes disfrutan por el paisanaje, viendo al torero local compartir cartel con figuran consagradas.
Lo cierto es que la corrida del sábado en San Sebastián de los Reyes permitió el triunfo de los toreros con toros de Victoriano del Río muy a modo, colaboradores, noblotes, aunque no excesivamente aparatosos ni de una bravura desbordante. Toros, en fin, “cómodos”, hasta donde pueden serlo los animales de lidia. Pero toros buenos en general con uno, el segundo, excepcional en la muleta.
El Juli demostró un magisterio apabullante, con una tremenda seguridad toda la tarde y con una técnica que disminuye la sensación de riesgo y hace parecer sencillo lo que encierra muchos años de afición y oficio. A su primero lo recibió bien de capa y le realizó un vistoso quite en el centro del ruedo ligando una verónica con una navarra y una revolera. Con la muleta, faena muy templada y estética con ambas manos en la que destacaron algunos naturales largos y profundos, muy bien ligados con el de pecho. Finalizó la faena con un circular invertido perfecto en su ejecución y otro en dos tiempos que ligó con varios pases de adorno sin mover los pies del suelo. Tras un volapié perfecto le dieron dos orejas más que justificadas.
En el cuarto hizo un recibo de capote magistral ganando terreno al toro en cada verónica y acabando a los medios, todo ello con una hondura que, no sé muy bien por qué, no caló demasiado en la concurrencia. Quitó muy bien por verónicas antes de que los subalternos protagonizaran un buen tercio de banderillas, en el que destacó un tercer par excepcional. La faena de muleta la empezó con seis u ocho pases por alto sin moverse del sitio. Fue lo más destacado de la faena, porque el toro se quedó muy parado y tuvo que sacarle los pases de uno en uno. Aún así, instrumentó series de derechazos y naturales con algunos pases de mucha hondura antes de pegarse un auténtico arrimón, metiéndose entre los pitones y dominando lo que quedaba de embestida a base de dominio en pases circulares y por alto. Después de un pinchazo cobró una estocada entera y el premio esta vez se quedó en una sola oreja.
El Cid, por su parte, dio muestras una vez más de la suerte que le acompaña en los sorteos, de su gran estética y de su absoluta entrega. Es un torero que se ha convertido en figura a base de tesón y de una honradez absoluta en cada actuación. A él le correspondió el mejor toro de la corrida, el segundo de la tarde, al que recibió con muy buenas verónicas. Después de un puyazo breve y un buen tercio de banderillas, el matador se fue al centro del ruedo y citó desde allí al toro, instrumentándole varias series con la derecha realmente buenas, largas y con hondura. Dio mucho sitio al toro tanto en el toreo con la diestra como al natural, entre los que hubo dos inmensos. Muchísimos toreo, y del bueno, que el toro empezó a acusar quedándose algo más corto. Después de un circular y varios pases de adorno, lo mató de una gran estocada. Al torero le dieron dos orejas de justicia y al toro una vuelta al ruedo.
El quinto fue un toro algo más complicado. Lo recibió con lances por bajo con una rodilla en tierra, delantales y media. Con la muleta, empezó con ayudados y se echó rápido la muleta a la mano izquierda. Faena de temple y conocimiento, con buenos pases al natural y una serie buena con la derecha a media altura. Consiguió, en fin, sacar al toro lo que tenía, que era bastante menos que el anterior de su lote, acortando mucho la distancia al final de la faena. Después de un pinchazo y una estocada le dieron otras dos orejas, la segunda fruto sobre todo del cariño y premiando más la disposición que el toreo profundo y hondo, que lo hubo… pero en el segundo.
Por su parte, el local Gabriel Picazo estuvo muy dispuesto a agradar a sus paisanos toda la tarde. Y sus paisanos se lo agradecieron pidiendo para él los trofeos con insistencia al final de sus faenas. Cortó una oreja del tercero y dos del sexto, aunque sus faenas fueron menos rotundas que las de el Juli o el Cid. En su descargo, decir que tuvo probablemente el peor lote.
Recibió a su primero con sólo un par de verónicas porque el toro le desarmó a la tercera. También le arrolló en el quite por chicuelinas, aunque se hizo un ingenioso autopase antes de dar una nueva chicuelina y una revolera. Empezó por bajo con la muleta, ligando luego varias series con la derecha en las que el toro protestaba un poco (¿quizá porque le ahogaba un poco y no se le daba el sitio suficiente?). Por la izquierda sacó pases de uno en uno antes de darse un extraño arrimón en el que el toro no se lo llevó por delante de milagro. Mató de un bajonazo delantero y atravesado, descabellando mal.
En el sexto, el recibo por verónicas y el quite no fueron muy lucidos. Con la muleta empezó con ayudados por alto y otros pases con gracia. Luego, toreo con la diestra templado pero sin mucha hondura a un toro con un punto violento, al que hay que poder. Destacó un buen cambio de mano y algún natural, aunque en general en el toreo con la zurda los pases fueron algo despegados. El toro se quedó parado y el toreo se arrimó, aquí sí con más criterio y mejores resultados. Terminó con bernardinas ceñidísimas, antes de recetar una estocada entera ligeramente caida.
Tarde, en fin, interesante, entretenida, divertida,… con dos grandes toreros (el Juli y el Cid) y uno más joven que no se arrugó nunca pero al que aún le falta oficio.
¡Qué las peores que veamos sean como ésta!
domingo, 31 de agosto de 2008
San Sebastián de los Reyes (29 de agosto de 2008) - Estados de ánimo
Lo visto en San Sebastián de los Reyes ratifica que Perera está pletórico, Castella indeciso y Talavante absolutamente desorientado.
Los toros de Núñez del Cuvillo no fueron un dechado de virtudes, pero tampoco tenían un aspecto especialmente amenazador ni intenciones propias de alimañas. Fueron toros más bien sositos, unos con algo más de guasa que otros, que permitían estar delante y tratar de interpretar el toreo que puede esperarse en una plaza de Castilla en fiestas.
Castella, con su primero, muy mal lidiado en los primeros tercios (salvo por la colocación de las banderillas, que fue eficaz), quedó inédito con la capa. Con la muleta empezó de forma torera la faena en el tercio. Luego, demostró un buen entendimiento del animal y sacó algunos pases estimables, aunque faltó decisión y más claridad de ideas. Hubo detalles, retales, pero sin una idea de faena. La media estocada cayó manifiestamente baja.
Con el cuarto, peor lidiado aún y nuevamente sin toreo de capa, brindó su faena al público y empezó desde el centro del ruedo, pero el toro se revuelve pronto y desluce lo que el matador trataba fuera una forma rápida de poner al público en su favor. Dio series con ambas manos, con más voluntad que hondura y finalizó con un arrimón y pases cambiados. Después de un pinchazo, trató de volver a poner al público de su lado con manoletinas y pases ajustados. Dio resultado. Tras una estocada casi entera se le concedió una oreja. Hubo voluntad del francés y está algo mejor que hace unos meses, pero se echa de menos la clarividencia y el arrojo de la temporada pasada.
Perera demostró que está sublime en técnica, valor, hondura y mente clara. Lanceó con buen trazo al segundo de la tarde aunque el toro salía suelto del encuentro con el capote. Bien el picador y los banderilleros. Comenzó la faena de muleta con ocho o nueve pases por alto sin moverse un ápice. Sencillamente impresionante. Luego, dio buenas series con la derecha, pero la faena bajó algo al cambiarse la muleta de mano, porque el toro derrotaba y huía del engaño. Aún así, toreo de quietud y dominio, a falta de arte, que no era posible. Al volver a la diestra el toro había dejado de embestir. Estoca entera, aunque algo trasera y baja.
Con el quinto, un toro más complicado y peligroso, la faena de muleta fue maciza. Lo dejó crudo en el caballo y quitó de forma vistosa con verónicas, pase por la espalda y revolera. Citó desde el centro del ruedo, haciendo sin inmutarse dos pases cambiados a un toro que llevaba una velocidad endiablada. Luego, series muy buenas con la derecha, con pases hondos, dando sitio al toro y mandándole mucho,… A pesar de que el toro cabecea, consigue que no le toque la muleta. Luego, una serie grandiosa al natural, lenta, templada,.. hasta ligar de forma magistral con el de pecho. Al final, circular lentísimo, tres en uno, arrimón con varios circulares invertidos, bernardinas,… Todo en el centro del ruedo. Estocada ligeramente caída de lenta ejecución y dos orejas después de que el toro se aguantara la muerte y el matador ordenara que nadie le diera un capotazo, para dignificar aún más el momento.
Por su parte, Talavante estuvo espeso toda la tarde. En el tercero trataba de parecer técnico, pero se le notaba sin sitio. El toro ayudaba muy poco y tras series sin mucha historia se dio un arrimón para tratar de justificar la faena. Infame con la espada pinchó innumerables veces y descabelló también unas cuantas.
Al sexto lo recibió con algunas verónicas de buen trazo y quitó por gaoneras (aunque no demasiado ajustadas). Empezó por alto en el tercio la faena de muleta y después de sacárdselo a los medios dio una serie buena con la derecha. Otras dos con la misma mano fueron poco más que correctas y a partir de ahí empezó a despegarse, el toro a engancharle la muleta, a desarmarle,… Con la izquierda lo intentó sin éxito. Y, como el toro hizo amago de rajarse, se fue a tablas y se puso en un sitio donde era imposible que el toro pasara. Nadie sabe muy bien por qué (hemos visto casos en los que los toreros, con mansos de solemnidad, hacen su faena en tablas, pero sabiendo dónde se ponen y qué pretenden, lo cual aquí, o no sucedía o no se trasladó al tendido).
Tarde, en fin, de una faena importante y otras dos con algunos detalles. Y una plaza más en la que hemos visto torear.
sábado, 30 de agosto de 2008
Enrique Ponce
Yo me he aficionado a los toros, dos veces, por Enrique Ponce.
La primera vez, durante su ascenso, en el año 92 en el que TVE retansmitió en directo su triunfo en Valencia en un día de San José inolvidable para mí, porque vi los toros con mi madre como cuando era muy pequeño. El años siguienta ya estaba estudiando en Madrid y lo pude ver tiunfar en Las Ventas. Y fue maravilloso.
La segunda vez en la faena más bella que mis ojos podrán recordar nunca, en la Feria de Abril del 2006, que me hizo apuntarme toda la temporada y hacerme abonado de la Maestranza la siguiente (de entre todos mis títulos académicos este es del que más orgullos estoy).
Porque Enrique Ponce ha llevado más gentes a los toros que nadie nunca antes en la historia del toreo.
Porque Enrique Ponce ha soportado, él solo, los abonos de todas las plazas de primera y segunda durante más de 10 años, como Espartaco.
Porque, como Espartaco, le pudo a todos los toros y a todos les hizo faena, llevando el toreo a los lugares donde apenas llegaba, asegurando siempre la diversión de la gente.
Porque introdujo otra vez la estética en la faena, disipada tras el triunfo del ojedismo, del espartaquismo y del rinconismo. Su toreo ayudado, que otros llaman accesorio, es de una belleza absoluta.
Porque quien ha matado tantos miles de toros, sólo puede ser uno de los toreros más valerosos de la historia del arte.
Porque su competencia con Joselito resucitó el toreo de copa, la sana rivalidad.
Gracias Catedrático, gracias maestro, porque ha hecho usted Historia.
lunes, 18 de agosto de 2008
El Puerto de Santa María (10 de agosto de 2008) - Competencia sorda (III)
Pero, al fin, sólo hubo destellos de la particular tauromaquia de cada uno, en vez del raudal de sensaciones que la gente deseaba. Cierto que los toros cabecearon todos una barbaridad, que ninguno rompió a bueno de verdad, que les falto humillar y entregarse. Pero aún con animales de este tipo e incluso peores hemos visto a ambos matadores demostrar más personalidad. Tal vez también ellos se fueron desilusionando ante la imposibilidad de que aquello fuera la tarde (su tarde) soñada.
Para los aficionados, hubo detalles. Pero supieron a poco. Para quienes trataban de hacerse tomistas, tomasistas, morantistas,… la tarde fue probablemente la ratificación de lo extraño que son los aficionados a los toros. De lo absurdo que puede ser seguir a un torero.
Vimos a un José Tomás tan puro como siempre, aunque tal vez algo más ausente, con menos sitio. Probablemente la culpa la tuvo la cornada del primer toro al intentar un pase de las flores totalmente prescindible en aquel toro. No se miró ni se acercó a la enfermería hasta que acabó la tarde. Lo mejor lo vimos en con la capa: el quite por chicuelinas ceñidísimas en su primero, las gaoneras en el tercero y las verónicas del quinto. También hubo algunos pasajes buenos con la diestra en el primero, pero lo demás fue bastante anodino, insípido, de escasa transmisión. Algo que con este torero rara vez sucede.
Morante estuvo decidido y nos ofreció algunos instantes de magia. Con el segundo, un toro al que no quiso ver en los primeros tercios, demostró valor y raza con la muleta, sacando series de naturales de mucho sabor y mérito. En el cuarto, vimos pasajes de toreo antiguo, pases personalísimos, una faena nada convencional que tuvo su epílogo curioso en la serie que dio tras escuchar el torero un fandango que Manuel Orta le cantó justo al lado de donde estábamos. En el sexto, cuya salida se demoró porque José Antonio estaba en la enfermería recibiendo acopio de oxígeno y urbasón, hubo sólo una tanda al natural de interés; por lo demás, no se acopló con un toro que le desarmó varias veces.
En definitiva, que disfrutamos de la tarde, que hubo cosas que contar, pero que la expectación no se vio colmada, como tantas veces.
La ortodoxia del sábado (Juli, Manzanares y Perera), le ganó la partida a los heterodoxos (José Tomas y Morante). Así fue esta vez. Y otra será lo contrario. O triunfarán todos. Hay que seguirlos viendo, cuanto más cercanos en los carteles de una feria, mejor. Porque hay una competencia sorda que no llega a los aficionados, un deseo de crecerse ante el triunfo de los compañeros que está presente en cada torero, permanece en su memoria de corrida en corrida, para dar la réplica la misma tarde o la siguiente. ¡Qué envidia de aquellas ferias de antaño que repetían a las figuras dos o tres tardes seguidas…!
sábado, 16 de agosto de 2008
El Puerto de Santa María (9 de agosto de 2008) - Competencia sorda (II)
En el cuarto, buen recibo también llevándolo a los medios con la capa y una faena de muleta dando mucho sitio al toro en series largas, aunque con algunos parones que deslucían el conjunto.
Manzanares tuvo el mejor toro de la corrida: el segundo, con el que desplegó toda su inmensa torería. La lidia fue perfecta: desde el recibo con la capa, hasta el inmenso tercio de banderillas, pasando por un puyazo perfectamente ejecutado. Ya con la muleta, sacó el toro a los medios de forma muy artística y personal, finalizando con un enorme cambio de mano. El toreo en redondo, con series cortas, tuvo un arte y una hondura excepcionales. Con la izquierda bajó un punto el tono de la faena. Pero al volver a la mano derecha dio una serie absolutamente memorable: redondo completo, templado y profundo, cambio de mano al ralentí y gran pase de pecho. Todo ello ligado, gustándose, con distinción,… Al final, tras una gran estocada, el toro vendió cara su muerte, con bravura, resistiéndose a caer, incorporándose después de caer un par de veces, para rodar luego sin puntilla. Se le dio la vuelta al ruedo, sobre todo, por ese comportamiento en el momento de la muerte y por su empuje en el único puyazo que se le dio. Quizá faltó comprobar cómo hubiera acudido por segunda vez al caballo (aunque se le hubiera señalado sólo con el regatón). Y, a nuestro juicio, al toro le faltó también una mejor embestida por el pitón izquierdo. Pero, sin duda, el toro demostró bravura y propició una gran faena. Si eso es lo que se premia, bienvenido sea.
La faena al quinto de la tarde fue algo menos lucida, en parte porque el toro no propiciaba el mismo tipo de toreo (era bastante más tardo y con poca transmisión) y en parte, suponemos, porque después de torear como lo hizo en el segundo, uno debe quedarse casi desfondado. Aún así, hubo algún lance bueno de recibo y pases buenos con ambas manos en series cortas e irregulares. Inmenso el volapié con el toro completamente parado.
Y Perera volvió a reivindicarse como el gran descubrimiento de la temporada. Por técnica, valor, regularidad y arte. A su primero lo recibió primorosamente con la capa y le recetó un tremendo quite por gaonera (ajustadas, sin moverse, serio,…). El comienzo de la faena, en el tercio, con ayudados por alto desde una apabullante quietud, pase por bajo y de pecho, compendiaba toda una tauromaquia. Luego, series con ambas manos de muchísima templanza a un toro que no transmitía demasiado, pero al que exprimió todo lo que tenía. Hasta meterse al final entre los pitones y sacar pases de tremenda emoción. Recetó una estocada perfecta a cámara lenta. Los que la hayan grabado, por favor, que la envíen a todas las escuelas de tauromaquia para explicar cómo se ejecuta un volapié.
Y lo del sexto fue la constatación de cómo el buen toreo puede con todo. Hasta con un toro cariavacado y anovillado que fue protestado desde que salió y con el que era prácticamente imposible que se diera importancia a lo que se hacía. De hecho, los primeros tercios fueron técnicamente correctos, pero nada artísticos. Y al torero le costó meterse en la faena de muleta, pero mediada ésta, cuando le cogió el son a un toro que se movía con más velocidad que los anteriores, consiguió pases de lo más estimables, especialmente toreando al natural, en algunas series excepcionales. Al final, arrimón, pases inmensos desde la absoluta cercanía de los pitones, naturales a pies juntos dando algo más de sitio (con caída a merced del toro, buen quite de las cuadrillas, con un Manzanares especialmente acertado, y pase de pecho conforme se incorpora). Otra gran estocada y dos orejas ganadas a ley contra la presentación del toro, su comportamiento y el enfado del público.
Una tarde en fin, de buen toreo, entretenida, variada,… La lidia de los toros fue magnífica, el tercio de varas se ejecutó muy bien, vimos grandísimos tercios de banderillas, se toreó bien de capote y de muleta y se estoqueó a la primera y por arriba a todos los toros.
Esto es lo que uno entiende por una gran tarde de toros. Más allá de que siempre cabe un toro con más presencia y más codicia, que se le den un par de puyazos en vez uno por toro y que las faenas tuvieran más ajuste y duración porque los toros lo permitieran.
Hubo quien habló de una tarde de toros histórica y quien la criticó por constituir, a su juicio, el triunfo del toreo “moderno”. A mi juicio, ninguna de las dos se ajusta a lo que allí sucedió. Que fue (y no es poco) que disfrutamos con el buen toreo en tres de sus mejores versiones de estos comienzos del siglo XXI.
El Puerto de Santa María (9 y 10 de agosto de 2008) - Competencia sorda (I)
Sin duda, la mayoría acudía (acudíamos) sobre todo al mano a mano de José Tomás con Morante. Como alguien explicó, se enfrentaban los dos mayores heterodoxos del toreo actual. La sobriedad de JT frente al barroquismo de Morante; el valor (con arte) frente al arte arrebatado y, a veces, también valeroso; la capacidad de llenar las plazas en cada comparecencia frente a quien arrastra una legión de devotos (diversa en número en cada ocasión) en busca del milagro. Era, en fin, un acontecimiento. Y la afición se sustenta tanto en la espera de estos festejos como en el recuerdo de las grandes tardes (a veces, también, en lo que uno está viviendo, pero eso sucede de tanto en tanto y dura tan poco…).
Pero se incluía también en el Bono Real una corrida (la del sábado) que reunía probablemente los tres toreros que, dentro de la ortodoxia, han demostrado lo mejor de lo que llevamos de temporada: la maestría de El Juli, la hondura de Manzanares y la técnica, el valor, el temple y la regularidad de Perera. Tres toreros que querían demostrar que esa ortodoxia podía hacer disfrutar tanto, o más, que el apasionamiento de los heterodoxos. Fuera quedaban, sobre todo, la experiencia y rotundidad de Ponce y la juventud y distinción de Cayetano. Pero para un par de tardes, los carteles eran de lo mejor que uno puede soñar.
Después, sale el toro y pone un elemento de azar añadido a la diferente inspiración y lucidez que cada día depara a los maestros.
Al final, se impuso la razón y el orden frente a la imaginación. La reivindicación del toreo más convencional frente al estoicismo y la fragilidad. Aunque hubo pinceladas de cada uno de los toreros para poder vislumbrar la grandeza de los cinco artistas que nos habían congregado. Cada uno de los cuales justificaría por sí sólo el viaje. Además de que el Puerto y sus tabernas, por sí solos, también nos convocan a esta peregrinación anual.