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viernes, 5 de octubre de 2007

30 de Septiembre CURRO DÍAZ o el TOREO PERFECTO

Los toros de Alcurrucén llegaron al final de la temporada astifinísimos y muy bien presentados, tan alta cuerna, salvo en el caso de Perera daba complicaciones a la hora de estoquear, o sea que la cosa en lo de matar se hizo muy larga ¡qué pena!

No vemos preparado a Salvador Cortés para matar 6 toros 6 el 12 de Octubre: debía calentar motores, lanzarse a matar como un cachorro, entrar a quites... no se ha recuperado del cornalón en la tripa y nos da pena -cosas de esta tan gran temporada- que se lo juego todo a Cara o Cruz (y no es por se gafe, pero o se está en estado de gracia o casi siempre es Cruz) en una sola tarde. Lo vimos cortar 4 orejas hace 2 ferias, tuvo la mala buena suerte que a veces se cruza en la vida, dos faenas regulares, con grandiosas estocadas y allí estaba la Puerta del Príncipe que ahora se va cerrando. Esta profesión es muy dura.

No nos interesa Perera: tauromaquia de ahogamiento, asfixiante o, según el día, escaso temple y derechazos sin ligazón, se arrima y corta las orejas del miedo, como un JT pero sin un ápice de belleza artística, o sea como Ojeda pero en más feo todavía. ¡Y triunfa!

Mejor: cuanto más larga la variedad, más largo el toreo.

Curro Díaz, lo vimos en Abril delante de alimañas, y fue lo suyo de valor extremo, el animal no dejaba más, abrió la Puerta Grande de Madrid y le valió de poco, pero lo poco suficiente para sustituir a Manzanares: Curro Díaz -33 años- HA ENTRADO EN SEVILLA.

Lástima que pinchara si no hablarían mucho más de él, el primero era un toro quieto -está condición de toros boyantes durante la lidia pero reservados en el último tercio fue común a toda la corrida- decimos que en el primero a cada pase dibujó un cartel, estático, como en flases, parecía que disparase el obturador y el toro a camára lenta hiciera lo poco suyo de una embestida desganada a la que el jienense enmarcaba en belleza, pero lo del segundo fue lo bueno.

No más de 15 pases perfectos, de una torería clásica y artística, verdaderos carteles de toros, el toreo de Ordóñez cruzado con el de Curro Romero, nos recordó a Curro Vázquez ¿será por Linares? Dio un trincherazo tan perfecto y armonioso, tan súbito y torero, que no se olvidará nunca. Le ha costado, pero ya está ahí: el mejor descubrimiento de la temporada, suma y sigue.

Mientras toreó, además, sonó Suspiros de España y se produjo un momento lento de mágica presencia en la que la plasticidad triple plaza, toreo, música alcanzó la perfección.

Es otoño en Sevilla.

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