Volverán los cielos que perdimos a incendiar los balcones de la tarde; volverán los tambores por el río con el toro de cal y el pan de plata; volverán las mujeres como flores, las cinturas de pétalo y de mimbre, y el humo blanco del tabaco antiguo; volverán los hombres a caballo con espuelas de sol, con cascabeles, a tumbar la luz del mediodía. A la sombra morada del magnolio crecerá el llanto amargo del poeta y una luna de incienso y terciopelo vagará solitaria por las calles. Volverá el armiño de los reyes y la capa pluvial a ras de albero, volverá el jaramago, la espadaña, el dosel del naranjo que sustenta el aliento imprevisto de un perfume y también las oscuras golondrinas, aquéllas que olvidaron nuestros nombres -hechos de invierno y de ciudades grises- y que vuelan, locas y fugaces, enamoradas de sí mismas.
A TODO LO DICHO EN "EL LECTOR DE ALMANAQUES" (
PS:¿Por qué escribiría yo lo de capa pluvial, si no soy Barceló?
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