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domingo, 19 de abril de 2009

Madrid (19 de abril de 2009) - Las enseñanzas del concurso

Tarde de corrida Concurso de ganadería con reses del encaste Saltillo-Santa Coloma (Juan Luis Fraile, Moreno de Silva, Cuadri, José Escolar, Adolfo Martín y Pablo Mayoral). Frente a ellos Aníbal Ruiz, Jesús Millán y Sergio Martínez.

Lo que debía ser un espectáculo de veneración al toro, una selección de lo mejor de cada ganadería y un ejemplo de la lidia que requieren los animales de este particular encaste se ha quedado en una demostración de buena voluntad de los dos primeros lidiadores (Ruiz y Millán) y la manifiesta falta de experiencia y probablemente de facultades de Sergio Martínez.

Y en cuanto a los animales, sólo destacó mínimamente el primero (Fraile) y con algo más de rotundidad el quinto (Adolfo Martín), un toro de escasa presencia que se salvaba por los enormes pitones que lucía y que entró seis veces al caballo (las dos últimas con la vara de tientas). Para la muleta, sin embargo, se quedó sin apenas recorrido, aunque desde el tendido tuvimos la sensación de que se podía haber sacado algo más.

De lo demás, casi todo prescindible, incluyendo la ejecución de la suerte de varas, que aunque se ha hecho con algo más de rigor que de costumbre tampoco ha sido nada que deba servir de ejemplo a las generaciones venideras.

Nos ha extrañado, por eso, que no se hayan declarado desiertos los premios a la mejor lidia y al mejor picador, en los que realmente se ha galardonado con absoluta benevolencia a los que lo han hecho menos mal de los intervinientes.

Aún así, de la corrida pueden extraerse algunas enseñanzas:

1.- Sería de gran interés que en todas las corridas saliera sólo el caballo que debe realizar la suerte.

2.- Sería de agradecer que siempre se intentara que el toro fuera al caballo después de haberlo colocado en su sitio, a cierta distancia de la segunda raya. Y que lo hiciera tres veces, aunque hubiera que reducir el tamaño de la puya y el peso del peto.

3.- Para que en una corrida concurso pueda verse el comportamiento de los toros es preciso que quienes intervienen tengan cierta experiencia. Y en el cartel de hoy había matadores y subalternos que no tenían el mínimo cuajo para estar en Madrid. No es un problema de abroncarlos. Es sentimiento de vergüenza ajena y de pena por el sufrimiento que estaban pasando en el ruedo.

4.- Si lo de hoy es una representación de lo mejor de este encaste, tenemos un problema.

5.- La gente está cabreada, MUY CABREADA, con los carteles de San Isidro. Antes de empezar el festejo se sacaron varias pancartas contra la empresa y el Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid (una de ellas, coincidente, por cierto, con el título de la entrada que hice hace unos días explicando mi opinión sobre el asunto). Y al finalizar la corrida, cuando el gerente del Centro de Asuntos Taurinos salió a entregar el premio al mejor lidiador la bronca fue de las que hacen época. El aludido, sin embargo, volvió a entrar en el callejón después de dar el premio con una indiferencia total a lo que estaba sucediendo, sonriendo y haciendo bromas sobre los que le estaban abroncando. Debe ser que a él si le gustan los carteles, que le parecen los que Madrid se merece. Razón que le califica como aficionado y que demuestra lo que el Centro de Asuntos Taurinos hace por los toros en nuestra Comunidad.

1 comentario:

José María JURADO dijo...

je, je, in crescendo la caldera...