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martes, 13 de abril de 2010

Como se parte una caña

Fecha: 12-04-2009.
Toros: Conde de la Maza
Espadas:
Diego Urdiales

Oliva Soto
Antonio Nazaré


Oliva Soto ha estado a punto de salir por la Puerta del Príncipe. En la última olimpiada taurina -quiero decir en los cuatro últimos años- esto sólo ha sucedido en dos ocasiones (Talavante y Salvador Cortés), descabalgados los toreros a caballo y pese al gran toreo (Manzanares, Juli, Morante, Perera) que puntualmente hemos podido disfrutar

O sea, se trata de un hecho excepcional que quizá hubiera sido bueno para la afición, pero que no lo hubiera sido en absoluto para Oliva Soto quien podría haberse visto desbordado por los compromisos derivados de la hazaña.

Apenas ha toreado dos corridas en 2009, su alternativa y la de la virgen de agosto, las dos en Sevilla, y aunque siempre ha dejado muchos detalles y buenas faenas de corte gitano y cante grande, está aún muy verde (que te quiero verde) como para asumir riesgos continuados.

Tiene un mérito grandioso salir a torear con el desparpajo y gracia con la que ha toreado a su segundo. Faena de emoción, con una penúltima tanda inmensa y cierta impronta gallista, sobre todo en el toreo al natural, más acompañado que templado, más suelto que ligado, pero no por eso menos hondo que por algo lleva sangre de reyes en la palma de las manos. Sangre y romero, como casi todo lo que viene de Camas .

Este toro traía mucho ritmo y lo supo aprovechar, pero devolvió con la espada la oreja que le había regalado la Maestranza por su primera faena en la que fue brutalmente arrollado por el animal en una ceñidísima chicuelina. El golpe lo hizo resonar como se rompe una caña. La embestida de este primero toro era criminal y él se arriesgó sin temple ni dominio a acompañarla. El miedo que pasamos no procedía del riesgo asumido por el torero, sino por la sensación de falta de control.

Tiro la moneda y salió cara, pero podría haber salido cualquier cosa, hasta quedarse en el cielo al que brindó...

A pesar de pinchar y mal matar se le concedió un trofeo, jaleado por el pueblo de Camas que empieza, como nadie ignora, al otro lado de la Puerta del Príncipe.

Oliva Soto es uno de los toreros en los que más esperanzas hemos puesto, siempre ha tenido detalles, apuntes, cartelitos de toros. La faena a su segundo ha sido pródiga en estas felicidades. Pero todavía no es su hora, que llegará, pues es de los pocos escogidos que camina con duende.

Y abrirá muchas Puertas del Príncipe

Pero todavía no, si hubiera salido por la Puerta del Príncipe gitano su carrera se podría haber partido como se rompe una caña.

Ha habido mucha emoción en la lidia, los toros del Conde de la Maza, enrazados, más que bravos, han traído fiereza amasada con nobleza. No se están cayendo los animales este año y con abundancia de quilos están llegando bien a la muleta de momento. ¿Habrá sido cosa de la lluvia? ¿Cuál es la teoría de este año?

Hoy había que ser valiente o temerario para quedarse quieto.

Antonio Nazaré, con las ideas oscurecidas, optó por ahogar a sus toros.

Urdiales manifestó una sincera entrega y un poder no exento de detalles plásticos,
la faena al complicado primero no fue de menos valor que la premiada de Soto, pero, claro, no jugaba en casa.

Ha sido un acierto de la empresa poner a las nuevas figuras de la Provincia en este primer tramo de la feria: traen gente a la plaza, crean aficiones, peñas, competencia y fiesta.

Pero luego debería haber hueco en los carteles para estos toreros.

La única opción para ellos no puede ser la Puerta Grande, y menos cuando se abre con ganzúa pequeña.

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