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sábado, 22 de agosto de 2009

A vueltas con la Presidenta

Volvemos mañana a la Plaza Real a ver a Morante (esperemos que la sustitución de esta noche en Málaga no le impida descansar como corresponde). La rapidez de su recuperación ha sido extraordinaria y parece que no ha perdido el sitio ni la ilusión. Veremos.

Entretanto, leemos en Burladero.com que el equipo de Presidentes y Veterinarios de la Plaza han hecho público un comunicado para defender a la imbécil. Sí, a la que le negó la segunda oreja a Morante pese a la petición unánime de la plaza y después de haber sufrido la cogida en el muslo.

El comunicado, textualmente, y según el citado portal, dice así:

"Ante las críticas, abucheos, injurias, intromisiones en su vida personal y profesional e insultos recibidos por la Sra. Ana Alonso Lorente, Presidenta de esta Plaza de Toros, a raíz de la no concesión de la segunda oreja al diestro Morante de la Puebla el día 7 de Agosto, los Veterinarios, Delegados Gubernativos y Presidente de esta Plaza, queremos poner de manifiesto lo siguiente:

1º/ Nuestro apoyo sin condiciones a la Sra. Ana Alonso Lorente, ya que consideramos que su actuación tanto en los reconocimientos previos de la reses a lidiar, como su labor en el palco, están siempre marcadas por su celo profesional en el cumplimiento del reglamento taurino, su afición, su independencia, su honradez y su integridad, aparte de los errores que como cualquier ser humano pudiera haber cometido.

2º/ Que desde su nombramiento hace cuatro años, con independencia de sus aciertos o errores, viene sufriendo tarde tras tarde por parte de algunos medios de comunicación, una campaña de acoso y derribo a todas luces injusta y malintencionada, que esperamos no tenga nada que ver con su condición de ser la primera mujer que ocupa la presidencia de esta histórica Plaza, con su intención de darle seriedad al palco, ni con su lucha en los corrales por querer recuperar el toro serio, que la afición de El Puerto viene reclamando y que esta histórica Plaza merece.

3º/ Que puede ser que el día 7 de Agosto, Ana Alonso, pecara de falta de sensibilidad hacia Morante de la Puebla, pero su decisión fue a todas luces ajustada al Reglamento Taurino de Andalucía, Articulo 59 : La segunda oreja de una misma res y, excepcionalmente, la concesión del rabo de ésta, quedará al criterio de la Presidencia del espectáculo, que deberá tener en cuenta, a tal fin, la petición mayoritaria del público de igual forma que en el subapartado anterior, las condiciones de la res, la buena dirección de la lidia en todos sus tercios, la faena realizada tanto con el capote como con la muleta y, fundamentalmente, la estocada.

De cualquier forma, lo que algunas personas definen como "inhumano", "kafkiano", "denigrante" e "imperdonable" error, no justifica la respuesta violenta de un publico, que se ha ido sugestionando durante cuatro temporadas, por los continuos golpeos de corrientes de opinión, con intereses oscuros e inexplicables, que al final por encima de un trofeo más o menos, lo que no soportan, es ver la figura de una mujer con un firme criterio, con conocimiento taurino, honesta y seria, presidiendo una corrida de toros.

4º/ Que tanto Ana Alonso Lorente, como los demás componentes de los Equipos Presidenciales de la Plaza de Toros de El Puerto, seguiremos trabajando para el fin para el que fuimos nombrados, que no es otro que este espectáculo único, en esta Plaza de Toros única, se desarrolle con toda normalidad y pureza.

Fdo. Equipos Gubernativos y Veterinarios de la Plaza de Toros de El Puerto de Santa María"


Reconozco que no entiendo nada. No sé a qué viene lo de las corrientes de opinión, los intereses oscuros, la referencia a su condición de mujer,… El que suscribe, y los que conmigo estaban esa tarde (en total, ocho personas), no tenemos ni idea de todas esas estupideces. No teníamos noticia alguna de esta sujeta hasta ese momento. No conocemos ni cuándo ni cómo se le nombró ni qué ha sucedido desde entonces. No tenemos prejuicios de género. Y a todos nos pareció que esa individua no podía volver al palco un día más.

Y que, menos aún, podía chulear a la plaza al día siguiente entrando tarde y ufana en el callejón. Ante lo cual hubo una respuesta airada y ruidosa, que no violenta (hasta donde sé, nadie la ha abofeteado ni ha roto ninguna de sus propiedades).

Afortunadamente, somos muchos los que vamos a la plaza de El Puerto de Santa María sin conocer la comidilla de patio de vecinos a la que hace referencia el equipo gubernativo y los veterinarios. Muchos a los que sólo nos interesa lo que sucede en el ruedo. Y que si alguna vez prestamos atención a otras cosas es porque alguien que no debía tener protagonismo alguno lo busca por su incompetencia o su ruindad.

En todo caso, lo más grave del escrito en cuestión es cómo se fundamenta la defensa de esta señora en su empeño en la recuperación del toro serio, aún reconociendo “Que puede ser que el día 7 de Agosto, Ana Alonso, pecara de falta de sensibilidad hacia Morante de la Puebla”. Miren ustedes, presidentes, veterinarios y cesantes varios que viven a costa de los impuestos de los ciudadanos y que lo único que hacen en aprovecharse de la fiesta. Cuando hay (aunque sea una sola vez) falta de sensibilidad hacia un torero, ni toro serio ni cojones. Esa persona sobra. No en el palco. En la plaza de toros y sus aledaños. Por eso sobra esta imbécil, como los imbéciles del siete en Las Ventas y como otros muchos imbéciles que no acaban de entender que un solo rasguño en la piel de un hombre es más importante, mucho más importante, que todos los reglamentos que en el mundo sean.

Ni trapío, ni casta, ni seriedad de presencia de los toros sirven de nada si no hay un hombre que se juega la vida. Y la sensibilidad hacia esta realidad es requisito imprescindible para poder entrar en el templo donde se celebra la liturgia.

Los que no la tengan, que se compren un vídeo con reportajes del Hombre y la Tierra o del National Geographic si lo que quieren es ver animalitos salvajes.

Pero que nos dejen en paz a los que nos gusta el toreo. No tenemos necesidad alguna de salvadores de esta guisa. No hay razón para que estos cuatro, cinco o seis individuos se crean con el derecho de imponer su visión de la Fiesta a toda una plaza que clama porque esta señora, que no tiene sensibilidad hacia un torero herido, no vuelva a interpretar sus deseos. No señores, no. Se acabaron ya los tiempos de las tutelas. El público tiene derecho a ver la fiesta que le da la gana. A disfrutar con faenas como la Morante. Y a que no haya ninguna imbécil que le estropee la tarde.

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