Hoy César Rincón ha "resucitado" literalmente del albero de la Maestranza, tremenda cogida y susto seco, de muerte presentida, la casta torera (el toreo es de verdad y así se ve) lo han enfrentado sin facultades físicas contra la muerte y contra sí mismo y contra las cuadrillas y allá se ha ido el sólo (que hace años fue cogido muy grave en Sevilla) a pelearse en la distancia y seriedad de su toreo largo y en la enormidad de sus naturales. Ha matado recibiendo y se retira.
Gracias César, morituri te salutan.
José María JURADO
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