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domingo, 30 de marzo de 2008

Caballos de Cartón, Centauros del Albero

CUARTA DE ABONO. CORRIDA DEL ARTE DEL REJONEO (30-03-2007)
Toros de Bohórquez
Fermín Bohórquez, Oreja
Pablo Hermos de Mendoza, Ovación y Ovación
Diego Ventura, Oreja y 2 Orejas. Puerta del Príncipe.


Era un niño que soñaba, un caballo de cartón, abrió los ojos el niño y aparecieron caballos en el albero del cielo: los caballos azules de la estepa de Tartaria, los caballos de la escuela de equitación de Viena y los caballos de los frisos del Partenón.
¡Qué emoción percibimos –una vez al año- al ver girar y volar a los caballos! Según Gilbert Durand en Las estructuras Antropológicas del Imaginario el caballo es isomorfo de la tiniebla y de la sombra, en el análisis de su etimología indoeuropea se juntan en su origen madre, muerte y pesadilla, cabalgar primitivo que fascina y aterroriza a un tiempo.

Fermín Bohórquez que era a su vez el ganadero del día estuvo más entonado que el año pasado y sacó un precioso caballo blanco que parecía la montura del Duque de Lerma en el cuadro de Velázquez, su lote fue desigual, la corrida pecaba de exceso de peso y fue en el segundo cuando alcanzó la mejor expresión, con otra montura de color perla que unida al rompimiento de gloria que se produjo hacia Triana y al pasodoble Supiros de España -magistral en la Banda de Tejera- produjo un momento muy emotivo al banderillear al estilo clásico del Jerez ecuestre.

Pablo Hermoso de Mendoza no tuvo suerte con los aceros, lo percibí distante, lejano, me dice mi compañero de abono, muy entendido en caballos y del que he aprendido hoy mucho de capas y aparejos, que no tiene una buena cuadra y que se nota. Lo ha sido todo en esto y creo que Diego Ventura le inquieta.

Diego Ventura armó los escándalos en sus dos toros, mezcla la pureza en las suertes con la espectacularidad y llega mucho y bien a los tendidos, cabriolas encadenadas, piruetas, cambios de paso al acercarse al toro, quiebros de frente y por derecho, jaleos al público y acierto en todas las suertes lo sacaron por la Puerta del Príncipe. Lo hizo todo bien. Lo que más nos gustó fue el toreo de capa que consiguió hacer con los ijares de su caballo –en el primero una de sus animales recibió un puntacito- que se acoplaba y modulaba la embestida con la emoción que inventó Hermoso de Mendoza, con toda su propia personalidad y unos caballos preciosos, este centauro es el cruce perfecto entre los Cartagena y PHM.

Mi crítica, la de siempre en este espectáculo: para matar hay que buscar el hoyo de las agujas entre una colección harto desgradable de toda especie de lanzas, no se pincha en hueso sino en hierro.

El rejón de muerte tan rojo y tan centrado en el lomo, trasero, convertía a los toros tan en el cartel de Barceló que era de ver el parecido, por eso lo han comprado los maestrantes, caballeros, rejoneadores, cazadores ¿no es eso?

Y la pregunta:
¿Cuándo dejarán de pitar a los peones de brega, si van será por algo?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué maravilla de crónicas. Así da gusto seguir la Feria.

Queco dijo...

No se si definir al autor como un gran aficionado con gusto por la literatura o un literato con afición por la tauromaquia...

;-)

José María JURADO dijo...

Gracias, Ic por tu nota.

Queco, quisera ser más lo segundo, pero sólo tengo carné de lo primero (abonado) y quizá vale más.

Mi compañero en el blog, Lorenzo Clemente, sí que sabe -técnicamente- de qué va esto de la cabaña brava.