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miércoles, 5 de septiembre de 2007

Madrid (29 de julio de 2007) - Final de novilleros

La final del concurso de novilladas de Las Ventas nos permitió ver a un novillero en novillero: Rubén Pinar. Hoy, con eso de que la mayoría de los toreros se hacen en Escuelas de Tauromaquia (nada que objetar) cuando se ponen delante de los toros lo hacen con seriedad, respeto, colocación,... Tratando de alcanzar el temple, el toreo bueno y la perfección. Pero a veces se echa de menos el ansia de triunfo, la variedad, la rabia, los impulsos,... Con sus años y su falta de experiencia no pueden torear como lo hacen maestros con más de dos mil toros a sus espaldas. Pero sí pueden poner novedad e ilusión.

Rubén Pinar lo hizo. Junto con retazos de buen toreo. Tiene estilo, cadencia y temple. Pero se le nota también frescor. Recibe bien y variado a los toros con la capa, entra en quites, pone muy bien banderillas y con la muleta mezcla el toreo puro, bajando la mano, abriendo el compás y dando pases de pecho infinitos con estatuarios o manoletinas. Eso sí, debe esmerarse con la espada y con el descabello (un aténtico suplicio lo que nos hizo pasar).

A Oliva Soto y a Juan Antonio Siro se les vieron detalles, pero sólo eso.

Oliva Soto destacó sobre todo en su primero, tanto en la réplica al quite de Pinar (con chicuelinas muy ceñidas y remate muy vistoso) como en una muy buena serie con la derecha, aunque luego la faena fue perdiendo intensidad. Al cuarto lo recibió bien a la verónica e intentó variedad con la muleta (cartucho de pescao, ayudados, manoletinas,...) pero el toro era complicado y a él se le notaba una cierta falta de oficio (perdonable sin duda en un novillero).

Juan Antonio Siro estuvo muy decidido (tremeda la voltereta que le pegó el tercero), pero con un toreo sin toda la intensidad deseable. En el último estuvo muy serio a pesar de las tremendas dificultades del novillo.

En definitiva, una final sin orejas, aunque con ratos de toreo bueno. Espero que podamos verlos pronto nuevamente (a los tres), que los novillos acompañen y que hayan ganado en experiencia con los paños y en acierto con los aceros.

En estos tiempos, ¿que hace a un chaval querer ser torero?

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