Ya no me acuerdo se si la idea es mía o, más probablemente, de si la he copiado, pero me parece muy buena. Si el ideal olímpico es Citius, Altius, Fortius: más rápido, más alto, más fuerte, el ideal taurino es justamente el contrario: más lento, más bajo, más suave. Quizá por eso los aficionados somos tan gorditos, y tan felices.
Una inmensa muleta roja y amarilla ondea en el Estadio Olímpico de Beijing, antes Pekín.
Mañana es la final olímpica del toreo, en el Puerto de Santamaría.
sábado, 9 de agosto de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Y digo yo... que no encontrándome tan lejos de Híspalis y siendo tan importante el festejo ese al que vais a acudir y aunque el que suscribe no tenga ni idea de toros... que me podíais haber dicho algo, aunque sólo fuera para pasar calor un ratito tomándonos una manzanilla fresquita acompañada de unos buenos langostinos.
Ya, ya lo sé, pero es que yo si no como algo el alcohol no me entra.
Un abrazo.
Pues de haber sabido que estabas por la zona y que te apetecía, invitado hubieras estado.
Ambiente había, aunque al final las cosas no sucedieron como debían.
Cosas que suceden en este extraño mundo del toreo...
¡Buenas vacaciones!
Publicar un comentario