Cementerio de cal, Córdoba sola,
coronada por cuernos de herradura
cuando ha partido el toro la cintura
de la posguerra a punta de pistola.
El pasodoble araña en la gramola
una letra cargada de amargura,
por el aire una herida: arquitectura
de la estocada hundida hasta la bola.
Hay crespones de sangre en los altares:
elegías cantadas en falsete
que adornan la Mezquita de alamares.
Y la vida se va por el retrete
porque siempre es la tarde de Linares,
Manuel Rodríguez Sánchez, Manolete.
sábado, 17 de octubre de 2009
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