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sábado, 19 de marzo de 2011

Valencia (17 de marzo de 2011) - Majestuosidad

La faena de Manzanares al quinto de la tarde fue sencillamente excepcional. Y se la hizo a un toro que no fue especialmente bueno, pero al que todo se le hizo bien. En la lidia, con una cuadrilla que, igual que el año pasado, funciona como un reloj. Y con la muleta, consiguiendo milagrosamente Manzanares que no le tocara nunca las telas, llevarle templado a pesar de que embestía con cierta brusquedad. Faena siempre a más que acabó de forma rotunda, majestuosa. El torero, que maneja como pocos la espada, intentó matar recibiendo y pinchó reiteradamente. Perdió los máximos trofeos, pero demostró una rotundidad y una ambición excepcionales.

Al segundo de la tarde, lo había toreado también de forma magnífica, tanto con la muleta como con el capote. Toreo largo y profundo, largo, estéticamente impecable y rematando con una gran estocada.

Antes, en el primero de la tarde, Morante había toreado de forma sensacional en las verónicas de recibo y, en un emocionante e insólito gesto, hizo un quite por chicuelinas después de que le hubieran puesto las banderillas. El inicio de faena sentado en el estribo nos trajo a la memoria y a la piel sensaciones de muchos años de toreo. Luego, comenzó con varias series por la derecha con su gracia excepcional. Pero el toro se acabó muy pronto. Apuntes geniales, pero solo eso, en un comienzo tremendamente dispuesto del de la Puebla que volvió a demostrar que está en un momento de gracia.

El cuarto fue un toro de malo, con todos los defectos posibles y con el que, a pesar de intentarlo, no pudo hacer nada. ¡Mala suerte que tiene este torero con los sorteos!

Daniel Luque me impresionó para bien. Está con muchas ganas y con más seriedad y sitio que el año pasado. Hizo un quite magnífico al primero de Manzanares. Al tercero de la tarde lo toreó también muy bien con el capote, saliéndose más allá del centro del ruedo con verónicas templadas, unas mejores que otras, pero algunas de mucho sabor. Quitó también por verónicas. En la muleta, el torero lo intentó, pero el toro se queda corto y le falta casta y transmisión.

El sexto fue un toro a menos y la faena de Luque tuvo momentos de interés, pero sin llegar a cuajar. Acabó en un arrimón que evidencia las ganas que llevaba y que no pudo concretar.

Los toros, en fin, no sacaron lo que se esperaba y nos quedamos a medias. Con momentos importantes (de Manzanares, sobre todo, pero también de Morante y Luque), pero sin llegar a la rotundidad que hubiera podido alcanzarse por el momento y las ganas de los toreros.

Una maravilla poder estar en Valencia en hora y media con un AVE que llega al lado de la Plaza de Toros. Una maravilla las fallas en la calle. Una maravilla la comodidad de ls nuevos asientos y la facilidad para comprar las entradas por teléfono. Pero al final es el toro el que debe dar razones para que las cosas salgan aún mejor.

Y algunas preguntas, ¿por qué hay tantísima gente en los pasillos de la Plaza? ¿Qué barbaridad de pases de favor dan? ¿Y cómo es que la gente lo ve como algo natural? Y otra más: ¿por qué en esta plaza hay tantísimo alboroto siempre?

1 comentario:

José María JURADO dijo...

Pues ya empezó el toreo y qué gran suerte el AVE- ¿Lo habrá pensado la empresa, por ejemplo, para al exigua siempre feria de julio? Viva Valencia!