Ayer, la empresa Pagés difundió un comunicado informando que José Tomás no acudiría a Sevilla la próxima temporada y acusando al diestro de ser el único responsable de la ruptura de las negociaciones. Dice la empresa, según recoge el portal burladero.com, que "se había aceptado todas las peticiones del torero e incluso estaba dispuesta a asumir cuantiosas pérdidas con tal de contratarle para el Domingo de Resurrección, pero en el último momento José Tomás ha decidido no aceptar la importante oferta económica de los empresarios Eduardo Canorea y Ramón Valencia".
Es evidente que un planteamiento así es absolutamente maniqueo. Nosotros hemos hecho un esfuerzo tremendo y el torero es un intransigente.
Quienes profesionalmente nos dedicamos a negociar contratos sabemos que cuando se produce la ruptura de cualquier negociación, ambas partes tienen razones sobradas para acusar a la otra de intransigente. En un caso como este, el problema que tenemos los aficionados es que carecemos de datos.
Álvaro Núñez del Cuvillo, según recoge cope.es, ha indicado que a José Tomás le ofrecían menos de lo que cobraba en algunas plazas de segunda (Jerez, Huelva o El Puerto de Santa María) y poco más de la mitad de lo que cobra en plazas de primera como Córdoba o Madrid. Sin duda, esta es otra visión de la noticia.
Cuánto deba cobrar un torero es algo siempre sujeto a discusión. Y José Tomás, en esto, es absolutamente intransigente. Cobra lo que cree que debe cobrar. Y sabe que eso supone muchas veces que las empresas pierdan dinero. Y, en ocasiones, que pierdan mucho dinero. Pero es su forma de ver cómo deben distribuirse los ingresos que genera el negocio taurino. Lo cual es absolutamente respetable.
Por eso, lo que ha hecho la empresa de Sevilla, acusando al torero y no dando dato alguno, es poco elegante.
A mí, como aficionado, lo que me gustaría es que las cuentas del toreo fueran más claras. Saber, por ejemplo, lo que paga la empresa Pagés a La Maestranza, lo que paga a cada torero, a cada ganadero, lo que ingresa por entradas en cada corrida, lo que percibe por Digital +,... Sólo de este modo podríamos valorar cada uno si lo que pide el torero es mucho, o si lo que hace es intentar un equilibrio más acorde de los ingresos con los riesgos (o sea, que el empresario de Sevilla, que riesgo no va a tener mucho porque la asistencia a la Plaza varía escasamente haga los carteles que haga, tenga escasos beneficios, como corresponde a cualquier negocio sin riesgo; y que los toreros, que algo de riesgo sí que asumen, sean los que se lleven casi todo lo que genera el negocio taurino).
El hecho de que José Tomás cobre mucho dinero, en contra de lo que podría pensarse, no va en detrimento de los ingresos de los demás toreros, sino que supone un efecto positivo para los honorarios de todos ellos. Como en su momento supuso el alza que impuso Manolete, El Cordobés o cualquier otra figura de las que ham mandado en el escalafón.
Y, además, el de Galapagar ha dado muestras suficientes de que lo que le importa no es el dinero que cobre, sino dejar claro que sus honorarios los fija él. Y que la empresa tiene que tragar. El ejemplo más claro ha sido lo que ha sucedido en Bilbao. El año pasado no fue y la empresa argumentó lo mismo: que había pedido una cantidad imposible y que había sido intransigente al no aceptar una reducción de veinte o treinta mil euros. El torero calló. Este año, coincidiendo con el centenario del Club Cocherito, irá a Bilbao por el dinero que no quisieron pagarle el año pasado. Y justo cuando se cerró la negociación, el torero anunció que donaba íntegros los honorarios a obras de beneficencia en Bilbao. Entonces, ¿era un problema de dinero o de otra cosa?
A mi juicio, la explicación es siempre la misma: JT está reivindicando un nuevo modo de organizar la Fiesta. Y, por desgracia, es el único que lo hace. Supongamos que tuvieran actitudes similares Morante, Ponce, Juli, Manzanares, Castella, Cayetano, Perera, Luque y dos o tres más. A más de uno le dan convulsiones sólo de pensarlo.
Con la ausencia de JT en el cartel del Domingo de Resurrección, se caen también de Sevilla los toros de Núñez del Cuvillo, aunque la empresa quería que fueran aunque no fuera el de Galapagar y ha mostrado su extrañeza porque el ganadero se niegue. Pero esto da para otro debate.
Ahora habrá que ver dónde hace el paseíllo en esa fecha, si en Málaga, como otros años -aunque en éste la gestión la lleva Rivera, con el que es evidente no hay una química especial- o si tendrá algún gesto reivindicativo: Huelva, El Puerto, Jerez o Córdoba, por su cercanía, o Madrid. Ya veremos...
(Por cierto, José María, perdón por invadir tus dominios... Ya nos dirás cómo lo ve un abonado de La Maestranza)
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1 comentario:
Je, y cómo lo va a ver, como un ex-abonado.
Adiós Pagés.
Knight and Day.
Impresentable.
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