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sábado, 26 de septiembre de 2009

Nimes (18 al 20 de septiembre de 2009) - Grandes momentos

La plaza de Nimes tiene un encanto especial. Ver toros en un coliseo romano de más de dos mil años supone adentrarse de un modo especial en el rito. Cuando, además, el público es receptivo, serio, pero agradecido, y los toreros se encuentran cómodos, hasta donde es posible, es fácil que sucedan cosas grandes. A pesar de las complicaciones que supone para la lidia la forma ovalada de la plaza, con evidentes complicaciones de querencias, sobre todo en el tercio de banderillas.

La tarde del jueves 17 no me gustaron los toros de Yonnet. Tanto Padilla, como Barrera y Savalli trataron de buscar el triunfo. Pero ni los animales colaboraron, ni tal vez su tauromaquia es la más propicia para animales tan descastados (suponiendo que algún matador tenga recursos para ello, y aquello sea de algún interés para los aficionados).

La tarde del 18 el Juli demostró que es un auténtico maestro. La corrida de Garcigrande no ayudó mucho, pero el Juli supo sacarle todo lo que de bueno tuvo (y más) a su primero, y estar tremendamente por encima del cuarto, un toro peligroso que cogió a uno de sus peones y al que se impuso con seriedad y temple. Castella tuvo muy mala suerte con el lote y no pudo más que justificarse. Román Pérez, que confirmaba alternativa en Francia (ahora también hay allí ceremonia, como en Madrid y México) demostró que necesita muchas horas de campo: puso voluntad, pero, a mi juicio, torea muy apresurado y sin demasiado ajuste.

El sábado 19 por la tarde salimos con la sensación de que podíamos haber visto mejor toreo. Los toros de El Pilar, sin ser extraordinarios, dejaron estar y permitieron hacerles, en distinto grado, toreo bueno, reposado y de mano baja. Sin embargo, los toreros no acabaron de estar. Matías Tejela, como casi siempre, dejó destellos de su gran clase; pero también de que le falta ambición, hambre de triunfo, convicción o algo que le haga dar un paso más y triunfar de modo rotundo. Apuntes buenos, sí. Pero me temo que tal y como está el escalafón y las ferias, con eso no es suficiente. Talavante en su primero estuvo soso, aburrido. En el quinto, sin embargo, replicó por gaoneras un quite de Rubén Pinar y pareció que el asunto iba a romper. Efectivamente dio muletazos buenos, tandas de interés, pero el asunto, a pesar de la oreja que cortó, tampoco cuajó del todo. Rubén Pinar es un torero joven. Fue interesante verle. Pero como en Madrid, nos dejó la sensación de que le falta reposo, pensar en la cara del toro y hacer las cosas con más sentimiento. Torea bien, pero lo falta oficio.

La mañana del domingo 20 fue apoteósica para Castella y extraña para Morante. La corrida fue interesante, tuvo nobleza, pero salvo el segundo (al que se dio una vuelta al ruedo) no tuvieron motor y clase suficiente para permitir redondear las faenas. Morante no tuvo ningún toro “a modo” que le permitiera expresarse como muchos esperábamos. No vimos prácticamente toreo con el capote y con la muleta hubo algunos pases con su personalísimo estilo e inmensa hondura, pero aislados, perdidos en cada faena, lo que hizo que el público no respondiera como quizá se hubiera merecido cada uno de esos monumentos a la estética taurina. Lo más ligado, el comienzo de faena al tercero por ayudados por alto, un auténtico monumento al toreo en sepia, agrandado en temple y sabor. Castella, por su parte, estuvo realmente bien. Las faenas a sus dos primeros toros fueron memorables: la primera con muletazos más largos y la segunda en toreo de cercanías. Buen toreo de capote, además. Y mucha voluntad con el sexto, un toro muy parado con el que no pudo lucirse pese a intentarlo con insistencia.

No pude asistir a dos de los grandes momentos de la feria: la antología de Ponce el sábado por la mañana (incluso los que no son nada pancistas comentaban que estuvo magistral) y el grandísimo toreo de Perera y Luque el domingo por la tarde (con una corrida que, algunos aficionados de temporada larga y variada comentaban que era una de las mejores que habían visto este año).

1 comentario:

José María JURADO dijo...

La suerte en Nimes se alía con quienes hacen las cosas bien, lo de hoy en Sevilla: una catástrofe.

Los peores toros de la temporada, ya lo explicare, si puedo.