Quien más y quien menos ha escuchado aquello de "¡Cuídate de los idus de marzo!", referencia que incluye Shakespeare en su obra Julio César y que alude a la advertencia que había recibido el emperador romano cuando llegó al Senado en aquella fecha (15 de marzo) en que fue asesinado.
Pero no son tantos los que conocen que los idus eran en el calendario romano los días 15 de los meses de marzo, mayo, julio y octubre y los días 13 del resto de los meses (al menos así lo aseguran algunos libros impresos y la Wikipedia, que no tiene por qué tener más fiabilidad que aquellos, aunque tampoco menos) . Y, sobre todo, suele desconocerse que que a pesar de la suerte que corrió Julio César (o tal vez por ello) los idus eran fecha de buenos augurios.
Hoy estamos en los idus de marzo y hay noticias que auguran una temporada colosal. Como hemos comentado con ocasión de la cita de Olivenza las principales figuras están de lo más combativas entre sí. Que suele el inicio de un mayor y franco combate delante del toro.
El Juli, por ejemplo, ha demostrado cómo quiere mandar en la temporada con un faenón en Olivenza y una salida a hombros en Las Fallas. Que no son escasas credenciales. Como este va a ser un año de grandes gestos él ha decidido encerrarse con seis toros en Bayona para que quede claro su poderío, largura, fondo y arte.
Ponce quiere medir la temporada, pero también ha demostrado en Olivenza que no va a ser una temporada de trámite. Y en Valencia casi seguro que en unos días volverá a repetir sus triunfos acostumbrados.
A Morante se le calentó la boca en América y da la impresión que quiere justificar su heterodoxia con gestos importantes. Ya antes de cruzar el charco había anunciado el mano a mano con el Cid y los Victorinos en Sevilla, lo que supone en sí mismo una provocación viniendo de un torero de arte. Por lo demás, en Olivenza ha estado también valiente y arrebatado, sin dejar indiferente con un toreo único, que puede gustar más o menos, pero que sin él no existiría. Lo cual es decir muchísimo más de lo que puede decirse de casi todo el escalafón.
Excepción hecha de JT. Que si no existiera, ni siquiera podríamos inventarlo. Porque su apabullante libertad le convierte en un ser tan poderoso como imprevisible. Su decisión de encerrarse con seis toros en Barcelona a beneficio de distintas entidades con fines sociales es un zambombazo en la línea de flotación de tanto mediocre que le ha criticado por no acomodarse a las reglas del sistema. Que tres semanas antes toree también de forma desinteresada en Toledo (en el Corpus de mentira que crearon trasladando al domingo uno de los tres jueves que brillaban más que el sol) indica hasta qué punto sus valores e intereses son distintos de los de la mayoría que conforman este peculiar planeta taurino. Sigue siendo el único torero que llena siempre en España y en América. Y eso le permite decidir dónde, cómo y con quién torea. El único problema es que como se siga empeñando en que siempre haya un compañero que abra cartel en dos o tres temporadas se va a tener que retirar porque no va a quedar ni uno con más antigüedad que él. ¡Dios no lo quiera!
Perera ha empezado también la temporada en el mismo sitio y con la misma decisión que le llevó al hule en otoño en Madrid. Y cada vez se pasa los toros más cerca. Y torea más puro, más hondo, más lento, más diferente a los demás. Después de una temporada como la del año pasado no hay derecho que le hayan quedado fuera de Sevilla. ¿Puede una plaza como esa permitirse no ver este año a JT y a Perera? Podían encerrarse en Espartinas, mano a mano, o en La Algaba, como hicieron Curro y Morante cuando no les dejaron hacerlo en La Maestranza. Aunque sin que le dé a ninguno las malas ideas que le trajo aquella plaza de carros al Faraón...
Castella vuelve con fuerza de América. Talavante, en su única comparecencia, ha recordado al de la temporada de 2007; y, por si queda alguna duda, se encierra con seis toros en Madrid el Domingo de Resurrección. Daniel Luque viene pidiendo paso con fuerza. Manzanares y Cayetano siguen demostrando su personal estética cada tarde. El Cid demuestra cada tarde su honestidad como torero cabal y sigue siendo el que mejor entiende los Victorinos (con los que probablemente se encierre en solitario en Madrid).
Y luego está la despedida de Esplá, la seriedad y el oficio de el Fundi, la eterna duda de si Uceda acabará de despegar,...
Con un plantel así y estando cada uno con un cuchillo entre los dientes, tenemos una baraja de figuras y, sobre todo, con una competencia entre ellos, como la que no había desde hacía mucho.
No me digan ustedes que estos no son buenos augurios para los idus de marzo. Más aún cuando estos idus coinciden con el aniversario de este blog. Dos años completos ya hablando de toros. Y parece que fue ayer, José María,...
domingo, 15 de marzo de 2009
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1 comentario:
Y es ayer, como quien dice.
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