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viernes, 25 de enero de 2008

The Sun Also Rises (Fiesta)



Autor(es) HEMINGWAY, ERNEST
Editorial DE BOLSILLO
ISBN 987-566-230-5

Esta es una novela sobre la impotencia sexual, desde luego, pero sobre todo una novela sobre la impotencia existencial.

Aunque seguramente ya ni la leen, alabo el gusto de los anglosajones que, con una obra tan poco directa, tan sutil, tan vaga de planteamientos y al tiempo tan profunda han sido hechizados por las corridas de toros de Pamplona y los encierros, porque apenas aparecen, porque apenas se mencionan para decepción de algunos en los que no me encontraré nunca.

Suelen decir que Hemingway falló en su descripción de las corridas de toros, cuando en ningún otra obra podemos sentir mejor el toreo de Marcial Lalanda ni la arquetípica presencia de Pedro Romero, joven, guapo y seductor.

En un párrafo se menciona que el toro sigue al trapo rojo y de ahí algunos han deducido errores de Don Ernesto, esto es sólo un adjetivo, como el de que la nieve es blanca, discutible literariamente, que tampoco, pero nada más.

El protagonista vive en París, en los años posteriores a la Gran Guerra cuando la ciudad era una fiesta para esta gauche divina americana que lo tenía todo en una Europa sin nada y cuyo dólar (o de papá) les permitía recorrer los lugares de recreo de todo el continente. En París la vida es alcohólica, vacía, fría e inane.

Se trata de un periodista católico (este detalle abunda en la obra de Hemingway para definir personalidades con sensibilidad natural y trascendente) apasionado de las corridas de toros, enamorado de una mujer a la que no puede satisfacer –herido de guerra- y que viaja de pesca a Navarra por Sanfermines con un grupo de jóvenes y hastiados amigos. Un hombre que reza y que recibe al sol sobre las yemas de los dedos mojadas de agua bendita en un párrafo conmovedor a la salida de la Catedral de Pamplona.

El catolicismo en Hemingway, como sus boxeadores o sus toreros, militares o cazadores remiten siempre a estados de percecpión especialmente desarrollados, nunca se trata (¡faltaría!) de beatería o papanatismo.


Lo que encuentran en España no es sólo la pasión de la fiesta desbordada, sino la naturalidad rústica de la fiesta, los campos secos y los valles verdes de Navarra, el vino que baña de risa la cara de los labriegos.

Los niños de papá llegan de París y se rozan con la vida en su estado puro, una vida en la que se cruza una pasión verdadera (por el torero) y una razón de muerte (la fiesta brava).


El toro que había matado a Vicente Gironés se llamaba Bocanegra, llevaba el número 118 de la ganadería de Sánchez Tabernero, fue el tercer toro que salió al ruedo aquella misma tarde y lo mató Pedro Romero.


Hasta la mitad de la novela no llegamos a Pamplona y en unas veinte páginas se cuenta la más maravillosa descripción de unas jornadas de pesca de trucha, esa salvaje naturaleza que don Ernesto encontraba en nuestro querido país.


El lenguaje de Hemingway es el de los diaólogos abruptos, secos, sencillos, difíciles de digerir, pero más profundos que el de mucha retórica. El autor nos entrega la vida tal cual en lo mejor de ella para comprenderla más. Una obra maestra y un libro de toros.

Es curioso que la escena última que no desvelo suceda ante un policía de tráfico de la Gran Vía (un aliciente más para leerla, ¿no creen?).

El título original THE SUN ALSO RISES hace referencia al Eclesiastés

"Una generación se va, otra generación viene, mientras la tierra siempre está quieta. Sale el sol, se pone el sol, jadea por llegar a su puesto y de allí vuelve a salir. "

Esta es la generación perdida para la que el Sol alumbró en Navarra.

Yo la he leído en la edición en DE BOLSILLO, hay una no mala película con Tyrone Power, pero que elude los más escabrosos asuntos.

1 comentario:

Lorenzo Clemente @grantemporadalc dijo...

Extraño personaje este Hemingway.

La Fiesta la de debe mucho como divulgador, aunque nunca he tenido demasiado claro si le gustaba más como arte (que algo habría, como manifiesta su interés por Ordóñez) o el riesgo y todo lo que rodeaba (más entonces que ahora) a los toreros y las Ferias.