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lunes, 11 de enero de 2010

La entrevista del Periódico Extremadura

La contraportada del Periódico Extremadura publica hoy una entrevista que me ha realizado Javier Ortiz, a quien agradezco, junto a Carlos, la posibilidad de dar a conocer en mi tierra "La tauromaquia a través de sus conflictos" y reivindicar lo taurino en donde se encuentra, sin duda, la cuna de mi afición.

El titular es muy periodístico y actual, aunque no sé si es el que mejor refleja el conjunto de la entrevista (probablemente, ninguna otra frase que se hubiera elegido podría resumir un conjunto tan heterogéneo de preguntas y respuestas). Lo cierto es que más que una afirmación categórica ("Los toros no se prohibirán") es un deseo, y casi un convencimiento de que, al menos esta vez, va a ser así, salvo que durante la tramitación tenga lugar algún acontecimiento ajeno a lo taurino que haga que muchos quieran reivindicar de forma estridente su diferenciación.

Por lo demás, he tenido la fortuna de coincidir con una tremenda nevada en Cáceres, como no se recordaba desde hace muchísimos años, de la que el Extremadura de hoy da buen reflejo gráfico. Además, el ejemplar incluye un reportaje sobre los quince monumentos cacereños incluidos en el Registro de Bienes de Interés Histórico y Cultural, que supone lo más granado del ya de por sí valioso patrimonio cacereño. Como me comentaba esta mañana mi madre, un periódico de los de guardar.

Lo que más me ha hecho reflexionar de la entrevista, sin embargo, no está en lo publicado, ni siquiera en el azar de coincidir con la historia y la meteorología, sino en una frase que me dijo Javier Ortiz, quien reconocía que no le interesaba mucho el mundo taurino, aunque estaba absolutamente en contra de cualquier prohibición. Me comentó que el mundo del toro le parecía "demasiado atávico y con una tendencia enfermiza a la autodestrucción, a predicar que todo lo de ahora (toros, toreros, público) es un desastre comparado con lo de hace cincuenta años".

Obviamente, no me preocupa lo de atávico (según la RAE "perteneciente o relativo al atavismo", que, en su segunda acepción -figurada-, es la "tendencia a imitar o mantener formas de vida, costumbres, etc. arcaicas"). Que el toreo supone algo que nos vincula con lo antiguo es algo evidente: hoy, en una sociedad como la nuestra, difícilmente podría surgir un ritual como este.

Ese no es el problema. Lo que me preocupa es que muchos jóvenes y no tan jóvenes que se preocupan de escuchar alguna vez un programa de radio taurino, de leer una crónica,... lo único que escuchan de los taurinos son lamentos. Críticas a este mundo, no a los que nos critican.

No hay más que darse una vuelta por la blogsfera taurina para comprobar que la mayoría de los blogs ocupan casi todas sus entradas en gruñir contra todos: ganaderos que afeitan y diluyen la bravura, toreros que torean "de mentira" y no quieren enfrentarse a toros a verdad, empresarios que están ahí sólo para robar a los espectadores, críticos taurinos que no son los suficienmente agresivos con toreros y ganaderos,... ¿Pretende alguien crear así nuevos aficionados? ¿Creen seriamente que si hubiera algún espectáculo del que oyeran hablar a sus partidarios así se acercarían a conocerlo de primera mano alguna vez?

No, no estoy pidiendo que se mienta, ni que se deje de criticar lo que es inadmisible. Lo que trato de afirmar es que cuando nos están dando mandobles desde fuera hasta en el carnet de identidad no haríamos nada mal por alentarnos entre nosotros y a los de fuera poniendo algo de énfasis en lo que de bueno hay (y es mucho) y criticando aquello que merece serlo, pero sólo de vez en cuando, de forma ponderaba y proponiendo soluciones factibles.

Al hilo de la entrada anterior (la relación de premiados del 2009), José María me decía que los premios reflejaban una temporada mejor de lo que en realidad lo había sido. No es casualidad: para mí ha habido y hay mucho bueno. Disfruto mucho cuando voy a una plaza. Y antes. Y después. Por eso, no estoy dispuesto a que nadie, y menos aún los supuestos defensores de una pureza que nunca ha sido tal, me amarguen la Fiesta. Sabiendo, además, que con sus reiteradas críticas, están ahuyentando de las plazas a quienes con su presencia nos harían mucho bien.

1 comentario:

José María JURADO dijo...

Enhorabuena al entrevistado y al entrevistador, otro buen amigo.

Bueno, los del baloncesto -el entrevistador- también son muy atávicos, como las "gloriosas" épocas del Cáceres o Michael Jordan parece que no ha vuelto a ver nada.

Pasa en todas las artes, se cuenta que a la salida de una tragedia de Eurípides en Atenas ya se comentaban de la crisis del teatro.

La diferencia es que a éstos: a los del teatro, el cine y el baloncesto, los defienden más que a los de los toros, pero la culpa es de Walt Disney quien, por cierto, y como he sabido recientemente nunca se criogenizó.

Qué mundo, qué cosas.