La feria repite el modelo y la distribución del año anterior, haberla mantenido ya es un éxito, pero se resiente de la crisis por la falta de propuestas novedosas y el recorte de un día.
Han desempolvado el excelente trabajo de la décima feria, (recordemos que una cumbre de la OTAN, de entrada no, hizo que el año 2007 nos quedáramos sin el evento), y eso se nota, y mucho.
El espectáculo de Távora ha querido reivindicar el papel de la mujer en el toreo, en ese sentido lamentamos o no entendemos por qué no se dedicó el espectáculo -o la feria- a la memoria de Conchita Cintrón, pionera en esta siempre desconcertante relación.
Y eso que debutó en Sevilla, creo que ni lo sabían, lo de la muerte, digo.
Salvo la vindicación primitiva del toreo y del toro como símbolo de fertilidad, el espectáculo se deshace en repetición, por dos veces y con trajes incluidos, de la cuadrilla de recortadores y garrochistas.
En medio, la lidia de una vaquilla por una novillera, banderillera y picadora que no resultó, esto es lo que enlentence los espectáculos de Távora, si nos trasladamos a una corrida de toros el cambio de plano hiere de muerte la función.
Ya pasaba con la Carmen.
El año pasado fue muy espectacular ¡ah el año pasado!
Se nota que ha montado el espectáculo con cuatro perras y dos parejas de caballistas.
Lo más curioso es que coincidimos con el maestro de época, el mejor torero de los últimos 25 años con Morante, JT y Ponce: José Miguel Arroyo "Joselito". Encantador, con su mujer y dos hijas, humilde, verdadero, sabiendo estar.
¡Anda que no ha matado toros Joselito bien matados!
Lo mejor de la feria es la zona habilitada para el toreo de salón, ¡Dios mío, cuánto pesa un capote y qué difícl es montar bien la espada y la muleta!
Como buen torero sevillano lo mío es el toreo de capa, con el abrigo puesto mira qué media verónica.
Ahora la tradicional fotografía con mi hija, para desconcierto de los predicadores de Walt Disney.
Hay que señalar la espantada de Don Alcalde, que a los tres minutos de empezar el teatro de Távora se marchó.
Eso y la intervención de los abolicionistas, si pagaron la entrada nada que objetar, si el enemigo te financia... Los noté esta vez un pelín cobardes, la crisis no es buena para los pleitos pobres.
Cuando llegué a casa me puse el DVD con la Beneficiencia Goyesca de Joselito, esa cumbre del arte occidental, por decirlo posmodernamente.
También vimos el toro gordo y fofo del cartel de la feria en la que no veremos ni a Perera ni a José Tomás.
Seguro que llueve el día del mano a mano Morante-Cid con Victorinos. Ya está contratado, a meses vista, como la feria de San Miguel.
viernes, 20 de febrero de 2009
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3 comentarios:
Como dices, el hecho de que se mantengan la Feria ya es un logro. Una suerte que hayas visto feliz al maestro de la Guindalera. Más allá de sus cualidades toreras, en este caso el toreo ha redimido a un chaval que, de otro modo, hubiera tenido difícil encaje en la sociedad por la infancia que tuvo que sufrir. (Sólo una precisión: la Goyesca es del 2 de mayo de 1996, no una Beneficencia).
Lo de la relación de la mujer con el toreo es algo cuando menos complicado. Para mí, el mejor lugar para una bella joven en el
toreo es sentada en el tendido a mi lado como proemio de una tarde y noche de arte y pasión. Pero si alguna quiere torear, y lo hace bien, disfrutemos con ello.
E Inés tan bella y feliz como siempre...
"Para mí, el mejor lugar para una bella joven en el
toreo es sentada en el tendido a mi lado como proemio de una tarde y noche de arte y pasión"
Vaya perlita, L.C. ¡como se entere doña Bibiana! Desde el no me gusta que a los toros te pongas la minifalda estaba el listón por superar.
Me acaba de comentar mi hermana veterinaria que las mujeres también le miran los cojones al toro.
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