Si el toreo solo fuera estadística podría pensarse que en el festival de Moralzarzal a beneficio del Fondo Asistencial de Toreros se habría vivido una tarde absolutamente memorable. Porque no es habitual que cuatro toreros (Fundi, Rivera, Morante y Perera) corten las dos orejas de su toro. Sin embargo, para valorar las orejas de este festejo hay que tener también en cuenta la benevolencia del público y la colaboración del presidente. Nada que objetar a este espíritu festivo. Al fin y al cabo, son solo despojos. El toreo se justifica en sí mismo, más allá de recompensas simbólicas, que se mantienen como parte de la tradición y el rito.
El Fundi (que sustituía a Javier Conde) estuvo muy bien con su toro. La solvencia ganada con tremendo esfuerzo en las corridas más duras hacen de él un lidiador seguro que cuando se encuentra con animales nobles en vez de alimañas puede además tratar de instrumentar series con algo de sabor. Estoy seguro que para él debe ser una satisfacción poder salir al ruedo y no tener que defenderse continuamente de su enemigo. Toreo bien de capa, puso muy bien las banderillas (cuadrando en la cara del toro) y realizó una buena faena con la muleta.
Rivera estuvo tan profesional como de costumbre. Bien con la capa y lucido en banderillas, en la faena de muleta le faltó profundidad para acabar de cuajar la faena. En un par de series al natural fue especialmente llamativo cómo remataba hacia fuera los pases, cuando, con el trazo que llevaban, si hubiera tirado del toro para dentro hubiera podido ganar enormemente en plástica y gusto.
Morante tuvo algunos momentos mágicos de inspiración. Un par de lances con la capa y, sobre todo, algunas series de muleta con la derecha con un sabor exquisito. Morante está en la plaza como pocos toreros y cuando consigue entenderse con el toro proporciona momentos de un sentimiento único. En su toro lo consiguió de forma intermitente. Pero benditos sean esos momentos…
Luego vino la bufonada de la tarde, cuando Rafael de Paula (a la sazón, apoderado de Morante) salió al ruedo después de que éste diera la vuelta al ruedo y extendió su dedo índice señalando que Morante es el número uno. Sonora pitada (no porque la gente quisiera discutir quién tiene el cetro del toreo, sino porque le pareció totalmente extemporáneo) y Rafael que cruzó la plaza en diagonal, hasta que salieron varios agentes de la Guardia Civil a cuyos hombros, en un gesto poco gitano, se abrazó para culminar su salida por el patio de arrastre. Lo siento, pero alguien debería decirle a Rafael (que ha dado momentos mágicos a la fiesta) que estas no son formas. Morante asistió impertérrito al espectáculo, sin moverse del lugar en el que había acabado de dar la vuelta al ruedo y, una vez desapareció su apoderado, saludó toreramente al presidente y recibió una nueva ovación.
El Juli se fajó de forma impresionante con el toro más cuajado de toda la tarde. Estuvo técnico y solvente, pero no pudo sacar nada mínimamente artístico. Nueva pitada por no poner banderillas y una oreja concedida que, con sabio orgullo torero, devolvió al alguacilillo, no dando siquiera la vuelta al ruedo.
Miguel Ángel Perera dio multitud de pases a un toro complicado, pero tampoco ocurrió nada extraordinario. Me pareció muy mecánico, aunque debo reconocer que puso muchas ganas y extrajo del toro todo lo que tenía.
Cayetano torea con el público a favor. Esto supongo que es un acicate. En su toro (que pareció bastante menguado después de los de El Juli y Perera) tuvo chispazos artísticos con capote y muleta. De las veces que le he visto no ha sido la mejor, pero es un torero que tiene una enorme personalidad y una forma artística de interpretar el toreo que dejó traslucir nuevamente. Es una suerte que en este momento de la fiesta el torero más mediático sea también muy interesante para los aficionados. Si con esto pudiera educarse un poco más el gusto de los públicos sería formidable. No cortó orejas porque pincho varias veces antes de matar al toro.
Y Julio Benítez puso ganas en su novillo, pero se le vio con muchas carencias técnicas y poca ilusión estética. No sé si ha sido un hecho aislado o si normalmente torea así, en cuyo caso creo que tiene que mejorar mucho antes de tomar la alternativa.
Dos preguntas para acabar:
1.- ¿Es Paula quien está ayudando a Morante, o viceversa?
2.- Lo habitual es que los futbolistas famosos que más salen en televisión lo sean porque han demostrado ser de los mejores. ¿Por qué en los toros el asunto se invierte y se trata de salir en televisión para tratar de llenar las plazas, con independencia de que se toree mejor o peor?
LORENZO CLEMENTE
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