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miércoles, 3 de agosto de 2016

Primeras consideraciones sobre el Pliego de las Ventas

El pasado viernes vieron la luz los Pliegos que regirán el concurso para la adjudicación de la plaza de toros de Las Ventas los próximos años. Desde entonces, las voces contrarias al Pliego han sido casi unánimes y han adquirido un tono insólito teniendo en cuenta que los Pliegos son, en conjunto, tan malos como podían serlo los de anteriores concursos, cuando no se escucharon las voces críticas que ahora claman por tamaño despropósito. Es cierto que la situación del toreo en la sociedad no es la misma que en los concursos anteriores, y que el número de abonados en la plaza de Madrid tampoco es el mismo, pero de eso la Comunidad de Madrid no es la culpable ni debería ser en quien pusiéramos nuestras esperanzas para revertir la situación.

Además, creo que en algunas cuestiones en las que se ha criticado el Pliego se ha errado en general el enfoque y hay algunas cuestiones que a mí me han llamado mucho la atención y que no he visto comentadas en ningún sitio (aunque, obviamente, no he podido leer todo lo que se ha escrito sobre el asunto).

En entradas sucesivas a partir de la próxima semana dejaremos algunas reflexiones más detalladas, pero hoy quiero apuntar algunas cuestiones generales que creo que interés.

1.- Quién puede presentarse. Una de las críticas más repetidas es que el Pliego es muy exigente para presentarse porque exige 5 millones de facturación en cada uno de los últimos tres años en plazas de primera y segunda para presentarse. Parece que se olvidan de dónde venimos. El Pliego anterior exigía 10 millones en cada una de las tres temporadas anteriores, y todas ellas en plazas de primera (al menos dos). Esto reducía enormemente los posibles licitadores, hasta el punto de que todos ellos pudieron ponerse de acuerdo y evitar la competencia. En el Pliego actual son muchos más los que pueden presentarse, porque pueden hacerlo todos los empresarios de plazas de primera y segunda; y lo pueden hacer a través de UTEs, que suman la facturación de todas las empresas que la integren.

Es evidente que para gestionar Madrid hay que pedir experiencia. Que esta se concrete en una cifra de facturación o de festejos y en qué número de años anteriores es más discutible. Pero es evidente que el Pliego actual da la posibilidad de que a través de acuerdos se presenten ofertas diversas. Cuestión que es la que, probablemente, moleste a quienes preferirían que sólo se tuviera en cuenta la experiencia en plazas de primera.

2.- Los criterios de adjudicación. Los criterios de adjudicación son tan estúpidos como siempre. De hecho, un poco más, porque se prima más la mejora sobre el canon y la celebración de más espectáculos, sin que se prime de forma rigurosa los dos criterios que, a mi juicio, deberían tenerse en cuenta de forma prioritaria: (i) la promoción de la Fiesta (pero en serio, es decir, minutos en informativos de cadenas generalistas); y (ii) la calidad extrema de los carteles.

Respecto a esto, sin embargo, creo que conviene ser honestos. Primero, el hecho de que los Pliegos primen los criterios objetivos, que necesariamente se acaban traduciendo en elementos cuantificables, es una exigencia de la normativa de contratación pública; algo que trata de evitar que el órgano de contratación sobre la base de criterios subjetivos pueda elegir el adjudicatario (cuestión a la que no fue ajena la Plaza de Las Ventas hace algunos concursos). Segundo, el hecho de que muchos de estos criterios tengan un claro componente económico cuando el número de abonos ha descendido es algo que puede verse como un modo de asfixiar a las empresas, pero también de incentivarlas para que recuperen el nivel de abonados que esta Plaza tenía. De que haya bajado, la Comunidad de Madrid no es culpable (sí de otras tantas cosas), y sí lo son los que con sus carteles, horarios y ausencia de promoción desincentivas la asistencia a la plaza.

3.- La intervención en la gestión. Otra de las críticas más recurrentes a los Pliegos está en la absoluta intervención de la CAM en la gestión, la cantidad de elementos que están tasados y en los que el adjudicatario no tiene libertad de actuación. Se pone como ejemplo la falta de libertad para fijar el precio del agua o la Coca-Cola en los bares de la plaza. Sobre esto último, cabría decir que si los empresarios están preocupados por los ingresos de los bares es porque es el único ingreso atípico que han conseguido encontrar en la tauromaquia, lo cual da la medida del nivel del empresariado... Pero más allá de esto lo cierto es que no puede pretenderse que una administración saque a concurso un servicio público y no controle cómo tiene que prestarse. Si la CAM tiene una plaza de toros y saca a concurso su explotación es porque entiende que esta explotación es un servicio público, es decir, algo de interés general, como el suministro de agua, o la limpieza de las calles. Y si esto es así es evidente que hay que controlar cómo se presta el servicio. Habrá quien piense (yo entre ellos) que deberían ser los empresarios los que decidieran cómo se dan toros en Madrid, pero eso exigiría que lo hicieran con sus medios y en los locales propios o alquilados. Pretender que una administración pública considere la explotación de una plaza de toros un servicio público, pero que no intervenga en cómo tiene que llevarse a cabo la explotación es radicalmente incongruente.

4.- Agosto. Me ha sorprendido cómo nadie ha criticado que los Pliegos se publiquen el último viernes de julio. Cualquiera que haya tenido una mínima cercanía con alguna administración sabe que las publicaciones de aquellas cosas que se quiere que tengan menos difusión o relevancia se publican siempre el último día de julio o los primeros de agosto. Además, obligar a los empresarios taurinos a preparar sus ofertas durante el mes del año en el que tienen más actividad y es más difícil encontrar documentación y soporte para hacer unas ofertas razonables es sencillamente una canallada.

5.- Actividad taurina de la CAM. Lo más llamativo de los Pliegos para mí, sin embargo, ha sido que la CAM se reserva la facultad de organizar espectáculos taurinos en Las Ventas. En el Pliego de 2011 se decía que, sin interferir en la actividad taurina, podía disponer de la plaza para "cualquier tipo de actividad artística, cultural, cívica o social, cuya organización pueda interesarle, bien directamente o cediéndola a otras personas públicas o privadas"; ahora dice que puede disponer para "cualquier tipo de actividad taurina, artística, cultural, cívica o social, cuya organización pueda interesarle, bien directamente o cediéndola a otras personas públicas o privadas" y el Pliego de Prescripciones Técnica, al detallar esta facultad, alude fundamentalmente a festivales o corridas benéficas en un número no superior a cinco. No sé si será una mención vacía de contenido o qué es lo que se pretende realmente hacer. Si yo fuera un eventual licitador esta mención me preocuparía, porque puede ser que según qué festivales organizados desde la CAM lleguen a tener más interés que el 90% de los festejos que se dan anualmente en la plaza.

6.- Abono de temporada. También parece que se pretende instaurar un abono de temporada general (adicional al de los jubilados y los jóvenes) con un descuento del 20% respecto a los precios de las entradas sueltas. Más allá de las dudas sobre el éxito real de un abono de este tipo en Madrid, creo que no es fácil analizar la relación con ciertos derechos generales reconocidos a los espectadores en la normativa taurina y de consumidores y usuarios (conocimiento previo de los carteles, devolución de entradas en caso de suspensión o variación del cartel, etc.). Esto no se plantea con abonos cuyo precio no está vinculado a entradas sueltas y es sustancialmente más reducido que estas (jubilados y jóvenes), pero no tengo nada claro que todo esto puede obviarse si de lo que se trata es de reducir un 20% los precios de la taquilla. De hecho, esta es la razón por la que Sevilla, con un auténtico abono de temporada, anuncia todos los carteles del año (con algún "hueco" libre, dentro del margen legal admisible) antes de poner a la venta los abonos. Quiero creer que en Madrid no tienen pensado hacer eso...

Y por hoy creo que es bastante. Tiempo habrá de seguir con el análisis.

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