Que la tauromaquia no vive uno de sus mejores momentos es algo evidente. Y no tanto porque no haya extraordinarios toreros y grandes ganaderos, sino porque el conjunto de la Fiesta se ha mantenido en la esfera de una organización manifiestamente perezosa y repetitiva que aleja de las Plazas a los más jóvenes y a algunos de sus aficionados más cabales. La presente propuesta de actuaciones no pretende ser un remedio milagroso para la regeneración de la afición, sino un elemento más de un debate que los antitaurinos han obligado a iniciar, pero que puede servir para mucho más que defenderse de las prohibiciones en determinadas regiones de nuestra querida España.
Algunas son del todo utópicas, pero ahí van, por si alguien quiere escucharlas:
Las cinco de los ganaderos
1. Abrir las tientas a los aficionados y a los medios de comunicación y permitir que haya transparencia para que sea posible conocer los criterios de la selección de madres y padres, y sus combinaciones.
2. En las ganaderías que más lidian, apostar en la selección por aportar un punto más de bravura y de emoción que la que consideran que querrán las figuras.
3. Mantener a toda costa los diferentes encastes, y hacer lo posible por demostrar que es posible hacer grandes faenas a toros de los encastes menos demandados por los toreros. También aquí la selección es importante. Muchos de estos encastes dan en un gran porcentaje toros mansurrones y peligrosos, sin interés para el aficionado que no quiere ver en la plaza una lucha a muerte sino una faena artística.
4. Denunciar cualquier exigencia o intento de manipulación de los toros, ya sea en las astas o mediante sustancias que puedan afectar a su comportamiento.
5. Negarse a lidiar corridas diferentes de las que considere deben ir a cada una de las plazas.
Las cinco de los toreros
6. Realizar una campaña acorde con su categoría, que permita la existencia de diferentes circuitos para cada tipo de toreros. Por ejemplo, no torear en plazas de tercera (o torear sólo dos o tres, si hay razones para hacerlo en una plaza concreta) aquellos matadores que toreen más de veinticinco o treinta corridas al año.
7. (Las figuras). Tratar de garantizar, con la indicación de ganaderías y compañeros de terna, que cada tarde se convierta en un acontecimiento. Más aún si se trata de la comparecencia en una plaza relevante. Esto implica renunciar a la comodidad (asumiendo que en el toreo nada es cómodo y siempre existe el riesgo) y apostar por las ganaderías más importantes y los compañeros con los que pueda haber mayor rivalidad.
8. (Las figuras) Ajustar los honorarios para permitir lo indicado en el apartado anterior, siendo especialmente exigentes en materia retributiva cuando puedan garantizar que, fuera de tardes señaladas, pueden llevar mucho público a una plaza.
9. Dignificar con su preparación y actitud cada comparencia en una plaza, significando la seriedad, el rito y el rigor que exige la celebración de una corrida de toros.
10. Permitir medios para hacer llegar a los aficionados y al público en general su opinión, real y sin cortapisas, de sus actuaciones, su visión de la Fiesta, de las ganaderías, de los empresarios, etc.
Las cinco de los empresarios
11. Denunciar todos aquellos Pliegos de condiciones elaborados por Ayuntamientos o Comunidades Autónomas que: (i) no permitan garantizar la celebración de Ferias de primer nivel con honorarios ajustados a la categoría de toreros y ganaderos; o (ii) establezcan la experiencia y/o el canon como criterio/s fundamentales para la elección de los empresarios (en vez de la propuesta de festejos, actividades de promoción, culturales, etc.).
12. Informar de forma transparente de los resultados económicos de la gestión de cada plaza y de cada feria importante, indicando, al menos, el porcentaje de ingresos que suponen las entradas por taquilla, la televisión y otros ingresos (bar, almohadillas, etc.) y el porcentaje de gastos que suponen el canon de la plaza, los honorarios de los toreros, el coste de los toros, la inversión en publicidad, los impuestos y seguridad social, los costes asociados a la celebración del espectáculo (trabajadores, etc.) y su porcentaje de beneficios.
13. Proponer (en aquellos casos en los que esté limitado por los Pliegos de condiciones) y establecer (en aquellos casos en los que puedan hacerlo libremente) diferentes esquemas de precios de las localidades en función del interés del espectáculo.
14. Invertir en publicidad y promoción de los espectáculos y de la Fiesta, creando alrededor de las Ferias actividades que conciten el interés general y fuera de ellas eventos que acerquen el mundo de la tauromaquia a los más jóvenes y a los que habitualmente no acuden a las plazas. Dentro de la promoción se incluye la celebración de novilladas con interés (y con novillos que sean tales, no toracos contra los que estrellar a los chavales).
15. No tener ninguna ganadería, ni apoderar a ningún torero, para evitar tentaciones en la confección de los carteles o intercambios con otros empresarios.
Las cinco de las Administraciones
16. Elaborar Pliegos de Condiciones realistas donde la concesión se realice, exclusivamente, tomando en consideración la propuesta relativa a la Fiesta que realicen los diferentes licitadores (originalidad en la elaboración de los carteles, actividades culturales, promoción, acercamiento a los jóvenes, etc.).
17. Consideración y tratamiento de la Fiesta como actividad cultural y realización y apoyo de la misma similar a la que tienen otras actividades culturales (bibliotecas, cine, pintura, teatro, etc.).
18. Difusión de la tauromaquia como actividad cultural en el proceso educativo de los más jóvenes.
19. Modificación de la normativa taurina existente, de forma que se garantice que el desarrollo artístico del festejo no esté sujeto a reglamentaciones administrativas susceptibles de sanción y que los aspectos precisos para el mantenimiento de la protección de la Fiesta y el orden público son regulados de modo uniforme en toda España.
20. Creación de instituciones que permitan el acercamiento e intercambio cultural entre los distintos países con tradición taurina.
Las cinco de las autoridades (Presidentes y veterinarios)
21. Establecer mecanismos que permitan los reconocimientos en el campo y eviten bailes de corrales o situaciones indignas como las vividas este año en El Puerto de Santa María, Málaga, Sevilla,...
22. Revisión de los criterios que definen el trapío en las plazas de mayor relevancia, permitiendo la lidia de toros más ajustados en peso y presencia, pero más acordes con lo que siempre ha sido la presencia de toros de esos encastes.
23. Entendimiento de que, para la mayoría de los aficionados, lo importante es que el toro se mueva y dé juego para realizar grandes faenas. Y que en el reconocimiento debe valorarse, sobre todo, si eso será posible con los toros presentados o no (hasta donde esto puede valorarse). Pero sin entrar en otras zarandajas.
24. Asunción de que su labor es garantizar el orden público en las plazas, pero que no es ni debe ser de su incumbencia la valoración de los aspectos artísticos de la labor del torero, que es algo que sólo corresponde a la relación del torero con el público.
25. Informar de forma precisa a la finalización de los reconocimientos y de los festejos de cualquier incidencia acaecida y de cualquier intento de influencia por parte de apoderados, toreros, ganaderos, empresarios o aficionados.
Las cinco de los medios de comunicación
26. Eliminar los elementos que puedan condicionar su opinión de toreros, ganaderos o empresarios, o dar cuenta de ellos. Especialmente si lo que sucede es que algún torero no es receptivo a sus llamadas de radio o tv, que algún empresario paga al medio en el que uno trabaja por televisar la feria o paga al periodista por escribir algún artículo, dar alguna conferencia, etc.
27. Tratar de efectuar crónicas y reportajes que acerquen el mundo del toro al gran público, eliminando, hasta donde es posible, el lenguaje para iniciados, y siendo mucho más didácticos en las explicaciones.
28. Tener siempre presente que la verdad es insoslayable. Pero que una perpetua queja de lo aburridos que son todos los festejos, todos los toreros y todas las ganaderías, no es el mejor modo de hacer afición (además de suponer un sufrimiento para quien deba ganarse la vida a costa de tanta inmundicia).
29. Realizar periodismo divulgativo en relación con las ganaderías y con los toreros.
30. Realizar periodismo de denuncia en relación con Administraciones Públicas, presidentes, veterinarios, empresarios, ganaderos, aficionados,… Fomentar con su actuación la transparencia de la organización de la Fiesta.
Las cinco de los aficionados
31. Acudir a la plaza a disfrutar de la Fiesta y con los menores prejuicios posibles respecto a toreros y ganaderías, Juzgar en función de lo que realmente suceda, no de lo que a uno le gustaría que pasara.
32. Reconocer que cada torero tiene su tauromaquia y cada toro su lidia. Y que un solo espectador (o un grupo) no puede imponer con sus gritos o actuaciones un forma concreta de torear, porque puede haber muchos otros espectadores en la plaza que lo que quieren es que el torero cree su obra de arte en libertad, y si existen esos gritos y mofas, esa libertad no puede existir.
33. Recordar siempre que todos los toreros (de oro y de plata) se están jugando permanente la vida en la plaza. Y que necesitan una concentración extrema para desarrollar su labor. Aplaudir o pitar teniendo en cuenta lo anterior.
34. Formar su afición con la lectura de libros y crónicas, con la asistencia a conferencias, charlas y tertulias y con la visión de vídeos de faenas de otras épocas. Acudir, cuando se pueda, a alguna ganadería.
35. Ir a los toros en distintas plazas y ver a diferentes diestros y ganaderías. Como decían los clásicos, el mejor aficionado es aquel al que le caben más toreros en la cabeza.
Y tres comunes para todos
36. Creación de un organismo que agrupe a los diferentes estamentos relacionados con la Fiesta con el objetivo de potenciar su difusión, garantizar su autenticidad y aumentar la afición. Es decir, algo distinto a la Mesa del Toro donde, a pesar de la buena intención de muchos de sus miembros, lo que se trata de garantizar el negocio de los que están, mediante una mesa sectorial, como puede ser la de la aceituna o la del ganado porcino.
37. Institucionalización de unos Premios Anuales de la Tauromaquia, que se concedieran al final de la temporada en una Gala que permitiera difundir de forma general lo mejor de la tauromaquia.
38. Creación de algún mecanismo que permitiera la difusión de los mejores momentos de las grandes faenas de las principales ferias en los espacios informativos de los medios de comunicación, al menos, una vez a la semana con espacios de tres a cinco minutos.
sábado, 30 de octubre de 2010
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