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jueves, 25 de junio de 2009

Badajoz (21 de junio de 2009) - De triunfo

Lo que hacía el domingo en Badajoz no era calor, era el infierno. Soy amante del estío y gusto de los días cálidos, pero cuando se superan los cuarenta grados a la sombra durante muchas horas del día y no refresca nada por la noche (corta, por el solsticio) adquirir una localidad de sol para ir a los toros es una temeridad.

Pero allí estuvimos. En la Plaza de Toros de Badajoz. Plaza amplia y cómoda por dentro, pero horrorosa por fuera. A diferencia de la de Cáceres, bonita y escueta, pero una de las más incómodas del mundo.

La primera noticia es que la plaza se llenó, cosa que al parece no había sucedido desde hacía muchos decenios. Y la siguiente es que había público variado. Puesto que era domingo-y-José Tomás habían acudido aficionados de toda España y, por la ubicación geógrafica del coso, muchísimos portugueses. Aficionados los del otro lado de la raya a los que se hurta la suerte suprema y con ella gran parte de la dignidad de la fiesta. Por eso, como tuve oportunidad de comentar con algunos de ellos en un agradable café antes de la corrida, no van casi a ver toros en Portugal y vienen siempre que pueden a España (Sevilla, Olivenza -un poco menos España para ellos, pero la historia tiene estos requiebros-, Madrid, Barcelona,...).

En la plaza, Pedrito de Portugal (¡mala suerte la cogida de El Fundi y peor aún la sustitución!) demostró que no torea. O que torea muy poco. Hubo ganas, algunos buenos pases en el primero y poco más.

JT y Perera, sin embargo, dieron una excelente tarde de toros. Cada uno en su estilo y de diferente modo en función de sus oponentes. Pero demostrando una torería que les sitúa en un nivel que muy pocos pueden alcanzar.

Una torería, es verdad, frente a enemigos en general nobles y muy flojos. Más allá de la presentación (los primeros más chicos, a partir del tercero un poco más hechos) lo realmente importante es que los toros permitían toreo del bueno, pero les faltaba gas. Para ir más allá en las embestidas, pero sobre todo para ir más veces por abajo, para soportar un verdadero tercio de varas (no el simulacro que hubo), para galopar desde lejos,...

Que nadie se equivoque. No es un problema de JT, de Perera, ni de ninguna de las figura. No es algo de Badajoz. Es una selección que está dando un tipo de producto que crea emoción y belleza. Pero que, con un poco más, permitiría el goce de la genialidad.

JT demostró una vez más la pureza de su toreo con la capa y la muleta. El sitio. El rigor. La liturgia. Toreo hondo, por abajo. Sin probaturas. Sin pases de más. Largísimos los naturales. perfecta la colocación y el trazo. Muy bien las estocadas.

La gente está con él. Pero porque percibe un tipo de toreo y de espectáculo distinto. Iba a los toros con mi amigo Antonio. Una de las personas con las que uno conecta desde niño y que, más allá de los vericuetos vitales de cada uno, siguen estando presentes en lo hondo de tu geografía vital. Él no es aficionado. Ha ido alguna vez a los toros, pero muy poco. Tenía ganas de ir a ver a JT y Badajoz era la mejor oportunidad para hacerlo juntos. Al final de la corrida me reconocía que había visto un toreo claramente distinto. Una manera de conectar con el público muy seria. Y, sobre todo (apreciación sabia y en la que no había caido hasta ahora), una comunicación profunda con el toro. Una conexión que hace que la faena tenga intensidad incluso cuando no se torea porque en lo que se está haciendo toro y torero están unidos por un extraño hilo invisible de comunión.

Tal vez por eso me resultaron tan injustos los comentarios que escuché por la noche, volviendo a Madrid, en la cadena SER, en la que se criticaba a JT (muchas veces incluso sin nombrarlo) por no ir a Madrid, a Sevilla, a Pamplona y a Bilbao. Por no acartelarse con no-sé-quién. Por no enfrentarse a toros que tengan los pitones no-sé-cómo. Si el programa taurino que probablemente más audiencia tiene. Si los críticos taurinos que más (y mejor) retransmiten festejos taurinos en Digital + tienen esta opinión hay algo que se me escapa. Porque para mí tengo que el hecho de que JT no vaya a esas plazas debería convertirse en un reconocimiento a su honestidad, por no pasar por lo que le quieren imponer esos seres tan mediocres que son la mayoría de los empresarios taurinos. Y porque reivindica que sea él (y los demás toreros) los que se lleven los beneficios (todos los beneficios) que genera esta actividad. Y que los empresarios (con perdón a los que realmente lo son y merecen este nombre) con un vulgar sueldo de bedel de Ministerio irían más que pagados.

Dignidad, hombría y torería que también demostró Perera. Sin duda, el mejor torero que ha surgido en muchos años. Viendo una misma tarde a Perera y a JT uno comprende mejor ese invisible hilo que une también la historia del toreo. Perera no existiría y no se entendería sin JT. porque su tauromaquia incorpora e interioriza lo que hace JT y, desde esa base técnica, le añade dosis de hondura, largura en los muletazos, emoción en los pases cambiados por la espalda,... Además de una frescura, una ambición propia de la edad y una claridad de mente delante del toro imposible de igualar.

No se trata de debatir quién torea mejor. Se trata de reivindicar que con toreros como estos merece la pena hacerse 1.000 km para ir una tarde sofocante a los toros en un tendido de sol. Porque la emoción y el sentimiento superan las incomodidades.

Como hubiera tenido sentido ir a Barcelona a ver a Morante, que por lo que dicen estuvo cumbre... Una suerte que vayamos a verle tres o cuatro tardes este mes de agosto. Y a ver si alguna más antes.

4 comentarios:

alelo dijo...

Y aquí estoy yo. Leyendo la crítica taurina otra vez, como si entendiera.

Un abrazo.

José María JURADO dijo...

¿Y qué esperas de la SER? Mientras no lo puedan poner por la TV, balasrrasas.

L.C. dijo...

Bien, alelo, así vas haciendo el cuerpo para Huelva.

JM: es curiosa la dicotomía del discurso en la tele (más moderado) y en la radio (mucho más violento).

José María JURADO dijo...

Pues a mí no me extraña: en la tele hacen caja, en la radio mueven las ferias.