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domingo, 28 de febrero de 2010

Vistalegre (28 de febrero de 2010) - De gracia y de temple

Otra buena tarde de toros. Menos redonda que la de ayer, pero más por el fallo a espadas que por la falta de toreo. Si Talavante hubiera acertado con la espada en sus toros y Morante no hubiera decidido "taparse" al finalizar la corrida, estaríamos hablando también de una doble Puerta Grande. Pero Talavante, después de torear bien, muy bien, a sus dos toros, ha dado un sainete con la espada. Y Morante, como la tarde ha acabado de aquella manera y como sus dos orejas no fueron aceptadas de forma unánime (la primera sí, pero la segunda dio la impresión de concederla el usía casi por impulso o equivocación), ha preferido salir a pie con sus compañeros y recoger a pie el reconocimiento de una afición que le espera y le admira.

Y a Morante se le espera no por extrañas ilusiones sin sentido, sino por una convicción auténtica, racional y pasional a un tiempo, de estar viviendo un modo de toreo único. Entre los toreros actuales y entre los que una vida de extensión media puede llegar a conocer.

Morante ha dejado hoy su sello con el capote en detalles breves y profundos: la media con la que remató el recibo a su primero y el quite medido y arrebatado a ese mismo toro.

Con la muleta, en el primero de la tarde inició torerísimo una faena en la que, al poco, abrevió. No hubo acople con el toro, que se arrancaba de lejos, pero se revolvía y no seguía el engaño con claridad. Morante no se dio coba y acabó con él de una media algo caida.

Lo del cuarto, sin embargo, fue algo distinto, único. Fue una faena de gracia. De magia. Una faena poco ortodoxa a un toro nada claro. Pero hubo, después de un inicio también genial, con pases personales que llevaban el toro desde las tablas hasta los medios, tandas de toreo largo y hondo con ambas manos. Y cuando el toro ya no consentía series largas, lo atacó con decisión y lo toreó con poder, con pases enganchados algunos cuando el toro topaba y se defendía, pero con otros (en especial los de remate) que eran pura imaginación y garbo. Lo mató de una estocada casi entera y algo trasera y caida y el público pidió la oreja. O tal vez dos. Y el Presidente actuó con rapidez y dio dos, sin que la mayoría de los espectadores lo apreciaran (algunos sí y, entre estos, algunos manifestaron con sonoridad su desacuerdo). El torero, inteligente, recogió las dos con una sola mano, las dio a su banderillero y dio la vuelta sin apéndices. Al final, trofeo más o trofeo menos, los pases y la gracia quedan, una vez más, en el albero de Vistalegre. Y queda ahí apuntado que vuelve el mejor Morante, el de la primera parte de la temporada pasada. ¡Ojalá podamos verle en sazón muchas tardes y que los toros, alguno al menos, colabore!

Talavante también ha demostrado estar en un gran momento. Despierto, ágil, fresco. Su toreo brotaba de una seguridad que hacía mucho que no tenía. Pero es imposible triunfar si se ejecuta tan mal la suerte suprema. No sé si es miedo o falta de técnica, pero la sensación era de que el desacierto no era algo ocasional.

En el segundo hemos visto un toreo muy clásico, con dos series importantísimas al natural, de trazo largo, hondo y poderoso. Y al quedarse quieto, en las cercanías, continuaba llevando al toro templado, toreado, con cambios de mano y pases de pecho de mucha importancia. Fue genial, también, el final, con bernardinas ajustadas y ¡ligadas!, rematadas con dos pases peculiares, que convirtieron los pases finales en una serie más, canónica, fundamental.

Con el quinto, después de un tremendo susto cuando el toro lo arrolló al comienzo de la faena al citarlo de lejos y quedar a su merced unos segundos, ha toreado templadísimo y ligado con ambas manos. Series de muchos pases, de un trazo algo distante pero que le permitía dibujar muletazos más largos. Tandas compactas con un gran toreo con ambas manos. Cite a veces brusco y un punto fuera del pitón contrario, pero con el único objeto de citarlo lo más lejos posible (por delante) para llevarlo lo más lejos que el brazo y la muñeca permita (por detrás). Y hacerlo, además, templado, ligado y hondo. Gran versión del mejor Talavante,... Antes de ponerse a intentarlo cintos de veces con la espada.

A Cayetano se le vio sin sitio. Es una pena, porque hasta ahora todas las tardes que le había visto (Valdepeñas, nocturna de El Puerto de Santa María, Barcelona en la reaparación de JT, su confirmación del alternativa,...) habían sido tardes triunfales, de garra, ambición y buen toreo. Hoy, sin embargo, no se le ha visto convencido con ninguno de los toros y aunque lo ha intentado daba la sensación de que era más con una voluntad racional que con un deseo pasional del corazón. Los toros no han sido grandes joyas, pero tampoco alimañas. Y la sensación que ha quedado es que tiene que querer más, mucho más. Porque saber torear sabe, y bien. Eso nos consta.

Seis toreros, en fin, los que hemos visto en dos días, que muestran el gran momento que vivimos en el toreo. Sumen ustedes, además, a Ponce, a José Tomás, a Castella, a Cid,... y dan para tirarse viajando todos los fines de semana desde Olivenza (la próxima semana) hasta Jaén a finales de octubre.

Dura vida la del aficionado constante y cumplidor...

No sé si tendremos las fuerzas suficientes.

sábado, 27 de febrero de 2010

Vistalegre (27 de febrero de 2010) - Figuras

La verdad esencial del toreo es la del hombre que se juega la vida para crear belleza. Pero no es la única. Hay otras que, sin ser tan fundamentales, evidencian la radical sinceridad de la Fiesta. Entre ellas, y pese a las críticas de mediocres y mentecatos, que las figuras lo son por méritos propios, y no porque tengan ciertos apoderados, toreen según qué encastes o les coloquen en vaya usted a saber qué feria.

El Juli, por ejemplo, es un torero de una pieza. Lo era ya de niño, sin caballos. Siguió con su toreo bullicioso de novillero y en su primera etapa de matador, hasta que en la despedida de Curro Vázquez, en Vistalegre, se puso a torear al natural y acabó con el cuadro.

Hoy ha vuelto a este albero a dictar una lección de torería, de poder y de técnica en sus dos toros. Al primero lo recibió bien con el capote, quitando luego por chicuelinas ajustadas (la primera, realmente impresionante). Con la muleta, faena plena de clasicismo, del mejor toreo ligado, con pases de pecho inmensos después de torear con hondura por ambas manos. La estocada, eso sí, cayó baja, a pesar de lo cual se llevó una oreja ampliamente pedida por el público.

Lo del cuarto, sencillamente memorable. Una faena de auténtico maestro, de técnica sublime. El toro, de buen fondo, tenía poca fuerza. De hecho, al comienzo de la faena, claudicó varias veces. Juli empezó con tandas cortas y aliviando los pases, rematando por alto. Luego, cuando el toro cogió prestancia, cuando ambos se hubieron tomado la medida, le recetó series sublimes, hondas, con gusto, pases largos, por bajo,… Los cambios de mano por la espalda (ese ligazón de un derechazo con un natural largo y poderoso) sencillamente geniales. La estocada fue inmensa y las dos orejas indiscutibles.

Manzanares no pudo hacer mucho con su segundo, un toro manso mansísimo, que no quería pelea, así le obligases, así se lo pidieses por favor. El de Alicante quiso pegarse con el burel en el centro, pero el bóvido decidió que aquellas estancias no le convenían. Junto a tablas le incomodó algo más sin mejores resultados. La estocada, como acostumbra, implacable, eficaz y un punto heterodoxa.

Lo del quinto fue un recital de toreo templado, ligado y compuesto. Todo ello después de una lidia perfecta, con un puyazo magistral y dos pares de banderillas de Trujillo para el recuerdo. ¡Vaya cuadrilla bien acoplada! La faena de muleta comenzó sin probaturas, en el centro del ruedo por derechazos largos, hondos y ligados. Y así continuó, por ambas manos, en un trasteo largo, con algún pasaje breve de menos emoción pero que, en conjunto, fue realmente grande. Este torero, cuando el toro le ayuda lo más mínimo, torea con una pureza, una estética y un composición verdaderamente inigualables.

Y Perera ha tenido mala suerte con los toros y se le ha notado, quizá, un punto descentrado. Aun así, las gaoneras en el quite al sexto de la tarde y el comienzo de faena a este toro son también para el recuerdo. El pase cambiado sin inmutarse, ligado con otro, el de pecho,… Y las dos series de redondos que vinieron después nos recordaron al mejor Perera. El toro por el izquierdo se quedó corto y luego, en las cercanías, no volvió a ser lo mismo. El pinchazo que precedió a la grandísima estocada enfrió también los ánimos. Con el tercero no había habido opción alguna. Era un toro que decidió tomarse su tiempo después de cada pase para mirar al tendido y observar cuanto acontecía por allí. No seguía la muleta. Y así no hay quien temple, mande, ligue, ni conjugue ninguno de los verbos que a la tauromaquia engrandecen.

A pesar de lo cual (del segundo y del tercero), lo que vimos el resto de la tarde pone las cosas a un nivel alto, muy alto, para esta temporada. Así es el toreo. Estas son las tardes que hacen afición. Y que no hablen de otros toros, de otros encastes, de promesas,… Esta gente copa los puestos altos del escalafón por sabiduría y ambición.

Dos reflexiones para acabar. La primera, ¿no resulta extraño que los reventas estuvieran en taquilla adquiriendo entradas por debajo de su precio cuando aún quedaban muchas sin vender? ¿Seguro que la empresa no tiene nada que ver para sacar estas entradas de la circulación y que la gente pase por taquilla a precio “oficial”? ¿O que interés pueden tener si no los “altruistas” reventas?

Y una segunda, ¿habrán caído ya en la cuenta los empresarios de que los precios que han puesto son muy altos? Resultaba sorprendente ver que la zona de “sombra” estaba casi vacía (salvo en la parte alta, con aficionados que luego fueron bajando a las zonas nobles del tendido) y la de las entradas más baratas con un lleno casi total. La gente en Madrid está acostumbrada a los precios de Las Ventas (probablemente los más baratos de toda España) y es difícil que se gaste los importes que esta empresa ha decidido establecer para una plaza de menor categoría.

Un repaso apresurado

Antes de volver esta tarde a Vistalegre a ver una terna de lujo (Juli, Perera y Manzanares) es bueno dejar constancia de algunos aconteceres de este peculiar mundo taurino.

Esta semana se regala, encartado con el 6Toros6, el último libro de Francis Wolff ("50 Razones para defender la corrida de toros"), una obra excelente que recoge algunas de las ideas de su imprescindible "La Filosofía de las corridas de toros" (Ed. Bellaterra) en un formato más sencillo. Creo que a partir de ahora será inútil afrontar el debate de la defensa de la tauromaquia sin atender a la obra de Wolff, que ha sistematizado como nadie los argumentos a favor de la Fiesta, ha añadido razones de peso a este debate y les ha dotado de un soporte teórico imprescindible. El que además sea francés le da un toque universal al asunto que seguro enerva a no pocos detractores del rito. Su bonhomía le hacen, además, un tipo de encantador y fluida conversación. Hoy a las doce se presente en Madrid y allí estaremos si la tormenta perfecta no lo impide.

Esta semana se han producido dos encuentros relevantes en defensa de la Fiesta: uno organizado por el diario El Mundo, en el que se han dado cita importantes toreros de todas las épocas, ganaderos, empresarios y asiduos varios a estos eventos. A los aficionados debe llenarnos de satisfacción que el segundo diario más leído de España haga una apuesta fuerte por la información taurina. Esperemos que sea por mucho tiempo.

El mismo día, en Sevilla, se ha juntado un variopinto enjambre (de Savater -D. Fernando, no Leticia-, a la Duquesa de Alba), que han anunciado la fecha de celebración de la Feria del Toro del próximo año, han leido un manifiesto y han reivindicado la necesidad de protección de la tauromaquia por las administraciones públicas. También esta bien que se recupere esta Feria, aunque habrá que ver cómo consiguen darle una dimensión divulgativa y a la vez económica que la haga atractiva para la sociedad en general y rentable para quien la organiza y quien monta sus stands.

Es curioso cómo la ILP catalana está revolviendo las conciencias de taurinos y aficionados, aunque tal vez un poco de "organización, coño, organización" no vendría mal.

A Esplá le han dado la Medalla a Las Bellas Artes en la edición de este año. Después de lo de Rivera, lo de Esplá es otra cosa, aunque hay quien ya ha mostrado su desacuerdo alegando la falta de arte en el toreo de Esplá (en concreto, Carlos Crivel en su interesante blog sevillatoro). Particularmente creo que el hecho de que se siga dando cada la año la Medalla a un torero en algo positivo, que incardina legalmente el torero con el conjunto del ámbito cultural que es objeto de reconocimiento con la concesión de esas medallas (como bien recordó la ex ministra Carmen Calvo en el acto de El Mundo que antes citábamos) . Sobre el torero de Esplá ya me he pronunciado otras veces: creo que ha reivindicado algunos valores importantes en la Fiesta, aunque no sea quien en general ha interpretado el toreo más hondo que uno haya visto. De ahí a afirmar que el toreo de Esplá no tiene nada de arte creo que hay un trecho. Porque aunque los aficionados distingamos entre toreros artistas y poderosos (y Esplá no esté entre los primeros), lo cierto es que la lidia del toro mediante los recursos de la tauromaquia es siempre un arte. Que podrá tener una estética más honda o más aliviada. Pero que, como tal actividad, es siempre "artística". Como no tengo la lista de toreros que ostentan la medalla y toreros vivos que aún carecen de ella no sé si hay algunos o muchos que la merecerían más que Esplá. Pero que es un reconocimiento merecido a un torero que ha aportado valores a la Fiesta, no me cabe ninguna duda.

Y para acabar, la empresa de Madrid. Hace unos días, El Juli anuncia que viene seguro dos días a Madrid y que probablemente venga una tercera tarde con toros de La Quinta (encaste Santa Coloma). Los aficionados ya nos frotábamos las manos al ver la importante apuesta de una auténtica figura, en un gran momento, con toros nada comerciales y de un encaste poco habitual y con un comportamiento nada fácil. Ayer tarde saltaba la noticia (ver Mundotoro y Burladero): el ganadero de La Quinta dice que la empresa no le ha comprado la corrida después de verla varias veces, el empresario replica que puede ir a ver muchas veces una camisa y no comprarla y que no se han puesto de acuerdo con el Juli. Y no dice más. No se han puesto de acuerdo ¿por qué? ¿Por dinero, por compañeros de cartel o por fechas? Realmente no sé qué puede frustrar un acuerdo así, pero salvo que con lo que pidiera el Juli estos señores fueran a devenir en la miseria más absoluta no comprendo cómo no hacen todo lo que esté en su mano para que una comparecencia así pueda cerrarse. Y, como se costumbre, nadie lo explica de verdad. ¿Así quieren difundir y potenciar la Fiesta? Por mucho manifiestos que firmen y encuentros que realicen o cambian los modos de quien organiza esto o no hay manera de darle la importancia social que tiene. ¡Vaya tropa...!

lunes, 22 de febrero de 2010

El lama

Yo lo comprendo, en la infinita rueda de las transmigraciones no es improbable reencarnarse en toro bravo o en mosca cojonera.

(Y eso que se viste liado a una muleta).



Claro que lo podrían indultar. Sin ir más lejos, los chinos -otros con una muleta por bandera- lo llevan haciendo 50 años...

domingo, 21 de febrero de 2010

Vistalegre (21 de febrero de 2010) - Así no

La plaza de toros (o Palacio) de Vistalegre presentaba poco antes de comenzar el festejo un ambiente desangelado, con la mayoría de la gente que había acudido al coso apelotonada en las localidades más económicas. Al poco de comenzar el paseillo, sin embargo, comenzó una invasión pacífica de los espacios inferiores y al menos la mitad de la plaza pasó a tener una apariencia de entrada aceptable. Los acomodadores no hicieron el menor amago de impedir el mejor acomodo del personal y la cara de quienes habían pagado tres o cuatro veces más por su entrada que sus nuevos vecinos de localidad era todo un poema.

Por lo demás, la tarde ha transcurrido sin momentos que uno vaya a recordar toda una temporada. Ha habido, eso sí, apuntes de toreo caro de Javier Cortés, que tomaba la alternativam y apuntes de buenas maneras y oficio de Rubén Pinar y de Tendero. Pero ni los toros han sido poderosos, nobles y repetidores (algunos, eso sí, han sido bastante mejores que otros), ni los toreros han arriesgado todo lo que debían. Y por si eso fuera poco, con la espada no han estado bien ni Pinar ni Tendero (salvo la gran estocada que éste ha propinado al quinto); y Cortés ha estado rematadamente mal, lo que le ha impedido, probablemente, haber salido en hombros.

Al toro de la alternativa Cortés lo ha recibido bien de capa y ha realizado un ajustado quite por chicuelinas. Con la muleta ha dado dos series buenas con la derecha, componiendo bien la figura, y otro par de ellas al natural con el porte más forzado. Luego la faena ha transcurrido con pases en las cercanías antes de rematar con una serie muy artística en la que ha destacado el cambio de mano de frente justo antes del embroque del toro, al comenzar esa última serie. Miles de pinchazos y reiterados golpes de verduguillo han dejado su faena sin premio alguno.

En el sexto se fue a porta gayola y lanceó luego con más voluntad que acierto. Buen toreo nuevamente con la derecha y al comenzar a torear al natural el toro se ha rajado y se ha ido hacia las tablas a pesar de lo cual el torero lo ha sacado al centro y le ha sacado algunos pases realmente interesantes. El arrimón, los pases cambiados, circulares y demás han calentado el ambiente aunque han tenido mucho menos fuste que lo que llevaba hecho antes. Hubiéramos querido más toreo hondo y menos concesiones a la galería, pero cada uno es libre de marcarse el camino que quiere en su profesión (el populismo o la hondura para minorías selectas). Colocó media estocada trasera y tendida y dio más descabellos de los que un aficionado medio puede contar sin desesperarse.

Rubén Pinar ha tenido en su primero un toro flojo y soso y le ha contagiado la falta de ganas. ha tirado de oficio y ha dado series buenas, pero sin más; sin hondura y sin transmisión. El toor no tenía mucho que dar y él tampoco ha puesto lo que le faltaba al animal.

En el cuarto la mayoría del público le ha jaleado algunas series al hilo del pitón y toreando hacia fuera. Uno, que no tiene prejuicios sobre la colocación del torero ni sobre el diseño de los pases, sí reconoce que hay formas de interpretar el toreo que acostumbran a dotar a este arte de mayor enjundia. Y el modo en que Pinar lo ha hecho esta tarde, sin ser incorrecto ni pretender quitarle mérito alguno, no me ha parecido especialmente artístico. También se ha pegado un breve arrimón de circulares y pases similares en las cercanías del animal y ha rematado su trasteo con unas manoletinas algo apresuradas. Ha matado de un pinchazo y un bajonazo infame. Con el capote ha quedado inédito.

Tendero ha recibido de capa al tercero poniendo interés pero sin gracia. Con la muleta ha comenzado muy toreramente llevando al animal a los medios con pases hondos que hacían presagiar una faena grande. Sin embargo, llegado que fue al centro del redondel tiró de oficio y de técnica, pero sin romper. Media estocada y dos descabellos despidieron al Zalduendo.

Al quinto le toreó sobre todo al natural, pero el toro o se quedaba corto o huía del engaño y así es muy difícil hacer una faena redonda. Dio pases de interés, pero sin que hubiera la continuidad requerida. La grandísima estocada que recetó a este animal fue seguida de una petición que no demuestra sino la benevolencia y ganas de fiesta del personal.

Si con esta predisposición de los asaltantes de las localidades bajas no se ha cortado ni una oreja ustedes pueden entender fácilmente cómo hemos salido de allí los aficionados.

sábado, 20 de febrero de 2010

Apuntes de urgencia

La temporada ha comenzado a dar sus primeros pasos (en la confección de las ferias y en la celebración de los primeros festejos de interés) y se ha puesto de manifiesto, con una contundencia inapelable, que la afición reclama cada vez más calidad en los carteles. Sin más aditamentos ni elementos de supuesto interés o morbo. Probablemente donde se ha visto con un realismo absolutamente inesperado, como ya comentamos hace unos días, haya sido en Vistalegre, donde el cartel de los mediáticos ha convocado a menos gente de la que acudirá mañana a un cartel de toreros jóvenes, casi desconocidos para los que no son aficionados, pero que representan una importante esperanza para el futuro. Este signo supone, para mí, una gran alegría en cuanto marca una senda para una temporada que debe estar marcada por la seriedad de todos los que tienen algo que ver con esto (empresarios, toreros, ganaderos,…). Es mucho lo que nos jugamos. Espero que sepan estar a la altura.

Como deberían estar a la altura para denunciar con voz clara la permanente agresión a la que TVE somete al mundo de los toros. Lo penúltimo ha sido la historia de los dibujos animados antitaurinos que tratan de ponerse del lado del toro y en contra del torero, mostrando a los niños más pequeños (público al que van destinados los dibujos en cuestión) una visión distorsionada y falsa de la Fiesta. Pero no sólo eso. Mostrando una imagen distorsionada de los animales. Alguien debería recordar que hacer creer a los niños que los animales tienen sentimientos, reflexiones y pareceres humanos es engañarles. Y eso es peor, mucho peor, que estar a favor o en contra de la tauromaquia. El blog “Los toros en el siglo XXI” ha iniciado una protesta a la que nos adherimos, para hacer llegar a TVE nuestro absoluto malestar por este hecho.

A la vez, los medios de comunicación no dejan de destacar que un torero ha sido detenido por un delito de explotación sexual, o algo por el estilo. Del torero en cuestión no tengo noticias (y no será porque no sigo la temporada). Debió tener su hueco hace unos años, pero insistir ahora en su condición de matador de toros para realzar el impacto de la noticia es un puro sinsentido.

Volviendo a Vistalegre, resulta extremadamente curiosa la sustitución de Jesulín por Leandro. Jesulín no ha acudido, según el parte facultativo, por una lesión en la mano, y según los malévolos por la escasísima entrada que iba a presenciarse y que podía dar lugar a todo tipo de comentarios y obligarle a reducir sus pretensiones en sus próximas comparecencias. El que entre Leandro, un torero de muchísima clase, muy del gusto de la afición de Madrid (a diferencia de los mediáticos) y muy poco placeado, ha dado lugar a todo tipo de especulaciones. Desde que trataba de atraerse al público de la capital que de otro modo no iba a acudir, hasta quien opina que había que poner a alguien que no hiciera mucho ruido,... Como hemos dicho muchas veces, la trasparencia en imprescindible. Y, como siempre, ha brillado por su ausencia.

Por último, mi agradecimiento al Club Taurino Cacereño por el buen rato que pasamos en la charla del pasado jueves. Creo que la mayoría de los asistentes quedaron sorprendidos por las anécdotas taurinas que habían llegado a los Tribunales y por cómo éstos se habían pronunciado sobre cuestiones diversas de la tauromaquia. Muchos acudían temerosos ante lo que podía ser una aburrida sesión de derecho (que casi siempre se muestra incomprensible), pero comprobaron cómo, dependiendo de aquella parte en la que se incida, puede tener vertientes entretenidas y para la reflexión. Fue una maravilla la acogida y sus comentarios y, como les comenté, me resultó especialmente satisfactorio ser el siguiente invitado del Club después del maestro Joselito, sin el cual no se entenderian la mayoría de las cosas buenas que hay hoy en la Fiesta.

… Y mañana volvemos a los toros.

jueves, 11 de febrero de 2010

Conferencia en el Club Taurino Cacereño

Como anuncia en su página web el Club Cultural Taurino Cacereño, el próximo día 18 (jueves) a las 20'30h. en el Hotel Extremadura tendré ocasión de charlar con los aficionados de mi tierra sobre "Curiosidades del Derecho y los Toros".

Seguro que pasamos un buen rato.

Desde aquí mi agradecimiento el Club Taurino por su invitación y espero poder veros allí a alguno de los seguidores cacereños de esta bitácora.

martes, 9 de febrero de 2010

Tres noticias del fin de semana

El fin de semana pasado, además de suponer el comienzo de nuestra particular temporada, ha dejado interesantes noticias taurinas para la reflexión de los aficionados, de entre las cuales yo destacaría tres que creo reflejan muy bien la situación de la Fiesta y los retos de sus protagonistas.

La primera hace referencia a la Feria de Valdemorillo, una Feria en la que ningún torero ha triunfado de verdad, pero ha habido dos que han dejado constancia, una vez más, de su gran concepto del toreo: Curro Díaz y Leandro. El problema está en que ha sido "una vez más" y en que ambos no acaban de romper. Les falta dar un paso. No sé si de ambición o de valor, de técnica o de seguridad, de suerte o de entrenamiento con la espada,... Pero lo cierto es los aficionados estamos esperando que se lo crean de una vez. Ellos, antes que nadie. Siempre habrá posibilidad de echarle la culpa a los lotes, a la espada, a un tropezón, a los empresarios, o a vaya usted a saber qué concatenación de errores,... Pero ellos siguen sin triunfar y los aficionados sin verles una faena rotunda. Y no, el escalafón no está para andar pidiendo hueco. Hay que abrírselo a mordiscos. Como Luque. O como Perera en su momento.

La segunda nos lleva a Carabanchel, a la Plaza de Vistalegre y la Feria de Invierno que ha organizado Taurodelta. El primer festejo, el del rejoneo, ha resultado un rotundo fracaso de público. Y yo que me alegro. Con perdón y me explico. Lo que se ha tratado de hacer en Vistalegre ha sido una Feria de plaza de segunda al estilo tradicional: dos corridas fuertes (días 27 y 28), una de "mediáticos" (20), una de buenos toreros jóvenes, de interés para los aficionados (día 21) y una de rejoneo (día 7). Falta sólo la de novillos, pero hasta ahí no ha habido valor. Este esquema en cinco días seguidos en la feria de una capital de provincia puede generar buenas entradas y un resultado económico razonable. Pero en Madrid, con más de cuatro millones de habitantes y muchos aficionados, la gente ha dicho que nones. Que el 27 y el 28 se va a llenar (o casi), que el 20 veremos a ver lo que pasa, que el 7 los aficionados de Madrid que decidieron ir a los toros optaron en general por Valdemorillo y que el 21 habrá más aficionados y escasísimo público. Conclusión: que los carteles buenos llenan las plazas y los otros, por muy baratos que sean, no son rentables. Salvo que la gente vaya a los toros como parte de un elemento festivo más general. Y aún así hay que irse tentando la ropa, que la cosa está muy apretada y las entradas son bastante caras. Razón por la cual, para solaz de los aficionados, vamos a tener probablemente los mejores carteles de Fallas, Feria de Abril y San Isidro que han visto nuestros ojos en mucho tiempo. Lo cual no quiere decir que quienes no sean figuras no tengan derecho a torear, sino que tienen que hacerlo a cara de perro, buscándose un hueco como sea y sabiendo que la cosa está muy-muy difícil. Lo cual hará que esas corridas de los de segunda fila tengan un nuevo interés para los aficionados, y que se el esfuerzo de acercarse por las plazas merezca la pena.

La tercera noticia es la historia de cómo la información taurina en televisión es una ruina. La chica tan mona y formal que da las noticias de Antena 3 el domingo a las tres de la tarde dijo en los titulares de la entradilla y al dar paso a la noticia que Jairo se había encerrado con "6 miuras" en la plaza de Cáceres y que se había generado un intenso debate sobre la conveniencia de que un chico tan joven toreara. Obviamente la encerrona del cacereño fue una gesta, pero no fue, ni de lejos, con los de Zahariche, sino con una corrida de Guadalmena más bien justita, que no le quita mérito, pero dimensiona las cosas. En todo caso, lo llamativo es que a la periodista no le temblara el pulso cuando erró por dos veces y que a nadie le resultara extraño y le rectificara antes de que metiera la pata la segunda vez. Algo que tal vez debería preocupar a los profesionales y hacerles preguntarse si no hay algo que en la comunicación, como actividad cultural y económica, no están haciendo rematadamente mal. Incluso hablando de atletismo los presentadores se saben a la perfección los nombres de atletas de todos los paises, y en una corrida como esta, no saben la ganadería, pero como ven que es algo llamativo se les ocurre que sea de Miura... Respecto a lo del "niño", sólo apuntar que la polémica no existió más que en la imaginación de quien se preocupó de preguntar a animalistas, defensores del menor y otros personajes por el estilo sobre algo que nunca les hubiera ocupado un minuto de su tiempo.

Vamos, que no estamos en plena temporada, pero se le va pareciendo...

domingo, 7 de febrero de 2010

Valdemorillo (7 de febrero de 2010) - Oficio contra la nada

La tarde de hoy no creo que deje en su haber nuevos aficionados que sumar a la causa. Si alguien, por pura casualidad, hubiera querido iniciarse en su conocimiento de la tauromaquia acudiendo a Valdemorillo es más que probable que no volviera nunca a una plaza de toros. Y no porque la de hoy haya sido peor que otras tantas tardes (de hecho, ha dado algún argumento más que muchas otras), sino porque la general mansedumbre y flojera de toros como los de hoy vacían de uno de los elementos básicos a la Fiesta: la emoción. Porque peligro sí que hay, que se lo digan si no a Curro Díaz que resultó volteado malamente por su primero en el comienzo del trasteo con la muleta, quedando a merced del toro que, milagrosamente, no hizo por él. O en el cuarto, cuando después de recetar una media a su enemigo decidió sentarse junto a él en el estribo y el burel se arrancó, pudiendo, no obstante, el de Linares, evitar la cogida.

Pero el peligro de un ímpetu en bruto, descastado, no es lo mismo que la emoción que generan toros que se vienen arriba en el castigo, que pelean, siguen los engaños con codicia y, sobre todo, no se caen. O sea, toros que tienen un comportamiento manifiestamente opuesto a lo que hoy echó Antonio San Román.

Curro Díaz tiene buenas maneras y lo demostró con capote, primorosas las verónicas a su primero, y muleta, especialmente en su segundo, donde instrumentó algunos pases realmente templados y hondos. Ha conseguido lucirse a pesar de que los toros no han puesto lo que tienen que tener, y su crédito de torero de gusto y que quiere encontrar un hueco ha quedado intacto. Pero, a mi juicio, hay dos cuestiones que siguen faltando para poder colocarse en el sitio que por su estética le corresponde: la primera, evidente, es la espada (el sainete de su primero, inenarrable) y la segunda es mucho más subjetiva, creo que le falta un punto de ambición, algo que le haga ponerse un pasito más allá, que redondee y estructure sus faenas (ya digo que ha estado bien a pesar de los toros, pero hay algo que me hace sentir que este torero nos puede dar más si se empeña en hacerlo).

Bolívar se nota que viene de hacer temporada americana. Está en el sitio, como si estuviéramos en mitad de la campaña y no en el frío febrero. A pesar de ello, en el segundo no acabó de romper y transmitir intensidad a los tendidos, aunque técnicamente estuvo correcto. Y en el quinto, un toro que salía suelto de la muleta después de cada pase, abrevió.

Tendero tiene ganas de triunfo, y lo demostró en el sexto. El tercero lo devolvieron por flojo y el sobrero no era mucho más boyante; después de una lidia muy mejorable, llegó agotado y cabeceando a la muleta y no dio ninguna opción. Al sexto lo saludó bien con el capote, aunque con un movimiento algo rígido de los brazos y con la muleta dio series muy templadas con ambas manos a pesar de las embestidas descompuestas del animal. No era toro de triunfo, pero mostró sus ganas. Con la espada pinchó tres veces antes de dejar una estocada entera.

Volvimos, pues, a los toros dos días consecutivos y la temporada comenzó sin mostrarnos nada que no intuyéramos: la estética de Leandro y Curro Díaz, el oficio de Bolívar y Abellán, las ganas de Tendero y un torero al que le falta mucho que mejorar si quiere ser alguien en esto: Alberto Álvarez. Pero después de doce faenas, en gran medida por el juego de los toros, no hubo ninguna que nos hubieran captado para siempre a la afición. Esto es lo preocupante si alguien quiere que seámos más los que gustemos de la Fiesta.

sábado, 6 de febrero de 2010

Valdemorillo (6 de febrero de 2010) - Retazos de arte

Hacía casi cuatro meses que no veía toros en la plaza y, aún así, la vuelta no ha supuesto ningún acontecimiento, quizá porque ha sido un invierno especialmente taurino y no he dejado de hablar de toros, de recordar faenas, de reflexionar y debatir sobre lo que supone la Fiesta en la sociedad y en la cultura.

Pero ninguno de estos debates tiene sentido sin el rito. Sin el toro y el torero. Sin la lidia. Sin el arte.

La tarde de hoy en Valdemorillo era bastante más apacible que la del año pasado, en la que llegamos tras una copiosa nevada que no sabíamos si nos obligaría a quedarnos por allí todo el fin de semana. La plaza tiene localidades espaciosas, pero tan duras como cualquier otra rematada en cemento. Y su sonoridad de plaza cubierta, en vez de acercar todo lo que sucede en el ruedo en medio del silencio del público (como sucede en el Coliseo de Nimes), oculta los sonidos de lo taurino mediante el estruendo de un público bullicioso y los supuestos pasodobles de una banda (o charanga), casi tan mala como la de Las Ventas.

Los toros de Peñajara han salido con bastante clase, aunque algo flojos. El cuarto ha sido imposible y el sexto muy soso. Los demás, han permitido a los toreros demostrar su tauromaquia.

Abellán ha demostrado en su primero solvencia y oficio, pero escasa hondura. Tal vez por miedo a que el toro claudicara ha toreado de media altura hacia arriba, en unos espacios en los que resulta imposible ningún sentido estético. Sólo un par de naturales han tenido algo de sabor. Dejó una estocada entera perdiendo la muleta y le concedieron una oreja que fue pedida con fervor por el público asistente, aunque hubo algunos a los que la petición nos dejó perplejos. Vamos, que por mí como si le dan la pata, pero que quede constancia de que toreo hubo muy escaso.

El cuarto, sin ser una alimaña, se revolvía, cabeceaba, buscaba las vueltas al torero, en fin. Y éste trató de ver si podía hacer algo lucido y, constada la imposibilidad de sacar al animalito nada razonable, le dio muerte de forma eficaz.

Leandro ha evidenciado en sus dos toros un sentido estético excepcional. Los lances de recibo al segundo toro, y las series con la muleta a ambos toros han dejado prueba palpable de su temple, ligazón, hondura,… Pases realmente profundos y con sabor, en un toreo personal que, no obstante, a veces nos ha recordado al mejor Luguillano y otras las tardes de magia de Javier Conde. Pero Leandro ha mostrado también su manifiesta incapacidad para matar los toros con cierta decencia (lo cual le ha privado de un triunfo que podría haber sido rotundo). Y, lo que es más preocupante para mí, se le han notado fallas técnicas y de concentración cuya superación es más complicada que el aprendizaje de la técnica de la espada.

A mí Leandro me ha gustado. Y mucho. Pero tengo la sensación de que sus faenas tienen que ganar en estructura y su mente en claridad para poder torear en las ferias y hacerse el hueco que su estética reclama.

Por su parte, Alberto Álvarez ha demostrado tener ganas de hacer bien las cosas. De colocar la muleta como dicen los clásicos, de llevarla planchada, de insistir, de no dejarse ganar la pelea,… Pero sólo con eso no es fácil abrirse hueco. Le hace falta oficio, mucho oficio, y una personalidad que le haga diferente, que suponga un aliciente ir a verle.

Una tarde, pues, para el reencuentro, para la estética de Leandro y para constatar que Peñajara tiene toros nobles que, con algo más de fuerza, pueden dar buenas tardes de toros.

No sé si es mucho, o si es muy poco, pero a mí me sirve para dar por comenzada una nueva Gran Temporada.
(PD: Leo en los portales que en la encerrona de Jairo en Cáceres con seis toros ha habido mejor ambiente en los tendidos que toreo en el ruedo. Me lo temía. Estuve pensando seriamente en acercarme, por el paisanaje y por el destino benéfico del asunto, pero al final razones varias obligaron al cambio de planes. Jairo es muy querido por la afición de Cáceres y es muy joven. Pero tiene que madurar mucho como torero para que su presencia en los carteles se justifique por otras razones que las del lugar de la “nacencia”).